domingo, 20 de agosto de 2017

Tenerife es el típico destino de sólo playa

Tenerife es una isla de las siete que componen el archipiélago canario, concretamente la mayor de todas ellas. Destino predilecto de multitud de turistas que buscan relajarse en sus playas y disfrutar de su excelente temperatura isleña, durante muchos años su lema fue la estrofa de la canción El hombre del tiempo (Grupo Los mismos, 1968), “Tenerife tiene seguro de sol”.

Pero desde entonces Tenerife ha evolucionado considerablemente y se ha convertido en un destino turístico capaz de ofrecer una amplia y variada oferta vacacional que complementa su excepcional clima para el veraneo playero.

Por tanto, en el post de hoy os voy a ofrecer cinco propuestas que os permitirán acercaros a esta maravillosa isla de una manera diferente. ¿Os animáis a descubrir otra Tenerife más cultural?


Puerto de la Cruz

Es la primera ciudad turística de España, con más de medio millón de visitas al año. Y, a la vez, es el municipio canario más pequeño de las Canarias. Puerto de la Cruz es el lugar ideal para pasar unos días de vacaciones, pues tiene una amplia oferta turística, tanto de playa como de ocio. Una ciudad que, a pesar de la afluencia masiva de turistas, ha sabido mantener su especial idiosincrasia propia.

Uno de los orgullos de la ciudad es su playa urbana de arena negra, Playa Jardín. Se trata, en realidad, de tres playas en una (Playa Jardín, Playa chica y Punta brava), diseñadas por César Manrique de una manera excepcional, pues se integran en el entorno con numerosos jardines de especies vegetales endémicas, cascadas de agua y cuevas de piedra.


A pesar de tener escolleras con el objeto de poder mitigar la fuerza del Océano Atlántico, las playas suelen tener bastantes olas, lo que hará el baño más divertido (aunque también algo más peligroso para los niños pequeños). Por tanto, por si os encontráis con días de alto oleaje es importante que os alojéis en un hotel/apartamento que disponga de una amplia piscina.

Personalmente ha sido una de las playas que más me gustaron (me encantan las olas), tanto visualmente como por la tranquilidad que encontramos. Por ponerle algún pero diría que es algo pequeña en extensión (240 metros Playa Jardín), lo que no te permitirá dar largos paseos, y que la arena es muy “pegajosa” (te costará quitártela si te dejaste zarandear por las olas). Respecto a la necesidad de zapatillas deciros que en Playa Jardín no las necesité pero si en Playa chica.



Otro de los grandes atractivos de la ciudad se encuentra en la otra punta de la misma y, nuevamente, se debe al arte de César Manrique. Me refiero al conocido Lago Martiánez, un complejo de ocio compuesto por piscinas artificiales, zonas ajardinadas y diversos monumentos que transformó completamente la primera zona de baño de la ciudad. Para disfrutar de este complejo hay que pagar una entrada, cuyo precio varía según los servicios que contratemos (tumbonas, comida…). Una recomendación: debido al color blanco del suelo, los ultravioleta “pegan” con fuerza en este lugar, por lo que no lo visitéis el primer día ni escatiméis en crema solar.

Los atractivos del Puerto de la Cruz van mucho más allá de estas dos zonas de playa (no en vano el post pretende mostraros otros atractivos diferentes a los típicos de sol y tumbona).

Pasear por su entramado urbano es una delicia, pues en muchos lugares os vais a encontrar las típicas fachadas coloniales con sus característicos balcones de madera.

Un lugar especialmente interesante de recorrer es el barrio de La Ranilla, con las típicas construcciones de pescadores. En el trayecto que separa el Castillo de San Felipe y el Muelle del Puerto de la Cruz vamos a encontrar un barrio lleno de vida por las noches y en el que podremos admirar un divertido arte urbano en sus fachadas.

Otro paseo agradable nos lleva desde el Muelle anterior hasta Lago Martináez. Primero atravesaremos lo que queda de la Batería de Santa Bárbara (con cañones de la época de Felipe V), la Plaza Europa, las hermosas vistas de la playa de San Telmo, la ermita del mismo nombre, el Casino de Taoro y un paseo con palmeras lleno de restaurantes y tiendas de souvenirs.


