domingo, 25 de diciembre de 2016

Mis OTRAS 5 visitas imprescindibles en Atenas



El mes pasado realicé un post enumerando los principales atractivos turísticos de Atenas. No obstante, cuando terminé de realizarlo, me dio la impresión de dejarme muchas cosas en el tintero. Por ello, con el objetivo de ofrecer una visión más global de esta excelente ciudad, aprovecho para viajar de nuevo a ella (virtualmente hablando) y descubriros otros atractivos.

En esta ocasión me voy a detener en 5 rincones encantadores que posee Atenas. Lugares que también son visita obligada y en los que merece mucho la pena detenerse y apreciar el momento.

¿Me acompañáis de nuevo a Atenas?


Templo de Hefesto (Hefestión)

Dejando a un lado la Acrópolis, la siguiente ruina arqueológica que más me impresionó fue el Templo de Hefesto. Situado en el maravilloso yacimiento del Ágora antigua, este es el templo antiguo mejor conservado de la ciudad. Tal vez por ello resulta tan atractivo para el turista medio, cansado de ver únicamente edificios derruidos. Seguro que os encantará haceros unas cuantas fotos  en él.

Además, el Hefestión, como también se le suele conocer, es el mejor exponente del estilo dórico que podremos encontrar. Recordar que los templos griegos de estilo dórico se caracterizaban por tener una serie de características únicas: las columnas no tienen base y apoyan directamente sobre el primer escalón (estilóbato) de la plataforma que sirve de base y realce a toda la estructura (estereóbato); el fuste de las columnas es acanalado con ángulos vivos, su altura es corta y su diámetro disminuye con la altura; el capitel de la columna está formado por el ábaco (pieza prismática cuadrangular), el equino (figura convexa de revolución) y el collarino (prolongación del fuste separado por una fina acanaladura); sobre la columna aparece el arquitrabe, el friso, decorado con una sucesión de metopas y triglifos, y la cubierta, formada por cornisa y frontón, lugar en donde suele aparecer decoración escultórica (aquí perdida con el paso del tiempo).

Templo de Hefesto. Atenas.


Las características anteriores le proporcionan una estampa general sobria y austera. Es el orden más antiguo y se suele utilizar en templos dedicados a dioses, en contraposición al jónico, más empleado en templos para diosas femeninas por su esbeltez y mayor decoración.

Pero como el templo también rendía culto a Atenea Ergané, si nos fijamos en la decoración escultórica de la pronaos y del opistodomo descubrimos la inclusión de frisos decorados con el estilo jónico (que sustituye a los dóricos triglifos y metopas).

Este templo hexástilo (6 columnas en el frente) y períptero (rodeado de filas de columnas) fue construido entre los años 460-415 a.C., un tiempo muy dilatado que se explica por la prioridad de terminar primero las  obras de la Acrópolis.

Al igual que el Partenón,  desde la Edad Media se utilizó como iglesia ortodoxa. Su advocación a San Jorge Akamas logró que se conservara sin sufrir el saqueo que otros templos griegos aguantaron, meras canteras para construcciones posteriores.

Los griegos rendían culto en este templo a Hefesto, dios del fuego y la forja, al que tenían especial devoción los herreros y escultores. También a Atenea Ergané, patrona de los artesanos y diosa de la cerámica griega. Por ello se entiende su situación en el Ágora, con los puestos de venta ambulante a su alrededor.

Las decoraciones escultóricas del interior representan escenas de los trabajos de Hércules así como de las batallas de Theseo y de los Palantides. Durante un tiempo se creyó que aquí estaba la tumba del legendario héroe Teseo, razón por la cual también se le conocía al templo como Teseion. Pero esto era un error, pues la tumba del héroe griego se situaba en la proximidad de la Acrópolis.

El interior se encuentra en mal estado y los pocos relieves conservados se exponen en la Stoa de Átalo, el otro gran edificio de este yacimiento. En su gran sala rectangular encontraremos un pequeño museo con piezas encontradas en el yacimiento.

Stoa de Átalo. Atenas.


El Museo de la Acrópolis

La oferta museística de Atenas es capaz de contentar a todo tipo de personas, pues posee museos de todo tipo. En mi opinión, además del Museo Arqueológico Nacional, el otro gran museo que merece la pena visitar es el Museo de la Acrópolis.

Muchos pensaréis que soy un monotemático. Pero estamos en Grecia, la cuna de la civilización europea, y admirar su arte escultórico es el principal atractivo artístico que podéis encontrar en la ciudad.

