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domingo, 27 de noviembre de 2016

Mis 5 visitas imprescindibles en Atenas



La ciudad de Atenas, capital de Grecia, suele ser una gran desconocida para muchos turistas. Zona de paso rápido en los cruceros por las islas Griegas, no representa uno de los principales destinos turísticos europeos.

Lo anterior es un profundo error, pues la ciudad, con su exótica mezcla de occidente y oriente, es un destino perfecto para pasar de forma agradable unos cuantos días de vacaciones. Al igual que en Estambul, es uno de esos lugares que te dejan un buen sabor de boca; de esos destinos que te gustaría volver otra vez.

¿Os animáis a conocerlo?


En este artículo voy a indicar los cinco lugares que me parecieron imprescindibles en una visita turística a la ciudad. Por supuesto, hay muchos más, por lo que no descarto hacer otra entrada con Atenas.

La Acrópolis

Es la visita estrella de todo viaje a Atenas. El lugar en donde se asientan los templos más famosos de la Antigüedad griega: el Partenón y el Erecteion. Sí, esos que estás cansado de ver en foto pero que al tenerlo delante te sobrecogen de una manera inaudita. Esa sensación, repetida en la Torre Eiffel, el Big Ben, El coliseo, Santa Sofía o el Atomium es algo adictivo.  Ahora bien, los atractivos de este lugar son muchos más.

Os recomiendo madrugar para poder visitar este lugar, principalmente por dos razones: por un lado evitáis tanto el calor como las mareas de turistas que abarrotan el lugar a partir de las diez de la mañana; por otro, podréis admirar el Partenón con la dorada luz solar que baña su fachada en los preciosos días soleados.

Igualmente, desde la entrada sur, junto a la parada de metro Acrópolis, la visita es más completa, pues ascendemos poco a poco, observando numerosas ruinas que formaban parte de la gloria pasada de Atenas como aperitivos al plato fuerte que nos espera en lo alto de la colina. Entre estos restos destacan dos edificios teatrales.
 
El primero que nos encontraremos será el Teatro de Dionisio. En estas ruinas dedicadas al dios del vino y el teatro conviene admirar las primeras sillas de mármol junto a la Orchestra, ocupadas por los principales personajes atenienses. Según la mitología Dionisio creó el teatro al hacerse pasar por mujer para engañar a la celosa esposa de Zeus, Hera.

Teatro de Dionisio. Atenas.


En la subida a la Acrópolis, un poco más adelante, encontraremos el impresionante Odeón de Herodes Ático. Construido hacia el año 174, este edifico se utilizaba tanto para representaciones musicales (poesía y canto), como para representaciones teatrales. Aunque muy deteriorado por el paso del tiempo, su magnitud aún impresiona. Debemos imaginárnoslo cubierto, al contrario que el anterior teatro.

Odeón de Herodes Ático. Atenas.


La entrada a la Acrópolis la realizaréis por los Propileos, una entrada monumental con portada dórica e interior jónico que supuso un reto constructivo por la difícil topografía existente.

Los Propíleos. Atenas.


A la derecha podréis ver el Templo de Atenea Nike (Atenea victoriosa), situado sobre un viejo bastión micénico de cultos ancestrales. Como dejó escrito Pausanias (I, 22): “Desde aquí se ve el mar…”. La vista, como comprobaréis, es excepcional, aunque no podamos hacerla desde el mismo sitio, pues es imposible acercarse al edificio.

Templo de Atenea Nike. Atenas.


Se trata de un pequeño templo de una sola nave, de estilo jónico, formado por cuatro columnas en la fachada y en la parte posterior (anfipróstilo). Una pequeña joyita que sirve de excepcional aperitivo.

La sensación al llegar a la explanada de la Acrópolis es un poco decepcionante. Y no por las obras inacabables del Partenón (que también), sino por la soledad de edificaciones. Antiguamente, los atenienses no tenían una visión tan limpia del Partenón, pues existían muchas más edificaciones alrededor.


El Partenón (el templo toma el nombre de la habitación de las vírgenes vestales que custodiaban el templo) es el edificio estrella del lugar. Al contrario que los templos cristianos, los griegos no se construían para orar en su interior. En el interior únicamente estaba el hogar de la deidad y se rezaba ante ella en el exterior. Por ello sus fachadas eran la parte más decorada e impresionante.

