Uno de los
capítulos que más me gustan del libro “Mis mentiras favoritas” es el que trato
sobre el mito de Filípides. Según la creencia popular, fue a causa de la heroica carrera de Filípides entre Maratón y Atenas por lo que los atenienses se salvaron del ataque de los persas. Filípides murió de agotamiento tras dar la noticia en Atenas y en el S.XIX se creó una prueba en los JJOO, el maratón, para recordar la gesta de este personaje. Sin lugar a dudas, éste es uno de los mitos más
“sencillos” de detectar, siempre y cuando nos remitamos a las fuentes
originales de los relatos.
Como lo
anterior no suele ser lo habitual, los errores que se cometen en el pasado se
suelen perpetuar una y otra vez en el futuro. Esto suele ocurrir por tomar como
fuentes autores que interpretaron las fuentes originales, según sus
conocimientos o intereses, en vez de remitirse a las propias fuentes
originales. Si tenemos en cuenta el nivel de objetividad y precisión existente
en el S.XIX (y anteriores) podremos descubrir curiosos mitos solidificados en
nuestra memoria de manera ciertamente insidiosa.
A
continuación descubriremos el mito que dio origen a la prueba olímpica del
Maratón.
Este post está dedicado a las víctimas del atentado del Maratón de Boston, ocurrido hace justo un año.
Mi más sentido pésame para todas ellas.
Este post está dedicado a las víctimas del atentado del Maratón de Boston, ocurrido hace justo un año.
Mi más sentido pésame para todas ellas.
La fuente
más cercana que podemos consultar respecto a la Batalla de Maratón es la
proporcionada por el famoso Herodoto
(Historia Libro VI, párrafos 102-117).
No obstante, no es una fuente contemporánea. Herodoto escribió su “Historia” unos 40-50 años después de
producirse la batalla, lo que supone cierta variación de la información
original relatada al historiador griego por aquellos que participaron o les
relataron la batalla. No
obstante, es nuestra versión más próxima, por lo que debemos contar con ella
como la más fidedigna.
Herodoto, en
uno de sus pasajes se refiere a la figura de Filípides, una especie de corredor
“profesional” encargado de llevar los correos entre las distintas ciudades. La
cita, extraída de “Historia” VI, 105,
nos relata lo siguiente:
“Antes de
abandonar la ciudad, los generales de Atenas enviaron un mensaje a Esparta. El
mensajero fue un ateniense llamado Filípides, un profesional en carreras de
larga distancia. De acuerdo con el relato que Filípides hizo a los atenienses a
su regreso, se encontró con el dios Pan (un fauno) en el monte Partenio, sobre Tegea.
Pan lo llamó por su nombre y le dijo que preguntara a los atenienses por qué no
le prestaban atención, si él siempre se había mostrado cordial con ellos y los
había ayudado en el pasado, y volvería a ayudarlos en el futuro. Los atenienses
creyeron la historia de Filípides y, cuando recuperaron su prosperidad,
erigieron un templo a Pan bajo la Acrópolis y, desde que recibieron su mensaje,
celebraron una ceremonia anual en su honor, con carreras de antorcha y sacrificios,
para solicitar su protección.
En la ocasión de la que hablo -es decir, cuando los comandantes de Atenas le encomendaron una misión a Filípides y éste explicó que había visto a Pan, Filípides llegó a Esparta un día después de haber salido de Atenas y pronunció su mensaje ante el gobierno espartano. "Hombres de Esparta -fue su mensaje- los atenienses os piden ayuda, y os ruegan que no permanezcáis de brazos cruzados mientras la ciudad más antigua de Grecia es aplastada y sometida por un invasor extranjero; Eretria ya ha sido esclavizada, y Grecia se debilita por la pérdida de una buena ciudad." Los espartanos, aunque se conmovieron por el ruego y querían brindarles ayuda, no podían hacerlo de inmediato sin quebrar sus propias leyes. Era el noveno día del mes, y dijeron que no podían marchar hasta que la luna estuviera llena. Así que esperaron a la luna llena, mientras que Hipias, el hijo de Pisístrato, guió a los persas a Maratón”.
