En el post anterior analicé la película francesa que
trataba el asesinato de Heydrich durante la Segunda Guerra Mundial y ahora toca
detenerse en la versión inglesa.
Estrenada en el año 2016, esta versión británica del
director Sean Ellis tiene diferentes puntos importantes como para tenerla en
consideración.
¿Por qué analizar la última esta película, si fue estrenada
antes que la versión francesa? La respuesta es porque considero más acertado
hacerlo así para tener una visión más global del suceso histórico.
Os puedo asegurar que esta versión resulta igual o más interesante que la versión francesa y, en algunos puntos, creo que la supera notablemente en cuanto a la fidelidad histórica.
Al contrario que la película francesa, en la cual el
director decidió hacer dos películas en una (una parte dedicada a conocer a
Heydrich y otra a los comandos que le asesinaron), en esta ocasión la película se centra en el grupo de operaciones
especiales que llevó a cabo la Operación Antropoide.
La
película comienza con una breve contextualización sobre la anexión alemana
de Checoslovaquia tras los acuerdos de Munich, la importancia de las fábricas
de guerra checas (sí, Škoda era una marca checa) y el traslado de Heydrich como
Reichsprotektor del Protectorado de
Bohemia y Moravia. Su actuación para sofocar cualquier conato de resistencia y
la dureza empleado le valieron el apodo del carnicero de Praga. La utilización
de unas instantáneas históricas en blanco y negro nos otorgan una sensación de
veracidad que no debe hacernos olvidar la frase del comienzo: Basada en hechos reales (es decir, no
todo es históricamente real).
A continuación, nos muestra la llegada de los
paracaidistas a los alrededores de Praga. De manera muy fidedigna nos muestra como Jozef Gabčík (interpretado por Cillian
Murphy) se lesiona un pie al caer,
algo que no me pareció ver en la película francesa.
Ahora
bien, la escena de la confrontación con los lugareños resulta ser una
licencia del director. Innecesaria históricamente, supongo que su inclusión
pretende mostrar que no todos los checos estaban en contra de la dominación
nazi.
Un acierto
de esta versión inglesa que me faltó en la anterior es la utilización, de la bella
capital checa, como magnífico decorado de los sucesos que se narran. La
vista brumosa del Puente de Carlos, las icónicas torres de la Iglesia de Tyn, la
bella fachada renacentista del Palacio Schwarzenberský o la Puerta de Matías
del Castillo de Praga son sólo unos ejemplos del buen uso de la fotografía en
esta versión.
El inicial reparo de la escasa resistencia checa
respecto a los recién llegados se explica fugazmente, cuando en la versión
francesa hemos visto como Heydrich persiguió a los Tres Reyes hasta darles caza
y muerte. Sus efectivos son escasos y han perdido todo contacto con Londres.
De manera acertada, a mi parecer, el director aborda rápidamente la
complejidad, tanto técnica como moral que suponía el atentado contra Heydrich.
Técnicamente
supuso concentrar todos los esfuerzos en observar las pautas y comportamientos de
Heydrich en sus desplazamientos, para lo que se ayudaron de varias personas
(las notas entregadas por el empleado del Castillo son históricas). Planearon
diferentes atentados, como el de parar el coche con una cuerda, que luego
debieron desechar. Y recorrieron numerosas veces en bicicleta el recorrido para
cerciorarse del mejor lugar para efectuar el plan. La elección de la curva
pronunciada, que obligaba al auto de Heydrich a aminorar la marcha, fue el
punto elegido.
Moralmente,
las consecuencias que supondría el atentado de Heydrich se exponen de manera
muy clara al inicio del metraje, cuando la resistencia checa
se entera de las órdenes de los paracaidistas enviados desde Londres. La muerte
de Heydrich desencadenaría una represión brutal que ensombrecería la llevada a
cabo por el Reichsprotektor al llegar
al cargo. En una opinión muy propia los checos se niegan inicialmente, alegando
que las consecuencias serían terribles para la población civil. Intentaron
disuadir a los soldados de llevar a cabo su plan pero estos se mantuvieron
firmes en su misión. Más que unos enajenados suicidas (el director parece darle
ese papel a Jozef Gabčík), su actitud es la de unos simples soldados que han
asumido la misión encomendada por sus superiores. Ellos no piensan en las
consecuencias, sino en cumplir sus órdenes. Puede que desde nuestra visión
actual eso pueda entenderse como fanatismo, pero cualquier soldado entenderá
perfectamente su postura.
