Páginas

domingo, 20 de noviembre de 2022

Mis 5 visitas imprescindibles en Toulouse

Hace unos años realicé un viaje por las principales localidades de los Pirineos franceses. Y dentro de las ciudades del sur de Francia pegadas a nuestra frontera que visité, una de las que más me gustó fue Toulouse. Su gran pasado histórico le ha permitido atesorar un legado cultural único, a lo que suma una gran actividad económica y un alegre ambiente universitario que la hacen muy atractiva al turismo. No en vano es la cuarta ciudad más poblada de Francia, después de París, Marsella y Lyon.

 

Toulouse: la ciudad rosa.

Por ello decidí volver a visitarla este año, recordando viejos paseos y descubriendo nuevos rincones. ¿Os animáis a conocer sus principales encantos?



Toulouse, antigua Tolosa, es la capital de la región de Midi-Pirineos. Se suele denominar la ciudad rosa por el color de los ladrillos con el que fueron construidos sus edificios más emblemáticos. Su patrimonio histórico se conserva perfectamente y es un placer pasear entre sus pintorescas callejuelas descubriendo, a cada pocos pasos, suntuosos edificios que nos evocan tiempos pasados de gran riqueza e importancia. Un dato curioso: es la ciudad francesa con más palacios datados en el siglo XVI. Además, como buena ciudad universitaria, es dinámica y atractiva para quien la visita.

 

Pasemos a enumerar los que considero los principales atractivos de esta ciudad.


1.     La Plaza del Capitolio

 

El centro de Toulouse se sitúa en esta amplia plaza que pasa por ser una de las más bonitas de toda Francia. Su cara este la ocupa el enorme edificio del Capitolio, sede del Ayuntamiento desde el siglo XII y del Teatro de la Ópera.

 

El Capitolio de Toulouse al atardecer

Construida su fachada actual en el siglo XVIII, el estilo neoclásico (frontón triangular y balaustrada italiana) resulta tan bello como imponente. Esta maravillosa construcción realizada en piedra, ladrillo y mármol adquiere un bello tono rosa con la luz dorada del atardecer. Será con esta visión cuando comprenderéis porqué denominan a Toulouse la Ciudad Rosa. Ello se debe a que la mayor parte de sus edificios están construidos con ladrillos que le otorgan este cálido color.

 

Este edificio se ha convertido en el símbolo de la ciudad debido a la belleza visual que conforma la combinación de los distintos materiales (bicromía ladrillo y piedra) y su limpio diseño decorativo (a base de columnas y pilastras).

 

Admirar el juego de bicromía horizontal/vertical entre el piso inferior y superior y los emblemas en los balcones de los capitouls, los eminentes miembros del consejo municipal que gobernaron la ciudad durante 600 años (1189-1789). Un grupo de estatuas alegóricas rematan la decoración: encima del teatro, a la derecha, un grupo representando la tragedia y la comedia; y a la izquierda, otro grupo representando la cultura antigua (Palas) y la cultura occitana (Clémence Isaure).

 

Pero que no os deje engañar este edificio. En verdad se trata de una fachada-pantalla que oculta una serie de edificios construidos en estilos muy diversos. El interior del Capitolio es visitable de manera gratuita, y es una obligación si visitáis Toulouse. Ahora bien, suelen cerrar por bodas civiles los viernes y sábados, así como debido a actos públicos. Por tanto, planificar bien esta visita en vuestro viaje si no queréis llevaros una sorpresa desagradable.

 

Nada más acceder al interior encontraréis el patio de Henri IV, primero de la casa de Borbón en este país, el cual os observa desde una hornacina. La estatua de mármol policromado resalta poderosamente respecto al resto de decoración, a base de emblemas, que le rodea. Este patio porticado con galerías es la parte más antigua del ayuntamiento. Por último, antes de proseguir, bajad la vista para descubrir el punto exacto donde ejecutaron al duque de Montmorency en 1632.

 

Patio de Henri IV del Capitolio de Toulouse

Al fondo accedemos a las salas interiores. Lo primero que nos encontraremos será la gran escalera, construida en 1886. A sus pies tenemos el busto de Jean Jaures, político socialista francés famoso por oponerse a la participación francesa en la Primera Guerra Mundial; algo que le costaría la vida sólo tres días después de comenzar aquel conflicto.

 


Lo más destacado de las escaleras es la decoración pictórica realizada por Jean-Paul Laurens y sus hijos, representantes del academicismo francés y especialistas en la pintura de historia. En los frescos descubriremos desde escenas bucólicas a la Fiesta de los Juegos Florales, una festividad importante en la ciudad y que se celebra desde 1324.


