martes, 30 de julio de 2019

No encuentro playas para ir con niños pequeños (II): Alcossebre


Hace ya unos pocos años escribí una entrada en la que abordaba el tema de las playas y los niños pequeños. La Manga del Mar Menor fue el lugar en el que os recomendé ir por su tranquilidad (post).

En esta ocasión os voy a recomendar otro lugar ideal para pasar unos días de playa tranquilos con los pequeños: se trata de Alcossebre (Castellón).


En el año 2014 escribí una entrada sobre Alcossebre, un lugar relativamente tranquilo en comparación con la cercana y masificada Peñíscola. Pasado el tiempo volví a esta preciosa zona de playa, a un barrio diferente, y me volvió a enamorar la tranquilidad.

Alcossebre tiene diferentes zonas de playa. En mi primera visita estuve en la Playa del Carregador, situada en pleno centro de la localidad. En mi opinión, con el paso de los años, esta playa se ha empezado a masificar en fechas de temporada alta y la tranquilidad queda rota por el aumento de los locales dedicados a la restauración.

Por ello, en esta ocasión, me decidí a visitar la Playa de las Fuentes, situada en las afueras de la localidad, junto al Puerto Deportivo. 



Se trata de una peculiar playa, ideal para los niños por su escasa profundidad y resguardo, y a los pies de la Sierra de Irta. Las vistas del verde de la sierra mientras te estás bañando son espectaculares.
 
Playa Las Fuentes en Alcossebre
Esta playa debe su nombre a unas curiosas fuentes de agua dulce que brotan desde el fondo marino. Un gran canal introduce agua dulce a la playa desde una fuente situada en la playa, mientras que diversos afloramientos se diseminan en la orilla, ya dentro del agua. Resulta curioso ver las burbujas en la arena al pasar junto a ellas. Estas fuentes hacen que el agua del mar sea algo menos salina y un poco más fresca, esto último ideal para pasar las olas de calor que nos atacan todos los años. Como precaución, en la zona señalizada, no dejar solos a los niños, pues pueden hundirse si las pisan. No obstante, salvo en un punto concreto señalizado el resto de la playa carece de peligro alguno. Por otro lado, la existencia de duchas y servicios (WC), junto a chiringuitos y barcas de toboganes hace que se amolde para todo tipo de públicos y necesidades.
 
Fuentes naturales en Alcossebre
A la hora de alojarme opté por un apartamento en la Urbanización Los Arcos, el cual nos sorprendió gratamente. No solo era un apartamento amplio y lleno de comodidades, sino que la piscina de la urbanización tenía una disposición ideal para aprovechar el sol al máximo y que el agua estuviera bien calentita. Además, la existencia de un baño junto a la piscina es algo fundamental si vas con pequeños.
 
Piscina Urbanización Los Arcos. Alcossebre.

Los que me conocéis sabéis que yo no soporto estar más de tres días sin hacer nada. Por lo tanto os voy a aconsejar unas pequeñas visitas turísticas con las que completar el viaje de descanso.

En la ocasión anterior os recomendé visitar alguno de los yacimientos de pinturas rupestres levantinas existentes en la zona y acercaros a la próxima Peñíscola, situada al otro lado de la Sierra de Irta. En esta ocasión volví al Castillo de Peñíscola.

Peñíscola me sorprendió por la enorme masificación que posee. Toda la zona centro y alrededores amplios tienen una abusiva zona azul a la hora de aparcar que tendréis que tener en cuenta. Aunque facilita el aparcamiento junto a las playas y el castillo, también me parece que se han excedido un poco con afán meramente recaudatorio.

La zona del Castillo sigue siendo tan encantadora como siempre, llena de sus fachadas blancas y ventanas de colores. La entrada al Castillo aumentó de precio respecto a la última vez (ahora son 5€) y no se ofrece nada nuevo que justifique la subida de precio.


Con la excusa de haber sido un enclave templario y de haber fijado el Papa Luna su última residencia las diferentes salas del castillo se encuentran decoradas con montajes que nos recuerdan ambas etapas del castillo. Creo que hubiese estado también acertado que se incluyeran en la visita el legado musulmán, algo sobre la conquista por Jaime I o la etapa en la que estuvo allí la Orden de Montesa, pero supongo que nada vende mejor como la Orden Templaria o un Papa herético.

En la planta baja, en donde antaño estuvieron las caballerizas o el puesto de guardia, se disponen pantallas y objetos dedicados a los templarios, en los que vamos a poder descubrir su organización, sus armas o sus símbolos.
 
Caballerizas del Castillo de Peñíscola
En la planta del Patio de armas destaca el Salón gótico y la austera Iglesia, la cual recuerda mucho a otras realizadas por los templarios en Tierra Santa. En ella encontraremos una curiosa placa que recuerda que fue el Papa Luna quién otorgo la licencia de la primera universidad de Escocia a la Universidad de Saint Andrews. Igualmente se encuentras salas dedicadas al Papá Luna, como el comedor (aquí descubriremos que fue envenenado con arsénico) o su importante biblioteca.
 
