Praga es una ciudad que posee numerosos encantos.
Tantos y tan variados que realizar un post ciñéndome a los 5 imprescindibles me
parecía insuficiente. Por tanto, como complemento al post anterior vamos a
descubrir otros cuatro lugares que bien merecen una visita detenida. Y, como colofón, os mostraré una de las visitas más
bonitas que podéis realizar en los alrededores de Praga. ¿Os animáis a
descubrirlas?
El
Santuario del Loreto
El Loreto de Praga se encuentra situado muy cerca del
Castillo. Entre medias de ambos edificios se encuentran varios palacios de
notable belleza: Sternberg (colección arte pictórico), Arzobispal y
Schwarzenberg-Lobrowicz, sede de la Galería Nacional de Praga y muy
recomendables visitas para los amantes del arte.
La fachada de este edificio, con su inconfundible color blanco y su bella torre es inconfundible.
El Loreto de Praga |
El Loreto de Praga es uno de los centros de
peregrinación más importantes del país. Ello se debe a que posee una réplica de
la supuesta casa donde tuvo lugar la Anunciación a la Virgen María (la casa
original se encuentra en Loreto, Italia). Lo más llamativo de esta construcción
son los bellos relieves que posee en su fachada exterior.
Rodeando esta Casa se encuentra un precioso claustro
con varias capillas, siendo la más importante la Capilla de la Virgen Dolorosa,
con una preciosa Piedad del siglo XV. Dos fuentes escultóricas se alzan imponentes a ambos lados de la Casa.
La Iglesia de la Natividad de Nuestro Señor surgió de
una ampliación de la capilla del centro en el lado este del claustro. Se trata
de un edificio típico de estilo barroco, con el interior en un marcado estilo
rococó. Cuadros y frescos decoran paredes y bóvedas. No obstante, lo más
llamativo es el carrillón, pues cada hora hace tocar automáticamente la canción
mariana Mil veces te saludamos. Sin
duda algo digno de escucharse (dura tres minutos).
Por último, no podéis marcharos del lugar sin visitar
el Tesoro. En él encontraréis custodias, altaritos, miniaturas y otros regalos
votivos. La pieza más antigua es un cáliz de 1510 y el objeto más famoso una
custodia de diamantes llamada el Sol de Praga (tiene más de 6000 diamantes).
Muy cerca del Loreto se encuentra el Monasterio de Strahov, el cual tiene una
impresionante biblioteca con frescos, numerosos libros de incalculable valor y
un gabinete de curiosidades con objetos naturales curiosos (conchas,
colmillos…).
Plaza
de Wenceslao
Se trata de uno de los
centros neurálgicos más importantes de la ciudad, tanto cultural como
financieramente. Y aunque se denomine plaza, en realidad, parece más una
avenida o un bulevar, pues está abierta al tráfico.
Escenario de acontecimientos
históricos importantes, el último más memorable fue las manifestaciones que, en
1989, se englobaron en la denominada Revolución de Terciopelo con las que
Checoslovaquia se desgajó de la URSS. Aún hoy mantiene ese atractivo de
protesta social y acoge desde protestas a celebraciones de todo tipo. Lejos
queda su inicial uso como mercado de caballos allá por el siglo XIV.
La longitud de la Plaza
(750 metros) no debe desanimaros para recorrerla de cabo a rabo; eso sí, de manera
pausada, pues lo maravilloso del lugar es admirar la conjunción de edificios
históricos que se suceden, los cuales destacan por tener una arquitectura muy
particular.
Sin duda, el monumento
más destacado y que cierra la plaza por el lado sur es el edificio del Museo Nacional. Además, como
museo, es el más destacado de todo el país. En el vestíbulo de la entrada os
encontraréis con un panteón de los principales personajes checos, pues se fundó
originalmente como museo patriótico.