La Iglesia de la Peña de Francia, inconfundible por su poderosa torre de piedra negra volcánica, esconde en su interior un bello artesonado mudéjar y un retablo Mayor barroco que bien merece la pena admirarlo detenidamente.

 





















Si os gusta la naturaleza no podéis olvidar pasear por dos lugares míticos de la ciudad. El Parque Taoro es un agradable lugar, situado en la parte alta de la ciudad, desde el que encontraremos agradables paseos entre cascadas y vegetación y unas vistas impresionantes. No olvidéis acercaros a ver el exterior de la Iglesia Anglicana, muy cerca del Camino de la Sortija. En el Jardín Botánico, por otro lado, nos vamos a sorprender con las variadas especies vegetales tropicales existentes en el mismo. Fue creado en el siglo XVIII con el objetivo de aclimatar esas especies para su introducción posterior en Europa. Ambos parques, con una visita que no os llevará más de una hora, son excelentes complementos para alternar con la playa.

Vistas del Puerto de la Cruz desde el Parque Taoro
Y por último, aunque no por ello menos importante, encontramos el otro gran atractivo turístico de la ciudad (y me atrevería a decir de todas las Canarias). Estoy refiriéndome al Loro Parque, uno de los mejores zoológicos a nivel mundial.

Aunque su nombre os puede confundir al principio, pensando que se trata de una especie de zoo sobre pájaros, al entrar os daréis cuenta de que esa impresión es falsa. Multitud de animales conviven en unos entornos naturales diseñados para su esparcimiento, libres de verjas y vallas. Monos, gorilas, leones, tigres blancos, perezosos, iguanas, flamencos, cocodrilos, una zona con pingüinos, una zona con medusas, un enorme acuario con tiburones, manta rayas, y multitud de peces de todas las partes del mundo.

No obstante, lo mejor de todo son los espectáculos que organizan con los animales marinos y los loros. En la entrada os ofrecerán los horarios de los mismos y os aconsejo llegar con tiempo si no queréis quedaros sin sitio.

El de los leones marinos es muy divertido, pues los cuidadores representan una especie de obra. El de los delfines me pareció más simplón (comparándolo con el de Valencia, por ejemplo). El Loro Show divertidísimo para los niños; y el mejor, con mucha diferencia, el de las Orcas. Además de ser el único lugar de Europa en donde podremos verlas, han logrado realizar un show divertidísimo, incluyendo una cámara indiscreta que capta los mejores momentos de los chapuzones. Si no queréis mojaros deberéis situaros en la parte media y alta de las gradas. En caso contrario ir preparados o adquirir un chubasquero (por 3€).

Un lugar imprescindible para grandes y pequeños que justifica sobradamente la visita a la ciudad. Para consultar tarifas y horarios pinchar aquí.

 San Cristóbal de la Laguna

Fue la primera y más antigua capital de Tenerife, cuando la isla fue anexionada a la Corona de Castilla tras la victoria final ante los aborígenes (1496). Por ello nos vamos a encontrar con una urbanización colonial de elegantes casas señoriales que nos trasladarán a los siglos XVI y XVII. Además de su especial encanto antiguo, el ser sede colonial y ciudad universitaria le otorga una vida única e inconfundible.

Una ciudad viva, maravillosa y muy lluviosa. Se trata de la ciudad en la que más llueve de todas las Canarias, debido a la acción de los vientos Alisios, por lo que siempre conviene consultar el tiempo antes de visitarla.

Si os acercáis en coche resulta una buena idea aparcarlo en la parte posterior a la Plaza del Adelantado, pues es un magnífico punto de arranque para descubrir los encantos de la ciudad, la cual os puede llevar un hora recorrerla. Otra opción es una urbanización pasado el Santuario del Cristo de la Laguna, un lugar con mucha devoción entre los lugareños que bien merece la pena acercarse.