En la ocasión de la que hablo -es decir, cuando los comandantes de Atenas le encomendaron una misión a Filípides y éste explicó que había visto a Pan, Filípides llegó a Esparta un día después de haber salido de Atenas y pronunció su mensaje ante el gobierno espartano. "Hombres de Esparta -fue su mensaje- los atenienses os piden ayuda, y os ruegan que no permanezcáis de brazos cruzados mientras la ciudad más antigua de Grecia es aplastada y sometida por un invasor extranjero; Eretria ya ha sido esclavizada, y Grecia se debilita por la pérdida de una buena ciudad." Los espartanos, aunque se conmovieron por el ruego y querían brindarles ayuda, no podían hacerlo de inmediato sin quebrar sus propias leyes. Era el noveno día del mes, y dijeron que no podían marchar hasta que la luna estuviera llena. Así que esperaron a la luna llena, mientras que Hipias, el hijo de Pisístrato, guió a los persas a Maratón”.
Varias conclusiones
podemos sacar del texto proporcionado por Herodoto:
-
Filípides
pudo ser una figura histórica perfectamente, siendo su hazaña digna de mención.
-
De ser
cierta la cita, Filípides recorrió la distancia entre Atenas y Esparta (246 Km) en tan sólo 2 días,
algo sorprendente para la época antigua y que no volvería a repetirse hasta el
año 1982.
-
El relato
nos cuenta la carrera entre Esparta y Atenas, no hablando en ningún lugar del
trayecto Maratón-Atenas.
Herodoto nos
relató con todo lujo de detalles la Batalla de Maratón, así como su desenlace
final en el párrafo 111-116:
111. “Al tocarle empero su legítimo turno, formó para
la batalla las tropas atenienses del siguiente modo: en el ala derecha mandaba
Calímaco el Polemarco, pues es costumbre entre los atenienses que su Polemarco
dirija esta ala; tras aquel jefe seguían las filas (o tribus), según el orden
con que vienen numeradas; y los últimos de todos eran los platenses, colocados
en el lado izquierdo. De esta batalla se originó que siempre que los atenienses
ofrecen en sus panegires (o juntas generales) los sacrificios que se celebran
en cada Pentetérida (o quinquenio), el pregonero ateniense pida a los dioses la
prosperidad para los atenienses y juntamente para los de Platea. Ordenados así
en Maratón los escuadrones de Atenas, resultaba que constando de pocas líneas,
el centro de estos, a fin de igualar la frente de los medos con la de los
atenienses, quedaba débil, mientras las dos alas tenían muchos de fondo”
112.” Dispuestos
en orden de batalla y con los agüeros favorables en las víctimas sacrificadas,
luego que se dio la señal, salieron corriendo los atenienses contra los
bárbaros, habiendo entre los dos ejércitos un espacio no menor que de ocho
estadios. Los persas, que les veían embestir corriendo, se dispusieron a
recibirles a pie firme, interpretando a demencia de los atenienses y a su total
ruina, que siendo tan pocos viniesen hacia ellos tan de prisa, sin tener
caballería ni ballesteros. Tales ilusiones se formaban los bárbaros; pero luego
que de cerca cerraron con ellos los bravos atenienses, hicieron prodigios de
valor dignos de inmortal memoria, siendo entre todos los griegos los primeros
de quienes se tenga noticia que usaron embestir de carrera para acometer al
enemigo, y los primeros que osaron fijar los ojos en los uniformes del medo y
contemplar de cerca a los soldados que los vestían, pues hasta aquel tiempo
sólo oír el nombre de medos espantaba a los griegos”
113.” Duró el
ataque con vigor, por muchas horas en Maratón, y en el centro de las filas en
que combatían los mismos persas y con ellos los sacas, llevaban los bárbaros la
mejor parte, pues rompiendo vencedores por medio de ellas, seguían tierra
adentro al enemigo. Pero en las dos alas del ejército vencieron los atenienses
y los de Platea, quienes viendo que volvía las espaldas el enemigo no la
siguieron los alcances, sino que uniéndose los dos extremos acometieron a los
bárbaros del centro, obligáronles a la fuga, y siguiéndoles hicieron en los
