Gracias a Franco no entramos en la II Guerra Mundial
Este humilde servidor nació durante la jornada de reflexión de las primeras elecciones democráticas de España tras la dictadura franquista. Se puede decir que siempre he vivido en democracia y opino, al igual que lo hiciera W. Churchill, que “la democracia es la peor forma de gobierno, excepto por todas las otras formas que han sido probadas de vez en cuando”.
En sus inicios, la democracia española era un bebé al que le
costaba desprenderse de su pasado inmediato. De hecho, muchos problemas
actuales, como el de las Comunidades Autónomas o la cuestión de la Monarquía,
tienen su origen en los acuerdos a los que se llegaron en aquellos primeros
años.
Siendo yo pequeño y totalmente ajeno a la política, tengo el
recuerdo de unas frases que llegaron a ser Vox
Populi entre la
población. Al menos, entre los nostálgicos del Régimen. Una
era que “con Franco esto no pasaba”.
Otra, que “Gracias a Franco nos libramos
de entrar en la II Guerra Mundial”.
En Mis Mentiras Favoritas abordo la segunda de las
afirmaciones y la desmiento no con opiniones, siempre proclives a la
subjetividad, sino con hechos.
Existen diversos documentos que han relatado la reunión de
Hendaya (23 octubre 1940) entre Hitler y Franco. En la categoría “Documentos” de este blog se pueden
encontrar 3 de ellos, los cuales reproduzco íntegros:
1- La
versión de la entrevista del traductor de alemán por parte Española, Don Luís
Álvarez de Estrada y Luque, Barón de las Torres.
2- Unos
fragmentos de las memorias del traductor alemán Paul Schmit, el 6° participante
del encuentro.
3- El
Protocolo Secreto.
Por supuesto, las distintas versiones del encuentro deben
ser analizadas teniendo en cuenta la subjetividad del informante, lo que nos
introduce en el ámbito de las suposiciones. Para unos Franco sería un zorro
político que supo evitar la entrada en la guerra. Para otros,
un cobarde que no supo agradecer la ayuda prestada por el Eje durante la Guerra Civil Española.
Para muchos un personaje que pretendía obtener más beneficios que sacrificios
ante el dueño de Europa por aquel entonces.
En verdad, la historiografía actual, tiene una imagen
bastante aproximada de lo que pudo pasar por la cabeza de Franco en aquella
reunión. Franco hubiera deseado entrar junto al Eje en la guerra pues estaba
convencido de su victoria. Ahora bien, necesitaba suministros, y en sus sueños
de grandeza pidió las posesiones francesas del norte de África. No se trataban
de excusas para no entrar en la
guerra. Se trataba de unirse al caballo ganador. Hitler
hubiese considerado tal oferta si España hubiese sido un aliado importante,
pero España, tras la
Guerra Civil, no podía combatir. Era más seguro dejar las
posesiones africanas en manos francesas para defenderlas de los aliados que
cedérselas a España (en septiembre las tropas de Vichy rechazaron un ataque
aliado a Dakar). Además, Hitler no tenía la misma opinión que Franco respecto a
Francia. Para Franco era un enemigo a destruir. Para Hitler era un instrumento
a utilizar. Y no pensaba perderlo por contentar a Franco, que no dejaba de ser
un aliado afín. La consecución victoriosa de la guerra dependía de no
enemistarse con Francia en aquel momento y por ello las reivindicaciones territoriales
de Franco nunca tuvieron opciones de ser satisfechas.
La intención del Régimen de vender la imagen de un Franco
contrario a la entrada de España en la II Guerra Mundial
viene motivada por la creciente hostilidad que existió en el mundo hacia los aliados
al Eje. Sólo el interés de las potencias occidentales por incorporar a España
al frente anticomunista tras el final de la guerra hizo que esta insidiosa
mentira sirviese de justificación para “perdonar” a España.
Porque lo cierto fue que España ayudó a las potencias del
Eje y esto fue lo que motivó el bloqueo a España posterior. Existía el total
convencimiento de que la España de Franco era afín a Alemania y que la ayudó de
diversos modos. Uno de ellos fue realizando espionaje interior, otro suministrando
materias primas a Alemania y suministros a los submarinos teutones. Lo más
evidente, el envío de la
División Azul al frente del Este.
Pero además existía la prueba física del Protocolo secreto,
recuperado por los aliados en Alemania. En él se plasma el acuerdo para entrar
junto al Eje en la II Guerra Mundial.
Y eso era un hecho incontestable. Que existían condicionantes sí. Pero que
Franco dejaba la cuestión en manos de Hitler, también. Sólo los cambios de
planes de Hitler respecto al frente occidental salvaron a España de entrar en
la guerra. En Enero de 1941 Hitler desechó tomar Gibraltar, estando sus miras en los Balcanes. Luego, con la apertura del frente ruso, se desechó completamente la posibilidad de operar en el oeste europeo.
Por último decir que las ganas de entrar en la guerra por
parte de Franco las tenemos recogidas en la reunión que éste tuvo en Bordighera
con Mussolini. En ella Franco se quejaba ante el Duce que temía entrar "demasiado tarde" y no obtener
las numerosas ventajas territoriales que pedía en África. El Duce no animó mucho a Franco en ese sentido, pues lo veía como un competidor a la hora de repartir el pastel africano.
Si quieres saber más, no lo dudes y compra Mis Mentiras
Favoritas.
Puedes encontrar información más extensa sobre el asunto en:
Paul Preston,
"Franco y Hitler: el mito de Hendaya". Historia 16, ISSN 0210-6353, Nº184, 1991 , págs. 12-25
Javier Tusell,
Historia de España en el siglo XX, vol.III, pp. 63-64, Ed. Taurus,
Madrid, 1999
Javier Tusell, Dictadura Franquista y Democracia, 1939-2004. Historia de España, XIV. Ed. Crítica, Barcelona, 2005.
César Vidal ¿Qué sucedió en
la entrevista de Hendaya? ENIGMAS DE LA HISTORIA en http://revista.libertaddigital.com/articulo.php/1275767998
Juan Eslava Galán. Los años del miedo,
2008.
Más claro, ni el agua. Descripción concisa y apegada a lo que los principales historiadores como Preston han establecido con la salvedad que no se menciona la miserable condición en que se encontraba España, sin fondos, sin alimentos,sin combustible,sus fuerzas Armadas agotadas y sin suministros. De haber ingresado en la Guerra hubiese sido el equivalente de una rueda de molino atada al cuello en cuanto a su aporte a Hitler.
ResponderEliminarHola Jaime, gracias por comentar.
EliminarLa verdad es que los intereses de Alemania variaron hacia el este y les resultaba más cómodo tener una España neutral con apoyo soterrado que un aliado público que podía sufrir el ataque aliado. Quien sabe si de haber entrado en la guerra el desembarco de Normandia no se hubiera producido en nuestro país.
Lo mejor que le pudo pasar a España fue no entrar. Lo peor el castigo que sufrimos por apoyar al eje, solventado in extremis por el comienzo de la Guerra Fría y el interés de los aliados por tener un aliado más en Europa.
Al final, España fue un juguete roto en manos de fuerzas más poderosas que decidieron por nosotros.
Saludos