La ciudad de Atenas, capital de Grecia, suele ser
una gran desconocida para muchos turistas. Zona de paso rápido en los cruceros
por las islas Griegas, no representa uno de los principales destinos turísticos
europeos.
Lo anterior es un profundo error, pues la ciudad,
con su exótica mezcla de occidente y oriente, es un destino perfecto para pasar
de forma agradable unos cuantos días de vacaciones. Al igual que en Estambul,
es uno de esos lugares que te dejan un buen sabor de boca; de esos destinos que
te gustaría volver otra vez.
¿Os animáis a conocerlo?
En este artículo voy a indicar los cinco lugares que
me parecieron imprescindibles en una visita turística a la ciudad. Por
supuesto, hay muchos más, por lo que no descarto hacer otra entrada con Atenas.
La
Acrópolis
Es la visita estrella de todo viaje a Atenas. El
lugar en donde se asientan los templos más famosos de la Antigüedad griega: el
Partenón y el Erecteion. Sí, esos que estás cansado de ver en foto pero que al
tenerlo delante te sobrecogen de una manera inaudita. Esa sensación, repetida
en la Torre Eiffel, el Big Ben, El coliseo, Santa Sofía o el Atomium es algo
adictivo. Ahora bien, los atractivos de
este lugar son muchos más.
Os recomiendo madrugar para poder visitar este lugar, principalmente por dos razones: por un lado evitáis tanto el calor como las mareas de turistas que abarrotan el lugar a partir de las diez de la mañana; por otro, podréis admirar el Partenón con la dorada luz solar que baña su fachada en los preciosos días soleados.
Igualmente, desde la entrada sur, junto a la parada de metro Acrópolis, la visita es más completa, pues ascendemos poco a poco, observando numerosas ruinas que formaban parte de la gloria pasada de Atenas como aperitivos al plato fuerte que nos espera en lo alto de la colina. Entre estos restos destacan dos edificios teatrales.
El primero que nos encontraremos será el Teatro de Dionisio. En estas ruinas dedicadas al dios del vino y el teatro conviene admirar las primeras sillas de mármol junto a la Orchestra, ocupadas por los principales personajes atenienses. Según la mitología Dionisio creó el teatro al hacerse pasar por mujer para engañar a la celosa esposa de Zeus, Hera.
En la subida a la Acrópolis, un poco más adelante, encontraremos el impresionante Odeón de Herodes Ático. Construido hacia el año 174, este edifico se utilizaba tanto para representaciones musicales (poesía y canto), como para representaciones teatrales. Aunque muy deteriorado por el paso del tiempo, su magnitud aún impresiona. Debemos imaginárnoslo cubierto, al contrario que el anterior teatro.
Igualmente, desde la entrada sur, junto a la parada de metro Acrópolis, la visita es más completa, pues ascendemos poco a poco, observando numerosas ruinas que formaban parte de la gloria pasada de Atenas como aperitivos al plato fuerte que nos espera en lo alto de la colina. Entre estos restos destacan dos edificios teatrales.
El primero que nos encontraremos será el Teatro de Dionisio. En estas ruinas dedicadas al dios del vino y el teatro conviene admirar las primeras sillas de mármol junto a la Orchestra, ocupadas por los principales personajes atenienses. Según la mitología Dionisio creó el teatro al hacerse pasar por mujer para engañar a la celosa esposa de Zeus, Hera.
Teatro de Dionisio. Atenas. |
En la subida a la Acrópolis, un poco más adelante, encontraremos el impresionante Odeón de Herodes Ático. Construido hacia el año 174, este edifico se utilizaba tanto para representaciones musicales (poesía y canto), como para representaciones teatrales. Aunque muy deteriorado por el paso del tiempo, su magnitud aún impresiona. Debemos imaginárnoslo cubierto, al contrario que el anterior teatro.