persas un gran destrozo, tanto que llegados al mar, gritando por fuego, iban
apoderándose de las naves enemigas”
114.” En lo más
vivo de la acción, uno de los que perecieron fue Calímaco el Polemarco,
habiéndose portado en ella como bravo guerrero: otro de los que allí murieron
fue Estesilao, uno de los generales, hijo de Trasilao. Allí fue cuando Cinegiro,
hijo de Euforion, habiéndose asido de la proa de una galera, cayó en el agua,
cortada la mano con un golpe de segur. A más de estos, quedaron allí muertos
otros muchos atenienses de esclarecido nombre”
115.” En efecto,
los de Atenas con esta acometida se apoderaron de siete naves. Los bárbaros,
haciéndoles retirar desde las otras, y habiendo otra tomado a bordo los
esclavos de Eretria que habían dejado en una isla, siguieron su rumbo la vuelta
de Sunio, con el intento de dejarse caer sobre la ciudad, primero que llegasen
allá los atenienses. Corrió por válido entre los atenienses, que por artificio
de los Alcmeónidas formaron los persas el designio de aquella sorpresa, fundándose
en que estando ya los persas en las naves levantaron ellos el escudo, que era
la señal que tenían concertada”
116.” Continuaban
los persas doblando a Sunio, cuando los atenienses marchaban ya a todo correr
al socorro de la plaza, y habiendo llegado antes que los bárbaros,
atrincheráronse cerca del templo de Hércules en Cinosarges, abandonando los
reales que cerca de otro templo de Hércules tenían en Maratón. Los bárbaros,
pasando con su armada más allá de Falero, que era entonces el arsenal de los
atenienses, y mantenidos sobra las áncoras, dieron después la vuelta hacia el
Asia”
Como vemos,
en ningún momento Herodoto nos relata que Filípides corriera hasta Atenas desde
Maratón tras terminar la batalla, como suelen pensar la mayoría de las personas.
Por tanto, si hacemos caso a Herodoto, los atenienses victoriosos, tras
terminar la batalla contra los persas, corrieron todos juntos hacia Atenas para
defender la ciudad del postrero ataque con el resto del ejército persa.
Si Herodoto
no habló de ninguna carrera individual desde Maratón hasta Atenas tras la
batalla, ¿de dónde proviene el mito?
El siguiente
autor que se refiere a la Batalla de Maratón y al episodio de la carrera es el
historiador griego Plutarco
(46-120). Más filósofo que historiador, Plutarco se refiere a un tal Tersipo
como el protagonista de tal carrera desde Maratón a Atenas. La cita la podemos
encontrar en su obra “Moralia: ¿Los atenienses fueron más ilustres en guerra
o en sabiduría?” Aquí os dejo el
texto original:
“Pues bien,[ la noticia de la victoria en] la
batalla de Maratón la anunció, según Heráclides
Póntico cuenta, Tersipo Erquieo. Aunque la mayoría asegura que fue Eucles
quien corrió con las armas, aún caliente de la batalla, y cayó en la puerta de
los próceres[ magistrados] ,sólo pudiendo decir: “Alegraos” y “nos alegramos” y,
al punto expiró.Y, en verdad, éste[ hombre]
vino como mensajero voluntario de una
batalla en la que había sido combatiente; Pero suponte que un cabrero o un
pastor desde una colina o desde un lugar en alto hubiera sido lejano espectador
de la batalla y, al ver la magnitud de aquel hecho, superior a cualquier
palabra, hubiera ido a la ciudad como mensajero, sin heridas y sin haber
derramado una gota de sangre, y hubiera reclamado recibir los honores que
recibió Cinégiro, Calímaco o Policelo, porque anunció los combates singulares,
las heridas y las muertes de éstos, ¿Acaso no se consideraría que su
desvergüenza sobrepasaba toda medida?”
Plutarco
escribió esta reseña más de 500 años después de producirse los hechos relatados
por Herodoto. Podemos imaginarnos que la verosimilitud de sus palabras debe ser
mantenida en “cuarentena histórica”, debido a la alta probabilidad de
distorsión de los hechos tras el paso de tantos siglos. ¿Os podéis imaginar que
se escribirá dentro de 500 años sobre el asesinato de JFK en Dallas? ¡Si aún
hoy día no sabemos a ciencia cierta lo que pasó!
