domingo, 23 de junio de 2019

Una escapada dominguera cerca de Madrid (VII): Puerto Canencia- Sendero Ecológico.

Hoy os voy a proponer, como excursión de un día, una ruta de senderismo preciosa por el entorno del puerto Canencia. Se trata de un paraje de la sierra en el que vamos a poder encontrar una variedad de árboles realmente sorprendente. Muchos han llegado a denominar la zona como un jardín botánico en plena naturaleza. Y para terminar, una visita final a uno de esos pueblecitos encantadores de la sierra madrileña.

En esta ocasión se puede hacer la ruta perfectamente por la mañana, parar a comer en un amplio merendero, y terminar la jornada visitando la localidad de Miraflores de la Sierra.

¿Os animáis a descubrirla?




¿Cómo llegar?

Desde la zona sur de Madrid lo mejor es coger la M-40 y transitarla hasta la salida 57, siguiendo las indicaciones de Colmenar Viejo/Tres Cantos (M-607). Luego debemos seguir las indicaciones que nos llevan hacia Soto del Real/Miraflores de la Sierra. Llegados a este último pueblo lo atravesaremos y continuaremos hacia donde nos indiquen las señales que dirigen hacia Puerto Canencia.


Esta carretera, como ya habréis comprobado, suele estar muy frecuentada por ciclistas, razón por la cual la subida debe realizarse con suma atención. Al llegar a la cima veréis que existe un camino que se desvía hacia nuestra izquierda. Es el comienzo de la ruta y existe un claro en donde poder aparcar algún vehículo. No obstante, lo mejor es estacionar en el aparcamiento habilitado un poco más adelante, junto a los merenderos.
En total, desde Leganés, son unos 83 km., aunque eso se traduce en una hora y cuarto debido al paso de varias localidades. Tener la precaución de llegar antes de las 10:00H para evitar problemas de aparcamiento, pues en fines de semana es una zona muy visitada.

¿Cómo es el recorrido?

 La ruta ecológica de Puerto Canencia tiene una dificultad fácil, pues apenas existe un desnivel de 175 metros. La mayor parte del camino es por senderos perfectamente transitables, aunque si vamos con niños deberemos tener precaución en tramos en los que caminamos entre piedras y raíces que sobresalen. El recorrido es circular y en total recorreremos unos 6,5 Km., una distancia perfectamente asumible en un par de horas si vamos rápido y en tres horas o algo más si nos vamos parando a observar los parajes que vamos encontrando.

Se trata de una ruta magnífica para realizar en primavera y otoño, por sus excepcionales contrastes vegetales, así como en verano, pues la mayor parte discurre entre sombras.

Descripción del recorrido


La ruta empieza en el mismo Puerto de Canencia a 1.524 m. de altitud. A unos 150 m. de la señal del puerto, a la izquierda, hay que tomar una Pista de Servicio, junto a la que se encuentra la Fuente del Hornillo

Fuente del Hornillo

Continuando la Pista se llega a una barrera que hay que pasar por la puerta lateral y que continúa el camino con una ligera pendiente. Unos 300 m. después se encuentra una señal que nos dirige hacia una senda situada a nuestra derecha que conduce a un Chozo Pastoril, donde se puede observar la sencillez de su construcción y su utilidad como pequeño refugio. 

Choza Pastoril

Desde aquí es posible volver por la misma senda o continuar por otra, en paralelo a la pista y que sale pocos metros después a ella. Yo os recomiendo seguir por la pista, rodeados de pinos silvestres. Los vais a reconocer fácilmente por su color anaranjado en la parte superior del tronco, su gran altura y por sus agujas cortas, verdes y agrupadas de dos en dos.


En torno a otros 300 m. llegaremos al Mirador del Norte. Junto a una señal, que lo indica perfectamente, se encuentra un pequeño balcón con un banco de madera desde donde se puede disfrutar de la vista que permite ver el cortafuegos que en ese punto se trazó.
Mirador del Norte


La pista gira hacia la izquierda y desde ahí se ve otro panel indicador donde se exhibe un plano sobre rutas y junto a él un sendero desciende a través de unos escalones, por donde se realizará el retorno. 