No obstante, al contrario de lo que se suele pensar, el Partenón no era propiamente un templo de culto, pues no tenían un altar delante, sino un monumento exaltador del poder de Atenas, una ofrenda a los dioses. En su interior se guardaba, en la cella, la colosal imagen crisoelefantina de Atenea Parthenos de Fidias.

Para los que gusten de términos artísticos diré que el Partenón es un edificio, construido enteramente en mármol, de planta rectangular con columnas alrededor de su perímetro (períptero); que posee el extraño número de ocho columnas en su fachada principal (octástilo); y que presenta los elementos característicos tanto constructivos como decorativos del orden dórico (columna estriada con capitel rematado por ábaco). Las columnas soportan el entablamento, compuesto por el arquitrabe liso, el friso, decorado con metopas (zonas lisas decoradas con relieves escultóricos) y triglifos (molduras con acanaladuras verticales), y la cornisa superior. La última parte, el frontón con la decoración escultórica (en el British Museum) y el tejado a dos aguas han desaparecido. No obstante, ello no le quita ni un ápice de monumentalidad.

El Partenón. Atenas.


En un capítulo de mi libro, Mis mentiras favoritas.Historia Antigua, examinaba una de las características que más me sorprendieron de este edificio: el uso por sus arquitectos de ilusiones ópticas. Resumiendo un poco, por falta de tiempo, enumeraré el éntasis de las columnas (engrosamiento central que confiere más esbeltez a las mismas), el engrosamiento de las columnas angulares (para compensar que están circundadas por luz, al contrario que el resto), la inclinación hacia dentro del eje de las columnas (para contrarrestar la excesiva fuga prospética) y la curvatura convexa del estilóbato (escalones inferiores) y el arquitrabe (para compensar el efecto de hundimiento que se percibe ante edificios de gran tamaño constituidos por líneas horizontales ). La laboriosa talla que estas medidas requerían es lo que hace sorprendente al edificio, el cual provoca una tensión en nuestro cerebro, entre lo que deberíamos ver y lo que realmente observamos.

Para los que argumentan que este es el clásico templo dórico debo indicarles que los guiños al estilo jónico (tal vez para recordar su hermanamiento con las ciudades jónicas) son evidentes. El friso sobre el muro exterior de la cella, una novedad en su época, le acercaba al gusto jónico de los relieves esculpidos. Y allí se narraba la procesión religiosa en honor a Atenea durante las fiestas Panateneas. Además, la habitación posterior, el opistodomos, tiene cuatro columnas jónicas como decoración.

El templo debemos imaginarlo tanto decorado con multitud de relieves escultóricos como lleno de color. En las metopas se representaba la historia de Grecia en cuatro leyendas, situada cada una en un lado del edificio (gigantomaquia, centauromaquia, amazonomaquia e Iliupersis).

El otro gran templo de la Acrópolis es el Erecteion. Fue uno de los más complejos, debido a su construcción en varios niveles. Tiene tres pórticos y combinaba cultos diferentes. Por un lado se adoraba a Poseidón-Erecteo, en el nivel inferior, justo en donde la tradición contaba que había golpeado la tierra con su tridente. En la parte oriental, más alta, se abría la parte dedicada a Atenea políada, ciudadana. Por último, mirando hacia el Partenón, se abre la famosa galería de las Cariátides, seis doncellas que hacen la función de esbeltas columnas. En el templo también se adoraban a otros dioses, como Erictonio y Hefesto.

Era uno de los lugares más sagrados de la Acrópolis, centro de cultos antiguos y, según la tradición, el lugar en donde Atenas y Poseidón se disputaron la ciudad.

La parte más impresionante es el balcón de la Cariátides. Una cariátide es una figura femenina esculpida, con función de columna o pilastra, con un entablamento que descansa sobre su cabeza. Su nombre proviene de una ciudad Caria, que se alió con Persia durante la guerra con los griegos. Derrotados, las mujeres fueron convertidas en esclavas y condenadas a llevar pesadas cargas sobre sus cabezas.

Galería de las Cariátides. Templo Erecteion. Atenas.


Por último, no olvidéis asomaros a la ciudad desde este punto privilegiado en las alturas. Además de vistas impresionantes del Ágora antigua, por ejemplo, tal experiencia os servirá para centraros mejor por Atenas y poder situar los principales monumentos.



Vista del ágora antigua desde la Acrópolis de Atenas.