El primer gran salón que veremos al subir las escaleras es la Sala Gervais, llamada así por estar decorada con pinturas de este artista. Lugar de celebración de los matrimonios civiles, todas las pinturas evocan el amor. A la derecha tenemos tres cuadros que representan el amor a los 20 años, a los 40 y a los 60. Al fondo, una representación de la isla de Citera, lugar de nacimiento de la diosa Afrodita. Allí veremos el cortejo de varias parejas. Y si somos observadores descubriremos una pareja de lesbianas. El amor homosexual también tiene su hueco aquí, como debe ser.

Sala Gervais del Capitolio de Toulouse con escenas relativas al amor

 

El siguiente salón es la Sala Henri-Martin y contiene obras de este genial pintor impresionista. Realizadas en un gran formato, admiraremos escenas campestres o de la ciudad de Toulouse; en concreto, sus muelles, donde el pintor representó a su mujer, sus hijos y a Jean Jaures.

 

Sala Henri-Martin del Capitolio de Toulouse

De todas las salas, la que posee la decoración y los frescos más deslumbrantes es la Sala de los Ilustres. Hasta veinte artistas tolosanos, dirigidos por Paul Pujol, intervinieron en el siglo XIX para embellecer este lugar, narrando episodios gloriosos de Toulouse o evocando la defensa de la Patria o la importancia del arte y la cultura.

 

Sala de los Ilustres del Capitolio de Toulouse

En los extremos de la sala tenemos dos grandes obras. A la derecha, según entramos, encontraremos la entrada del papa Urbano II en la ciudad, en 1095. Su visita tenía como objetivo exhortar al conde de Toulouse a participar en la primera cruzada a Tierra Santa. En el lado opuesto tenemos el episodio histórico de la victoria de Raymond VI sobre Simón de Monfort, el cual feneció en 1218 debido al impacto de un proyectil lanzado por una catapulta.

 

De las pinturas laterales voy a pedir que os fijéis en La Belle Paule, musa de poetas y pintores. Aparece asomada al balcón, pues la leyenda cuenta que los capitouls la obligaban a ello para que todos los tolosanos pudieran admirar su belleza. También me gustó La Ley, la Verdad y la Justicia, a las cuales implora el pueblo desnudo.

 


Del techo voy a destacar el fresco alegórico Toulouse ofreciendo sus armas a Francia; Francia, en un carro tirado por dos leones, es armada por el pueblo y conducida a la batalla por el dios de la guerra.

 


Entre las esculturas vamos a descubrir a Pierre Fermat, al conde Raymond VI de Toulouse o a diferentes alegorías evocando la belleza, el teatro, la poesía o las riquezas de la tierra de Toulouse. Colocadas en hornacinas o enmarcadas entre columnas, no todas las últimas eran de mármol. Unas fueron realizadas en estuco y las reconoceréis por tener dibujadas mariposas.

 

El último salón que veréis es la Sala del Consejo Municipal, cuyas mesas modernas y micrófonos no deslucen su importante decoración pictórica. No obstante, tras haber visitado la Sala de los Ilustres, este lugar os parecerá mucho menos interesante.

 


Volviendo al exterior, en el centro de la plaza, si no es día de mercado, podréis admirar una cruz occitana de Languedoc, conformada por doce puntas, situándose en cada una de ellas un emblema de cada signo zodiacal.

 


La Plaza del Capitolio se rodea de diversos edificios de ladrillo que datan del siglo XIX y cuya realización intentó ser una copia de la parisina Plaza Rivoli.

 

Justo enfrente del Capitolio, en los soportales que recorren la fachada oeste de la plaza encontraremos, si alzamos nuestras cabezas, una serie de frescos realizados por Raymond Moretti. Las arcadas del Capitolio resumen la historia de la ciudad a modo de paneles independientes.

 


Recuerdo de España, con la que está tan emparentada esta ciudad, es el fresco que representa la famosa imagen de Robert Capa, Muerte de un miliciano junto a una parte del Guernica de Picasso. Os animo a descubrir, entre las 28 serigrafías, a San Sernín martirizado por un toro, el homenaje a Carlos Gardel (ilustre Tolosano), la representación de Fermat o el recuerdo de la importancia del rugby y su equipo en esta ciudad. 

Como curiosidad indicar que en el hotel Le Grand Balcon, situado en una esquina de la plaza, se alojó el escritor y aviador Antoine de Saint-Exupéry, autor de El principito.