El nombre de la ciudad se forma primero, con el nombre del patrón de los marineros y viajeros, y segundo, como recuerdo de la formación de una laguna en la zona debido al desagüe de las montañas cercanas. Su ubicación se eligió, sobre todo, por la disponibilidad de agua y la lejanía de la costa, lo que le mantenía a salvo de los ataques piratas. En su construcción destacó la ausencia de murallas y el trazado cuadriculado en forma de damero.

La Plaza del Adelantado es la típica plaza renacentista del siglo XVI. Edificios singulares en ella son la ermita de San Miguel, la casa natal del Padre Anchieta, el monasterio de Santa Catalina de Siena o el próximo Ayuntamiento. Su nombre hace referencia al título otorgado al conquistador de Tenerife, Alonso Fernández de Lugo.

En el interior de la iglesia del convento se encuentra el cuerpo incorrupto de una monja, conocida como la siervita (visita 15 de febrero). Y es una de las muchas iglesias que podremos visitar en esta pequeña ciudad.

Pasear por la Calle Obispo Rey Redondo supone sumergirse por la arquitectura señorial de la ciudad. Las primeras casas que podremos admirar, inconfundibles por sus característicos colores, son las siguientes: Casa del Corregidor, La Alhóndiga, Casa Alvarado Bracamonte (ver patio interior, el cual da acceso a la oficina de turismo).


Adentrarnos un poco más en la ciudad siguiendo esta arteria supone toparnos con su magnífica Catedral de la Laguna. Está consagrada a la patrona de Tenerife, la Virgen de los Remedios. Su estilo neoclásico se inspira en la Catedral de Pamplona. Es el templo más importante de la ciudad y en su visita se os proporcionará una audio-guía para poder conocer todos sus rincones. Especialmente recomendable es subir al coro de la planta alta y observar el interior del templo desde su privilegiada posición elevada.


















El otro gran templo de la ciudad es la Iglesia de la Concepción, situada en Villa Arriba (barrio de artesanos llamado así en contraste con Villa Abajo, que sería la zona de la Plaza del Adelantado). Posee la campana más grande de las Canarias, situada en lo alto de su característico campanario. Subir al mismo es una buena idea, por las excelentes vistas que proporciona.

Otra calle con auténtico aire colonial es la próxima San Agustín, la cual baja paralela a la que hemos tomado para subir y desemboca próxima a la Plaza del Adelantado. En esta calle destacan los edificios del Obispado de Tenerife, la Casa Lercaro (Museo Historia Tenerife con precioso patio interior) y la Casa Montanés.

Lugares destacados que se encuentran algo alejados del centro, pero que merecen mucho la pena de visitar son: El Santuario del Santísimo Cristo de La Laguna, del que ya hablamos antes y que contiene una imagen muy venerada en Tenerife, y el Museo de la Ciencia y el Cosmos. Se trata de un precioso museo interactivo en el cual vamos a descubrir la Ciencia que nos enseñaron de pequeños (y ya olvidamos). Como define la página web del museo, se trata de un espacio de inspiración y un generador de emociones que invita a la curiosidad de forma permanente.

Especialmente interesante para que los niños puedan descubrir, con sus propias manos, diversos fenómenos físicos, su especial predilección por el Universo lo hace también muy atractivo para los mayores. Si deseáis visitarlo sin prisa podéis pasar un par de horas muy agradables, siendo imprescindible entrar en el planetario y ver alguna de sus sesiones (1€). Son pequeños vídeos de menos de media hora que os sorprenderán tanto visualmente como por sus entretenidos contenidos. En mi opinión, un museo diferente (similar al MUNCIT de Madrid) y que merece la pena visitarse.


Para consultar tarifas y horarios pinchar aquí.

Santa Cruz de Tenerife

La capital de la Isla de Tenerife no destaca por su riqueza turística, aunque bien vale no dejar de visitarla, pues en su entramado urbano esconde rincones imprescindibles para todo turista al que le guste el arte arquitectónico, los museos o la vida de una ciudad con puerto al mar.

La ciudad comparte la capitanía de las Islas Canarias con Las Palmas de Gran Canaria, la cual ostentaba, anteriormente, La Laguna.