El Museo Arqueológico de Atenas

Existen museos en Europa que tienen la fama de ser considerados los mejores del mundo. Visitas imprescindibles que nadie debe dejar pasar, aunque no les guste mucho el arte o la Historia. Entre todos ellos, el Museo Arqueológico de Atenas es uno de los más destacados. ¿La razón? Porque contiene la mayor y más excelente representación de todo el arte histórico griego y una serie de piezas míticas y que forman parte de nuestro acervo cultural común.

El museo, construido en 1889, representa un recorrido desde la prehistoria hasta la antigüedad de todo el arte griego, y contiene piezas de todo el país, tanto la zona continental como las distintas islas del Egeo. Para aquellos que se sientan atraídos por la mitología y los héroes de la Grecia clásica, el recorrido por sus distintas salas le fascinará.

Es imposible enumerar todas las joyas artísticas que posee pero, en mi opinión, las paradas obligatorias serían los bronces de Poseidón y del Joven Jinete, el tesoro de Schliemann encontrado en Micenas (sí, incluye la famosa máscara de Agamenón), las esculturas de mármol del periodo arcaico y clásico (me encantaron los kouros y las kore) y los frescos de Santorini (seguro que todos visteis esos “falsos” boxeadores en vuestros libros de texto).

Famoso bronce del niño a caballo. Museo Arqueológico de Atenas.


El museo, al igual que otros de su categoría, para poder apreciarlo en su justa medida, debemos echarle tiempo. Las piezas están diseminadas por 32 salas y os recomiendo comenzar por la parte prehistórica correspondiente al sugerente arte cicládico y micénico.

Ídolo cicládico. Museo Arqueológico de Atenas.


Como es de esperar, la sección de cerámica griega resulta impresionante. Según los gustos, explorar todas las vasijas y sus decoraciones puede llevaros desde minutos hasta horas. Además de las piezas del periodo geométrico, debo destacar la excelente colección de vasos lequitos de fondo blanco; unas piezas difíciles de encontrar en otros museos por su precaria conservación tras el paso de los años.

Ejemplos de lequitos en el Museo arqueológico de Atenas.


Para sorpresa de muchos, el museo también alberga arte egipcio y del Próximo Oriente, lo que supone la guinda a todo lo que hemos visto sobre arte griego.

Momia y vasos canopos. Museo arqueológico de Atenas.

Para consultar horarios, mapas… os dejo su página web: http://www.namuseum.gr/


Iglesia de Panaghia Kapnikarea

Dejando a un lado los múltiples atractivos turísticos referentes a la Grecia antigua, otro de los mayores atractivos que tiene Atenas es poder admirar su pasado bizantino, magníficamente representado en las múltiples iglesias que se distribuyen por la ciudad. Una de las más características, por su emplazamiento a modo de islote en medio de las edificaciones modernas, es la Iglesia dedicada a la Presentación de la Virgen María.

Puede resultar extraño destacar una pequeña iglesia antes que la Catedral de la ciudad pero, en mi humilde opinión, las numerosas pequeñas iglesias bizantinas que se distribuyen por la ciudad son el verdadero tesoro artístico de esta ciudad.

Esta magnífica iglesia se sitúa entre las comerciales calles de Ermou y Kapnikareas.  Su construcción data del siglo XI y se levanta en el mismo lugar donde se emplazaba un templo dedicado a Athenea. Cambio de nombre pero continuación del culto a una deidad femenina.

En el siglo XIX, cuando se construyó la calle Ermou, las autoridades pensaron demolerla, pero gracias a la intervención de Neofytos Metaxas, metropolitano de Atenas, y del rey Ludwig de Baviera, padre del rey griego, se logró salvar. Hoy día, perteneciente a la Universidad de Atenas, su conservación no corre peligro.

Iglesia de Kapnikarea. Atenas.


Se trata, arquitectónicamente hablando, de una típica iglesia con planta en cruz y cúpula central octogonal apoyada sobre cuatro columnas romanas. Tiene tres ábsides en la zona oriental y un nártex en la occidental. En el norte se construyó, posteriormente, una capilla dedicada a Aghia Varvara. El nártex exterior del lado sur tiene un porche de columnas magnífico.

Una característica que comparte con muchas otras iglesias de la época es la incorporación en sus muros de mampostería de esculturas antiguas aprovechadas.

El interior es digno de visitarse. Confirmar horarios in situ, aunque cuando yo fui eran los siguientes: de 8h a 13h y de 16h30 a 20h, martes, jueves y viernes.

La mayoría de las pinturas que vamos a encontrar fueron obra de Photios Kontoglou, las cuales datan del siglo pasado. Continuó la tradición bizantina y ortodoxa de abigarramiento decorativo y un horror vacui evidente.