La entrada a la Acrópolis la realizaréis por los Propileos,
una entrada monumental con portada dórica e interior jónico que supuso un reto
constructivo por la difícil topografía existente.
A la derecha podréis ver el Templo
de Atenea Nike (Atenea victoriosa), situado sobre un viejo bastión micénico
de cultos ancestrales. Como dejó escrito Pausanias (I, 22): “Desde aquí se ve el mar…”. La vista,
como comprobaréis, es excepcional, aunque no podamos hacerla desde el mismo sitio, pues es imposible acercarse al edificio.
Se trata de un pequeño templo de una sola nave, de
estilo jónico, formado por cuatro columnas en la fachada y en la parte
posterior (anfipróstilo). Una pequeña joyita que sirve de excepcional
aperitivo.
La sensación al llegar a la explanada de la
Acrópolis es un poco decepcionante. Y no por las obras inacabables del Partenón
(que también), sino por la soledad de edificaciones. Antiguamente, los
atenienses no tenían una visión tan limpia del Partenón, pues existían muchas
más edificaciones alrededor.
El Partenón
(el templo toma el nombre de la habitación de las vírgenes vestales que
custodiaban el templo) es el edificio estrella del lugar. Al contrario que los
templos cristianos, los griegos no se construían para orar en su interior. En
el interior únicamente estaba el hogar de la deidad y se rezaba ante ella en el
exterior. Por ello sus fachadas eran la parte más decorada e impresionante.
No obstante, al contrario de lo que se suele pensar,
el Partenón no era propiamente un templo de culto, pues no tenían un altar
delante, sino un monumento exaltador del poder de Atenas, una ofrenda a los
dioses. En su interior se guardaba, en la cella, la colosal imagen
crisoelefantina de Atenea Parthenos de Fidias.
Para los que gusten de términos artísticos diré que
el Partenón es un edificio, construido enteramente en mármol, de planta
rectangular con columnas alrededor de su perímetro (períptero); que posee el
extraño número de ocho columnas en su fachada principal (octástilo); y que
presenta los elementos característicos tanto constructivos como decorativos del
orden dórico (columna estriada con capitel rematado por ábaco). Las columnas
soportan el entablamento, compuesto por el arquitrabe liso, el friso, decorado
con metopas (zonas lisas decoradas con relieves escultóricos) y triglifos
(molduras con acanaladuras verticales), y la cornisa superior. La última parte,
el frontón con la decoración escultórica (en el British Museum) y el tejado a
dos aguas han desaparecido. No obstante, ello no le quita ni un ápice de
monumentalidad.
En un capítulo de mi libro, Mis mentiras favoritas.Historia Antigua, examinaba una de las características que más me sorprendieron
de este edificio: el uso por sus arquitectos de ilusiones ópticas. Resumiendo
un poco, por falta de tiempo, enumeraré el éntasis de las columnas
(engrosamiento central que confiere más esbeltez a las mismas), el
engrosamiento de las columnas angulares (para compensar que están circundadas
por luz, al contrario que el resto), la inclinación hacia dentro del eje de las
columnas (para contrarrestar la excesiva fuga prospética) y la curvatura
convexa del estilóbato (escalones inferiores) y el arquitrabe (para compensar
el efecto de hundimiento que se percibe ante edificios de gran tamaño
constituidos por líneas horizontales ). La laboriosa talla que estas medidas
requerían es lo que hace sorprendente al edificio, el cual provoca una tensión
en nuestro cerebro, entre lo que deberíamos ver y lo que realmente observamos.
Para los que argumentan que este es el clásico
templo dórico debo indicarles que los guiños al estilo jónico (tal vez para
recordar su hermanamiento con las ciudades jónicas) son evidentes. El friso
sobre el muro exterior de la cella, una novedad en su época, le acercaba al
gusto jónico de los relieves esculpidos. Y allí se narraba la procesión
religiosa en honor a Atenea durante las fiestas Panateneas. Además, la
habitación posterior, el opistodomos, tiene cuatro columnas jónicas como
decoración.