No obstante,
Plutarco dice basarse en otra fuente más antigua para realizar tal afirmación:
Heráclides Póntico, un filósofo griego del S.IV a.C. Desgraciadamente no
tenemos la obra de este autor para refrendar tal afirmación, por lo que
tendremos que creer la palabra de Plutarco.
Ahora bien,
Plutarco nos habla de una carrera, tal como la tenemos en nuestra mente, desde
Maratón hasta Atenas, para avisar a los atenienses de la victoria griega ante
los persas. Pero Filípides no aparece por ningún lado. Por tanto, tenemos dos
conclusiones posibles:
-
Herodoto no
vio conveniente referirse a un héroe particular en la carrera de Maratón a
Atenas, bien porque no lo hubo o porque deseaba ensalzar la fortaleza de la
unión de los hoplitas griegos.
-
Plutarco,
basándose en fuentes más antiguas, recogió la historia de un corredor singular
que hizo tal trayecto. El relato podía ser verdad o una invención, pero el
protagonista era Tersito y no Filípides.
-
Lo más
lógico es pensar que en los 500 años que separan los hechos que narra Plutarco
del episodio de la marcha de los atenienses desde Maratón a su ciudad, la
historia estuviera confusa y llena de mitos. Máxime si consideramos que Maratón
se convirtió rápidamente en un símbolo griego de defensa ante el invasor.
¿De dónde
viene la confusión entre ambos nombres griegos?
En este caso
la culpa debemos echársela al escritor sirio Luciano de Samósata (125-181), quién en su obra “Un error cometido al saludar, parrafo 3”, escrita unos cien años después que la de Plutarco, refiere
lo siguiente:
“Se dice que fue Filípides, el corredor, el primero
que usó esta expresión al anunciar la victoria de Maratón a los arcontes que
estaban sentados y preocupados por el final de la batalla: ¡Alegraos, vencemos!
Y al decir esto, murió, exhalando su último suspiro junto con la noticia y el
saludo”.
Luciano
debió mezclar el relato de Plutarco con el de Herodoto de forma inconsciente,
dando crédito a la posible carrera individual desde Maratón a Atenas, pero
personalizándolo en uno de los mejores corredores griegos conocidos, Filípides.
El error ya estaba creado y nadie se preocupó de desmentirlo.
Luciano,
como ya hicieron ver acertadamente Magill y Moose en 2003, es la única fuente
clásica que relata el episodio de la carrera de Maratón tal y como conocemos
hoy día el mito: carrera de Filípides y muerte al llegar y dar la noticia en
Atenas. Si tenemos en cuenta que Luciano se considera uno de los grandes genios
satíricos de la historia, la ironía del error cometido no puede pasársenos
desapercibida.
Elizabeth Browning (1806-1821) es una de las poetisas más famosas de
Inglaterra y tuvo gran éxito en la época victoriana que le tocó vivir. Si os
fijáis en su fecha de nacimiento advertiréis que el poema sobre Maratón lo
compuso con tan sólo 14 años. Fue publicado gracias a su padre, que tenía
dinero y posibles para hacerlo.
“So, when
Persia was dust, all cried, "To Acropolis!
Run, Pheidippides, one race more! the meed is thy due!
Athens is saved, thank Pan, go shout!" He flung down his shield
Ran like fire once more: and the space 'twixt the fennel-field
And Athens was stubble again, a field which a fire runs through,
Till in he broke: "Rejoice, we conquer!" Like wine through clay,
Joy in his blood bursting his heart, - the bliss!”
Run, Pheidippides, one race more! the meed is thy due!
Athens is saved, thank Pan, go shout!" He flung down his shield
Ran like fire once more: and the space 'twixt the fennel-field
And Athens was stubble again, a field which a fire runs through,
Till in he broke: "Rejoice, we conquer!" Like wine through clay,
Joy in his blood bursting his heart, - the bliss!”
