El 14 de junio de 2018 comienza la Copa Mundial de
Fútbol de Rusia y, durante un mes, 32 equipos intentarán llevarse el torneo a
su país. Se celebrarán 64 partidos, primero en una fase de grupos y luego por eliminatoria
directa. Es el mayor espectáculo futbolístico del planeta.
Todos los jugadores profesionales sueñan con
participar en un Mundial pero muy pocos tienen la fortuna de ganar la Copa del
Mundo. Entre todos ellos voy a destacar a Thomas Delaney, jugador del equipo
danés y una de sus principales estrellas. ¿Por qué fijarme en este jugador?
Bueno, al igual que yo resulta que tiene una
alteración en la visión de los colores. Y ello no le impide jugar. Aunque
podría desempeñar mucho mejor su trabajo si utilizara filtros. ¿Quieres saber
un poco más de este caso?
Este mundial está resultando ser todo un filón en
cuanto a óptica se refiere. Primero fue la camiseta de España y la supuesta
bandera republicana que contenían sus colores (más información aquí).
Ahora la presencia de un jugador con
anomalía en la visión de los colores. Lo que todo el mundo suele englobar
en el término daltónico.
Thomas
Delaney es un centrocampista danés de 27 años que acaba de
fichar por el Borussia Dortmund alemán (el año pasado jugó en el Werder Bremen
después de militar toda su carrera profesional en el F.C. København).
Aunque seguro que ya debía ser consciente de sufrir
alguna anomalía en la visión de los colores, el último partido de su selección
contra México le condicionó tanto su problema que se vio obligado a reconocer
tal anomalía de manera pública.
Muchas personas piensan que los daltónicos no ven algunos
colores. Pero, en realidad, el problema
del daltónico es la confusión entre colores en ciertas situaciones. Es muy
frecuente que personas con deuteranomalías o deuteranopatías (para más
información ver post Yo
no soy daltónico) afirmen confundir el color rojo y
verde en diversas situaciones, como con deficiente iluminación o una situación
de estrés.
Thomas Delaney sufrió esta sensación durante el
partido amistoso que jugó contra México, cuya selección viste camiseta verde y
pantalón blanco (Dinamarca juega con camiseta roja y pantalón blanco). Lo
explicó perfectamente en la rueda de prensa que dio a los medios:
“Cuando la
gente está cerca la una de la otra no es difícil distinguirlos, pero cuando el
ritmo es alto y la gente está en la periferia puede ser un poco complicado. Es
difícil de describir. Son como sombras diversas del mismo color. Habitualmente
jugamos con pantalones diferentes, pero esta vez no lo hicimos, así que fue más
difícil”.
Los
daltónicos, al igual que los miopes que salen a la calle sin
gafas, se han acostumbrado a fijarse en
señales poco habituales para poder distinguir entre colores que ven parecidos o
confusos. En su caso, como nos relata, se fija más en los pantalones que en
la camiseta. El problema surge cuando ambos equipos juegan con el mismo color
de pantalón y una camiseta que tiende a su confusión (defecto rojo-verde).
Como bien indica el jugador, él puede distinguir perfectamente entre el color rojo y el verde por
separado cuando realiza la comparación; pero si se encuentra aislado y ante
una situación de decisión rápida, es posible que se confunda.
Todos los que sufrimos alguna alteración a los
colores hemos sufrido esa sensación de confusión en diversas ocasiones.
Personalmente lo he sufrido en diversos videojuegos (cuando en mapas pequeños
aparecen marcas rojas y verdes) e incluso en algunos semáforos con condiciones
de luz complicadas (aquí la posición de las luces en una ayuda).
Ahora bien, ¿puede
mitigarse el problema de Thomas Delaney para que no incida en su juego? Por
supuesto, utilizando los filtros adecuados.
El tema de los filtros ópticos es un asunto
espinoso. Poco interesante científicamente, la mayor parte de estudios
existentes adolecen de una investigación metódica más profunda que permita
obtener conclusiones más definitivas. Además, el uso de estos filtros para
tratar anomalías tan complicadas como la dislexia o dificultades de
aprendizaje, sin corroboración científica alguna, ha llevado a muchos
profesionales a tildar este tipo de soluciones como charlatanería.
Dejando a un lado esos usos, otra utilización de estos filtros es la de
mitigar las alteraciones de los colores. Y por mi experiencia personal (y
la de otros muchos compañeros de profesión) si parece estar dando resultados en
los gabinetes. Lógicamente, falta aún mucha investigación en este sentido, pero
en muchos casos la mejora en la visión de los colores supera el efecto placebo.
Las personas son capaces de leer perfectamente el Test de Ishihara y obtienen
una visión cromática más rica.
Tengo que añadir que estos filtros no hacen que una
persona pueda ver los colores como un individuo sin anomalía alguna. En cambio,
le otorga un número mayor de colores con los que realizar las combinaciones
oportunas, lo que redunda en que las zonas de confusión disminuyen bastante.
Utilizar estos filtros a diario requiere de un nuevo
aprendizaje de los colores por parte del usuario, pues las combinaciones que
realizaba anteriormente ya no le son válidas. Por ello, su uso requiere de una
motivación grande del paciente. Motivación que surge sola cuando comprueba lo
que es capaz de ver su ojo con una gama más rica de colores.
En el caso del futbolista danés, el uso de un filtro
adecuado a su problema podría haber mitigado este hándicap añadido a su
profesión y le hubiera permitido mejorar sus estadísticas personales de pases
en el partido contra México (Thomas Delaney realizó cero asistencias, algo
anómalo en un centrocampista como él y fue sustituido por Lasse Schöne).
Ya otros futbolistas jugaron con gafas deportivas. Edgar Davids fue el
caso más conocido del fútbol reciente en uso de gafas con filtros. Notable integrante de la Naranja Mecánica, mítico
equipo holandés, su uso estaba aconsejado para proteger sus ojos tras una
operación de glaucoma. Igualmente, los filtros le ayudaban para mejorar la
visión.
Y si nuestro protagonista danés fuera algo tímido
también existe la posibilidad de utilizar lentes
de contacto con estos filtros. Son unas lentillas que tienen el filtro en
la zona pupilar, por lo que el aspecto es justo al contrario de una lentilla de
color normal (dejan la pupila transparente). Más disimuladas de lo que pudiera
pensarse a priori, sobre todo en ojos oscuros, es una opción muy válida.
Las lentes de contacto son el método de corrección
más utilizado por los futbolistas que sufren problemas visuales (generalmente
miopía). Seguro que os sorprenderá descubrir en esta lista a futbolistas de
talla mundial como Iniesta, De Gea, Arbeloa, Albiol, Petr Čech…
¿Sufres una alteración en la visión cromática y quieres mejorar tu rendimiento deportivo? o ¿Todavía juegas al fútbol con las gafas de calle o
sin ellas?
Pásate por la óptica y seguro que encontrarás mejores soluciones.
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