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domingo, 23 de octubre de 2022

Una escapada dominguera cerca de Madrid (XXIV): Senda El Forestal

Hoy no nos vamos muy lejos. En esta sección donde reúno diversas ideas para pasar un día (o incluso un fin de semana) entretenido no muy lejos de Madrid capital las opciones de senderismo son unas de las preferidas. 

 

Normalmente, al pensar en caminar por la naturaleza, nuestro cerebro se dirige a la sierra de Madrid o a las próximas situadas en las provincias adyacentes a nuestra Comunidad. Pues bien, en Madrid tenemos lugares casi ocultos que bien merecen una visita alguna vez. Y uno de estos lugares es la senda El Forestal, situada en Villaviciosa de Odón.

 

¿Os animáis a descubrirla?

 

¿Dónde vamos?

 

Villaviciosa de Odón es una pequeña localidad situada en el suroeste de Madrid, muy cerca de Alcorcón y Móstoles. Y para llegar al inicio de nuestra ruta vamos a colocar en el navegador Castillo de Villaviciosa de Odón. Sí, veremos un castillo amigos.

 

 

El aparcamiento lo tenemos justo antes de llegar a la fortaleza, en la Avenida Madrid. Os aconsejo dejar el coche justo enfrente del jardín histórico pues este es un perfecto lugar para iniciar la ruta.

 

¿Qué vamos a ver en esta ruta?

 

Antes de adentrarnos en la naturaleza vamos a realizar un breve recorrido por el entorno del castillo, el cual comprende dos jardines.

 

El jardín histórico es el más próximo y recrea el proyecto ideado por Juan Bautista Sachetti, para el monarca Felipe V, en 1739. Se trata de un espacio geométrico compuesto por alineaciones de árboles en perspectiva, pórticos emparrados y varias fuentes. La principal posee una bella escultura en el centro que nos recuerda el mito de Leda, a la cual la poseyó Zeus convertido en cisne.


 

Enfrente se sitúa otro parque, llamado del castillo, con un gran estanque lleno de cisnes y patos, así como una escultura que trata sobre la maternidad.

 


El castillo que ya hemos podido observar en nuestro recorrido anterior sólo se puede visitar en su interior mediante cita previa en el ayuntamiento (aquí). La primera vez que nosotros lo visitamos tuvimos que conformarnos con admirar su exterior.

 

Perteneciente a los condes de Chinchón, su aspecto actual se debe a la reconstrucción que hizo Juan de Herrera a finales del siglo XVI de un castillo anterior (a él le debemos las cuatro torres, una de ellas diferente al resto), y a la restauración llevada a cabo por Ventura Rodríguez dos siglos más tarde.

 


El castillo pertenece actualmente al Ejército del Aire, albergando en su interior el Archivo Histórico. Ello resulta evidente por el ejemplar de Mirage F-1 que encontramos en su patio exterior. Este caza francés es un homenaje a todos los pilotos que han formado parte de este cuerpo del ejército español.



Tras admirar el patrimonio histórico de este lugar es hora de iniciar nuestra ruta de senderismo. La misma se inicia en un lateral del castillo, junto a la Fuente histórica de los tres Caños. Se trata de un magnífico ejemplar de fuente de piedra adosada a un muro de ladrillo. Si no deseáis casaros con ninguna mujer de esta localidad evitar beber del caño central 😉.

 


Lo que se abre ante nosotros, la Senda de El Forestal es un bello paraje de más de 20 hectáreas de extensión ideado por los ingenieros de montes que tuvieron en el pasado su escuela en el castillo. Lo más sorprendente del lugar es la manera que tuvieron estos ingenieros de crear un jardín botánico silvestre, compuesto tanto de especies foráneas como autóctonas, totalmente autosuficiente. Para ello redistribuyeron el arroyo de La Madre por toda la cuenca con una estudiada red de cauces. Más de 350 especies de árboles diferentes se encuentran en este lugar, haciendo las delicias de todos aquellos amantes de la naturaleza.

 


La ruta que vamos a realizar apenas tiene 2,5 kilómetros y transitaremos por un lugar sin apenas dificultad. Dependiendo de las paradas que deseemos realizar para admirar la flora y la fauna de lugar, nuestro viaje nos llevará alrededor de una hora. Al existir numerosos árboles es indicada para toda época del año, pero os recomendaría visitarla en primavera, cuando la naturaleza resurge, o en otoño, con la caída de la hoja.

 

El camino, como indicamos, se inicia en la fuente y podemos optar por transitar un amplio camino de tierra u otro algo más estrecho que discurre por la ladera. Ambos nos llevarán, invariablemente, hasta la puerta de los lavaderos. En este punto cruzaremos la puerta para adentrarnos en la zona perimetrada del parque.

 

Vamos a descender por el camino de los cedros y salvar el Arroyo de la Madre por un puente de madera. Nos encontramos en el punto más bajo del recorrido y podremos admirar tanto un gran ejemplar de pino piñonero como un par de inmensos cedros del Himalaya. Estos árboles tienen una madera aromática ideal para realizar aceites e inciensos, siendo una de sus cualidades la de repelar a los insectos.

 


Tras admirar estos ejemplares nos desviaremos hacia nuestra derecha, avanzando por el paseo de los alcornoques. Atravesaremos varias pasarelas y el bosque se tornará más frondoso. Si camináis en silencio podréis escuchar el canto de los pájaros. Si tiene el plumaje amarillo será la oropéndola, un ave singular que habita este bosque. También podréis admirar, si sois cuidadosos, setas y bellotas.

 


Os aconsejo, en el primer cruce, transitar el camino más alto y llegar hasta el final de la valla. En un camino recto por donde pasearemos cómodamente. Llegados a este punto bajaremos unas escaleras y continuaremos avanzando dejando el río a nuestra derecha.

 

En muy poco tiempo llegaremos a la cascada del paredón, un muro construido para frenar el agua proveniente del arroyo del Alamillo que desembocaba en el Arroyo de la Madre.

 

Toca volver al inicio de nuestra ruta, aunque esta vez tomaremos el camino del caño dorado, dejando el arroyo nuevamente a nuestra derecha. En esta parte del camino vamos a transitar la zona más frondosa y húmeda del bosque, con numerosos arces y castaños de las indias.

 


Ahora os aconsejo caminar sin mayor complicación por los caminos, girando a la izquierda primero y tomando luego el paseo Félix Pastor. La puerta del Sevillano será la que utilicemos para salir del parque. La misma se encuentra tras una breve subida desde un par de troncos cortados al lado de un puente.

 

Ya no nos quedará nada para terminar la ruta. Atravesaremos la Pradera de San Isidro y el pinar de Prado Redondo, donde el bosque se aclara ostensiblemente, llegando a los pies del castillo en breves minutos.

 

Si os parece insuficiente la ruta que os he comentado podéis acercaros a la localidad de Villaviciosa y admirar su patrimonio arquitectónico, donde destaca la Casa Palacio de Manuel Godoy (hoy convertida en restaurante), el Torreón de doña Laura García-Noblejas y Brunet (con un magnífico torreón almenado), la Casa Consistorial o diferentes villas de preciosas fachadas blancas como Los Rosales, Goróstegui o Núñez Arenas. Y un último lugar mágico es la fuente de las hadas, que encantará a los más pequeños.

 

  

Para conocer todas las rutas existentes en la localidad os dejo este PDF del ayuntamiento.



 

 

 

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