Y detrás del Capitolio se encuentra La torre Mayor (Donjon), vestigio del antiguo ayuntamiento y utilizada como mazmorras en época moderna. Tiene el aspecto de una fortificación, con matacanes y almenas, un producto sacado directamente de la imaginación de Violet-le-Duc, quién lo reformó en época moderna. Hoy en día es sede de la Oficina de Turismo. Además de información, alzad la vista para admirar las preciosas bóvedas ojivales que coronan la planta baja.





 2.     Basílica de Saint-Sernín


Resulta curioso que el edificio religioso que destaque de toda la ciudad no sea la Catedral. Pero la importancia de la Basílica de Saint-Sernín reside en ser la iglesia románica más grande de Occitania y la segunda más antigua de toda Francia, después de la abadía de Cluny.


Además, era parada obligada en el Camino de Santiago, en donde rezar ante los restos de San Saturnino de Tolosa (para los españoles), martirizado en época romana (año 250). Al parecer, el entonces obispo cristiano no había querido sacrificar un toro en honor a los dioses paganos, razón por la cual se le ató al mismo hasta que arrastrado por él murió. La calle del toro (Rue du Taur), que conecta el Capitolio y la Basílica, recuerda este episodio histórico (no dejar pasar una visita a la iglesia del toro). Por tanto, es lógico que sea otro de los símbolos más reconocibles de Toulouse y una visita obligada.

 

Lo más sobresaliente de esta basílica es su excepcional campanario octogonal, situado sobre el crucero y que se alza hasta los 64 metros de altura. Su carrillón es de 24 campanas. La mejor manera de admirarlos es acercarnos a la calle Saint Bernard, desde donde también podremos apreciar el admirable ábside con nueve absidiolos, escalonados hasta el campanario, simbolizando la ascensión hacia el cielo. Al igual que con el Capitolio, la belleza estructural del edificio reside en el maravilloso juego bicromático entre la piedra blanca y el ladrillo rojo.

 

Cabecera de la Iglesia de San Sernin, Toulouse.

Antes de entrar os recomendaría admirar la ilustrativa decoración románica que decoraba los pórticos. A destacar la del transepto derecho (la de los condes), con unos explícitos capiteles representando los suplicios del infierno. Es la primera doble puerta que encontraréis rodeando por la izquierda la iglesia desde el ábside a la entrada principal.

 

Puerta de los condes de la Iglesia de San Sernin, Toulouse.

La otra gran portada la tenemos en la entrada al templo. Denominada puerta de Miègeville, posee un precioso tímpano donde se representa la ascensión de Cristo, la cual es observada desde abajo por los doce apóstoles. En los capiteles, bellamente tallados, tenemos la representación de varias escenas bíblicas, como Adán y Eva o la Matanza de los inocentes.

 

Puerta de Miègeville, Iglesia de San Sernin de Toulouse

El interior sorprende por su amplitud, no en vano, se trata de la iglesia románica más grande de Francia. Al estilo de nuestra Basílica en Santiago, tiene cinco naves y deambulatorio con capillas rodeando el ábside mayor (lo que favorecía la visita de los peregrinos mientras se realizaban las celebraciones litúrgicas).


A destacar la rica decoración interior, tanto escultórica como en forma de relicarios contenedores de numerosas reliquias de santos. Aquí se conservan los restos del mártir que da nombre al templo, así como algunos otros situados en la cripta.



3.     Convento de los Jacobinos


Se trata del mejor exponente de la arquitectura gótica realizada en el Languedoc en época medieval. El edificio data del siglo XIII y está construido enteramente en ladrillo rojo. Su exterior impresiona por la gran magnitud de la construcción, manifestación del poder de la Iglesia en la época (recordar la lucha contra los cátaros en esta zona). La diferencia entre el gótico tradicional y este meridional estriba en las ventanas de los muros. Si en el gótico clásico encontramos más ventanas que muros, aquí es al revés.

 


Una curiosidad sobre el nombre de este templo. Fue construido por la orden de los dominicos quienes se autodenominaban jacobinos debido a que el convento de París se encontraba situado junto a la Puerta de San Jacobo.

 

No obstante, su fama reside en la denominada “Palmera”, una columna estrellada de 22 brazos que soporta la bóveda de 28 metros que cubre la nave de la iglesia. La visión de esta preciosa techumbre merece la visita a este lugar.

 

La Palmera del Convento de los Jacobinos de Toulouse.

Así como admirar los ladrillos que conforman sus muros, donde en el interior simulan ser piedra. En algunos lugares aún se pueden admirar los frescos que otrora decoraban las capillas laterales.