También os
dejo la traducción para aquellos que no dominan la lengua de la Gran Bretaña:
“Entonces, cuando Persia fue
polvo, todos gritaron: “¡A la Acrópolis!
¡Corre, Fidípides, una carrera más! ¡Tendrás tu recompensa!
Atenas se ha salvado gracias a Pan. ¡Ve y grítalo!” Arrojó él su escudo,
corrió otra vez como una saeta; y toda la extensión entre el campo de hinojo
y Atenas de nuevo fue rastrojos, un campo que recorría una saeta,
hasta que él anunció:“¡Regocijaos, hemos vencido!”Como vino que se filtra en arcilla,
la felicidad que fluía por su sangre le hizo estallar su corazón: ¡el éxtasis!”
¡Corre, Fidípides, una carrera más! ¡Tendrás tu recompensa!
Atenas se ha salvado gracias a Pan. ¡Ve y grítalo!” Arrojó él su escudo,
corrió otra vez como una saeta; y toda la extensión entre el campo de hinojo
y Atenas de nuevo fue rastrojos, un campo que recorría una saeta,
hasta que él anunció:“¡Regocijaos, hemos vencido!”Como vino que se filtra en arcilla,
la felicidad que fluía por su sangre le hizo estallar su corazón: ¡el éxtasis!”
Reunidas
todas las piezas podemos afirmar lo siguiente respecto a Filípides y el
Maratón:
-
Filípides
fue un famoso corredor de la
antigua Grecia, cuyas hazañas fueron dignas de mención por
Herodoto.
-
Su mítica
carrera entre Atenas y Esparta debió ser cierta, pero no existe ninguna prueba
que nos confirme que realizó un Maratón.
-
La carrera
entre Maratón y Atenas la realizó, según Herodoto, todo el ejército griego, si
bien es posible pensar que algún corredor más rápido que el resto pudiera haber
llegado antes a la ciudad que el grueso de las tropas. Simplemente para
advertir a los atenienses a que preparasen las defensas de la ciudad.
-
Existiera
corredor singular o no, la Batalla de Maratón y todo lo que la rodeó se
convirtió rápidamente en leyenda, por lo que es lógico pensar que surgieran
historias sobre héroes particulares. Uno pudo ser el primero en llegar a Atenas
y anunciar la victoria ateniense en Maratón y el inminente ataque del resto de
persas.
-
Plutarco se
refirió a la carrera y nos dio un nombre Tersipo. Éste es el único nombre que
conservamos del héroe que pudo realizar tal trayecto.
-
Luciano fue
quién cometió el error de unir el relato de Plutarco y el de Herodoto en una
misma persona, Filípides, perpetuándose desde entonces el error por los siglos
de los siglos.
-
Robert
Browning se refiere concretamente a Fidípides. Parece ser que fue Aristófanes,
en su obra “Las nubes”, quién se
refirió al corredor griego en estos términos. Se trataba de un juego de
palabras que significa “el que ahorra caballos”. Pero la traducción debió
parecer coherente para los copistas posteriores y en muchos lugares encontraremos
la confusión en el nombre de Filípides.
-
Sólo
estudiando las fuentes originales descubriremos la verdadera Historia. (O al menos lo más probable que ocurriera).
FUENTES:
Herodoto. Historia.
Editorial Gredos (Volumen III: libros V –VI. Tradución y notas Carlos Schrader)
1988
(Para el texto de Herodoto que comprende la Batalla
de Maratón me pareció más conveniente aquí utilizar una traducción realizada
desde su obra en griego, la cual podéis encontrar en este blog).
Plutarco. Obras Morales y de Costumbres (Moralia) Editorial Gredos (volumen V, pág. 297) 1989
Wikipedia: Cita de Herodoto sobre Filípides, cita de
Filípides por Luciano de Samósata
excelente comentario crítico literario, tomare del mismo para algunas lecciones pedagógicas oportunas. gracias.
ResponderEliminarMartín, 25 septiembre 2022
Hola, gracias por comentar.
EliminarMe alegro que te gustará.
Puedes utilizarlo siempre que nombres la fuente.
Saludos