Praga es una de las 20 ciudades más visitadas en el
mundo, razón por lo cual millones de turistas la invaden en cualquier época del
año. En mi reciente viaje cometí diversos errores, por lo que os voy a dar
varios consejos para que nadie vuelva a caer en lo mismo.
A continuación tenéis 15 consejos imprescindibles para
todos aquellos que deseáis viajar a Praga.
1. CAMBIAR
EUROS POR CORONAS CHECAS
Si os habéis interesado en viajar a Praga no os
descubriré nada nuevo sobre la necesidad de cambiar moneda. En la República
Checa la moneda oficial es la Corona Checa.
Existen billetes de 100, 200, 500, 1.000, 2.000 y
5.000 CZK (vosotros utilizaréis los tres primeros principalmente) y monedas de 1,
2, 5, 10, 20 y 50 coronas y de 50 hellers (h). Estos últimos son los céntimos
pero vosotros no los veréis, pues están en desuso por su poco valor. Además, a
los turistas siempre les redondearán hacia arriba para pagar en coronas.
En varios blogs escucharéis de la necesidad de llevar
algunas coronas desde España, por la necesidad de pagar el transporte a la
ciudad desde el aeropuerto. Y, a la vez, la mala tasa de cambio en bancos
españoles o en el aeropuerto. ¿Qué hacemos entonces?
Lo peor que podéis hacer es cambiar dinero en un banco
español. La tasa de cambio oficial en mayo 2018 (cuando yo visité Praga) estaba
en unas 25,45 CZK por euro. En el banco Sabadell me cambiaron a una tasa de
22,70 CZK por euro (+8€ de comisión por gestión). Es decir, un robo a mano
armada.
En el aeropuerto vi tasas de cambio similares (no
llegaban a 23 CZK por euro). Mientras, en la ciudad, cambié euros a 25,65 CZK
(depende de la cotización diaria).
Por tanto, mi consejo, si no queréis pringar dinero,
es cambiar en la ciudad. Para salir del aeropuerto podéis pagar el billete con
tarjeta (son unas 32 CZK). Existe una máquina en la zona de recogida de maletas
que admite tarjetas y una oficina en la terminal.
2. BILLETES
DE TRASNPORTE PÚBLICO DE PRAGA
Praga es una ciudad que merece la pena patear. Su centro histórico es fácilmente transitable andando y es recomendable hacerlo relajadamente para poder admirar todos los tesoros arquitectónicos que atesora.
Ahora bien, quién os diga que en Praga no hace falta tomar el transporte público os miente. Si no queréis llegar por la noche agotados tendréis que hacer uso del metro y del tranvía todos los días. Seguramente os alojéis en la ciudad antigua y pasar a diario a Malá Strana o al Castillo de Praga os llevaría demasiado tiempo. Por tanto, tened en cuenta las conexiones y valorar tomar el transporte público.
En Praga podemos adquirir diversos billetes que nos van a permitir poder montar en autobús, metro y tranvía por un tiempo limitado. El básico, de 90 minutos, cuesta 32 CZK, mientras que el corto de 30 minutos son 24 CZK. Una muy buena opción son los billetes de 24 o 72 horas (aquí cuentan las horas desde que lo introduces en la máquina amarilla de cancelar billetes y no los días).
Ahora bien, quién os diga que en Praga no hace falta tomar el transporte público os miente. Si no queréis llegar por la noche agotados tendréis que hacer uso del metro y del tranvía todos los días. Seguramente os alojéis en la ciudad antigua y pasar a diario a Malá Strana o al Castillo de Praga os llevaría demasiado tiempo. Por tanto, tened en cuenta las conexiones y valorar tomar el transporte público.
