Muchas personas equiparan el mundo de la óptica al del comercio. Olvidan la parte sanitaria y técnica de nuestra profesión y nos observan como meros despachadores de gafas o lentillas.
Y mucha culpa de lo anterior la tenemos muchos de
nosotros, ópticos que nos auto-limitamos a despachar la oferta o el producto de
turno. Las grandes cadenas, con sus políticas centradas en el precio, no ayudan
a mejorar esta imagen final que el cliente-paciente tiene sobre nosotros.
Pero, en general, los ópticos somos muy malos
vendedores. Y no me refiero a que no sepamos aconsejar convenientemente a
nuestros clientes sobre sus necesidades. Al contrario, me refiero que somos
malos vendedores porque no logramos hacer llegar a la gente la gran variedad de
soluciones ópticas que hoy día existen en el mercado.
Actualmente podemos hacernos una gafa tan
personalizada que su aspecto final dependerá del uso que vayamos a darle. No
existen gafas “para todo” y, en este sentido, debemos empezar a descubrir a
nuestros pacientes el amplio abanico de opciones disponibles en el mercado.
Hoy me voy a centrar en las gafas para conducir.
Hace tiempo leí un artículo de un compañero, Jesús
Alonso, que me pareció muy interesante, pues daba en el clavo sobre el error de
la óptica, como vendedores de productos (en plural).
Realizaba un interesante símil con el calzado. Hace
escasas dos/tres generaciones, en España las personas comunes tenían unos
únicos zapatos que usaban para todo. Luego, el sector del calzado logré imponer
la multiposesión por uso (un zapato a diario y otro para los domingos). Más
adelante, la existencia de una multiposesión por uso evolucionó hacia un mayor
número de zapatos diferentes según el uso utilizado. Y, finalmente, la
multiposesión por uso se combinó con la multiposesión por moda. Hoy día, en
nuestros zapateros podemos encontrar zapatos de vestir de diversos usos
(trabajo, salir con amigos, fiestas…) y varios para un mismo uso (es decir,
moda: punta recta o curvada, marrones o negros…). También encontraremos
zapatillas de deporte diferentes para correr, para jugar al futbol o para
pasear (combinando usos y moda).
La clave del proceso es crear la necesidad de la
multiposesión por utilidad antes que por moda. Una vez que la persona
tiene asumida la multiposesión de un producto, es más sencillo que decida pasar
a más productos aún debido a criterios estéticos (dependientes de la moda).
Centrándonos en el mundo de la óptica, la estrategia
actual de las grandes cadenas se equivoca al intentar generar necesidades de
multiposesión en base a criterios estéticos. Numerosas ofertas se centran en
otorgar un segundo par de gafas por una cantidad ridícula de dinero
(equiparable a su inutilidad) o por criterios estéticos (¡así podrás combinarlas!).
Pero el verdadero valor añadido que pueden apreciar,
como positivo, nuestros pacientes, es el hecho de otorgarles distintas
soluciones para problemas habituales cotidianos.
Anteriormente, cuando los ópticos tenían otra
consideración social, se inició el camino de la multiposesión con la dualidad
gafa blanca-gafa de sol. Sin duda este es un claro ejemplo de multiposesión por
uso.
Hoy día la multiposesión por uso no se reduce a las
gafas de sol. Existen gafas y diseños de lentes que nos permiten realizar
actividades diarias cómodamente, pues se adaptan a las necesidades del momento.
Aunque son muchas las opciones, hoy hablaremos (por fin) de las gafas para
conducir.
Muchas personas pensaréis que es una locura tener
unas gafas “sólo” para conducir. Bueno, vamos a realizar unos sencillos
símiles.
¿Los motoristas utilizan cualquier prenda de vestir
para conducir? No
¿Y es una ropa que, al menos, utilizan igual todo el
año? Tampoco.
¿Vamos a esquiar con la ropa que usamos
habitualmente en la ciudad? No
¿Vamos a la playa con ropa que nos puede valer todo
el año? No
¿Al conducir largas distancias tenemos ropa más
cómoda que ponernos? Sí.
