Padres con ojos marrones tendrán hijos de ojos marrones

Cuando nace un niño y los padres lo presentan a la familia y amigos siempre termina ocurriendo la misma conversación relativa a los parecidos familiares. La nariz, el pelo, el color de los ojos, las orejas, la boca… Todo es factible de tener un parecido con alguna de las dos ramas familiares que se combinaron.

Siempre he pensado que esta actitud no deja de ser una rémora de nuestro pasado más lejano, cuando el macho estaba muy interesado en extender su progenie y no permitía que su hembra fuera fecundada por otros genes rivales. De ahí la importancia de que el bebé tenga algún parecido con el padre, principalmente.

Ahora bien, la genética es caprichosa y suceden casos sorprendentes. En el año 2019 salió a la luz la noticia de una familia nigeriana de color que tuvo un bebé rubio y con ojos azules. Por ser extraño y extremo no es un caso único, como el que una pareja de personas de raza blanca tengan un niño de color o que dos padres de ojos marrones tengan hijos de ojos claros.

¿Os interesa conocer un poco más del tema?

Hoy vamos a explicar un poco la cuestión del color de los ojos en los humanos y responder algunas dudas que existen sobre ellos.

¿Dónde reside el color de los ojos de una persona?

El color de los ojos se encuentra en una estructura ocular que se denomina iris. Esta parte fundamental de nuestro ojo actúa como una especie de diafragma, regulando la luz que entra al interior e impacta contra nuestra retina. Entre sus muchas utilidades está el evitar deslumbramientos, adaptarse a las condiciones lumínicas exteriores o mitigar aberraciones en la formación de la imagen final retiniana.

Histológicamente, el iris está formado por cuatro capas: epitelio externo, estroma y endotelio (dos capas), aunque para lo que el color se refiere sólo nos interesan las dos primeras.

En ellas se encuentran unas células llamadas melanocitos, que contienen un pigmento denominado melanina. Todos tenemos el mismo número de melanocitos [bueno, la raza negra tiene más, de ahí su predominancia de ojos marrones] pero diferente distribución de ellos el epitelio y estroma, al igual que distinta cantidad de melanina.

Lo anterior significa que cuanta mayor melanina tenga una persona, sus ojos serán más oscuros. Ahora bien, la melanina es de color marrón oscuro, lo que nos lleva a la siguiente pregunta:

¿Por qué no tenemos los ojos siempre de color marrón oscuro?

Cuando vemos un objeto de un color determinado no es porque sea de ese color realmente, sino porque refleja ese color una vez que la luz blanca (formada por todos los colores) impacta sobre él. Es decir, la sangre, por ejemplo, no es roja, sino que refleja el rojo y por ello la vemos roja.

Con el color de los ojos sucede algo parecido. La luz se refleja en el iris y puede parecernos de diferente color. En ello influye el colágeno presente en el estroma y el distinto grosor de las capas del iris. Por ello, con un mismo pigmento marrón oscuro (la melanina), se producen diferentes colores de ojos.

Por explicarlo de manera sencilla indicaré que las fibras de colágeno del iris dispersan la luz y hace que veamos los ojos azules de una forma similar a lo que ocurre en el cielo, donde el azul está determinado por la dispersión de la luz de longitud de onda corta.

Por tanto, el distinto color de ojos no obedece a diferencias químicas, sino estructurales.

¿Qué influencia genética existe en el color de los ojos?

Todo el mundo sabe que el color de los ojos está condicionado por los genes. Ahora bien, hasta hace poco se pensaba que se trataba de una herencia donde influía un gen con una transmisión muy simple: marrón/azul = dominante/recesivo. Pero en el color de ojos influyen varios genes, razón por la cual algunas veces ocurren cosas sorprendentes, como que padres de ojos marrones tengan hijos de ojos claros; o que existan colores tan raros como el gris.

Simplificando mucho la cuestión podemos indicar que tres son los genes implicados en la formación del color de ojos en los humanos:

EYCL1 (Cromosoma 19): color verde y azul.

