Las grandes ciudades romanas, tal como las conoce el gran público, poseen unos edificios característicos que las definen. Basílica, templos, termas o acueductos son elementos arquitectónicos comunes en el proceso de romanización de cualquier urbe.
Mientras unos sirven a los elementos políticos y
otros a los religiosos, los acueductos hacen posible la existencia de las
ciudades romanas, al poder llevar hasta su seno el agua de diversos ríos. No
olvidemos que es el agua, su existencia, lo que provoca el florecimiento de
cualquier aglomeración urbana. Y si en la Antigüedad las ciudades se ubicaban
junto a los ríos, a partir de los romanos, aquellas pudieron alejarse de ellos
gracias a obras como los acueductos.
Pero al igual que la mayor parte de los tramos de un
acueducto no transcurren sobre arcos, sino de forma subterránea, no todas las
grandes urbes romanas necesitaron de acueductos para abastecerse de agua. Y en
España tenemos un caso muy especial que nos demuestra lo inteligentes que
llegaron a ser los ingenieros romanos. Un yacimiento arqueológico extenso y con
numerosas sorpresas. ¿Os gustaría conocerlo?
¿Cómo
se llama este yacimiento arqueológico romano?
La Colonia
Clunia Sulpicia fue la capital de un convento jurídico de la provincia
Hispania Citerior Tarraconensis. De forma habitual se la solía denominar por su
topónimo de origen arévaco, Clunia. Y por ello a todo el convento se le
denominaba cluniaciense (Conventus Cluniensis). En época romana fue una de las
urbes más importantes de la parte norte de Hispania.
¿Dónde
se ubica este yacimiento?
Clunia se encuentra en el término municipal de Peñalba de Castro, localidad burgalesa
situada junto a la carretera BU-925, entre las localidades de Peñaranda de
Duero y Huerta de Rey. Desde Madrid apenas existen 200 kilómetros.
Nada más entrar en la localidad un desvío hacia
nuestra izquierda nos aproxima al cerro en el cual se ubica el yacimiento. Este
cerro, con forma de muela y una altitud de 1.000 metros se le conoce como Alto
de Castro.
Aunque se pudiera pensar que esa denominación se
colocó por la existencia de un castro celtíbero situado en la meseta, lo cierto
es que la arqueología aún no ha encontrado restos de ello. Si lo hizo en Alto
del Cuerno un cerro situado frente a la meseta que ocupó la Clunia romana.
¿Qué
vamos a encontrarnos?
Estamos ante uno de los yacimientos arqueológicos
más extensos de la Península ibérica, lo que nos va a obligar a entrar con
nuestro automóvil y aparcarlo en diferentes lugares del yacimiento.
Las ruinas ocupan una extensión aproximada de 130 hectáreas, lo que hace suponer a
los arqueólogos que en su tiempo fue una de las ciudades peninsulares de
mayores dimensiones. Además de por su tamaño, su importancia histórica reside
en la posibilidad del estudio de la morfología urbana así como la evolución de
la misma en el tiempo.
Para el turista interesado en los yacimientos
arqueológicos la parte más interesante son los diversos mosaicos encontrados en varias de las domus excavadas.
Estos mosaicos, debido a la adversa climatología norteña, no permanecen
abiertos al público todo el año por lo que conviene visitar su página web para
informarnos sobre ello antes de visitar las ruinas.
Su Web es la siguiente: http://www.clunia.es/
¿Qué
importancia tuvo Clunia en el pasado?
La ciudad de Clunia tuvo diversos momentos estelares
durante su existencia romana. En el siglo I a.C. Quinto Sertorioresisitó con su
rebelión a Roma durante 20 años aquí, aunque la ciudad lo pagó caro, pues en el
año 72 a.C. Pompeyo la arrasó por completo.
En época de Tiberio volvió a construirse ex novo y su importancia radica en que
pronto se convertiría en la capital del conventus
iuridicus Cluniensium. Su situación junto a una de las vías romanas más
importantes (la que unía Tarraco
(Tarragona) con Asturica Augusta
(Astorga), pasando por Caesaraugusta
(Zaragoza)) jugó a favor de la ciudad para su crecimiento.