El centro neurálgico de la ciudad es Plaza España. Su gran tamaño, el mayor de las islas, y su característica torre del reloj del ayuntamiento la hacen inconfundible. En los subterráneos de la plaza existe una pequeña excavación arqueológica en los que admirar los cimientos del otrora Castillo de San Cristóbal. Además de por su carácter gratuito, la amabilidad de las chicas que cuidan ese recinto merece bien la pena su visita. En el interior descubriremos los restos de una fortaleza que defendía la ciudad de los ataques enemigos, de lo mucho que la ciudad ha ganado al mar (pues llegaba hasta allí) y de la famosa resistencia de los tinerfeños ante la flota inglesa de Nelson, quién perdió uno de sus brazos al intentar la conquista de Santa Cruz el 25 de julio de 1797. El cañón que disparó la bala que le arrancó el brazo, denominado cañón Tigre, está expuesto y a través de paneles explicativos podemos conocer aquel episodio y otros muchos que tuvieron a este fuerte como protagonista.

En el cercano puerto, el segundo en importancia de las islas, encontraremos siempre atracados numerosos cruceros, pues el puerto es parada obligatoria de los que transitan esta zona del Atlántico.

Si dirigimos nuestros pasos hacia la Plaza Weyler, otra destacable plaza dentro de la ciudad, recorreremos las calles más comerciales de Santa Cruz, destacando la calle del Castillo.

Desde Plaza de España podemos tomar otro camino dejando el mar a nuestra izquierda y avanzando hacia el paseo marítimo. En los alrededores de la Plaza Europa, otra interesante, encontramos la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, la cual bien merece una visita. De estilo barroco, sus amplias cinco naves y múltiples capillas dan para pasear un buen rato. Al contrario que en La Laguna, aquí no tendréis que pagar entrada y su visita es libre. A destacar la imagen venerada de María Santísima de la Esperanza Macarena de Santa Cruz de Tenerife, la reliquia de la canilla de San Clemente I de Roma, papa y mártir, en la capilla de la Virgen del Carmen o el par de banderas inglesas que se guardan en la Capilla de Santiago el Mayor como recuerdo del ataque de 1797.

Como inciso comentar que el otro gran templo de la ciudad es la Parroquia de San Francisco de Asís, muy cercano a la Plaza de España. Visitar su interior es una gran sorpresa, debido a los cuidados frescos que contiene y a su asombrosa grandeza y magnitud de las naves.


















Volviendo a la Iglesia que habíamos dejado anteriormente, si cruzamos el puente sobre el Barranco de Santos encontraremos dos de los museos más importantes, me atrevería decir, de todas las Islas Canarias: El Museo de la Naturaleza y el Hombre (imprescindible por muchos motivos, como su fabulosa colección de momias guanches, sus audiovisuales de las Islas Canarias o su exposición sobre aves) y el TEA de Tenerife (con sus salas de exposiciones temporales). Para ver los horarios del museo pinchar aquí.


Momia Guanche de Tenerife
En las proximidades también se ubica el Mercado Municipal Nuestra Señora de África La Recova, un recinto agradable y curioso de visitar, siempre por la mañana, cuando tiene toda su vida en apogeo.


Caminando hacia el final del paseo marítimo encontraremos uno de los edificios más modernistas de la ciudad, el Auditorio de Santa Cruz, obra simbólica de la ciudad, ejecutada por el famoso arquitecto Santiago Calatrava y que ha provocado que algunos bauticen a la ciudad como la Sídney del Atlántico.


Junto al Auditorio observaréis dos torres gemelas que pasan por ser las más altas de las Islas Canarias (y que me recordaron al Hotel Ramsés de El Cairo) y el impresionante Castillo de San Juan Bautista, también denominado el Castillo Negro (aunque más que castillo deberíamos denominarlo fuerte). Data de 1643 y en su historia particular destaca la defensa de la ciudad ante el ataque del famoso almirante inglés Horatio Nelson. Gracias a castillos como este Santa Cruz pudo repeler el ataque inglés de 1797 que ya comentamos anteriormente. Este ataque pretendía anexionar las islas a la corona británica. Pero en vez de lograr semejante hazaña volvió a casa sin un brazo, debido al impacto de un cañonazo por parte del famoso cañón Tigre. Cada 25 de julio se conmemora con una fiesta esta importante y desigual victoria, en la que los efectivos ingleses doblaban en número a los españoles.