EYCL2 (Cromosoma 15): color marrón.

EYCL3 (Cromosoma 15): color marrón y azul y cantidad de melanina total.

El color marrón es dominante, pero todas las personas mantienen el color verde y azul en forma recesiva y se transmite por herencia, esperando el momento para salir en el momento menos esperado.

Si lo simplificamos un poco podemos indicar que si el cromosoma 15 es marrón (M), esa persona tendrá los ojos marrones seguro. Ahora bien, si es azul (a), la cosa cambia, pudiendo tener los ojos azules (a) o incluso verdes (v).

Las combinaciones son enormes pues el cromosoma 15 puede ser MM, Ma, aM o aa y el 19 puede ser VV, Va, aV o aa. Y esta carga genética se debe combinar con otra que puede ser igual de variada. El resultado es que dos padres con ojos marrones e igual carga genética (Ma-Va) tienen un 25% de posibilidades de tener hijos con ojos claros (verdes o azules).

Entonces, ¿dos padres de ojos azules siempre tendrán niños con ojos claros?

Según la explicación anterior, al ser el color marrón una característica dominante, si existe un cromosoma marrón ya no existirá posibilidad de otro color. Pero esto no es completamente cierto.

En 1907, los genetistas norteamericanos Charles y Gertrude Davenport, publicaron un trabajo sobre genética en donde defendían tal cosa. Se basaban en la genética mendeliana respecto al gen OCA2 con un dominante marrón y otro azul. Al tener siempre dos copias heredadas de nuestros padres cabía la posibilidad de que el azul apareciera en padres de ojos marrones, pero no al revés (padres de ojos azules no podrían tener un hijo de ojos marrones).

Los avances en la genética han desmentido tal afirmación y la herencia de nuestros ojos es bastante más complicada. En efecto, interviene el gen OCA2, productor de una proteína (Proteína P) que regula la cantidad y calidad de melanina en el iris. Y el 74% de los diferentes colores de ojos se explica por las variaciones en este gen.

Ahora bien, también influye en nuestro color de ojos una región del gen HERC2, conocida como intrón 86, que influye en la actividad del OCA2, potenciando e incluso inhibiendo la producción de melanina. Y por si esto no fuera suficiente los científicos han encontrado muchos otros genes que influyen en nuestro color de ojos final: ASIP, IRF4, SLC24A4, SLC24A5, SLC45A2, TPCN2, TYR y TYRP1.

Por tanto, será la combinación de esta casi docena de genes lo que determine nuestro color de ojos. Y aunque para la mayor parte de personas la genética mendeliana suele aproximarse bastante al resultado final no por ello debemos tomarla como un axioma irrefutable.

¿Cuántos colores de ojos diferentes existen?

Dado que el color marrón es dominante respecto al resto, esa tonalidad es la predominante en el mundo. Posee grandes cantidades de melanina en el iris, absorbiendo las longitudes de onda corta de la luz.

Dentro de las tonalidades marrones existen mezclas con el amarillo y el verde principalmente. Colores miel y marrones verdosos tipo avellana aún no tienen una explicación clara.

Los ojos verdes son una rareza, pues sólo el 2% de personas los tienen. Es típico de Europa y se asocia al pelo rubio. Hungría es uno de los países con mayor cantidad de personas con este color de ojos.

Los ojos de color azul son los que menos cantidad de melanina poseen de todos los explicados hasta ahora y su color se produce tanto por esta circunstancia como por la existencia de fibras de colágeno en el estroma que interfieren en la luz reflejada por el iris. Las personas con ojos azules aparecieron de un único individuo que sufrió una mutación genética hace unos 6.000 años en la zona del mar Negro. Hoy en día sólo el 8% de las personas del mundo tienen este color de ojos, aunque su distribución está muy concentrada en los países nórdicos (donde representa al 80% de la población).

Los ojos grises son otra rareza y no se sabe muy bien el proceso por el que se forman, aunque está claro que se trata de una variación del azul en donde la luz reflejada se convierte en gris en vez de azul.

