¿Qué es mejor, un progresivo con pasillo largo o con corto?

Los progresivos son lentes de alta tecnología que poseen una personalización cada vez más importante. Y dentro de los valores que podemos adecuar a cada persona, uno de los más sencillos y habituales es la de elegir el pasillo de progresión de la graduación, esto es, la distancia que existe entre la graduación de lejos y la de cerca.

En el siguiente artículo vamos a descubrir los pros y los contras de la elección de cada uno de los pasillos de progresión que existen en el mercado. ¿Os interesa?

Lo primero que os voy a mostrar es el dibujo de un lente progresivo.

En la imagen superior vemos los puntos clave de un progresivo. La Cruz de montaje es el lugar donde el cliente tiene su pupila en posición primaria de mirada (mirada hacia el infinito) y donde vamos a montar el progresivo en la gafa. Desde ese punto hacia arriba el paciente tendrá su visión de lejos. La graduación podremos medirla, en el frontofocómetro, en el semicírculo por encima de esa cruz que aparece en la imagen.

Por debajo de la cruz de montaje se encuentra un prisma de aligeramiento. Este prisma se coloca en todos los progresivos por motivos estéticos con el objeto de igualar espesores entre la zona superior e inferior.

Según bajamos en el lente desde la cruz de montaje, la adición va aumentando, hasta llegar al círculo inferior donde se encuentra la graduación de cerca que necesita cada paciente. El nombre de lente progresiva tiene su origen en este aumento escalonado y progresivos de la graduación entre la zona de lejos y la de cerca, con lo que logramos compensar todas las graduaciones necesarias entre el infinito y la distancia de lectura de cerca, la cual suele ser 40 cm.

Dicho lo anterior, el pasillo de progresión de un progresivo es la distancia existente entre la cruz de montaje y la zona de cerca. Esta distancia es muy importante y los fabricantes van a realizar progresivos con diferentes pasillos de progresión, pues según sea la longitud de este pasillo vamos a obtener diferentes prestaciones.

Ahora vamos a complicar un poco la cuestión. Lo primero que debemos indicar es que cada fabricante utiliza su propia definición de longitud o altura de pasillo. Mientras unos consideran la altura de pasillo la distancia entre la cruz de montaje y el inicio del círculo de cerca, otros consideran la distancia hasta la mitad de la adición.

Debido a lo anterior, es necesario realizar diferentes conversiones entre fabricantes. En el siguiente recuadro tenemos un breve ejemplo explicativo de las equivalencias existentes entre los principales fabricantes.

Por tanto, si tomamos una lente de HOYA y otra de INDO, ambas pueden ser equivalentes en el pasillo de progresión aunque para uno sea 11 y para otro 14.

Lo anterior nos lleva a otro concepto muy importante: la altura de montaje de progresivo. Suele ser un error de novato confundir altura de pasillo con altura de montaje, pues son conceptos distintos.

La altura de montaje debe ser suficiente para lograr que todo el círculo de cerca de la lente progresiva entre dentro de la montura. Si recortamos parte del círculo estaremos limitando el campo de cerca y ocasionando molestias en esta distancia al paciente.

Por ello, en fabricantes donde la altura de pasillo se mide hasta el inicio de la adición existe un valor distinto para la altura de montaje, la cual suele ser unos 5 milímetros mínimo desde el valor del pasillo. Es decir, en HOYA, por poner un ejemplo, la altura mínima de montaje para un pasillo corto de 11 milímetros será unos 16 milímetros. Para uno largo de 14 milímetros, unos 20 milímetros.

En cambio, en INDO, la altura de pasillo coincide con la altura mínima de montaje, pues consideran la longitud de pasillo hasta algo más de la mitad del círculo de la adición. No obstante, para tener una buena zona de cerca habría que añadir 2-3 milímetros más a la altura de pasillo, razón por la cual un pasillo corto en INDO de 14 tendía una altura recomendada de montaje de 16 milímetros.

Como vemos, al final llegamos al mismo punto tomemos el sistema que tomemos, razón por la cual no entiendo que estos valores no se normalicen definitivamente para evitar confusiones y errores.