El Parque Marítimo César Manrique (muy similar a Lago Martiánez del Puerto de La Cruz) y el Palmetum (un jardín botánico amplísimo y lleno de paz) terminan por cerrar nuestras visitas turísticas del día en esta dirección. Y si os gustan los parques una buena opción es el Parque Municipal García Sanabria, situado en lo alto de la ciudad.

Por último, resulta obligado visitar, ya que estamos en Santa Cruz, la playa de Las Teresitas, la mayor playa de arena artificial de la isla (traída expresamente del Sáhara, por lo que es amarilla). Para ello deberemos coger el coche y desplazarnos unos cuantos kilómetros hacia el noreste.

Aparcar en el centro de Santa Cruz es una locura, por lo que os recomiendo hacerlo en el Parking de pago de Plaza España o, si queréis gratis, en el centro comercial Meridiano, junto al Palmetum, en la explanada al inicio de Avenida Marítima o en las calles colindantes a El Corte Inglés, cerca del Auditorio.

Icod de los vinos-Garachico-Punta de Teno

Para llegar a Icod desde el Puerto de la Cruz debemos coger la carretera dirección oeste, hacia Icod de los Vinos. A unos 7 Km. de camino se encuentra, en la población de Realejos, un excelente mirador llamado de San Pedro. Una imagen de plataneras y acantilados basálticos nos dejará sin habla, con Puerto de la Cruz al fondo. Para los que le guste hacer senderismo es bonito recorrer la Rambla de Castro hasta la Playa de Los Roques (unas 3 horas ida y vuelta). También podemos pasear un rato sin hacerla entera, caminando desde la ermita de San Pedro, próxima al mirador.

Icod de los Vinos es una pequeña localidad que tiene tres paradas turísticas imprescindibles.

Parque del Drago (A diario. 9:30-18.30h): El ejemplar de Dracaena Draco que conserva este parque se considera uno de los seres vivos más ancianos del mundo. Se estima que debe poseer en torno a 1000 años. Sus dimensiones son: 16 metros de alto, 20 metros de perímetro y 140 toneladas de peso. Le rodea un interesante parque botánico de plantas autóctonas de Canarias. Si no tenéis mucho tiempo o no queréis pagar la entrada al mismo podéis observarlo perfectamente desde el mirador situado junto a la Iglesia de San Marcos (Calle Arcipreste Ossuna).

Museo Guanche (Gratuito. De 10 a 18h.excepto domingos): Explican la cultura guanche con maquetas y recreaciones de los antiguos pobladores de la isla. Se encuentra en un centro comercial.

Cueva del viento (Se requiere reservar entrada Online: http://www.cuevadelviento.net/) Se trata de una cavidad volcánica formada hace 27.000 años en lavas basálticas procedentes de la primera fase eruptiva del volcán Pico Viejo, situado junto al Teide (Tenerife, Islas Canarias).Este tubo volcánico, cuyo nombre se debe a las importantes corrientes de aire que se producen en su interior, es el quinto más largo del mundo (18 kilómetros topografiados). Posee diversas características geomorfológicas únicas: tres niveles superpuestos de galerías, estalactitas de lava, cascadas lávicas, terrazas laterales y lagos de lava. E, igualmente, cabe destacar su increíble fauna, con más de 190 especies distintas de invertebrados (en su mayoría). Las visitas se deben hacer con guía.

Garachico es un municipio que se encuentra a unos 25 Km. Del Puerto de la Cruz y muy próximo a Icod. Fue el primer puerto construido en la isla y su esplendor provenía del tráfico con América. El 5 de mayo de 1706 comenzó la erupción del volcán Arenas Negras, el cual destruyó el puerto y parte de la localidad en los 58 días en los que se extendió el fenómeno natural. Este suceso acabó con el esplendor de la villa, construyendo puertos alternativos en Puerto de la Cruz y Santa Cruz de Tenerife. El Roque de Garachico, enfrente de la costa de la villa es el recuerdo de aquel nefasto acontecimiento.

