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jueves, 16 de noviembre de 2023

3 mentiras vergonzosas durante la investidura de Pedro Sánchez.


El 15 de noviembre de 2023, durante el primer debate de investidura para elegir al futuro presidente del país, en el Congreso de los diputados se escuchó la palabra tanto del candidato a la presidencia, Pedro Sánchez, como de los diferentes líderes de los partidos que componen el hemiciclo.


Y dejando a un lado las numerosas falsedades, insultos y chascarrillos varios a los que nos tienen acostumbrados, me gustaría destacar tres cosas que muestran, con nitidez, la casta política que nos gobierna. 


Tres mentiras vomitadas en la tribuna por los líderes de los tres partidos más votados que avergüenzan a cualquier demócrata que tenga un mínimo de respeto por la soberanía popular que se suponen representan.


Vayamos de menos a más.


Sánchez: “En nombre del interés de España y la concordia vamos a conceder la amnistía”.

Sánchez, tal como demuestra la hemeroteca, es una especie de mentiroso compulsivo. Ha mentido sobre la amnistía durante la campaña electoral a todos sus votantes y, estando en funciones, ha negociado justo lo contrario que aseguró en campaña no realizaría de ser elegido, amnistiar a Puigdemont y compañía.


No voy a valorar si esta amnistía es legal o ilegal. Creo que cualquiera con cierta vergüenza sabe que moralmente es reprobable. Pero que Sánchez afirme que esta amnistía se concede por el interés de España y sus ciudadanos es una auténtica tomadura de pelo. No sólo a sus votantes, sino al resto de ciudadanos.


Se concede porque se necesitan 7 votos para ser elegido presidente. Y si fuera tan buena para la concordia ya hubiera sido concedida en la legislatura anterior. Debo reconocer aquí que Feijoo tiene razón al indicar que, lejos de crear concordia, va a generar aún más crispación. Espero equivocarme.


Y más tarde añadió que “vamos a escuchar y a acatar la voluntad del pueblo español” que está representada en el Congreso de los Diputados.


Esta es una media verdad. Me explico. Es cierto que Sánchez posee mayoría parlamentaria para salir investido. Y que la misma se logra con los votos ciudadanos.


Ahora bien, confunde Sánchez mayoría parlamentaria con mayoría de la voluntad del pueblo español. Encuestas de opinión otorgan una clara repulsa de la mayoría de españoles hacia la amnistía en Cataluña. Y aquí entran muchos votantes del PSOE totalmente engañados en campaña electoral.


Feijoo: “esta investidura nace de un fraude: lo que se trae hoy a la Cámara no se votó en las urnas”.

Miente el principal diputado de la oposición al catalogar la investidura como un fraude indicando que no se votó en las urnas. ¿Pero cuando los pactos entre partidos se deben votar en unos comicios?


Los partidos que han dominado la escena política con el bipartidismo alternante siempre se han cuidado de evitar indicar en elecciones si pactarían con algún partido minoritario en caso de no tener mayoría parlamentaria suficiente. El mismo PP se negó a reconocer sus pactos con VOX en las últimas elecciones municipales hasta que no le quedó más remedio y las urnas ya habían hablado. Y nadie consideró un fraude los ayuntamientos que así consiguieron. En algunos casos arrebatándoselos a fuerzas que habían ganado en número de votos pero que carecían de suficientes para superar la alianza PP/VOX.


Pactar con otros partidos del hemiciclo no sólo es necesario para una democracia sana, sino que es lo que obliga el contexto actual tan fragmentado. Y estos pactos se basan en concesiones. Así fue desde, por ejemplo, los pactos de Aznar con Pujol. De aquellos barros, estos lodos, por cierto. ¿Acaso Pujol otorgaba su apoyo gratis?


Insistió posteriormente Feijoo en lo mismo: “Si tan seguros estuvieran de lo que traen ahora a la Cámara sería revalidado en las urnas, ¿por qué no dejan que los españoles voten en las urnas?”


Se obstina Feijoo en pedir a Sánchez que convoque elecciones para que los españoles voten si están a favor de conceder la amnistía a los catalanes que atentaron contra la Constitución. Bien sabe Feijoo que existe una mayoría social contraria a aceptar tal peaje.