Este moderno museo, inaugurado en el año 2009, se encuentra a escasos metros de la entrada sur a la Acrópolis, razón por la cual es ideal para completar la visita. Lo primero que nos sorprende es su moderna estructura arquitectónica, una gratificante novedad en la arquitectura ateniense general.

El museo se divide en tres plantas. La baja es la zona de entrada, con el guardarropa, la cafetería, la tienda del museo (existe otra dedicada a libros en la 2ª planta) y el inicio de la exposición. Antes de entrar podremos admirar, en maquetas, la evolución histórica de la Acrópolis. Luego, una vez dentro, una rampa con vitrinas en los laterales nos muestran los restos hallados en las laderas de la Acrópolis.

Ya en la primera planta tenemos el grueso de la exposición. En la “Sala de las obras arcaicas” vamos a encontrar numerosas esculturas que adornaron los templos de la Acrópolis, destacando el Moscóforo o las numerosas Korai (las cuales estaban policromadas, al contrario de lo que mucha gente suele pensar).

El itinerario propuesto por el museo nos lleva a subir las escaleras mecánicas y acceder a la tercera planta. Antes, en la segunda, os recomiendo deteneros en una pequeña maqueta de la Acrópolis realizada con piezas de LEGO. Una pequeña maravilla que encantará a pequeños y mayores. En esta segunda planta también se encuentran la tienda librería del museo, el restaurante, con su impresionante terraza mirando al Partenón, y un espacio multimedia donde poder visionar la construcción de la Acrópolis. También existe una zona de lectura para niños.

Maqueta de la Acrópolis con piezas de LEGO


En la tercera planta vamos a admirar, en su orden original, los relieves del famoso friso del Partenón que representa la procesión de las Panateneas. La exposición se ha realizado a escala real y en las metopas veremos relieves con temas mitológicos. 

Relieve del Partenón mostrando lucha lapitas contra centauros. Atenas.


También existe un espacio para las réplicas de los frontones: el oriental representa el nacimiento de la diosa Atenea de la cabeza de Zeus y el occidental la disputa entre Atenea y Poseidón. Unas reproducciones a menor escala y en escayola, al lado de las escaleras mecánicas, nos ayudarán a concebir mejor los restos que nos han quedado tras el paso de los siglos.

Volviendo a la primera planta, la última parte de la visita nos muestra toda la decoración escultórica del resto de zonas de la Acrópolis, desde las decoraciones del templo de Atenea Nike hasta las famosas cariátides del Erecteion.

Relieve de Atenea Nike calzándose una sandalia.



Las famosas 5 cariátides del Erecteion. Atenas.

















En conjunto una visita imprescindible para poderse hacer una idea de la magnitud y riqueza que acumuló la Acrópolis ateniense en sus años de gloria.

Iglesia de Aghia Ekaterini

Las iglesias en Atenas se cuentan por decenas. Existen iglesias de todo tipo aunque debo reconocer que algunas merecen una distinción especial. Dejando para un futuro post un tema exclusivo de iglesias atenienses, me gustaría destacar algunas de esas muchas iglesias diminutas (en ocasiones simples capillas) que me dejaron anonadado.

La Iglesia de Santa Catalina tiene un encanto especial, pues en su agradable patio encontramos restos de edificaciones de época romana (una stoa). El templo cristiano actual se erigió sobre otro más antiguo, cuya advocación pagana era para Artemisa. Las palmeras se cree que fueron traídas desde el Sinaí por los sacerdotes que llegaban a Atenas desde allí, pues esta iglesia pasó a ser de su propiedad en 1767.

El nártex de entrada, enlucido de blanco, resulta chocante y desconcertante para este tipo de iglesias, aunque su particularidad le otorga una belleza única. Se sitúa en la calle Lisikratous, justo la que se abre enfrente del Arco de Adriano.

Iglesia de Santa CAtalina. Atenas.


El interior de esta iglesia es el típico de todas las iglesias bizantinas, con su decoración recargada en forma de frescos que cubren todas las paredes, con sus iconos colgando de todas las paredes posibles (el de Santa Catalina tiene especial valor), con su bóveda decorada hasta el último espacio posible. Sus frescos son unos de los mejor conservados que observé en Atenas. También posee, como es costumbre, numerosas reliquias. A saber: San polidoro de Chipre, San Atanasio de Persia y San Trifón.

Interior de la Iglesia de Santa Catalina. Atenas.


Otra de las iglesias bizantinas mejor conservadas, y con mayor tradición de toda la ciudad, es Ayioi Theodoroi, situada en la Plaza Agion Theodoron, en la intersección entre las céntricas y comerciales calles de Evripidou y Skouleniou. La iglesia actual data del siglo XI, aunque una inscripción hallada en su fachada oeste nos informa que ya existía un templo anterior desde el siglo IX.