 


Este edificio forma parte de la universidad de Toulouse y alberga algunas reliquias de santo Tomás de Aquino. Las mismas se guardan en el altar del templo, curiosamente situado en un lateral y no en la cabecera de la iglesia.

 


Os recomiendo visitar este templo un día soleado pues así podréis admirar de primera mano la magia luminosa de las vidrieras. La composición de fluorescentes que simulan un arco iris le da un toque moderno al lugar, aunque bastante cuestionable a mi parecer.

 


Para acceder al resto de salas se debe abonar una entrada. El antiguo convento se organizaba, como era costumbre, en torno a un gran claustro. Os recomiendo deteneros en los capiteles de las columnas, decorados con motivos florales y animales.

 


La sala capitular, lugar donde se celebraban asambleas, tiene un rico estilo gótico y aún restos de la decoración pictórica.

 

Sala Capitular convento de los Jerónimos. Toulouse.

La Capilla de San Antolín es uno de los rincones más bellos de este convento. Dedicado al patrono de la ciudad, es el lugar de reposo eterno de los religiosos más importantes. Lo más deslumbrante es su rica decoración pictórica, con escenas del apocalipsis en el techo y con narraciones de la vida del santo en los laterales.

 

Capilla de San Antolín. Convento de los Jerónimos. Toulouse.

En el refectorio monástico se suelen organizar exposiciones temporales, aunque no fue el caso cuando lo visité. Se trata de uno de los mayores construidos en la Edad Media y nos da una idea del gran número de monjes que vivían aquí.



4.     Convento Museo de los Agustinos


Toulouse posee numerosos museos a cuál más interesante. Y si os gusta el arte pictórico no podéis dejar pasar la ocasión de visitar el Museo-convento de los Agustinos.

 

En la actualidad, lamentablemente, se encuentra cerrado por obras y no tiene prevista su reapertura hasta el año 2024. Pero su importancia es tan grande que merece estar en este listado de las principales maravillas de Toulouse. Por ello voy a remitirme a la ocasión cuando lo visité para poneros en situación sobre lo que podréis encontrar una vez que reabra sus puertas.

 

Lo primero que debemos destacar de este museo es que, además de poseer una importante obra pictórica (además de escultórica medieval), las piezas se encuentras expuestas en un entorno único. Impresionante es pasear en el tranquilo claustro del convento admirando la colección de gárgolas que se exponen bajo sus arcadas. Otra sala imprescindible para los amantes de la escultura medieval es la Sala de los Capiteles (decorada con una instalación luminosa del artista Jorge Pardo).



Y dentro del arte pictórico, el cual abarca desde el siglo XIV hasta principios del XX, destaca sobre manera la colección del siglo XVII, con obras italianas, holandesas y francesas que nos permiten seguir las evoluciones de la pintura en aquel siglo. Si de época renacentista destacaría la manierista Visita de la Virgen a Santa Isabel (Cristofano Gherardi, 1541), del siglo XVII podemos deleitarnos con importantes obras, tales como el desgarrador Cristo entre los dos ladrones (Peter Paul Rubens, 1635) o los caravaggesco Martirio de los Santos Juan y Pablo (Guercino, 1632) y Judith (obra maestra de Valentin de Boulogne, 1625).

 


Del siglo XVIII destacan obras de artistas franceses, predominando retratos, paisajes y pinturas históricas propias del neoclasicismo. Destacar La baronesa de Crussol (Elisabeth Vigée-Lebrun, 1785), El Puente Rialto (Guardi, 1760) o La muerte de Marat (Joseph Roques, 1793. No confundir con el más famoso pintado por David).



De los siglos XIX y XX podría nombrar numerosas obras, pues abarcan numerosos estilos que me gustan mucho. De la época heredera del neoclasicismo destacar la famosísima obra Tu Marcellus eris (Ingres, 1811), en la que aparece Virgilio con la Eneida junto al emperador Augusto y su hermana Octavia. Del romanticismo me encantó Abd-ar-Rahmán ibn Hisham, sultán de Marruecos, saliendo de su palacio de Mequinez, rodeado de su guardia y de sus principales oficiales (Delacroix, 1845). Del academicismo tolosano destacaría Entrada de Mahoma II a Constantinopla el veintinueve de mayo de 1453 (Joseph Benjamin-Constant, 1876), mientras que del nuevo impresionismo es de alabar Muchacha en un banco (Berthe Morisot, 1893) o las obras de Toulouse-Lautrec que posee el museo (si os gusta este artista echad un ojo al artículo sobre Albi).