Continuando por la pista, a unos 200 m., se ve entre los pinos ejemplares de Abeto de Douglas (pseudotsuga menziesii). Es fácil de reconocer debido a que destaca poderosamente entre tanto pino. Sus ramas son colgantes y sus agujas flexibles y de color verde más oscuro que los pinos. Aunque no es originario de la zona, fue plantado de manera experimental con fines forestales.

Llegando a un claro entre los pinos, existe una bifurcación, sale un camino a la izquierda y en ligero ascenso, que es el que hay que seguir, y otro a la derecha que desemboca en un vallado. A partir de entonces se puede ver el albergue El Hornillo, cerrado por obras. Frente al edificio, junto al cartel indicador de El Hornillo se abre el vallado pudiendo acceder al recinto. Para continuar el camino hay que pasar entre el edificio y el merendero techado que hay junto a él para seguir por detrás del albergue. Otra opción es bordear el vallado, hasta un monolito de piedra al que se llega por ambos caminos y que indica el inicio de la “Senda Ecológica”.

A partir de este punto se sigue un sendero perfectamente marcado que se introduce en un bosque de pinos, en el que existen especies no habituales y propias de otras latitudes, y que aquí se conservan desde los periodos de clima más frío, en los que se daban especies del centro y norte de Europa como es el abedul y que han dejado muestra de su historia vegetal. Además, el paseo viene acompañado de una banda sonora de pajarillos que cantan. Los primeros ejemplares de Abedul (betula alba) se encuentran nada más entrar en el bosque. A la izquierda del sendero hay cuatro ejemplares de gran tamaño, dos casi juntos en primer término y otros dos unidos en la base de su tronco en segundo término, que se pueden distinguir por sus troncos plateados, aunque llenos de estrías negras, dada su edad, y sus hojas romboidales dentadas. Sus hojas son caedizas y tienen forma triangular o rómbica, siendo además muy dentadas.

La senda es cómoda y sombreada

Continuando el sendero a través del bosque se pasa algún que otro claro que deja el paso a matorrales como el brezo (erica arborea). También podréis observar ortigas (no acercarse) y helechos.

Tras unos 500 m. desde el Albergue, el sendero comienza a ser algo más pendiente y a ser ocupado por alguna piedra y raíces, además el roble o melojo (quercus pyrenaica) comienza a acompañar en el camino que conduce hasta el Arroyo de la Casita, preámbulo del Arroyo del Sestil, lugar al que se llega 150 m. después. En este punto, entre la vegetación, se ve una considerable rampa de piedra, sobre la que al discurrir el agua, da lugar a la Chorrera de Mojonavalle, que se contempla desde el Mirador de la chorrera, tras subir una pequeña escalinata, que parte junto a un nuevo cartel indicador.

Mirador de la Chorrera

Después de una pequeña parada para contemplar la chorrera (las épocas más propicias son los días más fríos del invierno, que puede verse helada; y la primavera, que cuenta con abundante caudal), el camino gira bruscamente y continúa descendiendo entre pinos, robles y abedules durante algo más de 600 m. hasta llegar a un cruce de senderos. En este punto se debe continuar por el que desciende a la izquierda y que vuelve al curso del Arroyo del Sestil (de los dos senderos que aparecen de frente, uno es el camino de vuelta y el que sube a la derecha el camino de regreso al comienzo ruta).

Recordar esta encrucijada


Después de 200 m. se llega de nuevo al arroyo, lugar donde los pinos, robles y abedules compiten en altura. Se debe cruzar el arroyo a través un pequeño puente formado por una losa de piedra, tras el cual y ante una nueva bifurcación se toma el sendero de la derecha que discurre junto al arroyo. En esta zona vamos a recorrer un tramo muy agradable junto al rumor del agua.

Al cruzar el río tomar el sendero de la derecha que discurre junto a él

Siguiendo el sendero junto al río por el margen izquierdo, tras unos 200 m. se llega a un nuevo puente, formado por varias losas de piedra, que conduce a la orilla derecha del arroyo. Desde este punto se pueden observar fácilmente los primeros ejemplares de Tejo (taxus baccata). Justo frente al puente, mirando hacia la derecha, es posible distinguir (gracias a su característica forma piramidal) dos pequeños ejemplares unidos en su base, y a la izquierda, rodeado de abedules, existe un ejemplar de mayores dimensiones. El Tejo es una conífera de forma cónica con agujas anchas y planas de color verde intenso. Su tronco es corto y robusto, de color anaranjado, y se desprende en láminas.