Ayioi Theodoroi. Atenas.


Como curiosidad indicar que su cúpula tiene un apoyo extraño, en dos columnas en la parte oriental y en dos pilares en la occidental. Tiene el típico altar tripartito (tres ábsides) y en la mampostería de su tabicado encontramos diversos motivos cerámicos decorativos. Su interior, como es típico, posee el habitual recargamiento ortodoxo. Los frescos son del siglo pasado, momento en el cual se encontró parte de un mosaico que databa de la época romana.

Interior de Ayioi Theodoroi. Atenas.


Dentro de este tipo de pequeñas iglesias bizantinas con un encanto particular también os recomiendo visitar Pantanassa (por sus frescos) en la plaza de Monastiraki, Aghio Asomati (por sus pinturas murales) en Kerameikos y Glebe Holy Sepulchre o también llamada Metochi Panagiou Tafou (por el recoleto encanto de su interior) en Anafiotika (Cl/ Pritaniou).

Una pequeña capilla realmente curiosa es Aghia Dynamis, situada en la intersección entre las calles Metropoleos y Pentelis. Ignorada por las guías de viaje habituales, puede pasarnos desapercibida debido a que se sitúa en la parte inferior del hotel Electra Mertrópolis.

Capilla de Aghia Dynamis. Atenas.


Se trata de una minúscula capilla de una sola nave abovedada, cuya construcción data del siglo XVI. Está consagrada al poder Santo de la Virgen y suele tener predicamento entre las mujeres embarazadas. Lo más destacado es su decoración interior, plagada de pinturas murales que representan a diversos santos. Según una leyenda local, bajo el santuario existe una gran cueva subterránea y unos túneles que sirvieron para esconder los tesoros eclesiásticos durante la ocupación turca. 

Frescos del interior de la Capilla de Aghia Dynamis. Atenas.


Aghios Demetrios Loumbardiaris, situada en los pies de la colina Filopappou, es otra de esas pequeñas iglesias con un encanto particular. Su techumbre de madera característica y sus innumerables iconos y frescos (de 1732) del interior son dos de sus principales atractivos. De nuevo estamos ante una pequeña edificación basilical de pasillo único y abovedada.  

Capilla de Aghios Demetrios Loumbardiaris. Atenas.


Su apellido Loumbardiaris, que significa bombardero, proviene de un suceso que ocurrió durante la ocupación turca. Desde la Acrópolis se bombardeó esta iglesia con intención de destruirla, pero se salvó milagrosamente. Y no contento con ello, el dios cristiano se vengó de tal afrenta lanzando un rayo, al día siguiente, que mató a los artilleros turcos.

Interior de Aghios Demetrios Loumbardiaris.


Aghios Ioannis at Kolona se encuentra en la calle Evripidou Nº70. Se trata de una capilla pequeñita y recoleta cuyo principal atractivo particular está en poseer una columna corintia, en el altar, que sobresale por el techo de madera de una forma un tanto extraña.

La iglesia está dedicada a San Juan Bautista, sanador de las enfermedades de la cabeza, y conecta con el antiguo templo dedicado a Asclepios que se levantaba en este lugar en época antigua.

Aghios Ioannis at Kolona. Fuente: Athenskey.com


Se considera una de las iglesias cristianas más antiguas de la ciudad (siglo VI) y su breve visita no os defraudará.

Barrio de Anafiotika

En Atenas existen multitud de barrios, cada cual con su especial encanto. Resulta difícil escoger alguno, pues todos poseen una atmósfera especial que lo hace únicos. A continuación voy a realizar un breve resumen de los principales:

Monastiraki: un barrio con gran influencia otomana que me recordó poderosamente mi visita a Estambul. La plaza de Monastiraki, centro neurálgico del barrio, es inconfundible gracias a su famosa mezquita de Tzistarakis (hoy convertida en museo), y desde este lugar podemos perdernos entre callejuelas estrechas que forman un gran zoco al aire libre.

Plaza de Monastiraki


Plaka: es el barrio turístico por excelencia. Situado junto a la Acrópolis es el más antiguo de la ciudad. En sus laberínticas callejuelas encontraremos multitud de tabernas, terrazas y tiendas de recuerdos.

Kolonaki: es el barrio más lujoso de la ciudad, lleno de tiendas de diseño y situado a los pies del monte Licabeto. Las numerosas zonas verdes y los edificios de estilo neoclásico y modernista son sus señas de identidad.