En Praga podemos adquirir diversos billetes que nos van a permitir poder montar en autobús, metro y tranvía por un tiempo limitado. El básico, de 90 minutos, cuesta 32 CZK, mientras que el corto de 30 minutos son 24 CZK. Una muy buena opción son los billetes de 24 o 72 horas (aquí cuentan las horas desde que lo introduces en la máquina amarilla de cancelar billetes y no los días).
Cualquier billete debe ser validado en unas máquinas
automáticas amarillas situadas a la entrada del metro o en el interior de los
autobuses o tranvías. De lo contrario podéis arriesgaros a fuertes multas. Sólo
se valida una vez y ese es el comienzo del tiempo de uso. Si montáis en más
transportes durante ese tiempo no es necesario volver a validarlo.
Lo habitual es tomar el metro pero los tranvías son
una muy buena opción, mucho más rápida y agradable (el metro es uno de los más
profundos del mundo y se tarda mucho en bajar). Gracias al Google Maps podréis
planificaros vuestras rutas y enlaces más prácticos. En mi caso el tranvía
número 15 lo tomé a diario, pues me cruzaba el río Moldava y me llevaba rápido
a Malá Strana. Otro habitual es el tranvía 22 o 23 para subir al castillo de
Praga.
Para informaros sobre el transporte de Praga la mejor
opción es visitar su página oficial: http://www.dpp.cz/en/transport-around-prague/
3. TRASLADO
A LA CIUDAD
Existe la opción de tomar un autobús (Airport Express)
que te lleva directamente a la estación central de tren. Ahora bien, salvo que
tu alojamiento esté allí mismo no compensa tomar este medio de transporte.
Resulta mucho más económico utilizar el transporte
público de Praga. El autobús 119 te lleva, en unos 20 minutos, a la estación de
metro de Nadrazí Veleslavín (línea A verde), la cual os trasladará al centro de
la ciudad en unas 6 paradas (calcular un cuarto de hora mínimo).
4. CASAS
DE CAMBIO DE MONEDA
En el centro de la ciudad de Praga vais a encontraros
con un montón de oficinas de cambio. En muchas de ellas grandes carteles
anuncian 0% de comisión en el cambio. Es mentira. Todos los cambios de moneda
llevan aparejada una comisión, pues es como ganan dinero, pagan los locales y a
los empleados. Ahora bien, en muchas de esas oficinas la comisión significa un
atraco similar al que realizan los bancos españoles (o incluso más).
Es indiferente lo que pongan en los carteles
exteriores, pues siempre debéis pedir, antes de cambiar, las coronas que os van
a dar por X euros. Si os cuadra la cifra cambiáis y, si no, pues os vais. Jamás
soltéis el dinero antes de conocer lo que os van a dar exactamente por él.
De todos los lugares existentes yo cambié, a una
conversión razonable, en la oficina Exchange de la calle Kaprova, justo al lado
de la iglesia de San Nicolás de la Plaza Antigua. Está al inicio del barrio
judío de Josefov.
5. RESTAURANTES
Al turista en Praga siempre le van a intentar engañar
de alguna forma en los locales típicos. Una técnica habitual es cobrarte los
panecillos de la mesa a precio de oro o colarte alguna cerveza de más cuando
habéis pedido muchas cosas. La imposibilidad de entender tickets en checo hace
el resto.
Yo estaba advertido por otros viajeros y en un
restaurante me colaron una cerveza de más. Fueron 45 CZK (menos de dos euros),
pero me molestó que me tomaran por tonto. La solución es descontarlo de la
propina a dejar (entre un 10-15%) y solucionado.
No creo que se deba hacer un drama de esta mala
costumbre de muchos locales turísticos praguenses siempre que las cantidades
sean pequeñas. Creo que más nos roban en impuestos patrios y nadie escribe
tanto sobre ello en la red. Todo es cuestión de perspectiva.
6. COMIDA
TÍPICA CHECA
En la ciudad vais a encontrar numerosos lugares en los
que poder probar la deliciosa, y contundente, comida checa. Si deseáis probar
alguno de sus platos más típicos os recomiendo hacerlo a la hora de comer, pues
meterse para cenar un Gulas es una aventura arriesgada.