Casos más raros son los de la heterocromía, que puede ser parcial, si afecta sólo a una parte del ojo, o total, donde los dos ojos son de diferente color. Esta condición tan sorprendente se debe a una anomalía en la cantidad de melanina presente en los estados embrionarios y, en ocasiones, suele estar asociada a algunas enfermedades como el síndrome de Claude-Bernard-Horner o el síndrome de Warrdenburg. También puede ser una condición adquirida debido a traumas o melanomas. 

Aunque el porcentaje de personas que sufre heterocromía en el mundo suele rondar el 0,67%, numerosos famosos televisivos muestran con orgullo esta condición.

Daniela Ruah tiene heterocromía con un ojo mas oscuro

 

Alice Eve tiene heterocromia con dos ojos de distinto color

¿Siempre tenemos el mismo color de ojos?

Las personas caucásicas suelen tener bebés con ojos claros en la mayoría de los casos. Estos recién nacidos apenas tienen melanina en su iris, razón por la cual su color tiende al azul o al gris. Posteriormente, al estar expuestos a la luz solar, los melanocitos comienzan a producir melanina y el color de ojos comienza a cambiar. Poco a poco, y antes de cumplirse el año de vida, el color de los ojos varía. A los tres años ya existe un 50% de la pigmentación adulta y los ojos han adquirido el color definitivo.

Muchas madres habrán oído decir que el color de ojos está relacionado con la lactancia. Nada más lejos de la realidad. Lo que ocurre es que cuando los niños dejan de tomar el pecho, entre los 6-9 meses por lo general, es el momento en el cual los ojos comienzan a oscurecerse debido a la mayor presencia de melanina. Se trata de una coincidencia temporal que para nada está relacionada.

Como la cantidad de melanina depende de la cantidad de luz solar que incide en nuestros ojos también existen casos de personas (generalmente con ojos claros) que sufren cambios sutiles de color entre el verano/invierno.

E, igualmente, con los movimientos pupilares para regular la cantidad de luz que entra en el ojo el color puede variar. Al leer acomodamos y nuestro iris se expande para cerrar la pupila, mientras que en situaciones de poca luz el iris se contrae para agrandar la pupila. Pues bien, si la melanina se comprime al iris estrecharse, la sensación puede ser de cierto cambio en la tonalidad del color de ojos. También con las emociones se producen ciertos cambios pupilares, razón por la cual algunas personas indican que el color de ojos le cambia cuando están enfadados.

En la vejez, también puede producirse un cambio en el color de los ojos debido tanto a la despigmentación del iris con la edad como al cambio en el tamaño pupilar, razón por la cual también puede cambiar. 

Por último, diversas enfermedades pueden hacernos cambiar el color de nuestros ojos. La iridociclitis hererocrómica de Fuch, el síndrome de Horner o el glaucoma pigmentario; todas son enfermedades peligrosas y el cambio de color de ojos puede ser una manera de detectarlas.

¿Existe alguna predisposición hacia las enfermedades por tener un color de ojos determinado?

Una de las funciones de la melatonina en nuestros ojos es absorber la radiación ultravioleta, por lo que resulta lógico pensar que unos ojos oscuros tengan más sentido evolutivamente hablando.

Los ojos claros, al tener poca melatonina, provocan problemas de deslumbramientos y fotofobias. En general, a las personas con ojos claros les molesta más la luz solar intensa y necesitan colocarse gafas de sol en exteriores de manera frecuente. La razón de esta fotofobia no está en causas tan peregrinas como que sus pupilas no se cierran correctamente o que los iris claros dejan pasar más luz (el iris siempre es opaco independientemente del color), sino en la cantidad escasa de melanina que tiene el epitelio pigmentario de la retina. Este epitelio es el encargado de absorber la luz para que no rebote dentro del ojo y cree deslumbramientos y en personas de ojos claros es escaso. Por ello les molesta más la luz.

Por el contrario, su visión nocturna suele ser mejor que personas con ojos oscuros, característica que podría explicar su alta difusión en los países nórdicos.

