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jueves, 15 de noviembre de 2018

El Pterigium debe ser operado cuanto antes

Debido a la numerosa inmigración proveniente de países sudamericanos en las consultas optométricas y oftalmológicas españolas se ven cada vez más casos del problema ocular llamado clínicamente Pterigium. Tal vez su denominación en latín suene un poco rara. Comúnmente se le suele mencionar como pterigión, carnosidad o uña en lenguaje coloquial y las personas que lo sufren pueden llegar, de no tratarse, a perder completamente la visión.

¿Os interesa el tema?


¿Qué es el Pterigium?

Lo primero que debemos hacer es diferenciar dos conceptos.

Empecemos por la alteración conjutival más leve, denominada pinguécula. Se trata de una alteración degenerativa benigna en la conjuntiva, mucosa fina y transparente que recubre la parte blanca de nuestros ojos. Coloquialmente podemos definirlo como una especie de grano o bulto blancuzco con forma de lenteja que no suele mostrar ninguna sintomatología.

No obstante, en ambientes de sequedad y suciedad, así como con una excesiva incidencia de luz solar UV la zona puede llegar a inflamarse e irritarse, dando lugar a una pingueculitis. De manera habitual este problema ocasiona sensación de cuerpo extraño y requiere ser tratado con lágrimas artificiales. Al no afectar a la visión, no necesita mayor tratamiento oftalmológico.

El pterigium, en cambio, es una alteración degenerativa benigna conjuntival que si afecta a nuestra visión. Una pinguécula puede degenerar hacia un pterigium (no siempre se produce ni es lo habitual), aunque también puede aparecer sin presencia anterior de aquella.

En el pterigium la parte alterada de la conjuntiva comienza a crecer hacia la córnea poco a poco. El término pterigión deriva del griego pterygos, que significa ala. Y, en efecto, tal como definieron los griegos, parece que fuera una especie de ala de pájaro la que se expande por el ojo.

Se trata de una auténtica invasión de vasos sanguíneos y tejido conjuntival hacia la córnea transparente. Además de opacificar la zona que invade, lo que provoca un problema estético, tiende a generar astigmatismos indeseados de alto valor (al deformar la curvatura normal corneal), lo que provoca problemas de visión importantes. Al igual que la pinguécula, puede provocar episodios puntuales de irritación con sensación de cuerpo extraño.
 
Pinguécula vs Pterigión
De manera habitual el pterigium aparece en el lado del ojo próximo a la nariz. La explicación de esta curiosa localización reside en la acción de los rayos UV, tal como explicó Coroneo hace ya un par de décadas.

La configuración del ojo y la cara en los humanos permiten un amplio campo de visión temporal, lo que hace que mucha de la luz que alcanza la córnea provenga de los lados. Coroneo estableció que esta radiación del lateral representa un riesgo importante, debido a que focaliza sobre el limbo nasal. La córnea actúa como una lente y concentra la luz periférica tanto en la zona del limbo nasal (lugar en el que se encuentran las células madre y que sufre una concentración lumínica multiplicada por veinte) y, por extensión, en la conjuntiva nasal.

¿Cuál es la prevalencia del Pterigium?

La prevalencia actual del pterigium está en un 12% a escala mundial, siendo Arabia Saudita (0,07%) el lugar con menor incidencia y China (0,53%) el país con mayor número de casos notificados (Dato extraídos de: Farhad Rezvan, MD, Mehdi Khabazkhoob, PhD, Elham Hooshmand, MSc, Abbasali Yekta, PhD, Mohammad Saatchi, PhD, Hassan Hashemi. Prevalence and risk factors of pterygium: a systematic review and meta-analysis. Survey of ophthalmology. September–October, 2018Volume 63, Issue 5, Pages 719–735).

Mientras que en zonas ecuatoriales la prevalencia aumenta hasta el 22%, en latitudes cercanas a los 40º la prevalencia disminuye a menos del 2% (datos extraídos de: Dake Y, Mukae R, Soda Y. Immunohistochemical localization of collagen types I, II, III, and IV in pterygium tissues. Acta Histochem 1989; 87:71-79.).

De manera general existe una mayor prevalencia en países tropicales y subtropicales, así como en latitudes muy altas lo que viene provocado por la mayor exposición a la radiación UV que existe cerca del ecuador y en la proximidad a los polos. Diversos estudios han informado que las personas que viven en los trópicos (menos de 30º de latitud) tienen un riesgo 44 veces mayor de sufrir pterigium (datos extraídos de: Ochoa-Tabares, J.C. Génesis del pterigión. Una aproximación desde la biología molecular. Rev Mex Oftalmol; Noviembre-Diciembre 2006; 80(6): 318-324).

Igualmente, la raza y la herencia parecen estar implicados en la aparición del pterigium. Suele aparecer con más frecuencia en afroamericanos que en caucásicos, siendo en los primeros más habitual encontrar el pterigium carnoso y en los segundos el tipo atrófico. Aunque se ha postulado cierto componente genético desconocemos la verdadera influencia y el mecanismo exacto en el desarrollo de este problema ocular (datos extraídos de Iradier Urrutia, M.T. (coord.) Cirugía del Pterigión. SEO).