Recuperado el contacto con Londres y quedando clara
cuál es la cadena de mando, todos se ponen manos a la obra para realizar la
misión encomendada. Podemos juzgar la facilidad con la que se toman decisiones
de gran calado desde lejanos despachos, en los que se asumen como daños
colaterales las víctimas inocentes que provocan acciones como las de este
atentado. En cierto modo me recuerdan a esos generales de la Primera Guerra
Mundial empeñados en enfrentar caballos contra ametralladoras. En este aspecto me parece que no se llegan a tratar en la
película ni las razones que llevaron a tomar la decisión de atentar contra
Heydrich ni las consabidas consecuencias (de las que eran plenamente
conscientes). El dato rápido, ofrecido por el sacerdote de la iglesia, de que
los alemanes represaliaron por el atentado a todo el pueblo de Lidice o el
plazo de cinco días antes de seguir los fusilamientos de civiles checos me
parece lo suficientemente importante como para darle algo de metraje (tal como
ocurría en la versión francesa).
Un dato a destacar en esta versión es la relación de los protagonistas con las
chicas. Mientras que en la versión francesa optaban por enfatizar la relación
de uno de ellos, aquí se acercan más a la historia real abordando las
relaciones sentimentales de ambos. Y, además, lo hacen mostrándonos como cada
uno afronta su más que probable muerte tras la misión. Vulnerabilidad versus Determinación, una contraposición
acertada que nos acerca mucho más a los personajes de lo que lo hacia la
versión francesa. Aunque históricamente no podamos profundizar en esas
relaciones, cinematográficamente sirven para identificarnos mucho más con los
protagonistas.
Lo
mejor de la película es su tramo final, desde el momento en
el cual se ejecuta el atentado y los comandos son descubiertos y acorralados en
la Iglesia de San Cirilo y San Metodio.
El
atentado está ejecutado de manera sumamente histórica
y, personalmente, me gustaron más ciertos detalles, como el de las ventanas del
tranvía saltando por los aires debido a la explosión de la bomba, la rapidez y
confusión del atentado o la persecución del chófer a Jozef Gabčík.
Ahora bien, por otro lado, me parece que quien no conozca la historia de antemano no puede más que
imaginar la muerte de Heydrich. El director optó por mostrar el agujero en
la tapicería que provocó la granada antitanque modificada que le lanzó Jan
Kubiš, pero ahí se queda. Indicar que fueron las heridas provocadas por la
explosión las que terminarían provocando la muerte de Heydrich a los pocos
días. Las esquirlas de metal y restos de crines del asiento incrustados en el
cuerpo de Heydrich no sólo le infectaron la herida, sino que se propagaron al
torrente sanguíneo a través del bazo, el cual estaba abierto. Una tardía
intervención médica y la falta de medicamentos adecuados provocaron que no
superara la septicemia generalizada.
Ya hemos visto que muchas escenas se rodaron en escenarios reales. Pero muchas otras
que eran, en principio, innecesarias filmográficamente, también se hicieron
allí. Es el caso de la tortura de At’a Moravec, filmada en la sala donde
ocurrió en la historia real (Petschek Palace). En cambio, lugares reales como el
lugar exacto del atentado o el apartamento de la familia Moravec no pudieron
utilizarse, el primero por no existir ya (está tapado por una autopista) y el
segundo por ser un espacio demasiado reducido para las cámaras. Ello conllevó
reproducirlos exactamente en los estudios (la decoración de ese apartamento me
pareció muy conseguida). Este afán por reproducir fielmente el suceso real nos
indica el respeto del director por esta historia y, en cierto modo, su homenaje
a aquellos héroes que dieron su vida por un objetivo mayor.
Otro dato bastante realista fue la confesión de
Karel Čurda, mostrando en esta película una realidad más palpable que en la
anterior. Sin duda Karel Čurda debió ser torturado para obtener toda la
información y sólo fue soltado tras comprobarse su veracidad. La detención de la familia Moravec, el
suicidio de la esposa y la tortura del marido y del hijo
(aquí sólo aparece la del adolescente violinista) fueron sucesos reales. El
hijo se derrumbó cuando los alemanes le enseñaron la cabeza de su madre en un
cubo y le amenazaron con colocar al lado la de su padre (esta escena es más
realista que la versión francesa). El muchacho terminó confesando la
localización de los paracaidistas en la iglesia ortodoxa. Tanto el padre
(Alois) como el hijo (Vlastimil) murieron ejecutados en el campo de
concentración de Mauthausen dos meses después.
La creación de la Iglesia y la cripta, refugio final de los comandos checos, supuso
la mayor parte del presupuesto de la película. Creada en Barrandov Studios, reproduce
fielmente el lugar en el que los comandos se habían escondido.
