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domingo, 24 de noviembre de 2024

Mis 5 iglesias favoritas de Bolonia

 

Vamos con otro artículo sobre la preciosa ciudad de Bolonia. En esta ocasión nos vamos a detener en los principales templos religiosos que tiene la ciudad. Y el asunto no es baladí, máxime, teniendo en cuenta que esta ciudad estuvo controlada por el Papado durante años en el medievo.

 

Da igual que seas o no creyente, pues en la mayoría de los casos la visita se justifica por la importancia en obras de arte que atesoran. Por tanto, prepara la cámara de fotos para realizar un recorrido por los templos religiosos de Bolonia más interesantes. ¿Te animas?

 

Los dos templos religiosos más importantes de Bolonia son la Basílica de San Petronio, situada en la Piazza Maggiore, y el complejo de las siete iglesias, más conocido como la Basílica de Santo Stefano.


 

De ambos templos tenéis toda la información en el artículo principal que hice sobre Bolonia: Mis 5 visitas imprescindibles en Bolonia. Por tanto, vamos a centrarnos en otros cinco templos importantes de la ciudad. Cada uno destacable por alguna característica que le hace único respecto a los demás.

 

1.    Basílica de Santo Domingo

 

Levantada en el siglo XIII por los dominicos para acoger los restos del fundador de la orden, Santo Domingo de Guzmán, posee una sencilla fachada gótica, con la capilla Ghisilardi a un lado y dos tumbas de baldaquino al otro, pertenecientes a juristas.

 


La primera sorpresa que hallaremos al entrar será el recargado estilo barroco con la que se reformó en el siglo XVII. Un contraste que puede hacer que muchos se quieran dar la vuelta. No hay nada peor que sentirnos engañados. No cometáis ese error. Recorriendo sus capillas descubriréis numerosas obras de arte, como un Santo Tomás de Guercino o Los esponsales de Santa Catalina, de F. Lippi, entre otras muchas joyas.

 


No obstante, vuestro verdadero objetivo es la capella di San Domenico, cuyo ábside conserva los frescos de Reni. Aquí podréis admirar la famosa Arca del Santo, con unos bellos relieves de Nicola Pisano y esculturas de Nicoló dell´Arca y de Miguel Ángel.

 


En una de las capillas laterales encontraréis un par de órganos en donde Mózart tocó el 6 de octubre de 1770, durante la festividad de la Virgen del Rosario, cuando contaba con unos catorce años.

 

2.    Basílica de San Francisco

 

Este es uno de los templos más característicos de Bolonia. Fue erigido por los franciscanos en estilo gótico francés (fue la primera en Italia) hacia mediados del siglo XIII. Esa influencia francesa la vemos perfectamente en su fachada, realizada en ladrillo salvo el portal, cuyos relieves se fabricaron en piedra blanca. En la parte posterior son característicos también los arbotantes absidiales.

 


En el exterior, por la parte posterior, destacan tres tumbas de tres glossatori, los comentadores de las obras de los juristas. Las mismas nos preparan para un templo donde descubriremos numerosos sepulcros renacentistas.


 

De su interior destaca poderosamente el altar mayor, donde podremos ver un precioso bajorrelieve de mármol gótico ricamente decorado. Construido por Pierpaolo dalle Masegne a finales del siglo XIV, representa escenas de la vida de San Francisco.

 


Detrás del altar debéis acercaros y recorrer el deambulatorio absidial, el cual posee nueve capillas radiales con importantes obras de arte: la tumba de Albergati, un Crocifisso pintado por Giovanni Lianori o una preciosa arca con los restos de varios beatos franciscanos.

 


3.    Santuario de Santa María della Vita

 

Este pequeño templo se encuentra en el barrio del Quadrilatero, uno de los lugares históricos de la ciudad y corazón de la urbe. Aquí vas a encontrar comercios tradicionales y mercados con aroma antiguo.

 


El complejo dedicado a Santa Maria della Vita fue construido en 1261 por el peruano Raniero Barcobini Fasani, quien fundó la cofradía de los Battuti Bianchi y estableció un hospital para el cuidado y asistencia de los enfermos y peregrinos. A lo largo de los siglos se convirtió en un importante lugar de salud y en un grandioso santuario, enriquecido con espléndidas obras de arte.

 

La austera fachada no nos prepara para el sorprendente interior. El edificio es de planta elíptica y un estilo elegante y amplio, donde encontramos varias importantes obras de arte. En el altar mayor hay un fresco que data de la segunda mitad del siglo XIV que muestra a la Madonna della Vita. Y también destaca su enorme cúpula, diseñada por Giuseppe Tubertini y construida en 1787. El conjunto es el ejemplo más importante del barroco boloñés.


 

El Santuario, no obstante, es famoso por conservar la célebre Lamentación sobre el Cristo Muerto de Nicolò dell’Arca. Sólo por admirar esta belleza merece la pena acercarse hasta aquí.


 

El poeta Gabriele D’Annunzio definió esta bella composición como urlo di pietra (grito de piedra). Sin duda la escena no os dejará indiferentes y representa el dolor de la pérdida de una manera tan real que acongoja. Imposible no emocionarse. Se podría decir que son personas petrificadas en ese momento tan doloroso. Su intenso dramatismo no se ha logrado reproducir en ninguna otra ocasión.


 

Junto a la iglesia, en el Oratorio, se pueden admirar el grupo escultórico del Tránsito de la Virgen de Alfonso Lombardi y el Museo de la Salud y de la Asistencia, que explica la historia de la salud en Bolonia a través de instrumentos del sector sanitario, materiales científicos, pinturas y decoraciones.

