En unas vacaciones, mi mujer y
yo estábamos bastante cansados y pensamos que era el momento de relajarnos en
un destino de playa. Como también nos gusta realizar visitas culturales, nuestro
objetivo era volar hasta las islas Canarias. Cuando fuimos a contratar el viaje
a la agencia (hace unos pocos años esto era lo más habitual) nos propusieron un
destino igual de relajante y más económico: Túnez.
En concreto, nos ofrecieron
una semana en un Resort de Yasmine Hammamet, sin lugar a dudas la zona más
turística de todo Túnez. Nos informamos un poco sobre lo que podíamos visitar
por allí y nos decidimos. La experiencia no pudo ser mejor y se la recomiendo a
todo el mundo. En Yasmine Hammamet encontramos una playa maravillosa. En el
complejo hotelero unas instalaciones más que correctas y como punto de partida
de numerosas excursiones es un lugar ideal.
¿Os apetece que os muestre
todo lo que podréis visitar en este lugar?
Yasmine Hammamet es un enorme
complejo turístico donde se reúnen numerosos hoteles y Resort. Se extiende a lo
largo de cuatro kilómetros de una playa de arena muy fina. De las mejores que
he visitado. Todo allí está pensado para el turista. De hecho, existe una
medina artificial donde se reúnen restaurantes, cafés, comercios, algún museo y
hasta un parque de atracciones llamado Carthageland, con 18 atracciones y
minizoo. Si os gusta comprar, allí pasaréis bastantes tarde-noche. También hay
un puerto deportivo donde recalan preciosos barcos de paseo.
Nosotros nos alojamos en el
hotel Iberostar Belisaire. Nos lo recomendaron por la comida, muy al gusto de
los españoles, y por el Spa que posee. Tras estar allí una semana yo lo
recomiendo por lo mismo y le añado dos cosas: la piscina exterior, realmente
grande y agradable, y la piscina del spa, de acceso gratuito a mediodía, con su
calentita agua salada. La playa está a escasos tres minutos andando y tiene tumbonas y sombrillas del hotel gratuitas.
Amanecer en la playa de Yasmine Hammamet |
Para todos aquellos que sólo
quieran playa y fiesta lo anterior debe serles suficiente, pues van a encontrar
todo lo necesario para pasar unas vacaciones relajadas. Pero si os gustan las
excursiones culturales os voy a recomendar varias salidas que podéis hacer
fácilmente desde este lugar.
Existen tres formas de
moverse por Túnez. La primera y más sencilla es contratar las excursiones con el
enlace de la agencia en el mismo hotel. Os llevarán desde el hotel a las
principales atracciones turísticas en un autobús privado y os volverán a dejar
en la puerta de vuestra habitación. Todo
muy rápido, aséptico y planeado. De lejos lo más caro y lo que nunca
recomiendo. Que no os asusten con el posible peligro a robos. En Túnez los
turistas son muy respetados y es una de las sociedades más avanzadas de los
estados musulmanes situados en la ribera mediterránea.
La segunda opción consiste en
alquilar a un taxi por nuestra cuenta y que nos lleve a donde queramos. Es la
mejor opción si queremos ver muchas cosas en poco tiempo, y de paso es más
barato que la propuesta de la agencia.
La tercera opción es
montártelo todo por tu cuenta. Yo es lo que hice y no me arrepiento. En Túnez
puedes viajar tranquilamente en transportes públicos, es barato y descubres
mucho mejor la sociedad y cultura donde te encuentras. Es más lento que el
taxi, pero más gratificante y muchísimo más económico. Si tenéis tiempo suficiente
os lo recomiendo encarecidamente. A continuación os dará las indicaciones
suficientes para realizar todas las excursiones sin problemas.
Las principales visitas que
podéis hacer son las siguientes:
Hammamet
En la parte posterior del
hotel había una parada de autobús que te llevaba del complejo de Yasmine
Hammamet a la ciudad de Hammamet. Son autobuses como los que había antiguamente
en Madrid: se entra por detrás, donde un revisor te cobra, y se sale por
delante, junto al conductor. El autobús es el Nº 115, pasa cada 30´ y os costará medio dinar tunecino (0,5 TND). También
podéis coger el Nº 120, más pequeño, más cómodo (por llevar aire acondicionado)
y algo más caro (0,9 TND). El cambio cuando yo visité el país era 1,85 TND por
Euro. Es como viajar casi a mitad de precio. Si además sumamos que su nivel de
vida es mucho más económico que el nuestro resultará que todo os parecerá
sumamente barato. En esas circunstancias yo me pregunto que le parecerá a los
alemanes o a los ingleses.