Para el público profano, lo principal que deben considerar a la hora de entender los pasillos es conocer que existen unos pasillos de progresión cortos y otros largos. De manera habitual los fabricantes siempre tienen dos valores estándar para todos sus lentes (en HOYA, por ejemplo, pasillo 11 o 14; en INDO, 14 o 17), y reservan una personalización mayor, milímetro a milímetro para sus lentes más avanzados y personalizados.

Pero no adelantemos todavía acontecimientos. ¿Por qué es importante la altura de progresión?

Las aberrraciones en un progresivo (zonas de mala visión lateral) dependen de cuatro factores:

·        La cantidad de adición existente en la zona inferior de la lente

·        La longitud de pasillo

·        La tecnología de fabricación

·        El diseño del pregresivo

Lo anterior significa que si tenemos un diseño de progresivo de alta gama, con la tecnología actual Free-Form y un mismo valor de adición, la única manera de aumentar el campo visual será modificando la longitud de pasillo.

En la siguiente imagen vamos a ver como varían las aberraciones según variamos la adición en un mismo diseño de progresivo.

Como comprobamos, a mayor adición, las zonas oscuras que nos indican mayores aberraciones aumentan. Por esta razón, según aumenta la graduación en cerca los mismos progresivos se vuelven más incómodos y es necesario subir la calidad del diseño o modificar aspectos como el pasillo de progresión.

A la hora de entender como el pasillo de progresión nos ayuda a manejar las aberraciones debemos recordar el teorema de Minkwitz: El astigmatismo horizontal es igual al doble de la adición partido de la longitud del pasillo. ¿Qué significa esto? Pues que las aberraciones laterales serán mayores cuantos mayores sean la adición y cuanto más corto sea el pasillo de progresión del Progresivo.

Esto tiene dos importantes consecuencias:

·        A igualdad de longitud de pasillo, cuanto mayor sea la adición más aberración lateral tendremos y más estrecha será la zona intermedia.

·        A igualdad de adición, cuanto más corto sea el pasillo, más estrecha será la zona intermedia por el aumento de las aberraciones laterales.

Por tanto, la mejor manera de tener pocas aberraciones es tener un buen diseño, la mayor personalización posible, una adición pequeña y un pasillo lo más largo posible que permita la montura elegida.

¿Porqué no ponemos pasillos largos siempre en los progresivos para evitar altos valores de aberraciones?

Pues porque este tipo de pasillos no siempre son cómodos. Si situamos el círculo de cerca muy bajo obligamos a las personas a levantar mucho la barbilla para poder enfocar en cerca, adoptando posturas poco naturales que les llevan a estar incómodos.

Además, la moda actual en las monturas, con preponderancia de gafas de pasta, la distancia de vértice es muy pequeña (gafas muy pegadas a la cara), lo que no ayuda a los pasillos largos.

Debemos buscar una solución de compromiso que también vendrá dada por la montura elegida y las características y hábitos del paciente. Veamos ahora los principales criterios a la hora de elegir la altura de pasillo. Y para ello vamos a distinguir entre usuarios deprogresivos y nuevos usuarios.

1.     Pacientes usuarios de progresivos: Intentar no variar la altura de progresión.

Esta es una máxima que debemos cumplir siempre. Pacientes satisfechos acostumbrados a una longitud de pasillo deben seguir con la misma, pues variarla en exceso conllevará inadaptaciones seguras. El paciente no se acostumbrará a las nuevas posiciones que le exige el nuevo progresivo y no estará conforme con él.

El problema de los pacientes usuarios de progresivos es que suelen llegar a la óptica necesitando un cambio de graduación. Y el mismo, sea por una variación en lejos o en cerca, suele conllevar un aumento de la potencia total en cerca. Lo anterior, como vimos, lleva aparejado un aumento de las aberraciones laterales.

La solución a este problema con el objeto de evitar inadaptaciones (aumentar aberraciones genera una molesta incomodidad al paciente), reside en mejorar el diseño de la lente o cambiar el pasillo de progresión. Mientras que lo primero suele asociarse a un cambio importante en el presupuesto, en el segundo caso podemos mantener la misma lente.

Ahora bien, la variación de pasillo no puede ser mayor a 2 milímetros. Teniendo en cuenta que cada 0,50 dioptrías de variación de la potencia total de cerca se compensa con el aumento del pasillo de 1 mm, los máximo que podemos jugar con este valor será en aumentos de 1 dioptría en cerca.