Lo anterior son simples ejemplos ilustrativos que
hacen un poco ridículo nuestro prejuicio sobre unas gafas específicas para
conducir. ¡Claro que son necesarias e indicadas! ¿Porqué, entonces, no son
utilizadas por todos los conductores? Por una mezcla de desconocimiento y falta
de la cultura de la multiposesión en todo lo relacionado con la óptica.
Según las estadísticas del tráfico, un 20% de los
accidentes en carretera se producen a causa de problemas visuales. Esto quiere
decir que si tienes un abogado listo podrás culpar de una deficiencia visual al
contrario en un accidente de tráfico una de cada cinco veces, como mínimo. Y lo
anterior significa que tú ganas la indemnización. Así de fácil. Si no ves
correctamente el accidente terminará siendo culpa tuya. Los abogados son
especialistas en ello.
Por tanto, una correcta revisión optométrica y una
graduación actualizada deberían ser requisitos tan obligatorios como pasar
periódicamente la ITV.
Ahora bien, el mundo de la óptica puede ofrecer
soluciones personalizadas para todas aquellas personas que pasan largos
periodos de tiempo conduciendo.
Una de las principales consecuencias de la larga
conducción es la fatiga ocular, cuyos síntomas más notorios son el
enrojecimiento ocular, el lagrimeo y el dolor de cabeza. Muchas personas
ignoran que esta fatiga está provocada, principalmente, por deslumbramientos. Y
no me refiero únicamente a las luces de los coches (que también), sino a los molestos
reflejos solares que provoca la reflexión de la luz sobre el salpicadero, el
capó o el parabrisas.
La mejor manera de reducir estos molestos
deslumbramientos es mediante una gafa de sol polarizada. Con ellas no solo
vamos eliminar los reflejos y deslumbramientos, sino que mejoraremos el
contraste y nuestro rendimiento visual, permitiendo una mejor visión en el
cálculo de las distancias y en la diferenciación de los colores.
Para todos aquellos que han probado a conducir con
lentes polarizadas la respuesta es
la misma al comprarse un nuevo par de gafas
solares: “Quiero otras polarizadas”.
Numerosos présbitas usuarios de progresivos se quejan de que sus lentes son muy precarias para conducir. Argumentan que el campo de visión es muy limitado, aún con muy buenos lentes progresivos. Y sus quejas son ciertas, pues la conducción exige poseer el control de amplios campos visuales (espejos).
Para ellos existe un lente progresivo específico
cuyo diseño fue optimizado para realizar una conducción más confortable. El
truco reside en eliminar la zona de cerca, lo que nos proporciona un mayor
campo para las distancias intermedias y lejanas. Esta amplitud es evidente para
el campo lateral, el gran sacrificado en los progresivos convencionales. Con
estos lentes podrás ver perfectamente la carretera y controlar los espejos
(notoriamente mejor que con un progresivo estándar), así como divisar los
mandos del salpicadero por la parte inferior de la gafa. Y unas áreas de visión
mayores, sin reflejos molestos que puedan distraer permiten al conductor
mantener toda su atención sobre la carretera.
Ahora bien, si pretendes leer el minúsculo plano de
carreteras tendrás que colocarte tus progresivos habituales. Lamentablemente,
en esta vida no podemos tener todo.
Essilor es una de las casas más punteras en cuanto a
lentes y, en su catálogo, ofrece dos opciones diferentes para este tipo de
lente progresiva adaptada para conducir. El Varilux
Road Pilot Xperio se trata de una lente que incorpora la protección solar
(lente oscura) junto a la propiedad polarizada (eliminación de reflejos),
convirtiéndose en la mejor opción para las personas necesitadas de un
progresivo que necesitan una mayor calidad visual en la conducción.
Yo los suelo recomendar tanto a los profesionales de
la carretera (camioneros, taxistas, chóferes…) así como a personas que suelen
conducir bastante a la semana (comerciales, personas con segundas residencias
en la playa…).
La otra opción es el Varilux Road Pilot noche, una lente especialmente diseñada para conducir
en momentos de escasa iluminación. Su tonalidad ligeramente marrón hace
aumentar el contraste y el antirreflejo de alta gama permite una visión limpia
y nítida.
Y hablando sobre la conducción nocturna no puedo acabar este artículo sin comentar algo sobre las lentes de filtro amarillo.
