jueves, 30 de enero de 2014

Consejos prácticos para realizar el Camino de Santiago (II)



A continuación os dejo la segunda tanda de consejos prácticos para realizar el Camino de Santiago. En esta ocasión me centro en consejos que os serán útiles durante la realización del mismo. Resulta muy importante planificar bien las etapas, según nuestro fondo físico, alimentarse correctamente para recuperar las energías perdidas y tener una idea aproximada de los alojamientos que podemos utilizar. 
Seguro que os resultarán muy interesantes.

Durante las etapas

Los primeros días son en los que más fuerzas y ganas tenemos de caminar. Queremos probar que nuestra resistencia frente al Camino es superior a la que nuestra mente racional nos indica. Y, por ello, los primeros y fatales errores son tomarnos las etapas como una carrera. Muchos desean recorrer la etapa en menor tiempo del previsto, por ver que son capaces. Otros, en cambio, si se sienten con ganas, comienzan a pensar en alargar las etapas un poco más y terminar el Camino algún día antes.

Todas estas ideas son erróneas y perjudiciales. El Camino es una prueba de resistencia. No consiste en llegar antes de lo que pensábamos ni en caminar más kilómetros de los planeados por el gusto de lograrlo. Si deseáis llevar un buen Camino comenzar relajadamente a caminar, sin prisa pero sin pausa.

Las primeras etapas, donde sufriremos las primeras agujetas, molestias y, seguramente, ampollas, traumatismos y rozaduras, debemos planearlas con mesura. Recorridos cortos de no más de 20 Km. y, a ser posible, poco exigentes en esfuerzo. Cuando nuestro cuerpo se acostumbre al esfuerzo diario de caminar podremos subir el recorrido de la etapa a 25 o 30 Km. Sólo los deportistas son capaces de caminar 40 Km. sin dificultades. Yo cometí la imprudencia de hacerlo y terminé sufriendo una tendinitis rotuliana que pudo haberme echado a perder el Camino.

El Camino es duro por los constantes cambios de ritmo en el trayecto. Existen auténticas etapas “rompe-piernas”, donde las subidas y bajadas constantes nos harán sufrir de lo lindo. A muchos les puede sorprender lo que voy a decir, pero las subidas son más llevaderas que las bajadas. Aguantar el peso de tu cuerpo y de la mochila durante una bajada prolongada es agotador. Recuerdo especialmente la bajada a Portomarín. Fue un infierno. En eso casos de auténtica debilidad os aconsejo perder la vergüenza y andar hacia atrás. Puede parecer una estupidez, pero tus piernas te lo agradecerán si estas en las últimas.

Respecto a la forma de caminar os aconsejo que cada uno se adapte al ritmo que mejor le vaya. Existe un problema muy extendido al hacer el Camino en grupo. No todos podemos caminar al mismo ritmo. Existen personas más cómodas con grandes zancadas y otros con cortas, y tan malo es retrasar tu paso que adelantarlo para alcanzar al compañero. Por eso yo recomiendo caminar juntos si el ritmo es parejo y saludable para todos. En caso contrario es mejor que cada cual siga su ritmo y os encontréis en el albergue de destino.

El objetivo del peregrino es coger un ritmo de paso que resulte cómodo. Debemos convertirnos en una “Walking Machine” y no terminar arrastrándonos como un “Walking Dead”. Por ello seguir estos consejos: estiramientos antes de empezar, pequeños descansos cada hora, pasos naturales, más cortos en subidas y largos en bajadas. Y, por último, una obviedad. El Camino es en muchas zonas irregular y pedregoso. Mirar bien donde ponéis los pies, pues una torcedura de tobillo os manda para casa. El bordón, en muchos casos, os servirá de apoyo y “salvavidas”.