 


4.    Santuario de Nuestra Señora de San Luca

 

Este santuario mariano, situado en el Colle de la Guardia, es uno de los símbolos de Bolonia desde hace siglos, así como objeto de adoración religiosa. Está conectado con el casco histórico a través de una característica columnata, la más larga del mundo, que, saliendo de Puerta Saragoza, se extiende por cuatro kilómetros con más de 600 arcos y que, junto con los otros pórticos de la ciudad, se declaró Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2021.


 

Podéis tomar el autobús número 58 para evitaros la subida al santuario (cuidado con los horarios que no son regulares), aunque si tenéis ganas y tiempo, yo os aconsejaría ir subiendo por el pórtico tranquilamente. Existen algunas escaleras, pero casi todo el tiempo se sube por medio de rampa, lo que facilita la ascensión.

 

Muchos locales lo utilizan para entrenarse y está bastante transitado. Cada pocos tramos existen unas paradas con escenas de la pasión de Cristo y las vistas son espectaculares. Entre ellas, las del estadio del Bolonia FC, que este año ha logrado participar en la Champions League tras más de 60 años sin competir en ella.

 


Protagonista, durante la Semana de la Ascensión, de una procesión que cada año desde 1433 lleva el icono bizantino de Virgen con el Niño a la catedral, el pórtico fue construido a partir de 1674. En cambio, el santuario se edificó posteriormente en el siglo XVIII sobre los cimientos de una construcción anterior del siglo XV. Se trata de un edificio barroco, perceptible en las formas y volúmenes curvilíneos alternados en continuas protuberancias y huecos. El cuerpo del edificio está constituido, en la mayor parte, por un grandísimo tiburio elíptico, descubierto y compacto, cubierto por una gran cúpula con linterna. La fachada está compuesta por una serie de pilastras gigantes de orden jónico sustentan un frontón, bajo el cual se abre un arco central. Unido a los lados de la fachada, el pórtico se desarrolla con dos alas curvilíneas che cierran la plaza frontal y que concluyen en dos tribunas pentagonales en forma de edículo. Desde el santuario se puede disfrutar de una maravillosa vista sobre las colinas circundantes. Y una fuente espera al sufrido peregrino que llega hasta allí.


 

El interior de la iglesia posee una planta elíptica sobre la cual está inserta una cruz griega, presentando un presbiterio elevado, sobre cuyo pináculo se encuentra el famoso icono de la Virgen con el Niño. Los arcos principales son sostenidos por tres columnas corintias gigantes cada uno.

 


Como podéis imaginar, el punto más destacado es el icono de la Virgen con el niño llamado de San Luca. Una curiosa imagen recubierta de plata donde sólo podemos apreciar las caras de la Virgen y el niño. Os dejo también la imagen de lo que esconde debajo, el icono original.


 

La leyenda detrás de esta imagen aparece en la crónica de Graziolo Accarisi, jurisconsulto boloñés del siglo XV. Éste narra la historia de un peregrino-ermitaño griego que, en peregrinaje a Constantinopla, habría recibido de los sacerdotes de la basílica de Santa Sofía la pintura atribuida al evangelista Lucas, para que la llevase al "Monte de la Guardia", como era indicado en la inscripción de la misma. Es así que el eremita se encaminó a Italia buscando el Monte de la Guardia. Fue en Roma que supo, a través del senador boloñés Pascipovero, que tal monte se encontraba en las afueras de Bolonia. Cuando llegó a la ciudad emiliana fue acogido por las autoridades ciudadanas y el cuadro de la Virgen y del Niño fue llevado en procesión a la cima del monte.

 

A esta imagen se la atribuyen varios milagros. Uno de los más antiguos ocurrió el 5 de julio de 1433, cuando una procesión que llevaba el ícono a la ciudad detuvo las lluvias primaverales que amenazaban con dañar las cosechas.

 

Seáis o no creyentes, visitar este lugar es, tanto un reto como una satisfacción personal y espiritual.

 

5.    Catedral de Bolonia

 

Puede parecer curioso, e incluso extraño, que la Catedral, supuestamente el templo más importante de toda ciudad, aparezca el último en este listado. Esto nos indica la importancia de templos que tiene la ciudad de Bolonia.

 

Está ubicada en la vía Indipendenza 7, muy cerca de la Piazza Maggiore. Su fachada externa, típicamente barroca, data de mediados del siglo XVIII. Realizada con ladrillo rojo y decoraciones en mármol, se puede dividir en dos cuerpos separados por una cornisa. La inferior se divide en cinco partes separadas por pilastras de orden corintio. Tiene tres portales de acceso, siendo el central el mayor y caracterizado por poseer un frontón triangular.

 


Su interior, muy amplio, se divide en una nave única con capillas laterales. Posee una buena iluminación gracias a que posee siete grandes ventanales.

 

La tribuna la ocupa enteramente el presbiterio, elevado por unos escalones. El altar mayor, compuesto por mármol polícromos, es obra de Alfonso Torreggiani. Expuesta arriba hay un valioso crucifijo romano de madera de cedro. En esa escena se despliegan Jesús, María Magdalena y San Juan Evangelista.

 


De entre las obras de arte en la catedral destaca el grupo de esculturas de terracota llamado Cristo Muerto con las Marías [que] Lloran por Alfonso Lombardi, realizado durante el inicio del siglo XVI.   

 

Y hasta aquí mi selección particular de las mejores iglesias de Bolonia.

 

Hasta la próxima

 

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