El templo debemos imaginarlo tanto decorado con
multitud de relieves escultóricos como lleno de color. En las metopas se
representaba la historia de Grecia en cuatro leyendas, situada cada una en un
lado del edificio (gigantomaquia, centauromaquia, amazonomaquia e Iliupersis).
El otro gran templo de la Acrópolis es el
Erecteion. Fue uno de los más complejos, debido a su construcción en varios
niveles. Tiene tres pórticos y combinaba cultos diferentes. Por un lado se
adoraba a Poseidón-Erecteo, en el nivel inferior, justo en donde la tradición
contaba que había golpeado la tierra con su tridente. En la parte oriental, más
alta, se abría la parte dedicada a Atenea políada, ciudadana. Por último,
mirando hacia el Partenón, se abre la famosa galería de las Cariátides, seis
doncellas que hacen la función de esbeltas columnas. En el templo también se
adoraban a otros dioses, como Erictonio y Hefesto.
Era uno de los lugares más sagrados de la Acrópolis,
centro de cultos antiguos y, según la tradición, el lugar en donde Atenas y
Poseidón se disputaron la ciudad.
La parte más impresionante es el balcón de la
Cariátides. Una cariátide es una figura femenina esculpida, con función de
columna o pilastra, con un entablamento que descansa sobre su cabeza. Su nombre
proviene de una ciudad Caria, que se alió con Persia durante la guerra con los
griegos. Derrotados, las mujeres fueron convertidas en esclavas y condenadas a
llevar pesadas cargas sobre sus cabezas.
Por último, no olvidéis asomaros a la ciudad desde
este punto privilegiado en las alturas. Además de vistas impresionantes del
Ágora antigua, por ejemplo, tal experiencia os servirá para centraros mejor por
Atenas y poder situar los principales monumentos.
Vista del ágora antigua desde la Acrópolis de Atenas. |
El
Museo Arqueológico de Atenas
Existen museos en Europa que tienen la fama de ser
considerados los mejores del mundo. Visitas imprescindibles que nadie debe
dejar pasar, aunque no les guste mucho el arte o la Historia. Entre todos
ellos, el Museo Arqueológico de Atenas es uno de los más destacados. ¿La razón?
Porque contiene la mayor y más excelente representación de todo el arte histórico
griego y una serie de piezas míticas y que forman parte de nuestro acervo
cultural común.
El museo, construido en 1889, representa un
recorrido desde la prehistoria hasta la antigüedad de todo el arte griego, y
contiene piezas de todo el país, tanto la zona continental como las distintas
islas del Egeo. Para aquellos que se sientan atraídos por la mitología y los
héroes de la Grecia clásica, el recorrido por sus distintas salas le fascinará.
Es imposible enumerar todas las joyas artísticas que
posee pero, en mi opinión, las paradas obligatorias serían los bronces de
Poseidón y del Joven Jinete, el tesoro de Schliemann encontrado en Micenas (sí,
incluye la famosa máscara de Agamenón), las esculturas de mármol del periodo arcaico
y clásico (me encantaron los kouros y las kore) y los frescos de Santorini
(seguro que todos visteis esos “falsos” boxeadores en vuestros libros de
texto).
El museo, al igual que otros de su categoría, para
poder apreciarlo en su justa medida, debemos echarle tiempo. Las piezas están
diseminadas por 32 salas y os recomiendo comenzar por la parte prehistórica
correspondiente al sugerente arte cicládico y micénico.
Como es de esperar, la sección de cerámica griega resulta impresionante. Según los gustos, explorar todas las vasijas y sus decoraciones puede llevaros desde minutos hasta horas. Además de las piezas del periodo geométrico, debo destacar la excelente colección de vasos lequitos de fondo blanco; unas piezas difíciles de encontrar en otros museos por su precaria conservación tras el paso de los años.