Hoy día tiene una exposición permanente en la que
reúne piezas tanto de las ciencias naturales como sociales. Por tanto, posee
salas dedicadas a objetos prehistóricos del país, minerales, paleontología,
zoología o antropología.
Además de lo anterior merece la pena visitar el
interior del edificio por la belleza que esconde y la decoración que posee.
La estatua a caballo de
Wenceslao, frente al museo, fue obra de Josef Václav Myslbek, y aparece
custodiada por las figuras de diversas
figuras locales: Santa Ludmila, Santa Inés de Bogemia, San Procopio y San
Adalberto de Praga.
Pero vayamos a los
edificios que jalonan esta bella plaza. Como muestra de art decó destacaría el Hotel Evropa y el anexo Merán (nº 25–27), unas auténticas
maravillas de este estilo que tiene numerosos ejemplos esparcidos por la
ciudad. Su inconfundible fachada color mostaza debe ser contemplada al
atardecer para admirar toda su capacidad visual. Otra joya modernista se
encuentra en la próxima Galería Lucerna, con polémica escultura de David Cerny
incluida. Y muy cerca está un edificio muy curioso, el nº 40, con unas caras en
su fachada muy sugerentes.
Casi enfrente del Hotel
Evropa se encuentra la bella fachada neorrenacentista de la Casa Wiehl (nº 34).
En otro estilo tenemos
los edificios constructivistas de Ludvík
Kysela, hoy ocupados por la tienda de
zapatos BAŤA (nº 6) y el Edificio
Lindt (nº 4). Su aspecto “soviético” es inconfundible y contrasta con el
moderno edificio de cristal que cierra
las edificaciones en esa parte.
Justo enfrente tenemos el
Palác Koruna (nº 1-2), que contiene
oficinas y un centro comercial. Construido entre 1912 y 1914, fue diseñado por
Antonin Pfeiffer y Matěj Blecha, con esculturas de Vojtěch Sucharda.
Dentro del funcionalismo
tenemos el Hotel Juliš (nº 22), construido en 1926 y diseñado por Pavel Janák.
Como podéis ver, un auténtico
conjunto de edificaciones que inspirarán a todos a los que les apasione el arte
arquitectónico.
Esculturas
de David Černý
David Černý es un famoso escultor checo contemporáneo,
conocido por el mensaje controvertido de muchas de sus obras. En Praga tienes
la suerte de poder realizar un recorrido por numerosas de sus obras, las cuales
se encuentran diseminadas por diferentes puntos de la ciudad a modo de galería
de arte al aire libre.
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Quo
Vadis: Esta curiosa escultura de un coche Trabant con piernas
simboliza la fuga, a través de la embajada alemana en Praga, de numerosas
personas de la República Democrática Alemana hacia la Alemania Occidental en
las postrimerías de la URSS (1989). Numerosos autos de este tipo eran
abandonados por las personas que huían enfrente de la embajada y el artista
conmemoró tal circunstancia creando esta escultura que se encuentra, hoy día,
en el parque detrás del edifico de la embajada alemana, situado en la calle
Vlašská (Barrio Hradčany).
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La
Estatua de San Wenceslao: Polémica escultura de uno de los
símbolos históricos checos, en el cual el monarca monta sobre la barriga de su
caballo muerto. Se encuentra en la famosa Galería comercial Lucerna (calle
Vodičkova), un pasaje art-decó que tiene en la escultura un especial reclamo
turístico. Muy cercana a la plaza de Wenceslao, comparar la clásica escultura
del monarca que se alza en la plaza con esta otra nos indica lo que significa
el arte contemporáneo: la capacidad para sorprender al espectador.
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Los
bebés: obra esparcida en dos localizaciones. La principal
se encuentra en la Torre de la Televisión, en la cual escalan diversas figuras
de bebés. Tres de ellos se exponen en la Isla de Kampa, junto al Museo Kampa.