Por mi experiencia os aconsejo que la mejor forma de hacer el Camino es dejando el final de etapa un poco abierto. No os marquéis rutas de estricto cumplimiento y dejar que sea el Camino, y vuestras fuerzas, las que marquen los destinos. Muchas etapas os aburrirán, mientras que en otras sentiréis no quedaros más disfrutando de un paisaje o de una pequeña aldea. Eso lo comprobaréis en el Camino in situ y nunca en la planificación previa desde casa.

El Camino se comienza temprano, por lo que es muy recomendable ducharse por las tardes al terminar la etapa y dejar todo listo para cuando nos levantemos al día siguiente. Me refiero a la ropa y el calzado principalmente. No vais a tener una vida fácil tras realizar la etapa. Lo primero es encontrar alojamiento. Luego asearse y comer. Más tarde vendrá el cuidado personal (pies principalmente) y el de nuestro equipo. Deberemos limpiar y secar las botas si están húmedas y realizar la colada. Por último toca planificar la jornada siguiente y comprar víveres (para el desayuno o para las etapas). Si os sobra tiempo y tenéis ganas de seguir andando, podréis visitar el pueblo o ciudad donde dormiréis.

Lo normal, como hemos indicado antes, es levantarse pronto, sobre las 6-7 de la mañana, recogerlo todo, estirar durante 5 minutos y ponerse a caminar. Puedes desayunar iniciado el Camino o antes de partir. Es indiferente aunque, eso sí, no te demores demasiado en ello. Salir temprano tiene la finalidad de quitarte las horas centrales del día, donde más calor hace. Y eso en verano es algo imprescindible.

Aunque os parezca buena idea quitaros las zapatillas mientras descansas para comer, con el objeto de que tus pies “respiren”, no puede ser peor ocurrencia. Con un buen calzado tus pies estarán en perfectas condiciones hasta el final de la etapa. Por lo que es mejor comprar un buen calzado y olvidarse del asunto. En el Camino encontré a numerosos peregrinos al lado de arroyos sentados tranquilamente. Os aseguro que no observaban el paisaje. Tan sólo esperaban a que el agua fría rebajara la inflamación de sus pies para poder volver a calzarlos en sus zapatillas.

La modernidad ha invadido el Camino en múltiples puntos, máxime en las proximidades a Santiago. Esto significa que deberéis transitar algunas carreteras e incluso cruzar varias de ellas, algunas por lugares sin ningún paso de cebra acondicionado. En esos casos es importante recordar que nuestras condiciones físicas están mermadas por el cansancio y por el peso de la mochila. Circular siempre por el arcen del lado izquierdo, para ver venir los coches de frente y utilizar ropas reflectantes en caso de que caminéis al amanecer o al anochecer.

Muchos os preguntaréis, a estas alturas, como orientaros en el Camino. No os preocupéis, existen unas señales amarillas con la concha de Santiago que os indicarán siempre la ruta a seguir. Y cada 500 mts., ya en Galicia, existirán flechas de color amarillo entre los hitos de piedra “oficiales”. Es muy difícil perderos y si eso ocurre rápidamente os volveréis a orientar preguntando a los lugareños. Las principales confusiones pueden ocurrir en zonas urbanizadas, por lo que desechar la idea de perderos en el campo.

Junto al mojón que marca 136 Km hasta Santiago


Y, por último, no os olvidéis de sellar vuestra credencial de peregrino siempre que tengáis ocasión. Necesitaréis dos sellos al día como mínimo. De nuevo, no sufráis por ello, que encontraréis sellos de sobra simplemente en las iglesias de los pueblos que atravesaréis.

La alimentación

El desayuno es una de las principales comidas del día, por lo que no escatimemos en dinero y disfrutemos a diario de un buen desayuno. Leche, zumo, cereales y algo de energía gracias a mermeladas, mantequillas y azúcar. Si, además, nos europeizamos un poco y añadimos queso y fiambre nuestro cuerpo nos lo agradecerá.