Los dos primeros siglos de nuestra era
correspondieron a la época de esplendor de la urbe, llegando a tener una
población de 30.000 personas.
La crisis general del siglo III y las incursiones
bárbaras (la ciudad fue incendiada) supusieron un declive continuado de la urbe
que, no obstante, se mantuvo en pie hasta el siglo VII. En el medievo, fue
utilizada como cantera para ciudades de nueva planta construidas por los
cristianos en su repoblación del siglo X: Coruña del Conde y Peñalba de Castro.
¿Cómo
llevaban los romanos el agua a Clunia?
Por diversas razones, tanto logísticas como
militares, la romanización de un territorio conllevaba el abandono de los
castros indígenas y la creación de ciudades de nueva planta en los llanos.
Además de evitar así posibles enclaves difíciles de tomar en caso de revueltas
puntuales, los ingenieros lograban conectar mejor las urbes con sus vías y
hacían llegar sin problemas el agua desde los diferentes ríos ubicados en sus
proximidades.
Pero Clunia no se dispuso en la llanura, sino en una
meseta bastante alta. Sin duda, las excelentes vistas y la dominante situación
que ofrecía la meseta sobre el territorio circundante fueron aspectos que se
tuvieron en cuenta a la hora de elegir la ubicación. Otro aspecto debió ser su
gran extensión, capaz de albergar una gran ciudad. Y el más importante, a mi
entender, fue la posibilidad de captar agua de manantiales situados en el
interior de la meseta.
El río Arandilla, el único próximo a Clunia, pasaba
al pie de la meseta, 100 metros por debajo de la ciudad. Llevar el agua hasta
lo alto de la meseta, o traerla desde puntos más lejanos habría conllevado
importantes obras de ingeniería de las que no existen restos ningunos.
Se necesitaba otro aporte y ello se logró con lo que
hoy conocemos como Cueva Román.
Este conjunto
kárstico de cuevas subterráneas llenas de agua posibilitó la existencia de
Clunia, pues suponía una especie de aljibe natural de grandes dimensiones. El
agua de las numerosas lagunas podía ser extraída mediante pozos excavados. Pero
los romanos no se quedaron ahí.
Como excelentes ingenieros que eran, realizaron todo
tipo de trabajos para exprimir al máximo este recurso natural. Aunque sólo
accesible para los espeleólogos y arqueólogos, mediante paneles y fotografías
podemos comprobar ese delicado trabajo romano ingenieril, siendo el más
espectacular la existencia de canales que unen diferentes lagunas (con el
objeto de igualar los distintos caudales caudales). Las distintas marcas
dejadas por los magistrados (IIII VIRI
VENERUN) atestiguan la importancia que tenían estas obras para el municipio.
Además de la función anterior en una parte de la
cueva se han encontrado figuras itifálicas y máscaras, lo que se ha
interpretado como un pequeño santuario
Priápico (la presencia de falos se ha asociado a Príapo, el dios griego de
la fertilidad).
¿Cómo
se realiza la visita turística al yacimiento de Clunia?
Como indicamos anteriormente, este yacimiento tiene
una gran extensión, razón por la cual necesitaremos coger el coche para llegar
a los distintos puntos de visita.
En primer lugar debemos acercarnos al centro de interpretación, situado justo
detrás de la taquilla de la entrada, en el primer desvío a nuestra izquierda.
En este moderno edificio vamos a poder entender las ruinas que vamos a ver, la
importancia histórica de la urbe en tiempos romanos y contemplar tanto restos
que se han encontrado como paneles con reconstrucciones por ordenador que
recrean los principales edificios. Además, un vídeo nos contará de forma amena
curiosos aspectos de Clunia.
Como apunte personal os aconsejo admirar la
escultura de la Diosa Fortuna, reconstruida metódicamente a partir de los
numerosos fragmentos en la que la encontraron los arqueólogos. Aunque despojada
de su color aún impresiona esta escultura, muestra patente del lujo que
atesoraba el Teatro de Clunia.