El Pireo: el famoso puerto de Atenas es el lugar de atraque de los cruceros. Está formado por tres bahías naturales, destacando como turístico el puerto llamado Mokrolimano, un lugar de pequeños barcos pesqueros, que posee multitud de restaurantes mirando al mar. En esta zona existe un parque infantil y un ambiente a puerto clásico y local. 

Vista de un canal cercano al puerto de Mokrolimano.


El puerto deportivo de Zea destaca por su gran y animado paseo marítimo. 

Puerto deportivo de Zea, en la zona de El Pireo. Atenas.


Por último, la zona de los grandes cruceros, el puerto de El Pireo en sí mismo, no tiene ningún atractivo como embarcadero (salvo ver los grandes cruceros). En cambio posee el encanto de poder visitar dos iglesias maravillosas y deslumbrantes, Agia Triada y Ag. Spyridonos (no os dejéis engañar por su fachada neoclásica, pues su interior es tan ortodoxo como las demás).

Iglesia de Agia Triada. El Pireo. Atenas.



Interior de de Ag. Spyridonos
Fachada de Ag. Spyridonos























Anafiotika: en realidad es una parte minúscula del barrio de Plaka y, sin duda, es mi barrio favorito. Se sitúa bajo la vertiente nordeste de la Acrópolis, justo debajo de la bandera.

Típica calle de Anafiotika
Está formado por casas pintadas de blanco y azul en un entramado de callejuelas verdaderamente laberíntico. Estas casas fueron construidas a mediados del siglo XIX por alabañiles contratados por el rey Otón para levantar su palacio real. Provenientes de la isla de Anafi, situada en las Cícladas, reprodujeron su arquitectura isleña en la capital griega, como forma de sentirse como en casa. En muchos aspectos pasear por sus calles me recordó mi visita a Sidi Bou Said, en Túnez. 


La mejor manera de llegar a este barrio sin dar muchas vueltas es tomar la calle Thrasyllou, desde la parada de metro Acrópolis, y subir por ella hasta la pequeña capilla Saint George of the Rock. Esa es la entrada a este maravilloso barrio que cubre toda la zona de la calle Stratonos y las edificaciones que se encuentran por encima de la Iglesia Agios Nikolaos Ragkava (una visita imprescindible, por cierto).



Una zona peor conservada, aunque también con un encanto propio y singular es el pequeño rincón de los grafitis, en algunos casos imágenes icónicas de la Atenas actual.


Grafitis de Anafiotika.




















Monasterio de Daphni

Para todos aquellos que desean realizar una visita especial próxima a la capital les recomiendo un destino verdaderamente impresionante: el monasterio de Daphni (también llamado Dafni).

Este monasterio, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1990, se encuentra a escasos 11 kilómetros de Atenas. Está considerado el monumento más importante de origen bizantino que se conserva en la región de Atenas.

Llegar hasta él desde Atenas es una pequeña aventura. La mejor manera consiste en coger el metro hasta el final de la línea 3 (azul), en la parada Agia Marina. Luego, al salir a la calle (Iera Odos), nos subiremos al autobús número A16, 811, 866 o 876 con dirección al Hospital psiquiátrico de Attiki. Nos bajaremos justo antes de llegar, enfrente del jardín botánico Diomidous. Desde aquí tendremos un breve paseo hasta el monasterio.

El horario de visita es muy reducido: martes y viernes de 9:00 a 14:00 H.

El monasterio fue muy dañado en el terremoto que asoló la zona en 1999, razón por la cual está en obras de remodelación desde entonces.

Monasterio de Daphni. Atenas.


El primer monasterio del que se tiene constancia en el lugar databa del siglo VI a.C. y se levantaba sobre las ruinas del antiguo santuario de Apolo. Razón por la cual se reutilizaron diversas columnas jónicas de aquel en su construcción, si bien hoy día apenas queda una como testimonio en el nartex. Esta inicial construcción fue destruida por los godos en el año 395.

La siguiente fase constructiva data del siglo XI y corresponde con el periodo bizantino. La iglesia principal data de este momento y su decoración de mosaicos en el interior se considera la mejor conservada de la dinastía Commena. El Cristo Pantócrator de la cúpula es la imagen más conocida y característica de este monumento.


Mosaicos del interior del Monasterio de Daphni
Mosaicos del interior del Monasterio de Daphni






















Sin duda, la decoración interior, con sus múltiples mosaicos, es la parte principal de la visita. En ellos podremos observar numerosas escenas de la vida de Cristo y de la Virgen. Una experiencia fantástica para los sentidos.

Espero que con este largo paseo por Atenas os animéis a visitarla relajadamente. Tesoros artísticos no le faltan.

 

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