Ejemplar de Tejo y final senda para continuar por carretera


Continuando el sendero se llega a una barrera, que impide el paso de vehículos, y tras ésta se alcanza la carretera que une Canencia con Miraflores, la M-629. En estos últimos metros del sendero, es posible contemplar varios ejemplares de Acebo (ilex aquifolium), algunos de gran altura, donde se observa que las hojas inferiores son espinosas y las más altas lisas. El acebo es el arbusto típico de la Navidad, por lo que será reconocido hasta por los más pequeños. Sus hojas perennes tienen dientes espinosos y sus frutos son unas bayas redondeadas de color rojo intenso.

Una vez en la carretera, se camina con precaución durante unos 300 m. (siempre colocándonos en el lado izquierdo de la calzada, para poder ver lo que nos vienen por delante, y pegados al arcén), en dirección al puerto (sentido de subida, por la derecha). Antes de llegar a una curva cerrada en la carretera, junto a un pequeño ensanche donde pueden aparcar un par de coches parte un pequeño sendero hacia nuestra derecha. Aunque en otro tiempo estaba marcado con una baliza, cuando yo lo realicé únicamente un punto amarillo sobre la piedra del suelo marcaba el camino. Apenas tomamos el sendero llegamos a un acebo con doble tronco, situado en una bifurcación. Nosotros debemos tomar el sendero a la derecha, en ligera pendiente, por donde se prosigue por un camino con gran abundancia de acebos. Esta parte del camino es la más escabrosa, tanto por tener cierta pendiente como por ser un camino lleno de piedras y raíces.

Fijarse en el acebo de doble tronco para seguir el camino correcto

Después de unos 650 m. se llega de nuevo al cruce de senderos que debíamos recordar, frente al camino que procede de la chorrera. En este punto se debe tomar el sendero que sube hacia nuestra izquierda, el cual, tras algo menos de 900 m., y un zigzag, desemboca en la pista inicial junto al panel indicador con planos de rutas que habíamos comentado. Continuando por la izquierda llegaremos hasta el punto de inicio en el Puerto de Canencia.

¿Dónde comemos?

Al ser una ruta corta y asumible en 2-3 horas máximo, lo más sensato es realizarla y volver al aparcamiento para disponerse a comer y pasar una agradable sobremesa campestre. Existen multitud de mesas, entre los árboles, para poder extender el mantel y comer todo lo que nos quepa en la nevera.

Los niños lo van a pasar genial en este entorno, jugando a descubrir hormigueros y lagartijas, así como mojándose en la fuente donde poder aprovisionarnos de agua fresca.

¿Y para pasar la tarde?

Si aún tenéis fuerzas para seguir caminando y os llama la civilización, nada más fácil que subirse al coche y bajar al próximo pueblo de Miraflores de la Sierra.

Se trata de una localidad pequeña pero muy encantadora. Los mejores ejemplos de las construcciones en piedra del municipio las encontramos en el Paseo de Los Álamos, lugar en el que podremos sentarnos a tomar un café. Siguiendo esta calle recta vamos a encontrarnos con uno de los atractivos de Miraflores, el antiguo Álamo. Se trata de una especie de olmo, el cual está disecado, pues en los años 80 murió debido a una enfermedad trasnmitida por un hongo, la grafiosis. Vicente Aleixandre, Premio Nobel de Literatura, que veraneó en Miraflores de la Sierra durante gran parte de su vida, le dedicó al Álamo una poesía que se puede leer al lado del tronco.

Otros lugares a visitar son la Plaza de España, con su Ayuntamiento porticado y la anexa oficina de turismo; la próxima Casa de Cultura, lugar de exposiciones temporales; la Fuente Nueva, obra de finales del siglo XVIII, es un símbolo de la ciudad. Destacan sus dos grandes pilones, uno para lavar la ropa y otro para que el ganado bebiera; la Iglesia de Santa María la Mayor de Miraflores, interesante por su aspecto de fortaleza, su alta torre cuadrada y su pórtico sur neoclásico, así como por su interior de tres naves. Como curiosidad indicar que la pila bautismal data de 1492 o que el retablo del altar es una reconstrucción del original destruido durante la Guerra Civil.
























¿Hicisteis esta ruta? ¿Qué os pareció?

A continuación os dejo un PDF de la ruta




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