Ahora bien, debería conocer Feijoo, como diputado con experiencia, que tal petición es imposible de llevar a cabo. En primer lugar, para que hubiera una repetición electoral después de las elecciones del 23 de julio, tienen que haber fracasado las investiduras de todos los candidatos propuestos.


En segundo lugar, un presidente en funciones no puede proponer la disolución de las Cortes ni tampoco un presidente una vez investido puede convocar elecciones generales en su primer año de mandato.


Por tanto, está pidiendo cosas imposibles. Y eso, en mi pueblo, se llama engañar.


Lo siento Feijoo. Así de injusto es el sistema electoral español. Un elección indirecta por votación de diputados que, más tarde, mediante pactos varios de dudosa moralidad, terminan eligiendo ellos al presidente de turno. Y la sociedad, olvidada por los diputados desde que introduce la papeleta en la urna, mirando incrédula como su voto no sirve para nada, pues en campaña le mienten para conseguirlo y, más tarde, lo prostituyen al mejor postor. 


No se sorprendan. Llevamos así desde 1978. El problema es que ahora mismo, con la gran cantidad de partidos existentes en el hemiciclo y el clima de confrontación entre bloques, la vergüenza se hace más notoria.


Abascal: “Yo acuso de liquidar la separación de poderes, la igualdad, de tratar subvertir el orden constitucional y preparar un golpe de Estado”.

He dejado lo mejor para el final. Que el señor Abascal, en el mismo hemiciclo donde Tejero intentó un verdadero golpe de Estado, acuse a Sánchez de estar llevando a cabo otro deja bien patente sus escasos mimbres democráticos.


Señor Abascal, le informo que la separación de poderes en España hace tiempo que dejó de existir; que la igualdad entre españoles no existe desde que unos pagan a Hacienda y otros son amnistiados fiscalmente; que el orden constitucional lo subvierte usted, en primer lugar, soltando su execrable vomitona ideológica extremista para, más tarde, escapar del Congreso para evitar escuchar la réplica que merece. 


Y, respecto al golpe de estado, indicaré que en la historia reciente de España, los únicos que prepararon algo parecido fueron aquellos que en 1936 violentaron esta misma cámara llevando a España a una guerra civil. Aquellos que, por las banderas preconstitucionales que portan muchos de sus seguidores, tienen en ustedes a unos devotos seguidores.


Suerte tiene, señor Abascal, de vivir en una democracia y no en una dictadura, tal como se lo hicieron saber desde la tribuna. Pues, en ese caso, sus bravuconadas de matón de barrio le conllevarían castigos similares a los que estaría deseando aplicar a sus rivales si tuviera el poder para realizarlo.


Dice el refranero español que dime de lo que presumes y te diré de lo que careces. 


Comparó Abascal a Sánchez con Hitler, cuando lo que muestra es una profunda envidia de no poder introducirse en las instituciones españolas de la misma forma. 


Como os gusta la Biblia os dejo una frase de Mateo (7-15,20) que os define perfectamente: “Cuidado con los falsos profetas; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis”.


Vosotros sois uno más de los culpables de la crisis que está viviendo España. Pero no uno cualquiera. Sois uno de los más nocivos, pues lo único que buscáis es pervertir el orden constitucional establecido por medio del odio. No sabéis construir nada. Al contrario, sólo sabéis destruir. 


Acusáis a Sánchez de engañar cuando vosotros lleváis haciendo lo mismo desde que salisteis a la palestra política. Aprovecháis la crisis económica, la necesidad de los más desfavorecidos, los miedos de la clase media para medrar políticamente con el único objetivo de destruir la democracia que tanto nos ha costado crear.


No dudéis lo más mínimo: si hoy Sánchez es presidente de España, buena parte de la culpa la tienen ustedes. Han logrado unir a casi todo el hemiciclo en su contra debido al miedo que generan. ¿Quieren derribar a Sánchez? Regresen a la cueva retrógrada de la que salieron y no vuelvan a aparecer nunca más para mostrarnos sus miserias intelectuales. España está mejor sin ustedes.


Y por si alguno piensa que mi afiliación política se encuentra en algún partido que no aparece aquí criticado se equivoca. No me siento representado por ningún partido del hemiciclo actual. 


Podría indicar mentiras groseras del resto de formaciones que comparecieron, pero supondría alargarse demasiado. Y, por otro lado, lo que quería transmitir ya está escrito.


Hasta la próxima.

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