Lo primero que veremos al llegar a Garachico es su moderno puerto deportivo (2010). La ciudad se recorre fácilmente a pie, por lo que podemos dejar el coche en el primer aparcamiento habilitado (por ejemplo, junto a la ermita de San Roque). Si hay no encontráis sitio avanzar pegados a la costa e intentar aparcarlo en cualquier lugar de esa calle. En el peor de los casos, al final de la ciudad, junto a las piscinas naturales, también tenéis un aparcamiento amplio (aunque colapsado los fines de semana).

En el camino hacia el centro de la ciudad podemos visitar la ermita de San Roque, levantada en el siglo XVII, cuando una plaga de peste bubónica atacó la ciudad, y el monumento del Motín del vino, que recuerda un pasaje histórico que data de 1666. Los vinicultores de la zona, molestos con el monopolio inglés, derramaron el vino de sus cubas.

La Plaza de la Libertad es el centro neurálgico de la ciudad. En ella vamos a encontrar los principales edificios de la ciudad. La Iglesia de Nuestra señora de los Ángeles (actual Museo de Ciencias Naturales e Historia), el exconvento de San Francisco de Asís (actual Casa de la Cultura), el Ayuntamiento y la Casa Palaciega de los Condes de La Gomera. La plaza se completa con un curioso kiosko cafetería y la estatua de Simón Bolívar (algunos antepasados provenían de esta villa).


El mayor templo religioso de la ciudad es la Iglesia de Santa Ana. Lo más destacado de su interior es el bello artesonado mudéjar de la techumbre.

Muy próximo a la iglesia se encuentra el Parque de la Puerta de Tierra. Este lugar delimitaba la villa del puerto. Hoy hay un pequeño jardín, muy recoleto y encantador.

Caminando hacia la costa nos toparemos con el Castillo de San Miguel. Se trata de una construcción defensiva similar a la equivalente al Puerto de la Cruz, cuya misión era defender a la villa de los ataque piratas. Data de 1577 y en la entrada resiste imponente un poderoso escudo de Carlos I. El interior alberga un pequeño museo.

Junto a este monumento se encuentran las piscinas naturales de Garachico. Se trata de unos charcos formados en el interior de coladas volcánicas, en las cuales se forman piscinas naturales al subir la marea. Nadar junto a los peces es una sensación única, al resguardo de las olas del mar.


Por último, siguiendo la carretera de la costa hacia el oeste podremos llegar al punto más occidental de la isla, un lugar encantador sobre el que se alza uno de los siete faros que balizan las costas de Tenerife: el faro de Teno.

Llegar hasta este lugar de gran riqueza natural tiene algo de aventura (por la sierra que atravesamos) así como por lo complicado que resulta aparcar. Al contrario de lo que se suele pensar, este lugar no es de rápida visita, pues en su cercanía se encuentra la pequeña playa Punta de Teno. Las impresionantes vistas de los acantilados de la costa oeste son un motivo suficientemente atractivo como para pasar unas horas en aquella playa. La visita a este alejado lugar os aseguro que no os defraudará lo más mínimo.

 












Parque Nacional del Teide

Catalogado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, se trata del Parque Nacional más visitado de España y uno de los más visitados del mundo.

Su mayor atractivo es el Teide, la máxima elevación de España . Visitar Tenerife y no acercarse al Teide es lo mismo que visitar París y obviar la Torre Eiffel. Un sinsentido. El volcán del Teide, sí esa gran montaña es un volcán que puede activarse en cualquier momento, es una de las principales atracciones de la isla y uno de sus puntos de referencia fundamentales. No en vano es el tercer volcán más grande del mundo.

Para llegar al Parque nacional desde el puerto de la Cruz os recomiendo acercaros a La Laguna y coger la carretera TF-24. Aunque puede parecer que perdéis tiempo y os desviáis del camino dirigiéndoos tan al este, en realidad es la subida más amena e interesante, con múltiples miradores y cambios impresionantes en el paisaje.