Ahora bien, lo anterior no consiste en desayunar como cuando vamos de buffet a un hotel de playa. No existe peor caminante que el que ha comido demasiado. Nuestra alimentación por la mañana debe enfocarse a coger todas las fuerzas posibles con la menor cantidad de comida.

Luego, durante las etapas, las cuales no bajarán de 6 horas de media, es necesario hidratarse frecuentemente (dependerá del calor) y recuperar algunas fuerzas comiendo algunos hidratos de carbono.

Finalmente, al culminar nuestra etapa, es recomendable comer abundantemente para recuperar energías. Esta debe ser la comida más fuerte de la jornada. Agua, hidratos de carbono y bebidas para recuperar los electrolitos perdidos por el sudor son los productos fundamentales. Luego, tenemos toda una tarde de tranquilidad para digerir el festín. De esta forma controlaremos que la ingesta de alimentos se produce para favorecer la recuperación del cuerpo y no por el gusto al paladar.

En muchas ocasiones puede que la hora de la comida os llegue caminando. En esos casos comer ligero, por ejemplo un bocadillo, y seguir la marcha dejando la comida principal para el final de la etapa.

Por último indicar que en el Camino no se debe ni ganar ni rebajar peso. La alimentación es muy importante para evitar lesiones y “pájaras”, por lo que no os la toméis a la ligera. Y si pretendéis adelgazar el gimnasio es un lugar más apropiado.

Los albergues

En el Camino Francés existen casi trescientos albergues donde poder pernoctar, por lo que no os preocupéis por el alojamiento. Esto no significa que debáis olvidaros de él. Todos los días debéis tener vuestro alojamiento previsto y dos o tres opciones sustitutorias, por si ocurre el caso de no obtener plaza. Esto suele ser muy habitual en los albergues públicos, a pesar de su gran capacidad. No obstante, ir a un albergue privado tampoco resultará un drama.

Según mi experiencia prefiero pagar un poco más (pueden ser 5 más) y alojarme en un albergue privado. Resultan más cómodos simplemente por tener menos plazas de alojamiento. Y suelen estar muy bien cuidados y atendidos. En muchos de ellos encontraréis salas para comer con todo el menaje de cocina, conexión a Internet…No olvidemos que es un negocio y el dueño debe intentar dejar contentos a sus clientes. Durante la descripción de las etapas os informaré de los albergues privados donde estuve, todos ellos muy recomendables.

Aunque en el Camino os encontraréis personas maravillosas, también puede darse el caso de encontrar un garbanzo podrido. Por ello, aunque los robos no son frecuentes, no viene de más tener unas pocas precauciones básicas. Si tienes algo de valor será mejor que no lo muestres demasiado en público, ni que lo dejes sin vigilancia. Según mi experiencia os recomiendo dejar las cosas valiosas en casa. Si además de las dificultades del camino debes pensar en conservar esa cámara tan delicada o ese móvil de última generación no tendrás un momento de paz.

Un último consejo. Echar un vistazo a la siguiente página. www.caminosantiago.org.
En ella encontraréis mucha información útil sobre el Camino y las precauciones que se deben tomar. Un apartado realmente interesante es el de la medicina peregrina, la cual tendréis que utilizar en más de una ocasión. Os dejo el enlace aquí.

Buen Camino.

3 comentarios:

  1. Me gusta el consejo de comer ligero y seguir la marcha, pero aunque aconsejas eso no era precisamente lo que hacías. ja ja ja

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  2. Bueno, ya sabes que este Ferrari gasta mucha gasolina. Ja,ja
    Seguro que la próxima vez que recorramos el Camino no cometeremos los mismos fallos.

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    1. La primera vez fuimos a la aventura y eso aunque se cometan errores tiene su encanto. Es una prueba dura pero te ayuda a conocer tus límites. En mi caso confirmo que mi talón de Aquiles son mis pies delicados, pero sin dudar REPETIRÍA CON LA MISMA COMPAÑÍA. Y sino ¿Quién me curaría mis innumerables ampollas con tanta paciencia?

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