Tras informarnos adecuadamente ya estamos preparados
para iniciar nuestra visita. Volvemos a tomar nuestro coche y nos dirigimos al
aparcamiento situado al fondo del yacimiento, próximo al lugar en el cual se
ubicó el centro de la ciudad de Clunia.
Nuestra primera parada será, junto al esqueleto de
un viejo árbol, la zona conocida como Casa
1 o Casa de Taracena. Situada junto a un acceso al Foro, lo más destacado
de ella es el gran conjunto de pavimentos en mosaico que contiene. Situados
tanto en habitaciones importantes de vida pública (tablinum, triclinium,
pasillos) como privada (habitaciones dueños), la calidad y magnitud de los
mismos denotan la importancia del dueño del mismo. Además, la existencia de
mosaicos en blanco y negro y en color denota una intervención que se alargó en
el tiempo (la moda del color fue bastante posterior). Igualmente la casa posee
diferentes falos esculpidos, lo que la pone en relación con el anterior
santuario subterráneo. Los arqueólogos creen que este podía ser el acceso a
dicha cavidad.
Otras casas forman el conjunto arqueológico de esta
parte del yacimiento, aunque sus escasos restos no lograrán captar la atención
del turista deslumbrado por los mosaicos anteriores.
Desde este lugar caminaremos hacia el Foro de la ciudad pasando junto a
los restos de la Basílica, de la cual sólo quedan los restos de las diversas
columnas existentes en su interior. El Foro se situaba en la parte más alta de
la ciudad y era el centro de la vida pública de la misma.
Las grandes dimensiones del Foro de Clunia hacen
pensar que no servía únicamente al municipio, sino también a todo el Convento
Jurídico. En este lugar convivían diversas funciones que formaban parte de la
vida romana diaria.
La función jurídica se desarrollaba en la Basílica,
un espacio originalmente cubierto y de grandes dimensiones en el que se
dirimían pleitos o sancionaban contratos comerciales. Una vez al año servía
para recibir al gobernador de la Hispania Citerior y realizar los juicios
relativos a todo el convento. Estos juicios se llevaban a cabo ante una colosal
estatua de Augusto.
La función comercial se desarrollaba en el espacio
central, una plaza porticada donde se situaban pequeños locales con negocios fijos
y tabernas. Hoy día los restos arqueológicos nos permiten ver los muros y el
tamaño de los locales, situados en los laterales del Foro.
La función política también se realizaba en este
lugar y consistía en discursos y arengas políticas realizadas por los
Decuriones en la Curia.
La función religiosa estaba cubierta por el Templo
de Júpiter, situado en la cabecera del Foro. Hoy día apenas queda nada de este
templo, cuyas ruinas se han reconstruido para formar una especia de mirador en
el cual poder contemplar la magnitud de la plaza pública. También comprobaremos
como las excavaciones arqueológicas sólo han acometido la mitad de los
trabajos. En efecto, el Foro de Clunia sólo se ha excavado en una mitad, la
oriental, estando la otra aún cubierta.
Saliendo del Foro por una de los cuatro accesos
que tenía en su origen nos acercaremos
al conjunto denominado las Termas del
Foro. Se accede a ellas desde el Cardo por un corto corredor que, a su
izquierda, tiene una habitación octogonal con cuatro hornacinas enfrentadas en
cuatro de sus lados, acaso con función de apoditerio y, a continuación, antes
de acceder al frigidario, se pasa por dos grandes habitaciones para ejercicios
y lugar de reunión. El frigidario dispone de una piscina recubierta de mármol
de Espejón y pavimento de mosaico y da acceso a un conjunto de salas calentadas
con hipocaustos: la pequeña sala situada al N. con función de lacónico o
sudatio y las situadas al E. con función de tepidario y caldario. El edificio
dispone en su esquina S. de un gran pozo cuadrado.