Para más información: https://www.augustins.org/es/home

La otra gran colección pictórica de la ciudad se ubica en el bello edificio renacentista Hotel D’Assézat. Se trata de la colección de la Fundación Bemberg, la cual consta de cerámicas, muebles y pinturas atesoradas por Georges Bemberg. La colección pictórica abarca desde el renacimiento italiano hasta las vanguardias del XX, destacando obras secundarias, aunque importantes, de afamados artistas, tales como Canaletto (View of Dolo), Veronese (Le Procureur Barbaro), Tintoretto (Presentación en el templo), Lucas Cranach (Venus y cupido), Monet (Boats on a beach), Gauguin (Tête de jeune paysan), Paul Signac (Le clocher de Saint-Tropez)  y Picasso (Pierrot et arlequin III).

 

Cuando visité la ciudad la primera vez no tuve tiempo de visitar este museo y, en esta segunda ocasión, lo encontré cerrado por obras (reapertura a inicios del 2023). Ya tengo excusa para volver a Toulouse en unos años.



5.     La ciudad del espacio


Como última recomendación os voy a aconsejar visitar un parque temático, dedicado al espacio, que se encuentra a tan solo 6 Km de Toulouse. Para llegar hasta allí en transporte público deberéis llegar a la estación Jolimont de la línea B de metro y luego tomar allí el autobús número 37.

 

Ahora bien, la Ciudad del Espacio de Toulouse no es nada barata. La entrada completa ronda, según la temporada, entre 25-30€ por persona. Ahora bien, merece la pena pagarla por todo lo que allí podremos ver de cerca.

 


El parque es bastante grande y conviene planear la visita de antemano cuando nos entregan el plano de situación, pues diversas actividades tienen horarios concretos para realizarlas. Es el caso del cine IMAX o del planetario, en mi opinión las dos proyecciones más interesantes que podéis realizar. En ambas existen unos cascos traductores al español para sacar el máximo partido a la película. Cuando visité el lugar proyectaron una película sobre la amenaza de los asteroides sobre la Tierra muy interesante. El planetario recorre nuestro sistema solar y nos explica interesantes cuestiones sobre nuestros planetas y el espacio en general. También existe una proyección para niños de un pingüino y un oso que construyen un cohete.

 


Podría hablaros durante horas de las maravillas que tiene este parque. Para aquellos que disfruten con la carrera espacial, el universo y los astronautas la visita será tan instructiva como gratificante. ¿Por qué?

 

Pues porque resulta increíble poder admirar de cerca satélites como el ERS2, telescopios como el XMM-Newton, pasear por el interior de la estación espacial MIR, la claustrofóbica cápsula Soyuz o admirar el impresionante tamaño del cohete Ariane 5, utilizado para situar satélites en órbita. Sus 53 metros de altura dominan poderosamente los jardines y nos servirá de punto de referencia constante para no perderos.



Si queremos una inmersión mayor debemos dirigirnos al área de exposiciones. En este lugar encontraremos todo tipo de cuestiones relacionadas con el espacio, desde información sobre nuestro Sistema Solar, sobre la vida en el espacio, los astronautas… No temáis por el idioma, pues todos los paneles están traducidos al castellano.

 


Además, aprenderemos u montón de cosas como que sin gravedad aumentamos nuestra altura. Las exposiciones son muy didácticas y sirven para descubrir la dura vida de los astronautas (6 horas en posición fetal sin desesperarte es un logro que pocos podrán soportar). Cuando visité el centro existía una exposición sobre la Luna y los planes para crear una base permanente. Realmente interesante y didáctica.

 


Por último, indicar que existen diversos talleres, aunque en este caso los monitores se expresan únicamente en francés. A pesar de ello teníamos ganas de descubrir el que explicaba las pruebas a realizar para ser astronauta de la ESA (Agencia Espacial Europea). Aunque seguro me perdí parte de la explicación, la charla era muy amena, con juegos de lógica para los que el idioma no es ningún hándicap. Debo reconocer que fue muy interesante.

 

En definitiva, una visita muy recomendable si os gusta todo lo relacionado con el espacio. Seguro que, a más de un niño, pues el parque también está enfocado para ellos, le abre la imaginación.

 

Para más información: http://www.cite-espace.com/

 

Como cinco lugares se me hicieron cortos, volveré a realizar otra entrada con más lugares encantadores de Toulouse.

 

Para descubrir horarios os recomiendo visitar la cuidada página de turismo de la ciudad:

 

https://www.turismo-toulouse.es/sitios-y-monumentos

No hay comentarios:

Publicar un comentario