En resumen, para pacientes usuarios de progresivos que aumentan su graduación en cerca, las dos únicas soluciones para mantener las aberraciones en unos niveles similares a los que está acostumbrado son mejorar el diseño del progresivo o aumentar ligeramente la altura de progresión del pasillo.

El principal problema que tendremos en estos pacientes estará si desean una montura más pequeña que la que usan habitualmente, pues nos van a obligar a reducir el pasillo de progresión, aumentando las aberraciones tanto por el pasillo como por la mayor adición.

2.     Pacientes nuevos usuarios de progresivos

Aquí el principal criterio para elegir la longitud de pasillo debe ser la cantidad de graduación que necesite en cerca, es decir, la adición.

Para adiciones menores de 2 dioptrías vamos a decantarnos por pasillos cortos (en INDO recomiendan el de 16), mientras que para adiciones mayores de dos dioptrías elegiremos pasillos más largos (en INDO recomiendan el de 18).

Además de lo anterior, de forma complementaria debemos fijarnos en otros dos valores: el ángulo pantoscópico (inclinación de la montura) y la distancia de vértice (separación lente-ojo).

Para distancias de vértice inferiores a 12 mm se recomiendan pasillos cortos, pues al estar la gafa más pegada a la cara resulta más sencillo llegar a la zona de cerca si la misma se encuentra más alta.

Para ángulos pantoscópicos inferiores a 6º también se recomiendan pasillos cortos, pues la escasa inclinación hace que con un pasillo largo resulte muy complicado ver de cerca.

En la siguiente imagen os dejo un resumen de lo que hemos explicado (aumentar 1 mm el pasillo por cada 0,5 DP)

A las normas anteriormente indicadas debemos considerar algunas excepciones:

En casos de anisometropías (diferencia de graduación entre los dos ojos) superiores a 1,5 dioptrías siempre tendremos que colocar pasillos cortos con el objeto de no aumentar el efecto prismático ocasionado por esa diferencia.

En usuarios de bifocales (lentes con la raya de separación en cerca) también vamos a colocar siempre pasillos cortos, pues están acostumbrados a zonas de visión amplias.

Por último, vamos a poner unos ejemplos que me proporcionaron en un curso de INDO para ver si habéis entendido bien todos los conceptos. Es necesario indicar que donde pregunta si aumenta la adición en verdad hay que considerar la potencia total en cerca (puede aumentar la hipermetropía en lejos, mantenerse la misma adición y la suma ser mayor):

En el caso A el paciente cambia a una gafa más grande pero mantiene igual graduación. Aquí vamos a mantener la misma altura de pasillo en la nueva gafa con el objeto de mantener las mismas aberraciones a las que está acostumbrado satisfactoriamente. Podríamos aumentar el pasillo para mejorarlas, pero obligaríamos al paciente a variar sus automatismos en cerca y ello puede generar cierta incomodidad inicial.

En el caso B el paciente aumenta el tamaño de la montura y también ha incrementado su graduación total en cerca en 0,5 dioptrías. Por ello, para mantener mismas aberraciones vamos a aumentar 1 mm la longitud del pasillo. Aunque el círculo de cerca esté montado lejos del aro inferior de la montura no será problema pues la adición tiene un valor constante desde el círculo hacia abajo.

En el caso C tenemos el caso de un paciente que aumenta la adición y, además, ha elegido una montura más perqueña. En este caso, lo único que podemos hacer es poner la máxima longitud de pasillo que nos permita la altura de la gafa y recomendar cambiar el diseño de la lente a otro superior para mitigar el aumento de aberraciones.

En el caso D tenemos un usuario que tiene un pasillo corto en una montura que permite pasillos más largos. Ha elegido una montura mayor pero mantendremos el mismo pasillo al igual que hicimos con el caso A.

Creo que con toda esta información es sencillo responder  a la pregunta que formulábamos en el título de la entrada. No existe un pasillo idóneo que sea mejor que otro. Al contrario, cada paciente necesitará un pasillo distinto según su adición, la montura elegida y sus experiencias anteriores. Por ello, si podemos personalizar este valor a nuestro gusto obtendremos mejores resultados de adpatación.