Por la noche la conducción siempre es mucho más
peligrosa. Las estadísticas nos informan que el 40% de las víctimas mortales al
volante se producen de noche. El porcentaje resulta tremendamente elevado
teniendo en cuenta la notoria disminución del tráfico en las horas nocturnas
del día.
Por la noche la carretera puede jugarnos malas pasadas |
Lo anterior se puede explicar en base a varios
factores.
Por un lado, nuestros ojos no están preparados para
ver con detalle en la oscuridad. Los bastones de nuestras retinas son
especialistas en detectar la luz por la noche, pero su nivel de discriminación
es realmente pobre, llegando a perderse hasta el 70% de la agudeza visual
diurna (proporcionada por los conos). A ello debemos sumar una disminución de
la capacidad de discriminar la profundidad, la cual puede llegar a ser siete
veces menor que en el día. Los factores anteriores determinan que coloquemos a
nuestro visual en un nivel tal de estrés que degenere en fatiga ocular, lo que,
a su vez, empeora nuestra visión. Y, como colofón, muchas personas sufren de
miopía nocturna, es decir, su capacidad visual se encuentra más mermada de lo
habitual en situaciones de escasa iluminación.
Por otro lado, los factores externos también juegan
en nuestra contra. Carreteras insuficientemente iluminadas, deslumbramientos
constantes de los coches que circulan en sentido contrario, reflejos que nos
hacen distraernos, monotonía, sueño…
Sea la persona usuaria de gafas con corrección
visual o no, si se conduce frecuentemente por la noche, el óptico optometristas
debería ofrecer a este tipo de pacientes la lente específica para ello, es
decir, una lente con filtro amarillo.
Las lentes con filtro amarillo eliminan la luz azul,
violeta y verde (en parte) lo que tiene la consecuencia directa de mejorar
notablemente el contraste de nuestra visión. Combinado con un antirreflejo de
calidad superior, la sensación subjetiva al usarlos es la de “hacerse de día”.
De nuevo, la mejor prueba del buen funcionamiento de
estos lentes es el hecho de que los pacientes que los han usado vuelven y
repiten la compra por la satisfacción que le otorga el producto.
Y un lente específico para conductores, que acaba de salir al mercado este año, es el Zeiss Drivesafe. Puesto que este producto merece una atención más pormenorizada os emplazo al próximo mes.
Y un lente específico para conductores, que acaba de salir al mercado este año, es el Zeiss Drivesafe. Puesto que este producto merece una atención más pormenorizada os emplazo al próximo mes.
Por tanto, como conclusión final, indicar que se
puede conducir perfectamente con traje y corbata (pensemos en progresivos),
pero que en ciertas épocas del año resulta más cómodo subirse al coche con unos
sencillos pantalones cortos de algodón (lentes específicas para conducir).
Seguro que muchos lectores están pensando ahora
mismo en el precio. Existe una mala fama sobre lo caros que son los productos
de óptica. Bueno, repase mentalmente su zapatero y calcule, por encima, el
dinero que tiene atesorado en los distintos pares de zapatos. Tanto en los que
usa habitualmente, como en los que ya no se pone porque le hacen daño, o en los
que sólo tiene para eventos. También cuente el que se compró para su boda y no
volvió a usar. Estoy seguro que el dinero que emplee en una gafa de este tipo
será mucho menor y bastante más productivo. Piense que tan solo es una cuestión
cultural.
He llegado aquí buscando comparativa entre lentes para conducir de Varilux y Zeiss.
ResponderEliminarGracias por la información, aunque echo de menos la citada comparativa de calidad de ambas. Ahora también Hoya dispone de lentes para conducir como son las Enroute
Hola Santos.
EliminarAhora mismo los productos más actuales en cuanto a lentes específicas para conducir, en cuanto a mejores prestaciones, son: Drivesafe de Zeiss y Enroute de Hoya.
Saludos
Hola yo estoy entre zeiss drive o enroute de hoya
ResponderEliminarAlgún consejo
Hola.
EliminarLas lentes de Zeiss me gustan más porque su tecnología de tener en cuenta los diferentes tamaños pupilares según la iluminación exterior hace que en condiciones de baja iluminación los campos sean más amplios.
Saludos