En las Navidades, uno de los
regalos estrella de Papa Noel y los Reyes Magos son los videojuegos para las
consolas. Los chavales se decantan cada vez más por este tipo de
entretenimiento, lo que suele preocupar a los padres por varios motivos. Uno es
el aislamiento que produce este tipo de juegos. Otro, los posibles problemas
oculares asociados al uso prolongado de tal actividad lúdica.
Lo cierto es que existe, en la
conciencia popular, una negatividad manifiesta hacia los videojuegos. Existe un
rechazo importante de muchos padres hacia un entretenimiento que ellos no
tuvieron en su infancia. Y, tal vez por ello, cualquier excusa es buena para
rechazarlos. Fomento de la violencia, aislamiento y problemas oculares son los
puntos más defendidos por los que rechazan los videojuegos.
Por otro lado, existe un grupo de
padres jóvenes, jugadores de videojuegos en su infancia, que se sitúan en el
extremo opuesto. No sólo permiten el uso de este tipo de juego, sino que lo
fomentan, despreocupándose de las muchas precauciones que se deben tener.
El objetivo de este post es
doble: por un lado desmitificar el rechazo innato de muchas personas hacia este
tipo de diversión. Por otro, recordar las normas de control que los padres no
deben olvidar tener con sus hijos respecto al buen uso de los videojuegos.
Existen muchos estudios
científicos realizados sobre los beneficios y problemas que pueden generar los
videojuegos. Respecto a los estudios centrados en el mundo de la óptica debemos
destacar unos cuantos.
En la Universidad de Duke (EEUU)
se realizó un experimento en el cual se valoraba la memoria visual de varios
pacientes. La prueba consistía en mostrar 8 letras en una pantalla durante una
décima de segundo. Luego se pedía a los participantes decir las letras que
habían visto en cada punto concreto de
la pantalla. El resultado,
publicado en la
revista Attention, Perception and Psychophysics, mostraba
significativas diferencias entre los resultados de personas usuarias habituales
a videojuegos y personas que no lo eran. Los usuarios de videojuegos obtenían
siempre mejores resultados, lo que se puede explicar por dos motivos: ven mejor
o están mejor entrenados para tomar decisiones con la información
disponible.
Esta mejor toma de decisiones en
menor espacio de tiempo fue corroborada por la Universidad de Rochester (Nueva
York). En 2010 sometieron a varias personas a un estudio donde un grupo jugaba
habitualmente a videojuegos de acción que requerían tomar decisiones con gran
rapidez. Más tarde, ese “entrenamiento” lúdico tenía su correspondencia en la
vida real. Esas personas tenían una mejor percepción de lo que ocurría a su
alrededor que las personas no “entrenadas” y además eran capaces de tomar
decisiones más rápidamente. En definitiva, tenían los reflejos más
entrenados.
La coordinación mano-ojo también
se ve mejorada con el uso de videojuegos. Investigadores de la Universidad de
Deakin (Melbourne) realizaron un estudio con 53 niños preescolares, descubriendo
que los que jugaban con videojuegos mejoraban notablemente en las pruebas de
motricidad fina respecto a los demás.
Y esta mejora de la motricidad no
se limita a los niños. Las Universidades de Toronto (2010) y Utah (2012)
realizaron experimentos similares con pacientes que sufrían Parkinson y
enfermedades cerebrovasculares. En todos los casos se pudo observar una mejora
en el equilibrio y la coordinación oculomotora.
Respecto a otras ventajas de los
videojuegos para otras partes de nuestro cuerpo voy a nombrar sólo unos pocos
estudios. Científicos de la Universidad de Kent (Reino Unido) demostraron que
los videojuegos aumentan la resistencia al dolor debido al aumento de
adrenalina. Algo parecido comprobó en 2010
la Sociedad Americana del
Dolor, que utilizó a los videojuegos como forma de disminuir la angustia de sus
pacientes. Y en la
Universidad Estatal de Carolina del Norte (EEUU) determinaron
que el nivel de felicidad es mayor en los jugadores habituales.
Por tanto, en base a todos estos
estudios, podemos afirmar que los videojuegos:
-
Mejoran la motricidad y la coordinación mano-ojo (juegos
habilidad)
-
Ayudan a mantener los reflejos más entrenados (juegos primera
persona)
-
Mejoran la coordinación y orientación espacial (juegos 3D)
-
Fomentan la capacidad para resolver conflictos (juegos tipo
acertijos)
-
Ayudan a mantener la concentración.
-
Fomentan la rápida toma de decisiones (juegos de
acción/deportes)
Ahora bien, todas estas ventajas podemos perderlas si no utilizamos correctamente los videojuegos.
En el mundo de la óptica, no existen estudios científicos que demuestren que el uso continuado de videojuegos perjudica la visión de forma directa. Pero si existen estudios y experiencias clínicas habituales que nos pueden llevar a tomar ciertas precauciones.