Interior de la Iglesia de Kapnikarea. Atenas.

Plaza Síntagma

La Plaza Síntagma es otro de los lugares fácilmente identificables con Atenas. En esta ocasión, por haber sido uno de los centros de la tensión política que ha vivido el país los últimos años. Ello se debe a que el edificio más importante del lugar es el Parlamento. Y a que Síntagma, en castellano, significa Constitución. Su nombre proviene de la conmemoración de la constitución que le otorgó al país el rey Otón I de Grecia el 3 de septiembre de 1843.

El edificio del parlamento tiene una gran monumentalidad, debido a que antiguamente era el Palacio Real. Su ubicación, en la colina Boubounistra, pretendía conferir una majestuosidad que aún no ha perdido. Su construcción (1836-1840) siguió un modelo neoclásico austero (ausencia de decoraciones llamativas) y elegante en el exterior. Aunque esta imagen cambia enormemente al introducirnos en su interior, decorativamente recargado.

Edifico del aprlamento ateniense.


Por debajo del Parlamento se encuentra la famosa Tumba del Soldado Desconocido, un monumento dedicado a los numerosos soldados que murieron, defendiendo la patria, en las guerras del pasado.

Su construcción data de 1932. En la tumba aparece la imagen en relieve de un hoplita herido, flanqueado por textos pertenecientes a la famosa oración funeraria de Pericles. El resto de los muros están cubiertos por escudos de bronce, dedicatorias con sabor antiguo a las victorias griegas obtenidas desde 1821.

Se encuentra vigilado, constantemente por guardias griegos, los Evzones, quienes poseen un curioso uniforme. Esta Guardia Presidencial realiza un cambio de guardia bastante espectacular, con música incluida, todos los domingos a las 10:30 h. Cambios de guardia menores se realizan a diario cada hora impar. Y a las 18 h, también a diario, se produce un cambio de guardia más pequeño que el dominical. Sin duda, es uno de los atractivos turísticos de la ciudad.

Cambio de guardia de los soldados Evzones. Atenas.


Otro edificio emblemático de la plaza es el Hotel Grande Bretagne, el más elegante de Atenas y en donde se alojan los jefes de estado extranjeros. Y justo detrás del Parlamento se abren los denominados Jardines Nacionales, un lugar perfecto para pasear tranquilamente y descansar en sus encantadores rincones. En los enormes jardines vamos a poder encontrar un pequeño zoológico de gallinas y cabras, un estanque con tortugas e incluso ruinas arqueológicas. Todo ello en el contexto de un gran pulmón verde con 500 tipos diferentes de plantas y árboles de todo el mundo. Para los más pequeños existe un parque infantil con varios columpios en una zona muy sombreada y agradable. Un lugar perfecto para descansar.

Uno de los muchos rincones encantadores de los Jardines Nacionales de Atenas.


Por último, indicar que desde la plaza Síntagma se abre la calle Ermou, auténtica arteria comercial y peatonal del centro de Atenas.

El monte Licabeto

Atenas es una ciudad repleta de miradores naturales que nos permiten observarla desde las alturas, como si fuésemos unos dioses del Olimpo. Resulta difícil decantarse por alguna, pero yo me voy a mojar.

El monte Licabeto tiene un atractivo especial y se considera el mejor lugar para ver atardecer en Atenas. Es el punto más alto (278 metros) desde donde observar como el sol se oculta tras la Acrópolis y comienzan a encenderse las luces por toda la ciudad antigua.

Vista del monte Licabeto desde la Acrópolis.


Su nombre, que podemos traducir como colina de los lobos, se refería a la cantidad de estos animales que poblaban antiguamente el lugar. No obstante, en Grecia, como ya habréis comprobado, todo tiene una explicación mitológica. En este caso la colina se formó debido a una gran piedra que transportaba Atenea a la Acrópolis, con el objeto de acercarla al cielo. Antes de llegar recibió malas noticias, razón por la cual dejó caer la piedra, formando este gran monte.

Para subir al monte Licabeto tenemos dos opciones. Una es andando un pequeño camino bastante empinado. Primero atravesamos una zona con densa vegetación, pero luego vamos subiendo por un camino más ancho y con vistas de la ciudad. El trayecto puede llevar entre 15-20 minutos.