Para sorpresa de muchos, el museo también alberga arte egipcio y del Próximo Oriente, lo que supone la guinda a todo lo que hemos visto sobre arte griego.
Ejemplos de lequitos en el Museo arqueológico de Atenas. |
Para sorpresa de muchos, el museo también alberga arte egipcio y del Próximo Oriente, lo que supone la guinda a todo lo que hemos visto sobre arte griego.
Momia y vasos canopos. Museo arqueológico de Atenas. |
Para consultar horarios, mapas… os dejo su página
web: http://www.namuseum.gr/
Iglesia
de Panaghia Kapnikarea
Dejando a un lado los múltiples atractivos
turísticos referentes a la Grecia antigua, otro de los mayores atractivos que
tiene Atenas es poder admirar su pasado bizantino, magníficamente representado
en las múltiples iglesias que se distribuyen por la ciudad. Una de las más
características, por su emplazamiento a modo de islote en medio de las
edificaciones modernas, es la Iglesia dedicada a la Presentación de la Virgen
María.
Puede resultar extraño destacar una pequeña iglesia
antes que la Catedral de la ciudad pero, en mi humilde opinión, las numerosas
pequeñas iglesias bizantinas que se distribuyen por la ciudad son el verdadero
tesoro artístico de esta ciudad.
Esta magnífica iglesia se sitúa entre las
comerciales calles de Ermou y Kapnikareas. Su construcción data del siglo XI y se levanta
en el mismo lugar donde se emplazaba un templo dedicado a Athenea. Cambio de
nombre pero continuación del culto a una deidad femenina.
En el siglo XIX, cuando se construyó la calle Ermou,
las autoridades pensaron demolerla, pero gracias a la intervención de Neofytos
Metaxas, metropolitano de Atenas, y del rey Ludwig de Baviera, padre del rey
griego, se logró salvar. Hoy día, perteneciente a la Universidad de Atenas, su
conservación no corre peligro.
Se trata, arquitectónicamente hablando, de una
típica iglesia con planta en cruz y cúpula central octogonal apoyada sobre
cuatro columnas romanas. Tiene tres ábsides en la zona oriental y un nártex en
la occidental. En el norte se construyó, posteriormente, una capilla dedicada a
Aghia Varvara. El nártex exterior del lado sur tiene un porche de columnas
magnífico.
Una característica que comparte con muchas otras
iglesias de la época es la incorporación en sus muros de mampostería de esculturas
antiguas aprovechadas.
El interior es digno de visitarse. Confirmar
horarios in situ, aunque cuando yo fui eran los siguientes: de 8h a 13h y de
16h30 a 20h, martes, jueves y viernes.
La mayoría de las pinturas que vamos a encontrar
fueron obra de Photios Kontoglou, las cuales datan del siglo pasado. Continuó
la tradición bizantina y ortodoxa de abigarramiento decorativo y un horror vacui evidente.
Interior de la Iglesia de Kapnikarea. Atenas. |
Plaza
Síntagma
La Plaza Síntagma es otro de los lugares fácilmente
identificables con Atenas. En esta ocasión, por haber sido uno de los centros
de la tensión política que ha vivido el país los últimos años. Ello se debe a
que el edificio más importante del lugar es el Parlamento. Y a que
Síntagma, en castellano, significa Constitución. Su nombre proviene de la
conmemoración de la constitución que le otorgó al país el rey Otón I de Grecia
el 3 de septiembre de 1843.
El edificio del parlamento tiene una gran
monumentalidad, debido a que antiguamente era el Palacio Real. Su ubicación, en
la colina Boubounistra, pretendía conferir una majestuosidad que aún no ha
perdido. Su construcción (1836-1840) siguió un modelo neoclásico austero
(ausencia de decoraciones llamativas) y elegante en el exterior. Aunque esta
imagen cambia enormemente al introducirnos en su interior, decorativamente recargado.