El recorrido del autobús es
muy corto, unos 25 minutos para 10 escasos kilómetros, y os dejará en la misma
puerta de la ciudad de Hammamet. No tendréis duda de cuando bajaros pues veréis
las murallas de la
antigua Medina junto a la costa.
Antigua Medina de Hammamet |
Enfrente de la Medina antigua
tenéis un moderno centro comercial abierto donde se ubican tiendas y
restaurantes por igual. La Medina antigua tiene el encanto de las ciudades
islámicas medievales, con sus casas apiñadas y su entramado callejero caótico.
Encontraréis varios comercios en su interior, donde deberéis regatear, aunque
el encanto es recorrer sus calles estrechas y admirar los rincones de calles
encaladas y puertas de colores, todas diferentes. Apenas os llevará media hora
recorrerla tranquilamente.
Luego podéis acercaros al
cementerio musulmán ubicado a su espalda y recorrer el paseo marítimo junto a
la playa del sur. En la parte oeste de la ciudad existe otra playa y de nuevo
en la medina antigua, mirando hacia esta última playa, junto a la Kasbah de la
medina, se encuentra el famoso Café Sidi Bou Hdid, donde es obligado que os
relajéis tomando un refrescante té.
Nabeul
Este es uno de los pueblos
más cercanos Hammamet (18 Km.)
que podréis visitar sin problemas. El autobús Nº 115 os llevará hasta allí por
unos 1,75 TND.
Es recomendable visitarlo el
viernes, día del mercado, pues los puestos surgen por doquier y los turistas
pueden comprar toda clase de artículos. Nabeul es famosa por sus cerámicas
pintadas a mano, por lo que adquirir una si visitáis el lugar. Por supuesto, a
la hora de comprar, regatear bastante pues el precio de salida suele ser más
del doble de lo que realmente cuesta.
Además de cerámica yo compré
algunos polos de marca (imitaciones de bastante buena calidad, todo sea dicho)
en una tienda de precio cerrado, a la manera occidental (que también existen) y
algunas especias en un supermercado de alimentación local (Monoprix).
Túnez capital
Para visitar Túnez capital
tendréis que realizar una pequeña excursión cogiendo dos autobuses. Primero el
Nº 115 hasta Hammamet. Si os bajáis en la siguiente parada tras pasar la medina
antigua no tendréis que cambiaros de parada para coger el autobús a Túnez. Éste
es el autobús Nº 105 y el viaje os costará unos 4 TND. Os dejará en la estación
sur de autobuses tras una hora de viaje. Allí podréis coger el metro ligero y
acercaros al centro. La parada de metro se llama Bab Alioua (Línea 1) y en una
parada llegaréis hasta la parada Place
Barcelone, desde donde os podréis mover andando
tranquilamente.
En Túnez podéis visitar dos
lugares principalmente.
La medina antigua no
tiene nada que ver con la de Hammamet. Aquí
todo es a lo grande. Nosotros entramos por la Plaza de la Victoria, a través de
una puerta fortificada, rémora del antiguo perímetro amurallado. Luego tomamos la calle Zaytouna que
nos llevó a la mezquita principal. Es una calle estrecha llena de puestos donde
venden infinidad de souvenirs. Resulta agobiante en sí, aunque no por los
comerciantes, que apenas te agobian. La mezquita, como todas las de Túnez, no
es visitable para los occidentales, por lo que deberemos conformarnos con su
visión exterior.
Junto a la mezquita hay una
pequeña tienda de perfumes. Su dueño, un tunecino muy simpático que chapurrea
bastante bien el castellano os “captará” cuando paséis por allí. Amablemente os
dirá que os puede enseñar una de las mejores vistas de Túnez. No temáis y
hacerle caso. Callejeando un poco os llevará a una tienda de alfombras, desde
cuya terraza veréis unas vistas impresionantes de tejados mezquitas y
minaretes. Os explicará que los cuadrados son musulmanes y los octogonales
turcos. Tras las fotos de rigor y un tiempo de relajación deberéis pagar el
peaje de tanta amabilidad y comprarle algún perfume. Os recomiendo la esencia
de Jazmín, por ser la flor oficial del país.