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Viselec
(“colgado”): Se trata de una estatua de Sigmund Freud
cuya particularidad está en encontrarse colgada de techo de un edificio en la
calle Husova (esquina con Betlémské). Aquí el artista quiso realizar su
particular interpretación del estado de un intelectual de fin del siglo veinte.
Una mano de la estatua agarra el palo y la otra la tiene en el bolsillo, lo
cual simboliza una situación desesperada pero con la cual estamos bastante
resignados.
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Hombres
haciendo pis (“corriente”): Dos hombres de bronce de algo más
de dos metros hacen pis sobre el contorno del mapa de la República Checa. Un
mecanismo permite que se muevan, lo que es aprovechado para escribir diferentes
citas famosas checas.
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K:
Una de las últimas aportaciones de este artista es la impresionante cabeza en transformación
de Franz Kafka. Se trata de una colosal escultura de diez metros formada por 42
piezas móviles, las cuales forman y deshacen continuamente un retrato del
famoso escritor checo. Situada en la plaza de Národní třída, su visita no
dejará indiferente a nadie. Qué mejor representación para el autor de la
metamorfosis que una escultura en continuo cambio.
Vyšehrad
La visita a la ciudadela de Vyšehrad es uno de esos
lugares encantadores que Praga posee y pocos conocen. Su visita, aunque cada
vez más concurrida, os permitirá desconectar de la marea de turistas que
recorren a diario las calles del centro de la ciudad.
La mejor manera de llegar a este antiguo asentamiento
medieval (data del siglo X, aunque las leyendas cuenten que aquí se asentaron los
primeros señores checos), es tomando la línea roja de metro. La parada lleva el
mismo nombre que el barrio, Vyšehrad, y apenas tendremos que andar diez minutos
para llegar al recinto amurallado de la ciudadela.
Tras cruzar la Puerta de Leopoldo, que data de
1670, llegaremos a la primera joya arquitectónica que atesora este complejo, la
pequeña rotonda románica de San Martín. Este templo es el edificio más antiguo
que se mantiene en pie en Praga (data del siglo XI).
Paseando por la zona alta de las murallas podremos
admirar preciosas vistas de la ciudad. No en vano Vyšehrad significa Castillo
en las alturas. Nuestros pies nos guiarán hacia un par de colosales torres que
nos informan de la existencia de un templo religioso.
Antes de llegar hasta él descubriremos el pequeño pero
interesante cementerio de Slavín.
Aquí se encuentran enterradas importantes personalidades checas, como Jan
Neruda o Alfons Mucha. Buscando sus lugares de descanso eterno descubriréis
curiosas lápidas que nos indican las profesiones de los fallecidos o unas
bellas vistas con la iglesia de fondo.
Ya es hora de aproximarnos a la iglesia neogótica de san Pedro y san Pablo, una verdadera joya que
bien merece la visita a este lugar. Con un exterior que me recordó a alguna
iglesia alemana, es de destacar la decoración escultórica de la puerta central,
dedicada al clásico tema del juicio final. En las otras dos puertas la
decoración está realizada con mosaicos.
Su interior os dejará boquiabiertos debido a la
abundante decoración que posee. Numerosos frescos se extienden por paredes y
techos, destacando la representación de numerosos santos en un peculiar estilo
modernista. El altar mayor, las capillas adyacentes o el pequeño tesoro
escondido en una especie de sacristía son otros de los encantos del templo.
En el parque adyacente encontramos cuatro colosales
conjutos de estatuas, representación de diferentes personajes de leyendas
checas, destaca el conjunto de Přemysl y Libuše (la historia hace referencia al
comienzo de la dinastía Přemyslida en la República Checa).
También os recomiendo acercaros a los diferentes miradores junto a las murallas que dan al río moldava, pues obtendréis unas impresionantes vistas.
Junto al parque vamos a encontrar el Sótano Gótico, una pequeña exposición
con objetos arqueológicos en la que vamos a poder descubrir la historia y la
leyenda que envuelve a este emplazamiento.