Ahora bien, tener los ojos claros no significa tener mayor predisposición a sufrir enfermedades oculares. Este tópico está muy extendido, pero es totalmente incierto que personas con ojos claros tengan mayores probabilidades, estadísticamente reseñables, de sufrir conjuntivitis o glaucoma, por citar dos ejemplos.

En cambio, tener los ojos marrones si está relacionado con diferentes enfermedades. Por ejemplo, en 2018, científicos de la Universidad de Gales del Sur hallaron una relación entre el color de ojos marrón y la depresión invernal. Según Lance Workman, unos de los investigadores: “A través de los ojos azules entra más luz en el cerebro, puede que esto lleve a una mayor reducción de melatonina durante el día, siendo así que las personas con los ojos más claros menos propensas a padecer el trastorno afectivo estacional”.

En el año 2003 se publicó un estudio (Mitchell, R. et al. Iris color and intraocular pressure: the Blue Mountains Eye Study. Am J Ophthalmol. 2003 Mar; 135(3):384-6), en donde se concluyó que a mayor proporción de melanina mayores medidas de presión intraocular (PIO) existe. Y teniendo en cuenta que una de las causas del glaucoma es la PIO alta podemos inferir que los ojos marrones están más predispuestos a sufrir esta enfermedad.

Según un estudio del 2000 publicado en el ''American Journal of Ophthalmology'', la gente de ojos oscuros tiene un riesgo de 1,5 a 2,5 de contraer cataratas. El estudio fue llevado a cabo por la  Dra. Christine Younan en Sídney y mucho dudan de que sus resultados se puedan extrapolar a otros lugares del mundo debido a la condición de isla y la influencia de la relativa uniformidad genética de sus habitantes.

Por último, respecto al melanoma tenemos estudios que indican que afectan más a los ojos marrones y otros que dicen exactamente lo contrario, por lo que a todo el mundo le conviene protegerse de la luz ultravioleta con gafas de sol independientemente de su color de ojos.

¿Qué hacer si no me gusta el color de mis ojos?

Muchas personas no están contentas con su color de ojos y deciden cambiarlo. Una de las formas definitivas es por medio de una cirugía láser, aunque este procedimiento aún no está aprobado por la FDA y es ilegal en muchos países como España.

El tratamiento consiste en quemar con láser las células pigmentarias de la parte anterior del iris, los que produce una decoloración del color y que los ojos marrones pasen a claros.

Ahora bien, este tipo de intervención, dejando a un lado que se trata de una auténtica locura médica (dañar a propósito y de forma irreversible un órgano sano), tiene asociadas unas cuantas complicaciones como edemas, infecciones y aumentos de la presión intraocular peligrosos. Por tanto, al ser una operación irreversible y con complicaciones es bastante difícil que se legalice.

La alternativa segura para cambiar el color de los ojos son las denominadas  Lentes de contacto cosméticas. Se trata de un producto que se vende en las ópticas y que necesita la adaptación de un profesional titulado para evitar posibles complicaciones.

En la actualidad existe un catálogo bastante amplio de colores a elegir, siendo los más demandados el verde (por su natural combinación con el marrón), el miel (al aclarar los ojos marrones) y el azul (por su especial belleza).

Catálogo de colores de un fabricante de lentes cosméticas

Respecto al tipo de lentes de colores podemos diferenciar dos sistemas de reemplazo básico: diario de usar y tirar o mensual. En el primero primamos una lente muy cómoda que vamos a utilizar en días muy puntuales, mientras que con la lente mensual aprovechamos el potencial de las lentes blandas para cambiar de ojos durante todo un mes.

Dentro de las lentes de contacto mensuales existen dos tipos básicos: una de hidrogel normal, concebida para un uso inferior a 8 horas diarias; y otra compuesta de hidrogel de silicona y que resulta mucho más cómoda en portes prolongados, siendo también más sana para el ojo por su mayor transmisión de oxígeno a la córnea.