La comida tradicional más rica que probé fue en un
restaurante fuera de Praga (Restaurante U Adama, en Karlstejn), lo que me sirve
para advertiros que en muchos lugares de Praga la calidad de los platos es más
bien justita y enfocada al turismo.
Entre las comidas que más me gustaron estuvieron:
Gulaš:
Plato húngaro pero que aquí también se realiza (como en casi toda centro
europa). Se trata de un estofado de carne de vaca, el cual se acompaña de los
típicos knedlíky, una especie de
gruesos panecillos muy esponjosos con los que rebañar la salsa del plato. Sabor
fuerte, intenso, pero muy sabroso.
Svíčková:
Lo que más me gustó. Se trata de un plato de carne de ternera asada, cortada en
rodajas y acompañada con una deliciosa salsa hecha con verduras, nata y frutos
rojos. Se suele acompañar con knedliky.
Vepřo
knedlo zelo: Carne de cerdo con knedlíky y col ácida.
Koleno:
Codillo de cerdo asado.
Hranolky:
Patatas fritas que me recordaron a las belgas por su doble fritura.
Štrůdl:
Reconozco ser un enamorado del strudel de manzana. Se trata de un hojaldre, relleno con manzana, canela y
nueces. Delicioso final de fiesta.
Trdelník:
Este dulce lo encontraréis en numerosos puestos callejeros por el centro de la
ciudad. En realidad es un pastel tradicional eslovaco pero en Praga se consume
en cantidades ingentes por los turistas. Se trata de una masa de harina
enrollada en un pincho de madera (cuyo nombre es trdlo) y que se asa (Rotisserie) al fuego de unas brasas mientras
gira sobre sí mismo. La forma final es el de una masa cocida al fuego de forma
cilíndrica y hueco en su interior, con ligero sabor ahumado así como
aromatizado con canela. Aunque solo está muy bueno, se suele acompañar de
chocolate o helado.
7. PRAGUE
CARD
Muchos os preguntaréis si compensa obtener la Praga Card,
una tarjeta turística con la que acceder a las principales atracciones
turísticas de Praga y poder viajar en cualquier transporte público de la
ciudad.
Personalmente, tras estudiar un poco lo que quería
ver, decidí que me compensaba. No por ahorrarme dinero, pues calculé que
terminaría gastándome lo mismo, sino por la comodidad de no tener que estar
constantemente sacando billetes de transporte. Esto puede ser un engorro debido
a que la mayoría de las máquinas solo admiten monedas. En algunas estaciones
encontré máquinas que admitían billetes y tarjetas, pero aún son las menos
habituales.
La Prague Card podéis adquirirla en el aeropuerto (y
así os sirve para el traslado a la ciudad) o en las oficinas de información
turística. Debéis tener en cuenta que tiene una duración de 2,3 o 4 días
naturales. Es decir, si la compráis a medio día habréis perdido toda una
mañana.
Una última cosa. No cometáis el error de pagar con
tarjeta. La comisión de cambio de moneda es muy negativa en los puntos de
información, por lo que sufriréis otro atraco más por el cambio de divisa.
8. MEJORES
MESES PARA VIAJAR A PRAGA
La última vez que viajé a Praga lo hice en mayo y debo
decir que mi experiencia fue muy satisfactoria. Es un mes en el cual ya hace
una buena temperatura (unos 20 grados de media), no llueve demasiado (yo tuve
una mañana de tormenta fuerte y un par de tardes de chispeo leve) y la
afluencia de turistas no es excesiva. Aun así me pareció que estábamos mucha
gente en la ciudad. No me quiero imaginar Praga en temporada alta. Debe ser
infernal.
Por tanto, mi recomendación sería visitarla al final
de la primavera o el otoño, pues son las épocas en las que evitamos fríos
intensos o veranos calurosos llenos de turistas.