Por debajo del Parlamento se encuentra la famosa Tumba
del Soldado Desconocido, un monumento dedicado a los numerosos soldados que
murieron, defendiendo la patria, en las guerras del pasado.
Su construcción data de 1932. En la tumba aparece la
imagen en relieve de un hoplita herido, flanqueado por textos pertenecientes a
la famosa oración funeraria de Pericles. El resto de los muros están cubiertos
por escudos de bronce, dedicatorias con sabor antiguo a las victorias griegas
obtenidas desde 1821.
Se encuentra vigilado, constantemente por guardias
griegos, los Evzones, quienes poseen un curioso uniforme. Esta Guardia
Presidencial realiza un cambio de guardia bastante espectacular, con
música incluida, todos los domingos a las 10:30 h. Cambios de guardia menores
se realizan a diario cada hora impar. Y a las 18 h, también a diario, se
produce un cambio de guardia más pequeño que el dominical. Sin duda, es uno de
los atractivos turísticos de la ciudad.
Otro edificio emblemático de la plaza es el Hotel
Grande Bretagne, el más elegante de Atenas y en donde se alojan los jefes
de estado extranjeros. Y justo detrás del Parlamento se abren los denominados Jardines
Nacionales, un lugar perfecto para pasear tranquilamente y descansar en sus
encantadores rincones. En los enormes jardines vamos a poder encontrar un
pequeño zoológico de gallinas y cabras, un estanque con tortugas e incluso
ruinas arqueológicas. Todo ello en el contexto de un gran pulmón verde con 500
tipos diferentes de plantas y árboles de todo el mundo. Para los más pequeños existe un parque infantil con varios columpios en una zona muy sombreada y agradable. Un lugar perfecto para descansar.
Por último, indicar que desde la plaza Síntagma se
abre la calle Ermou, auténtica arteria comercial y peatonal del centro de
Atenas.
El
monte Licabeto
Atenas es una ciudad repleta de miradores naturales
que nos permiten observarla desde las alturas, como si fuésemos unos dioses del
Olimpo. Resulta difícil decantarse por alguna, pero yo me voy a mojar.
El monte Licabeto tiene un atractivo especial y se considera
el mejor lugar para ver atardecer en Atenas. Es el punto más alto (278 metros)
desde donde observar como el sol se oculta tras la Acrópolis y comienzan a
encenderse las luces por toda la ciudad antigua.
Su nombre, que podemos traducir como colina de los
lobos, se refería a la cantidad de estos animales que poblaban antiguamente el
lugar. No obstante, en Grecia, como ya habréis comprobado, todo tiene una
explicación mitológica. En este caso la colina se formó debido a una gran
piedra que transportaba Atenea a la Acrópolis, con el objeto de acercarla al
cielo. Antes de llegar recibió malas noticias, razón por la cual dejó caer la
piedra, formando este gran monte.
Para subir al monte Licabeto tenemos dos opciones.
Una es andando un pequeño camino bastante empinado. Primero atravesamos una
zona con densa vegetación, pero luego vamos subiendo por un camino más ancho y
con vistas de la ciudad. El trayecto puede llevar entre 15-20 minutos.
La otra opción es optar por un pintoresco pero
carísimo funicular (7,5€ i/v) que, a través de un túnel excavado en la roca,
nos deja próximos a la zona superior. Tan sólo
debemos ascender un poco más y llegaremos al mirador natural en el cual
se ha convertido este lugar. La estación del funicular se encuentra entre las
calles Aristipou y Ploutarchou.
En lo alto de la colina se encuentra una
característica Iglesia dedicada a San Jorge caballero, la cual reconoceréis
inmediatamente por su fachada de blanco inmaculado. Y un teatro al aire libre
que debe tener una acústica impresionante. También existen varios bares y
restaurantes desde donde tomar algún tentempié. Eso sí, a precio de oro.