En función del sexo, los hombres (13%) suelen sufrir este problema ocular en una proporción algo mayor que las mujeres (12%).

¿Cuáles son las causas por las que puede aparecer?

Basándonos en un reciente estudio de meta-análisis publicado en el año 2018, los factores que contribuyen al desarrollo del pterigium, ordenados según sus mayores probabilidades, son:

-         Trabajo al aire libre (1.46)
-         Vivir en áreas rurales (1.45)
-         Exposición a la luz solar de más de 5 horas al día (1.24)

Otros factores que se consideran causantes del pterigium, de una manera más o menos directa, también son la exposición excesiva a condiciones ambientales irritantes (polvo, serrín, suciedad…), el ojo seco crónico y el envejecimiento. Según el estudio indicado la prevalencia de sufrir pterigium aumenta al 19,5% en las personas mayores a 80 años.

¿Cómo podemos prevenirlo?

Resulta interesante indicar que en el estudio se añadía la eficacia que provoca una adecuada protección solar mediante gafas de sol (0,47).

Este valor termina por confirmar algo que numerosos estudios llevaban hace tiempo indicando: el daño ocular que provoca una exposición crónica a la radiación electromagnética.

Hasta ahora eran muchos los que, escudándose en la falta de estudios concluyentes al respecto, negaban la existencia de este daño ocular crónico. Pero poco a poco la ciencia va encontrando la demostración en personas de lo que ya hace tiempo se demostró in vitro y en animales. El siguiente paso será la demostración del daño que provoca la radiación electromagnética en nuestro cristalino. Estudios in vitro han demostrado esta relación directa y, a día de hoy, la única explicación coherente que tenemos sobre el estadísticamente significativo número de cataratas corticales en el cuadrante inferior nasal, respecto al resto de zonas del cristalino, se debe  a la influencia directa de la radiación UV sobre él de manera crónica.

Por tanto, la protección mediante gafas de sol nos proporciona un remedio adecuado para evitar el daño crónico que la radiación electromagnética provoca en nuestras estructuras oculares.

¿Qué hacer si tengo pterigium?

Lo primero que debemos hacer es acudir al oftalmólogo para una revisión del problema.

Aunque hoy día podemos consultar en Internet los síntomas y signos de numerosas enfermedades siempre es recomendable consultar a un especialista de la visión ante este tipo de problemas oculares.

Una primera valoración puede realizarse en las ópticas, las cuales aconsejarán adecuadamente sobre el problema y derivarán al oftalmólogo en caso de necesidad de una mayor exploración o tratamiento.

El oftalmólogo será el encargado de valorar y dispensar un tratamiento adecuado.

¿Qué tratamiento existe para el pterigium?

En Internet existen varias páginas con remedios caseros para tratar el pterigium. Estos remedios van desde complementar la dieta con mayores aportes de vitamina C o vitamina A, por sus poderes antioxidantes, a utilizar infusiones de pepino o grosellero negro.

Teniendo en cuenta que un exceso de vitamina A, al no ser hidrosoluble, puede generarnos problemas mayores o que la infusión de grosellero negro, utilizada, presumiblemente, para mejorar la visión nocturna nada interfiere en el astigmatismo secundario que provoca el pterigium al invadir la córnea, debemos concluir que nada lograremos mediante la botánica de herbolario.

De manera habitual, los pacientes con pterigium que acuden a un oftalmólogo lo hacen preocupados por la estética. Tener siempre el ojo rojo y esa especie de mancha sanguinolenta que ocupa la zona blanca de la conjuntiva no es lo deseable, estéticamente hablando. Ahora bien, los oftalmólogos desaconsejarán la cirugía del pterigium de manera habitual, como primera opción,  dadas las altas probabilidades de recidiva.

Mientras el pterigium esté controlado y no avance lo suficiente como para provocar un problema en la visión la mayoría de oftalmólogos suelen desanimar al paciente respecto a la cirugía. Y ello no se debe a que la operación sea complicada (todo lo contrario), sino que el pterigium que vuelve a salir suele hacerlo de manera bastante más invasiva y virulenta que el primero.

Por tanto, la única manera de solucionar un pterigium es mediante su extirpación quirúrgica, la cual deberá ser valorada por un oftalmólogo en función de diversos condicionantes y teniendo en cuenta la afectación corneal existente.

Aunque aquí me salgo de mi disciplina un poco indicaré que, dentro de las técnicas quirúrgicas existentes la SEO (Sociedad Española de Oftalmología) indica que la técnica quirúrgica de elección en pterigion primario es la escisión del pterigion con autoinjerto conjuntival debido al menor número de recidivas.

Espero que con este breve post quede más claro el tema del pterigium.


Para obtener más información del trabajo referenciado pinchar aquí:
Farhad Rezvan, MD, Mehdi Khabazkhoob, PhD, Elham Hooshmand, MSc, Abbasali Yekta, PhD, Mohammad Saatchi, PhD, Hassan Hashemi. Prevalence and risk factors of pterygium: a systematic review and meta-analysis. Survey of ophthalmology. September–October, 2018Volume 63, Issue 5, Pages 719–735 

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