Vista de la Mezquita de Túnez |
Por la medina antigua podéis
perderos un buen rato. Os aconsejo huir de las calles más turísticas y
adentraros a las zonas utilizadas preferentemente por los locales. Allí
descubriréis la esencia del lugar y comercios artesanales llenos de encanto. Y
si tenéis dinero y ganas podréis adquirir una auténtica y original sheshiya, el típico gorro rojo con borla
tunecino.
El Museo del Bardo
se encuentra junto a la parada de metro Le
Bardo. Para llegar hasta allí debéis hacer transbordo en Place Barcelona y
coger la línea 4 con dirección Den Den. No os preocupéis si no veis el nombre
de alguna parada. La estación en la que os debéis bajar tiene varios mosaicos
en honor al museo.
El museo se encuentra a unos 200 metros de la
estación, bordeando el edificio de la asamblea general. La entrada cuesta 7 TND
y realmente vale la pena visitarlo. Es el más famoso de Túnez, contiene
numerosas piezas antiguas pero, sobretodo, mosaicos. Los hay de todo tipo,
desde los más pequeños emblemas hasta los gigantescos que ocupan paredes
enteras. Tratan de temas muy variados, aunque destaca el tema faunístico.
Particularmente me encantó el
patio principal, con su conjunto de estatuas simulando una galería y los
mosaicos recubriendo suelos y paredes.
Interior del Museo del Bardo |
El edificio del museo es un
antiguo palacio y en su interior veremos salas que se conservan según su uso
tradicional, tales como la cocina, los dormitorios o los grandes salones
decorados con bóvedas de yesería pintada.
Un consejo a la hora de
volver a Hammamet. Ahora los billetes no se sacan en el autobús, como en el
viaje de ida, sino en las ventanillas de la estación. Sacarlo
con tiempo u os tocará esperar otra hora más hasta el siguiente autobús. Y, por
cierto, si podéis elegir asiento no se os ocurra colocaros en los del final,
junto al motor del autobús, o sabréis lo que significa un viaje “infernal”.
Ruinas de Cartago
Para llegar a la zona de
ruinas deberéis realizar el viaje a Túnez en autobús y luego coger el metro
desde Bab Alioua a la estación Tunis
Marine, sólo tres paradas siguiendo la línea 1. Esta estación
funciona como un intercambiador entre metro y tren (TGM). Ahora coged el tren y
dirigiros hasta la
estación Carthage Hannibal, desde donde
podréis recorrer las ruinas de la antigua Cartago tranquilamente. El viaje dura 25
minutos y os costará unos 0,6 TND. Los trenes son tan antiguos como los vagones
de metro ligero pero son eficaces y tienen una frecuencia de unos 15 minutos.
Las ruinas de Cartago están
compuestas de varios lugares de interés para visitar, los cuales se encuentran
tan próximos como para ir caminando entre ellos. Comprando el ticket general
(unos 8 TND) podréis entrar a todos los lugares.
Os aconsejo visitar primero
el museo. Es pequeño pero se encuentra repleto de cerámica y contiene varios
mosaicos. Además, las vistas desde lo alto de la colina donde se ubica son
espectaculares. Y allí encontraréis los planos para visitar el resto del
yacimiento arqueológico.
Lo siguiente que podéis ver
es el llamado barrio de Magón, aunque sólo encontraréis los cimientos de lo que
en otra época fueron unas casas notables.
Lo más conocido tal vez sean
las Termas de Antonino, aunque los escasos restos que se conservan son, en mi
opinión, decepcionantes. Sirven para darnos una idea somera de la grandiosidad
del lugar, pero será necesaria más ración de imaginación que de fotografía. Cuatro
grandes columnas y pasear por la zona donde se ubicaban los hornos es todo lo
que haréis allí. Junto a las termas existen los restos de una basílica y una
casa y una capilla subterránea.
Restos arqueológicos de las Termas de Antonino |
Muy próxima a esta zona se
encuentran las villas romanas. Merece la pena acercarse a ver la que se
encuentra en lo alto de la
colina. Tiene, además de una gran panorámica, mosaicos y un
patio porticado. Y junto a este lugar podéis visitar el teatro de Adriano,
donde se celebran todo tipo de eventos en la actualidad. También
podéis visitar las ruinas de un anfiteatro próximo, pero nosotros ya habíamos
tenido suficiente ración de arqueología por aquél día.