Iglesia de San Jorge en el monte Licabeto. Atenas. |
Interior de la Iglesia de San Jorge en el monte Licabeto. Atenas. |
El atardecer desde este punto es uno de los más
bonitos que podréis ver en Atenas. Y aunque la Acrópolis se ve perfectamente,
para una visión más cercana de ella os recomiendo mejor otros dos miradores
naturales situados en sus cercanías: el monte Filopapo y el monte Areópago.
Espero que con este pequeño aperitivo de la capital
griega os animéis a visitarla. Seguro que no os defraudará.
Para poder preparar el viaje en
condiciones, os dejo unos cuantos enlaces donde poder consultar horarios de
museos, mapas turísticos de Atenas…
Página oficial
del Organismo Nacional Helénico de Turismo
www.visitgreece.gr
Gastronomia: www.kerasma.gr
El Tiempo: www.hnms.gr
Museos, Recintos Arqueológicos y Monumentos: www.culture.gr
Horarios oficiales: http://odysseus.culture.gr
Transporte
público en Atenas: www.oasa.gr
Por último, unos cuantos consejos sobre Atenas de un
viajero que acaba de visitarla:
-
Atenas es una ciudad muy ruidosa, hasta
el punto de no poder tener una conversación normal con la persona que te
acompaña.
-
El tráfico es horrible, por lo que
evitarlo tomando metro y tren.
-
Existe un bono para cinco días por 9€
que os permite viajar en todos los medios de trasnporte. Es la mejor opción
para poder visitar los alrededores de la ciudad, como el puerto de El Pireo o
el Monasterio de Dafni.
-
Cuidado con los carteristas en el metro.
Al igual que en Madrid o Barcelona se lanzan en grupos de tres o cuatro a por
los incautos turistas. Si tenéis precaución de vuestras pertenencias no podrán
haceros nada. Desconfiad de aquellos excesivamente amables.
-
Los horarios son muy relativos, sobre
todo de las iglesias. Consultarlo todo antes de ir el mismo día de la visita.
-
Estudiaros bien un mapa de Atenas.
Aunque las calles están en griego y en inglés no todas siguen la doble grafía.
Es fácil perderse y desorientarse en el casco antiguo.
-
Evitar por la noche los barrios de
Exarcheia y Metaxourgeio así como la plaza Eleftherias, en el barrio de Psyrri.
Pasear por ellos de día ya asusta a los que no están acostumbrados a los
suburbios deprimidos de las grandes ciudades.
-
Las dos zonas principales para comprar
souvenirs se encuentran en Monastiraki (Cl/ Pandrosou) y Acrópolis (Cl/ Vironos).
Los imanes a 1€ y las vasijas cerámicas
a 5€ son los recuerdos estrella. No paguéis más por ellos.
-
Yo me alojé en un apartamento, opción
que os recomiendo encarecidamente. Máxime teniendo en cuenta la calidad del
mismo: Architect Designer's Apartment in Kolonaki. El apartamento os brinda la posibilidad de
no tener que estar malcomiendo en la calle a diario.
-
Para hacer la
compra los supermercados más baratos son la marca Lidl. La diferencia, en
precio y variedad de alimentos, es brutal respecto a Carrefour Express u OK
Market.
-
Respecto a
las comidas os recomiendo probar el yogurt griego (nada que ver con el de
Danone), la moussaka y el giros. Fue de lo que más me gustó.
-
El mejor
restaurante en el que comí fue uno llamado Ambrosía, situado junto a la parada
de metro Syngrou-Fix. Raciones abundantes y sabrosas a un precio ajustado.
Maravillosa resena,buscaba informacion para mi viaje a Athenas y esta la he imprimido para llevarla conmigo.Muchas gracias.
ResponderEliminarHola Roxinia, gracias por comentar.
EliminarSi tienes alguna duda puedes preguntarme lo que quieras sobre Arenas. Aún lo tengo reciente!!!!
Saludos