Interior del Castillo de Peñíscola
En la planta superior se encuentra el despacho del Papá Luna, lugar en el que descubrir algunas de sus frases más memorables escritas en su obra el Libro de las consolaciones humanas, un alegato para enseñar a las personas a superar las adversas circunstancias de la naturaleza humana. Respecto a la muerte indicar una frase que me pareció curiosa: “el justo fue quitado deste mundo porque la malicia no mudase su entendimiento”.
 
Escritorio del Papa Luna. Peñíscola.

Por cierto, que la expresión mantenerse en sus trece se asocia a este Papa, Benedicto XIII, por su terquedad a la hora de abandonar su posición en el Cisma papal de Occidente. La solución fue, tras elegir por consenso a Martin V, dejar que el obtuso Papa Luna siguiera con sus tesis aislado en Peñíscola hasta que muriera y su legado lo hiciera con él. Una curiosa enseñanza de vida, a fin de cuentas.

El castillo cuenta con varias zonas de terrazas y balconadas en las que poder contemplar la playa y la sierra que le rodea. Eso sí, protegeros del sol, que allí pega con fuerza.
 
Peñíscola vista desde el Castillo
Por último, en la zona inferior se encuentra el Salón del Cónclave (llamado así por creerse que fue aquí en donde se realizó la reunión,  el mismo día de la muerte de Benedicto XIII, por parte de los cuatro cardenales que eligieron a su sucesor, Clemente VIII. En realidad fue la bodega del castillo y en la ocasión anterior que visité el castillo aquí se agolpaba toda la información (e incluso más) de los templarios que ahora se disemina por todo el recinto. En una sala anexa se encuentran las mazmorras.

La visita al Castillo se complementa con el Parque de artillería, un conjunto construido en época moderna con defensas típicas para el combate con cañones. Hoy día es un tranquilo parque en el que estaban, la última vez que lo visité, unas cuantas aves rapaces.



Para obtener toda la información del Castillo de Peñíscola os dejo su página web: https://castillodepeniscola.dipcas.es/

Alcossebre pertenece a la localidad de Alcalá de Xivert y el conjunto histórico más importante de este pueblo son las ruinas del Castillo templario de Xivert.

Para realizar su visita es necesario dirigirse a la carretera N-340 dirección Alcalá y, nada más pasar el desvío hacia Alcalá (Sur), girar hacia la derecha por un camino rural. El ascenso hasta el aparcamiento del castillo, en lo alto de la sierra, es duro y poco apto para coches de ciudad. Existen zonas sin asfaltar y estrechamientos en los que no pueden circular dos coches juntos. Por tanto, ya acceder es una pequeña aventura.
 
Vistas desde el Castillo de Xivert
Las ruinas del castillo tienen su encanto por varios motivos. En primer lugar, el recinto exterior es árabe y nos recuerda que aquí hubo un importante asentamiento musulmán. De este pasado se conserva la Torre de Poniente, la Torre sur, el aljibe y el muro sur del albacar (zona que servía de refugio a la población en caso de ataque). Los restos de un poblado morisco se encuentran al oeste del aljibe, en la falda del castillo.



Precisamente, en esta muralla de tapial, si nos fijamos bien, podemos observar una inscripción en árabe, en parte central del muro, que dice al-fatih Allah (el que concede la victoria es Dios). Los templarios, que conquistaron este lugar en el año 1234 dejaron esta inscripción por servirles de igual manera (solo que al Dios que rezaban era otro).
 
Muralla musulmana con inscripción árabe
De época templaria destacan las dos grandes torres de la alcazaba, detrás de las cuales se encontraba la capilla-iglesia. El patio de armas, en ruina progresiva, nos permite imaginar lo que fue esta espléndida fortificación medieval.
 
Ruinas del Castillo de Xivert
Sin duda, una visita para todos aquellos amantes de las ruinas. Para el resto mejor elegir el Castillo de Peñíscola.

Por último, dominando lo alto de la Sierra de Irta, se encuentra la Ermita de Santa Llúcia. Lugar visible desde Alcossebre, para acceder a este lugar, si vamos en coche, deberemos partir del barrio de Las Fuentes y subir siguiendo las indicaciones. La carretera es buena, aunque en algunos tramos existen pendientes de hasta un 20% de inclinación. Unido a lo alto del lugar (312 metros) y a que se sube mucho en un tramo muy corto,  el trayecto da un poco de vértigo. También existe una ruta de senderismo para subir a pie, pero estando de vacaciones descarté el esfuerzo.

Ahora bien, las vistas desde allí son fenomenales. Y de la pequeña ermita poco que indicar. Data del siglo XVII y la última restauración la dejó inmaculada para recibir visitas. De estilo barroco valenciano, tiene una única nave y pinturas en el interior. Unos pozos donde abastecerse de agua y el resto de una antigua hospería para peregrinos son las construcciones anexas. En el lugar pudo existir una antigua torre de vigilancia y se han encontrado restos de épocas prehistóricas.
 
Ermita de Santa Llucía. Alcossebre.
Espero que con estos breves consejos turísticos os animéis a visitar esta preciosa zona del noreste peninsular.

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