De vuelta, por ahorraros tiempo, podéis bajar por la TF-21, una carretera muy sinuosa llena de curvas cerradas y que os llevará a La Orotava. Aquí no hay tantos miradores pero podréis observar como atravesáis las nubes (o las nubes os atraviesan a vosotros).


El gran atractivo que tiene el Parque Nacional del Teide es la variedad de opciones que permite, las cuales vamos a resumir brevemente:

Miradores: Pasear en coche por las proximidades del Teide e irse parando en los diferentes miradores es una de las opciones más sencillas que podemos realizar. Existen más de 25 miradores en el Parque  (mapa en PDF con todos ellos pinchando aquí). Personalmente me encantaron los más próximos al Centro de Visitantes de Cañada Blanca, en donde disfrutar de los famosos Roques de García.

Senderos: Para los apasionados del senderismo el Teide es un lugar ideal, con multitud de rutas de lo más variadas y apasionantes. Aptas para todos los públicos. Existen un total de 37 senderos (podéis consultarlos pinchando aquí). Al viajar con un niño pequeño, y no disponer de demasiado tiempo para senderismo, nosotros hicimos la cómoda ruta 3 Los Roques de  García. Se trata de una sencilla ruta circular de escaso desnivel y de 1 hora de tiempo de realización. En el camino podremos observar más de cerca el conocido como Roque Cinchado (la imagen que salía en los antiguos billetes de 1.000 pesetas) y otra magnífica formación geológica llamada la Catedral.

Jardín Botánico: Se encuentra junto al Centro de Visitantes de El Portillo y tiene como objetivo mostrar y exponer la flora autóctona de este ecosistema tan particular. En el centro de visitantes existe un pequeño museo en el cual es posible conocer los aspectos geológicos, botánicos, zoológicos y arqueológicos más relevantes del Parque. La visita es gratuita, así como la entrada al Jardín Botánico anexo a este y el servicio de rutas guiadas a pie.

Subida a la cumbre de El Teide: Para subir al punto más alto de España sin demasiadas complicaciones debemos acercarnos al teleférico, el cual está situado a 2.356 metros de altura. En un escaso tiempo de 7-8 minutos el teleférico nos sube hasta los 3.555 metros. Las vistas en ese breve espacio de tiempo, como podéis imaginar, son impresionantes. Una vez arriba (recordar que estáis en alta montaña, por lo que debéis llevar ropa adecuada) os quedan 162 metros de ascensión a pie para llegar al punto más alto (sendero Nº10 Telesforo Bravo).

Para poder subir a esta zona es necesario sacar un permiso especial, pues es una zona restringida, al igual que otros Parques Nacionales (pinchar aquí). Se emiten 200 al día, por lo que es aconsejable reservar plaza con antelación en las fechas de verano.

Existen otros dos senderos (abiertos al público sin limitaciones) que podemos tomar una vez arriba: el Nº11 conduce al Mirador de La Fortaleza y el Nº12 al Mirador de Pico Viejo. En este segundo nos acercaremos a la boca del cráter del volcán, que con sus 800 metros de diámetro no defraudará a nadie.

Observatorio del Teide: Se trata de uno de los observatorios solares más importantes del mundo. Se realizan dos pases diarios de visitas guiadas (a las 12 y a las 14:30h). En el Centro de visitantes podremos ver un vídeo sobre la formación del universo y nos explicarán todo lo relacionado con las galaxias, los agujeros negros… Luego, a través de un telescopio especialmente preparado, podremos observar el sol (¡¡¡no hacer en casa sin los filtros adecuados!!!). Por último nos mostrarán un telescopio de infrarrojos. La visita total dura casi unas dos horas.

Para poder visitar este observatorio se necesita reservar entrada con antelación (pinchar aquí).

Al final me ha quedado un post bastante amplio, con mucha información. Espero que os animéis a viajar a este bonito lugar.

2 comentarios:

  1. Os recomendamos hacer la ruta 040 que parte desde la playa y termina en la zona del Teide

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