9. AFLUENCIA
A LOS LUGARES TURÍSTICOS
Si pensáis obtener la instantánea del Puente de Carlos
sin ningún turista merodeando o visitar la Catedral de San Vito o el Callejón
del Oro vosotros solos mejor no viajar a Praga pues será prácticamente
imposible.
Los lugares típicos de Praga están constantemente
llenos de turistas. Especial mención tiene, en este sentido, la zona del
castillo. Mareas de turistas y de grupos inundan ese lugar a diario. Nosotros
subimos a primerísima hora (aún no estaban los guardias en las garitas) y para
sacar entrada ya tuvimos que esperar cola. Creo que con eso lo digo todo.
El castillo fue el lugar más agobiante que visité,
seguido por el Puente de Carlos. Lo crucé en numerosas ocasiones, a diferentes
horas del día, e incluso por la noche, y siempre había turistas paseando.
En cambio, en otros lugares menos emblemáticos, si
puedes tener una bonita experiencia en solitario si madrugáis (algo fácil
debido a que amanece mucho antes que en España). Fue el caso del cementerio
judío, la torre del Ayuntamiento o la zona de Vyserhad.
10. TORRES
DE PRAGA
En la ciudad te encontrarás con numerosas opciones
para poder divisar la ciudad a vista de pájaro. Numerosas torres, tanto de
iglesias como de las antiguas puertas de la muralla jalonan en casco antiguo
permitiendo, tras una dificultosa subida por escaleras de caracol, acceder a
unas vistas inolvidables.
En mi opinión, tres son los lugares imprescindibles
desde los que divisar la ciudad. Uno es el Monte Petrin, al cual podéis acceder
con el Funicular. Desde lo alto de la pequeña Torre Eiffel de Petrín podréis
contemplar toda Praga a vuestros pies (podéis abrir las ventanas para obtener
unas instantáneas maravillosas).
Otro de los lugares que más me gustó fue la Torre del
Ayuntamiento. Si ascendéis a última hora del día, la luz dorada del atardecer
bañará la fachada de la Iglesia de Tyn, obteniendo unas instantáneas
asombrosas. Lo bueno de esta torre es la existencia de un ascensor para
ascender hasta lo alto.
Por último, en el Puente de Carlos, desde la torre de
la ciudad antigua, vais a poder obtener unas vistas impresionantes del puente y
de la zona del castillo. Otro de los imprescindibles, en mi opinión.
11. PASEAR POR PRAGA
Lo mejor de Praga es pasear y perderse por sus calles.
Todas os parecerán preciosas. Debido a que no fue destruida durante la II
Guerra Mundial, sus tesoros arquitectónicos son impresionantes. Os recomiendo
mirar mucho hacia arriba para descubrir todos los detalles que atesora y, por
supuesto, pasear por el mismo lugar en varias ocasiones. Seguro que podréis
descubrir nuevos secretos que la primera vez os pasaron inadvertidos.
La mezcla de estilos en Praga es increíble. En una
misma fachada podéis admirar, contiguos, un edificio renacentista, otro
modernista y otro actual, en una consonancia difícilmente imaginable si no lo
admiras con tus propios ojos.
Salirse de la zona más turística del casco antiguo y
visitar esas calles de Praga olvidadas por las guías turísticas os va a
proporcionar una visión más rica de la ciudad.
12. COMPRAR
SOUVENIRS
Numerosas tiendas de souvenirs jalonan las calles de
Praga. Ahora bien, si lo que deseáis es comprar souvenirs baratos debéis
acercaros a la calle Havelska, en donde diariamente existe un mercadillo de los
típicos regalos de turistas. Se encuentra a escasos 5 minutos de la plaza
antigua. Imanes, artículos de madera, bolígrafos, acuarelas, llaveros…. Todo lo
que os podéis imaginar se encuentra allí.