Sidi Bou Said
Lo mejor para visitar este
lugar es realizar la visita asociada a las ruinas de Cartago. Lo primero porque
llegar hasta aquí sólo supone tres paradas más de tren (estación Sidi Bou
Said). Lo segundo, porque es un contraste muy bello visitar este encantador
lugar tras ver las ruinas. Y lo tercero, porque en un par de horas a lo sumo lo
tendréis recorrido completamente, por lo que no merece la pena realizar la gran
excursión desde Yasmine Hammamet para visitar sólo este lugar.
El pueblo se ubica en lo alto
de una colina que tendréis que subir andando. Hacerlo pacientemente para iros
empapando del lugar encantador que os espera. En un abrir y cerrar de ojos os
encontraréis sumergidos en un pueblo encantador de casas encaladas en blanco y
con las puertas y ventanas pintadas de azul (aunque si recorréis un poco el
lugar descubriréis que algunos inquilinos algo heterodoxos dan sus notas de
color con puertas rojas y amarillas). Es maravilloso pasear y perderse por sus
enmarañadas calles, descubriendo encantadores rincones, algunos con preciosas
vistas al mar y a la bahía.
Tan pronto encuentras una calle con flores de colores, que
realzan el azul y el blanco de las casas,
como alguna puerta que se sale de la norma de color imperante. Las puertas son
bonitas tanto por sus arcos de herradura, típicos del arte musulmán, como por
las tachuelas que decoran las puertas en sí mismas, las cuales hacen curiosos
dibujos geométricos. El lugar resulta tan idílico que ni siquiera los
vendedores de los numerosos puestos de souvenirs son tan agobiantes como en
otros lugares. O eso nos pareció a nosotros.
Uno de los encantadores rincones de Sidi Bou Said |
Aunque nosotros no lo hicimos
es típico tomar té con piñones en el Café
des Nattes. Yo creo que resulta ser la típica turistada. Prefiero gastarme
ese dinero en comprar algo realmente interesante. Pero sobre gustos…
Este lugar se hizo famoso
gracias a el barón Rodolphe D´Erlanger, quién construyó un palacete en el lugar
en 1912, hoy utilizado como Centro de Músicas Árabes y Mediterráneas.
Como visitas destacables está
la mezquita (exterior), el faro y una casa-museo en la calle principal, la cual
nos muestra la típica casa tunecina local.
Las famosas puertas de colores de Sidi Bou Said |
¿Os parecen suficientes
visitas para un viaje de playa y turismo?
Si la respuesta es negativa
no debéis preocuparos. Sólo os indiqué las visitas al norte de Hammamet. Al sur
se encuentran también preciosas ciudades que harán la delicia de cualquier
turista: Sousse, Monastir, Kairouan, el anfiteatro de El Djem…. Pero eso lo
dejaremos para otra ocasión. Para otro viaje de vuelta a este maravilloso país.
como fuiste desde el aeropuerto de Túnez a hammamet? quiero ir de relax en enero febrero de 2019
ResponderEliminarHola.
EliminarA nosotros nos recogió un transporte del hotel en el parking del aeropuerto.
Si no tienes ese servicio puedes tomar uno de los muchos taxis que esperan clientes en la salida del aeropuerto.
Supongo que también existirán autobuses pero hay ya no puedo ayudarte.
Saludos
Cuál Curia el precio aproximado desde el aeropuerto a Hammamet
ResponderEliminarHola. Yo tenía transporte incluido y cuando viajé por el país lo hice en autobús por precios irrisorios.
EliminarNo obstante, aunque ya pasó un tiempo es de que fui y tendrás que informarte sobre el cambio de moneda y demás, yo no pagaría a un taxi local más de 20€.
Saludos
Sabes si hay autobuses directos a sidi bou said desde hammamet?
ResponderEliminarHola. Cuando yo visité Túnez tuve que ir a Túnez capital en autobús y luego tomar el tren para visitar las ruinas de Cartago y el maravilloso pueblecito de Sidi Bou Said. Es un poco aventura, con tantos transportes, pero nada complicado.
EliminarYa me contarás como te lo pasas. Seguro que genial!!!!