Salón Gótico y Casamatas de Vysehrad |
Por último, en el camino de vuelta, no debéis
olvidaros de pasar por las Casamatas
Subterráneas, una suerte de pasadizo subterráneo en la que se exponen seis
estatuas barrocas originales del Puente Carlos. La visita se realiza cada hora
con guía y añade una exposición histórica permanente llamada Vyšehrad en la
historia de las fortificaciones de Praga.
Sin duda, una magnífica y relajada manera de disfrutar
de un par de horas en Praga caminando por uno de sus rincones más desconocidos.
Castillo
de Karlstejn
Aunque Praga tiene numerosos encantos en el centro de
la ciudad siempre me gusta realizar alguna visita en los alrededores. Y una de
las salidas más típicas a los monumentos que se encuentran alrededor de Praga
es la de acercarse al Castillo de Karlstejn. Ubicado en la ciudad del mismo
nombre se encuentra a menos de una hora en tren desde la estación central de
Praga, Hlavni Nadrazi. Debéis pedir el billete hacia Beroun, bajando en la parada
de Karlštejn. Suele existir una frecuencia de entre media y una hora
dependiendo de los días.
Este castillo data del año 1348, aunque luego tuvo
remodelaciones góticas y renacentistas. Su importancia radica en haber sido el
lugar en el que se custodiaban las Joyas de la Corona.
Hoy día su interés radica por la bella construcción,
que se alza en lo alto de una colina rodeada de bosques. Desde el pueblo, lleno
de restaurantes y casitas de colores, se tarda una media hora en llegar a su
entrada. El camino se hace agradable debido a que siempre tendremos la bella
estampa del castillo en nuestro frente. Se trata de un monumento sumamente
fotogénico y siempre es recomendable, en sitios así, recorrer su perímetro
buscando realizar buenas instantáneas.
La visita se realiza siempre de forma guiada, en
inglés o checo, y existen diferentes recorridos a elegir.
En la versión básica, la cual tiene una duración de
una hora, podremos ver el salón de los Caballeros, con una exposición de
armaduras y escudos; el dormitorio de Carlos IV; la Sala de Audiencias, con el
trono del monarca entre dos ventanas para que no le vieran la cara al estar en
contraluz; y la cámara de las joyas, que incluye una réplica de la corona de
san Wenceslao y los tesoros de la capilla de la Santa Cruz.
Existe otro tour algo más completo, sólo visitable
entre mayo y octubre, en la que se visita la Capilla de la Sagrada Cruz. Sin
duda merece la pena pagar un poco más por verla, aunque en el tour básico
explican la sala mediante una maqueta.
La página oficial del castillo, para ampliar
información, es la siguiente: https://www.hrad-karlstejn.cz/en
Otra salida típica de Praga es la que visita el campo
de concentración de Terezín. Existen autobuses que te acercan hasta allí y el
viaje dura aproximadamente una hora. En mi opinión no se trata de una visita
turística sino histórica, razón por la cual no decidí incluirla en las
excursiones recomendadas. Yo concibo las vacaciones de turismo como un momento
relajado en el cual empaparme de otra cultura y disfrutar de mi tiempo de ocio.
Visitar Tezerín no es nada de eso. Se trata de adentrarnos en una parte oscura
de la historia. Tal vez, de una de las peores. Y por ello, quién visita Tezerín
debe estar preparado para conmocionarse, pues los horrores que allí se
produjeron no dejan indiferente a nadie. Aunque no debemos olvidar nunca ese
genocidio no creo que sea una manera adecuada de pasar una jornada de
vacaciones distendidas. No obstante, para aquellos que deseen visitar el lugar
os dejo su página web: http://www.pamatnik-terezin.cz/en?lang=en
A la hora de obtener más información sobre los
monumentos, conocer los horarios y precios por las visitas u obtener un mapa de
la ciudad os aconsejo visitar: http://www.prague.eu/es
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