Es necesario recorrer los puestos tranquilamente y
comparar precios, pues existen diferencias para los mismos artículos de hasta
1-2€ (lo que proporcionalmente supone hasta un 50%).
Es el lugar ideal para terminar de gastar las últimas
coronas que os queden en el bolsillo antes de regresar a España.
Ahora bien, si deseáis comprar cristal de bohemia o
alguna marioneta de calidad deberéis gastaros el dinero en tiendas
especializadas. Para lo primero entrar en Blue Praha, una firma de reconocido
prestigio. Para lo segundo en tiendas especializadas en artículos de madera, como
V Ungeltu, en la plaza detrás de Tyn.
13. IDIOMA
Aprender checo para visitar Praga es una tarea ardua y
poco provechosa, pues es un idioma muy diferente al nuestro. Con el inglés vais
a poder entenderos perfectamente en las zonas turísticas y no tendréis mayor
problema en vuestro viaje. Las principales señales están en checo y en inglés y
las paradas de metro o tranvía, aunque sin doble idioma, no son tan difíciles
como para no recordarlas unos días.
Ahora bien, si vais a visitar lugares más alejados del
centro o comprar en supermercados locales sería bueno conocer unas mínimas
palabras del idioma para tener una ligera idea de lo que estamos comprando o
poder comunicarnos con los checos que hablan poco inglés. Además, siempre os
van a regalar una sonrisa si intentáis realizar el esfuerzo de saludar o dar
las gracias en su idioma. No es nada difícil y aquí os dejo algunas palabras
imprescindibles (entre corchetes el sonido fonético aproximado):
Hola / adiós (coloquial): Ahoj [A-joi]
Hola (formal): Dobrý den [DO-bri den]
Adiós (formal): Na shledanou [Na SLED-da-no]
Gracias: Dekuji [DI-cui]
Por favor/De nada: Prosím [PRO-sim]
Lo siento: Prominte [PRO-min-te]
Sí: Ano [A-no]
No: Ne [Ne]
¿Cuánto cuesta?: Kolik to stoji? [KO-lik to STO-yi]
Cerveza: Pivo [PI-vo]
Cerveza negra: černé pivo [CHER-ne PI-vo]
Una cerveza: Jedno pivo [YED-no PI-vo]
Agua sin gas/burbujas: Neperlivá vody [NEPER-liva
VO-dy]
La cuenta, por favor: za platim, prosím [Tsa PLA-tim
PRO sim]
Precio. Cena [SE-na]
Salida: Výstup [VIIS-tup]
14. BAÑOS
EN LA CIUDAD
Una de las planificaciones logísticas más importantes
en cualquier viaje es la de tener controladas las paradas para ir al baño. En
Praga, en numerosos puntos del casco antiguo, vamos a encontrar varios WC en
donde poder evacuar en caso de emergencia. Ahora bien, siempre tendréis que
pasar por caja en el cestillo de la señora que los limpia. Por lo general suele
darse la voluntad, aunque en algunos lugares se exige un precio determinado que
ronda entre las 15 y las 25 CZK.
Por tanto, planificar vuestras paradas en museos o
lugares visitables apra ahorraros unas cuantas coronas.
15. CERVEZA
CHECA
Puede que os sorprenda que la cerveza sea más
económica que el agua en los restaurantes checos. Eso se debe a que los
turistas consumen más cerveza que agua y rige la ley de la oferta y la demanda.
Si visitáis un supermercado comprobaréis que, como en España, el agua es mucho
más económica que cualquier cerveza.
Respecto a las cervezas, la que más me gustó fue la
cerveza negra. Existen de muchas marcas diferentes pero lo mejor es su amargor
suave que hace que la bebas con demasiada rapidez. Entre las marcas locales
destacaré la cerveza Kozel, con un toque dulzón muy agradable y una baja
graduación que invita a tomarse más de una.
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