En primer lugar tengo que indicar que esta parte de
la película me pareció mucho más
realista que la versión francesa. Y, salvo por detalles, reproduce
fielmente el suceso histórico.
Como puntos clave a favor está la presencia de
varios comandos checos allí reunidos (siete hombres en total), el intento de excavar un túnel debajo del respiradero de la cripta (cuya presencia aún es visible hoy día) y la resistencia
inicial de Jan Kubiš, junto a otros dos soldados (Adolf Opálka y Jaroslav Švarc),
en el interior de la iglesia.
Al contrario que en la versión francesa, este film reproduce fielmente como Jan Kubiš
luchó en la iglesia mientras que Jozef Gabcik lo hacía en la cripta con el
resto de hombres.
También
la identificación de los cadáveres por parte del traidor Karel Čurda
es muy fiel a la historia, en una
escena con los cuerpos en la calle de la que existen fotografías históricas.
La
lucha en el interior de la iglesia, el posterior descubrimiento de la cripta por
los alemanes, y todos los intentos por hacerles salir son verídicos.
Los disparos sobre el respiradero de la cripta aún son hoy día visibles; Karel
Čurda les instó a rendirse; existen fotografías del intento por ahogarles con
agua (me faltó ver las bombas de gas en la película) y los comandos se suicidaron con un tiro en la cabeza al entrar los
alemanes en la cripta utilizando explosivos. Fue la única opción que les quedó
para evitar ser torturados.
En total hubo una resistencia de seis horas que es reproducida con bastante veracidad
histórica en la última media hora de metraje. El ataque comenzó a las cinco de
la mañana (en Praga amanece bastante antes que en España) y durante dos horas
los alemanes fueron retenidos en el interior de la iglesia. Luego, el resto de
tiempo se dedicó a intentar sacar al resto de comandos de la cripta por los
medios ya vistos.
La razón por la que cayeron tantos alemanes (14 en
total y unos 21 heridos) fue porque las
órdenes iniciales eran atraparlos vivos (así podrían seguir con los
interrogatorios). Y que entraran en
la iglesia de una manera tan inocente era porque esperaban encontrarse
únicamente a dos personas. Lógicamente, en el fragor de la batalla, esos detalles de atraparlos vivos se olvidan.
De ahí el uso de granadas de mano en la segunda parte del ataque. Jan Kubiš
logró ser atrapado aún vivo, aunque inconsciente, pero murió en el hospital
debido a las heridas ocasionadas.
Las notas finales, indicando lo malo que era
Heydrich y su implicación en la Solución Final judía me parecen una burda
justificación del atentado que no aporta nada al resultado final. Y es una de
las razones por las que creo que esta película debe ser vista después que la
versión francesa.
Comparando las dos películas creo que ambas reproducen fielmente la esencia del atentado, su ejecución y sus
resultados.
La
versión francesa nos permite conocer a Heydrich,
ver su evolución vital, y entender la importancia del atentado y las
consecuencias que tuvo (respecto al fusilamiento de civiles).
En cambio, la
versión inglesa me parece un excelente contrapunto para empatizar con los
comandos aliados, entender los miedos y riesgos que asumieron todos los
implicados, así como hacernos una idea
exacta de como ocurrió la resistencia final en la iglesia y la cripta.
Es más, si tuviera que dar un consejo a los más
reacios a ver dos películas similares, os sugeriría ver la primera hora de la
versión francesa y continuar con las dos horas de la versión inglesa, pues de
este modo no tenéis que ver escenas repetidas. Ahora bien, para los que les
guste la historia y el cine, ambas tienen detalles singulares que merece la
pena conocer y comparar.
Espero que con ambos post os animéis a ver, si no lo
hicisteis todavía, estas películas sobre uno de los acontecimientos más
memorables de la Segunda Guerra Mundial (aunque las consecuencias para el
transcurso de la guerra fueran escasas en comparación con los daños colaterales
provocados).
Personalmente, me parece mucho más fiel a la historia "Antropoide". Se podría decir que está contada ciñéndose casi milimétricamente a lo que ocurrió.
ResponderEliminarEs una cinta mucho más completa y global que abarca, en una única línea argumental tanto la reproducción del atentado desde un punto de vista histórico y militar como de la propia psicología de los comandos que intervinieron. Un saludo.
Hola, gracias por comentar. En efecto, la cinta inglesa es más fiel a los acontecimientos y te permite tener una visión global del episodio histórico. Pero la francesa sirve para conocer a Heydrich y su evolución vital, lo que supone un buen complemento.
EliminarEn verdad da gusto ver que existen pequeñas excepciones de cine histórico rodado de manera fidedigna con los acontecimientos históricos.
Saludos