Un estudio llevado a cabo recientemente por la Fundación Rementería concluyó que los niños que pasaban menos de 5 horas al aire libre al día tenían un mayor riesgo de padecer miopía. Por tanto, un exceso de horas entretenidos en los videojuegos (o en ver la televisión) dentro de casa fomentará que nuestros hijos, si están genéticamente predispuestos para ello, se conviertan en miopes.
Aunque la relación directa miopía y exceso de trabajo en cerca no está aún científicamente demostrada, es muy habitual encontrarse en consulta con este fenómeno: personas que pasan muchas horas al día en trabajos que requieren un gran esfuerzo visual en cerca terminan, en muchos casos, generando una miopía. Por tanto, en el caso de los niños, resulta más aconsejable comprar una videoconsola que funciona con el televisor que los pequeños dispositivos portátiles. En estos últimos, la distancia de juego es sumamente cercana a los ojos y un uso excesivo podría provocar una tendencia hacia la miopía (algo que no está comprobado científicamente pero que suele ser visto frecuentemente en la práctica optométrica diaria).
Por tanto, a la hora de comprar videojuegos a nuestros hijos en las Navidades, debemos tener las siguientes precauciones respecto a ellos para eliminar cualquier tipo de problema:
-
Los videojuegos deben ser acordes a la edad del usuario y poseer
unos contenidos que fomenten valores adecuados a la educación general y
contribuyan a un correcto aprendizaje.
Todos los videojuegos poseen un etiquetado donde se informa tanto de la edad recomendada de los posibles usuarios como de las características de los juegos. Cada edad precisa de unos juegos adecuados al nivel de aprendizaje de los niños. Por tanto, es misión de los padres controlar tales aspectos antes de comprar un videojuego.
Hoy día, dado que los mayores clientes de videojuegos no son niños (aunque pueda parecer mentira), la publicidad de éstos se centra en videojuegos muy efectistas de valores más que dudosos. Me refiero a videojuegos en primera persona tipo “Shooter”, o aventuras gráficas donde se realizan acciones poco éticas como extorsionar, robar, matar… Una persona adulta es capaz de separar realidad y ficción, pero un niño puede confundir ambas cosas en un momento de su vida crucial, donde se forman los valores como persona.
Por tanto, los videojuegos más recomendables en la infancia serán aquellos donde se resuelvan puzzles o acertijos, se practique la coordinación mano-ojo, sirva para mejorar la orientación espacial… Si queréis una recomendación personal, a mi me gustan los tipo “Mario Bros”, cualquier título de deporte o los especialmente dedicados para ellos, complemento a las películas infantiles, como “Toy Story”.
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Es muy importante controlar el horario de juego de los niños.
No existe un valor fijo para ofreceros una exposición adecuada a los videojuegos. El tiempo de juego debe calcularse en base al sentido común. No puede exceder del tiempo que el niño pase con otros juegos u otras aficiones. En una tarde pueden jugar un rato a su videojuego, pasarse un tiempo dibujando y otro leyendo, para finalmente jugar con otros juguetes o juegos. Si a eso añadimos el juego en la calle al aire libre y hacer los deberes concluiremos que no todos los días se puede jugar con videojuegos ni su uso puede extenderse largos períodos de tiempo.
Limitando el horario del uso de videojuegos vamos a evitar muchos problemas que pueden afectar al normal desarrollo del niño. Con unos horarios adecuados vamos a eliminar la sobreestimulación y el nerviosismo e irritabilidad asociada a él; vamos a evitar el aislamiento respecto a la familia y a fomentar el uso responsable y adecuado de cualquier juego lúdico. Y, posiblemente, evitaremos que nuestro hijo pueda convertirse en un futuro miope.
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Resulta recomendable compartir el juego con todos los miembros de
la familia.
Los niños quieren jugar con sus padres y amigos, y los videojuegos son mucho más divertidos si existe una colaboración o competición con otras personas. Jugando con nuestros hijos a sus mismos videojuegos les enseñaremos a jugar de forma más adecuada, controlaremos los contenidos del juego y fomentaremos las relaciones familiares, evitando un posible aislamiento.
FUENTES:
Descubre las siete razones de por qué jugar videojuegos es bueno para tu salud. Francisco Aguirre. En la red: http://www.latercera.com/noticia/tendencias/2013/08/659-535928-9-descubre-las-siete-razones-de-por-que-jugar-videojuegos-es-bueno-para-tu-salud.shtml
Miopía: ¿Se puede frenar? En la red: www.fundaciónrementeria.es
Los aficionados a los videojuegos tienen una visión privilegiada. En la red: www.muyinteresante.com
Niños y videojuegos. Marc Giner. En la red: www.psicopedagogias.blogspot.com.es/2007/12/nios-y-videojuegos.html
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