La otra opción es optar por un pintoresco pero carísimo funicular (7,5€ i/v) que, a través de un túnel excavado en la roca, nos deja próximos a la zona superior. Tan sólo  debemos ascender un poco más y llegaremos al mirador natural en el cual se ha convertido este lugar. La estación del funicular se encuentra entre las calles Aristipou y Ploutarchou.

Funicular del monte Licabeto


En lo alto de la colina se encuentra una característica Iglesia dedicada a San Jorge caballero, la cual reconoceréis inmediatamente por su fachada de blanco inmaculado. Y un teatro al aire libre que debe tener una acústica impresionante. También existen varios bares y restaurantes desde donde tomar algún tentempié. Eso sí, a precio de oro.

Iglesia de San Jorge en el monte Licabeto. Atenas.

Interior de la Iglesia de San Jorge en el monte Licabeto. Atenas.


El atardecer desde este punto es uno de los más bonitos que podréis ver en Atenas. Y aunque la Acrópolis se ve perfectamente, para una visión más cercana de ella os recomiendo mejor otros dos miradores naturales situados en sus cercanías: el monte Filopapo y el monte Areópago.

Precioso atardecer desde el monte Licabeto.


Espero que con este pequeño aperitivo de la capital griega os animéis a visitarla. Seguro que no os defraudará.

Para poder preparar el viaje en condiciones, os dejo unos cuantos enlaces donde poder consultar horarios de museos, mapas turísticos de Atenas…

Página oficial del Organismo Nacional Helénico de Turismo www.visitgreece.gr
Gastronomia: www.kerasma.gr
El Tiempo: www.hnms.gr
Museos, Recintos Arqueológicos y Monumentos: www.culture.gr
Horarios oficiales: http://odysseus.culture.gr
Transporte público en Atenas: www.oasa.gr



Por último, unos cuantos consejos sobre Atenas de un viajero que acaba de visitarla:

-         Atenas es una ciudad muy ruidosa, hasta el punto de no poder tener una conversación normal con la persona que te acompaña.
-         El tráfico es horrible, por lo que evitarlo tomando metro y tren.
-         Existe un bono para cinco días por 9€ que os permite viajar en todos los medios de trasnporte. Es la mejor opción para poder visitar los alrededores de la ciudad, como el puerto de El Pireo o el Monasterio de Dafni.
-         Cuidado con los carteristas en el metro. Al igual que en Madrid o Barcelona se lanzan en grupos de tres o cuatro a por los incautos turistas. Si tenéis precaución de vuestras pertenencias no podrán haceros nada. Desconfiad de aquellos excesivamente amables.
-         Los horarios son muy relativos, sobre todo de las iglesias. Consultarlo todo antes de ir el mismo día de la visita.
-         Estudiaros bien un mapa de Atenas. Aunque las calles están en griego y en inglés no todas siguen la doble grafía. Es fácil perderse y desorientarse en el casco antiguo.
-         Evitar por la noche los barrios de Exarcheia y Metaxourgeio así como la plaza Eleftherias, en el barrio de Psyrri. Pasear por ellos de día ya asusta a los que no están acostumbrados a los suburbios deprimidos de las grandes ciudades.
-         Las dos zonas principales para comprar souvenirs se encuentran en Monastiraki (Cl/ Pandrosou) y Acrópolis (Cl/ Vironos).  Los imanes a 1€ y las vasijas cerámicas a 5€ son los recuerdos estrella. No paguéis más por ellos.
-         Yo me alojé en un apartamento, opción que os recomiendo encarecidamente. Máxime teniendo en cuenta la calidad del mismo: Architect Designer's Apartment in Kolonaki. El apartamento os brinda la posibilidad de no tener que estar malcomiendo en la calle a diario.
-         Para hacer la compra los supermercados más baratos son la marca Lidl. La diferencia, en precio y variedad de alimentos, es brutal respecto a Carrefour Express u OK Market.
-         Respecto a las comidas os recomiendo probar el yogurt griego (nada que ver con el de Danone), la moussaka y el giros. Fue de lo que más me gustó.
-         El mejor restaurante en el que comí fue uno llamado Ambrosía, situado junto a la parada de metro Syngrou-Fix. Raciones abundantes y sabrosas a un precio ajustado.








2 comentarios:

  1. Maravillosa resena,buscaba informacion para mi viaje a Athenas y esta la he imprimido para llevarla conmigo.Muchas gracias.

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    1. Hola Roxinia, gracias por comentar.
      Si tienes alguna duda puedes preguntarme lo que quieras sobre Arenas. Aún lo tengo reciente!!!!
      Saludos

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