A la hora de volver hacia el aparcamiento, y junto a
este conjunto termal, se encuentra la Casa
Triangular. A pesar de sus reducidas dimensiones, en ella podemos admirar
un bello mosaico en blanco y negro con una crátera, flanqueada por dos palomas,
de la que salen ramas de viña y, a ambos lados del pedestal, un ramo de tres
granadas.
Llegados al aparcamiento debemos andar un poco más
por el camino que utilizamos para llegar hasta allí. A escasos metros se
encuentra el gran conjunto termal de
la ciudad, conocido como Los Arcos.
En este vasto terreno se encuentran dos edificios
independientes con distinta orientación y separados por una calle porticada. Su
magnitud y la calidad de su construcción constituyen un ejemplo único en
nuestro país de este tipo de edificios y denotan, además, la importancia que le
dieron los romanos a ellos. Su situación en este lugar de la urbe obedeció a la
facilidad para poder dotarlos del agua necesaria situada en el subsuelo.
Su planta de disposición simétrica permitía la
utilización, al unísono, por parte de los dos sexos. El ingreso común se
realizaba por un pórtico con forma de exedra que daba acceso a un gran espacio
ajardinado dotado de una gran piscina. A ambos lados de este lugar se disponían
espacios columnados que marcaban el inicio de los distintos itinerarios clásicos:
vestuario (apodyterium), sala fría (frigidarium) con bañera, espacio caldeado
(tepidarium) y habitación de mayor temperatura (caldarium), con bañeras de agua
caliente y una pequeña sala para sudar (sudatio).
El caldarium no estaba duplicado y era compartido
por ambos sexos, lo que debía obedecer a la proverbial practicidad romana y al
ahorro de energía.
Para calentar las diferentes salas el edificio
disponía de un sistema de calefacción mediante hipocausto, unas cámaras
subterráneas huecas por donde circulaba el aire caliente generado en los
hornos. El agua caliente de las bañeras se obtenía de grandes calderas, cuya
agua circulaba por tuberías.
Un aspecto curioso era el sistema hidráulico pues el
desagüe de las bañeras servía para limpiar las zonas de las letrinas con su
corriente.
Para visitar el último resto de esta ciudad debemos
acercarnos nuevamente en coche, pues se sitúa entre la ciudad y el centro de
interpretación. Se trata del Teatro
romano de Clunia, una construcción imponente que hoy día vuelve a tener la
función de antaño.
El Teatro fue construido en el siglo I d.C. en el
borde oriental del cerro, aprovechando una ladera en media luna. Por tanto, los
romanos lo construyeron a la manera griega con el objeto de ahorrar costes.
Su acceso, no obstante, se realizaba mediante un
pórtico superior levantado sobre la parte alta del cerro. Diversas escaleras
permitían el descenso a los tres niveles inferiores, denominados cáveas. En sus
asientos podía acoger hasta 9.000 personas. La fachada escénica tenía dos pisos
decorados con columnas corintias y esculturas, aunque de todo esto no queda
nada.
Como curiosidades indicar que en la parte superior
de la fachada escénica del teatro se disponía de un tornavoz inclinado de
madera, que hacía que el sonido llegase a las partes más altas del graderío; y
que bajo el piso de la escena quedaba un hueco, actuando de caja de resonancia,
amplificada mediante la colocación de vasos de bronce y terracota rellenos de
agua a diferentes niveles del graderío.
DATOS
PRÁCTICOS
HORARIOS
Horario
de invierno(1 de octubre a 31 de marzo)
De martes a domingo de 11:00h a 14:00h y de 15:00h a
17:00h. Lunes cerrado Visitas guiadas consultar horarios
Horario
de verano(1 de abril a 30 de septiembre)
De martes a domingo de 11:00h a 14:00h y de 16:00h a
20:00h. Lunes cerrado Visitas guiadas consultar horarios
El yacimiento permanecerá abierto durante todo el
año, excepto los lunes y los días 24, 25 y 31 de diciembre y 1 de enero.
PRECIOS
GENERAL: 5€
REDUCIDA: 2,50€
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