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domingo, 26 de abril de 2015

Guernica fue incendiada por los rojos



Uno de los capítulos del libro Mis Mentiras Favoritas trata sobre la Guerra Civil Española. Y como complemento del mismo, estoy abordando diversos aspectos polémicos de esta confrontación fraticida que desangró nuestro país en el siglo pasado.

Puesto que hoy es la efeméride del bombardeo sobre la localidad de Guernica, resulta obligado recordar este trágico aniversario y mostrar, desde un punto de vista objetivo, la realidad de este suceso, alejándonos de las propagandas partidistas de ambos bandos.


Guernica fue un suceso mitificado desde el día siguiente al bombardeo, y las opiniones partidistas de los diferentes bandos nos han legado un conjunto de mentiras que se han confabulado para mostrarnos una imagen irreal del mismo.

Se suele decir que el bombardeo de Guernica fue el primero de ese tipo contra una ciudad abierta de la retaguardia. Pero esto es bastante erróneo, pues bombardeos similares ocurrieron anteriormente en Madrid y en la localidad vasca de Durango. Este último fue perpetrado por la aviación italiana el 31 de marzo de 1937 y es el precedente más claro de Guernica. El bombardeo, que se realizó en tres fases a lo largo de todo el día causó más de 250 muertes y destruyó la mayoría de los edificios de la ciudad.

Estos bombardeos sobre la población civil tenían un claro objetivo de guerra, como podemos comprobar en la siguiente frase del general Alfredo Kindelán: “Franco ordenó un ensayo de actuación desmoralizadora de la población [de Madrid] mediante bombardeos aéreos”.

Tampoco es cierto que este tipo de bombardeos fueran únicamente perpetrados por el ejército nacional. La aviación republicana realizó una acción similar el 7 de noviembre de 1938 sobre la localidad cordobesa de Cabra, en el cual murieron algo más de un centenar de personas.

Las primeras mentiras respecto a Guernica aparecen en los partes dados por los diferentes bandos enfrentados. Al día siguiente del bombardeo, el lehendakari del gobierno vasco José Antonio Aguirre, publica la siguiente nota sobre el suceso:

Los aviadores alemanes al servicio de los facciosos españoles han bombardeado Guernica, incendiando la histórica villa, que tanta veneración tiene entre los vascos. Nos han querido herir en lo más sensible de nuestros sentimientos patrios, dejando una vez más de manifiesto lo que Euzkadi puede esperar de los que no vacilan en destruir hasta el santuario que recuerda siglos de nuestra libertad y de nuestra democracia (...).”.

Hasta ahora, nada anormal. Podemos corregir que la importancia histórica de Guernica para el pueblo vasco era totalmente desconocida por la Legión Cóndor alemana y que esa no fue la motivación del ataque. Pero es lógico que el lehendakari interprete de esta forma los hechos en medio de una guerra.

Ante Dios y ante la Historia que a todos nos ha de juzgar, afirmo que durante tres horas y media los aviones alemanes bombardearon con saña desconocida la población civil indefensa de la histórica villa de Gernika reduciéndola a cenizas, persiguiendo con el fuego de ametralladora a mujeres y niños, que han perecido en gran número, huyendo los demás alocados por el terror

Ahora bien, la primera tergiversación histórica con la que nos encontramos es cuando el gobierno vasco nos indica que el bombardeo duró tres horas y media, se infiere que ininterrumpidamente. Puntos conflictivos son el ametrallamiento de la población civil, como veremos más adelante, o el número oficial de víctimas dado en un primer momento. Según el gobierno vasco en Guernica murieron 1645 personas y hubo 889 heridos. Como comprobaremos a continuación, esta cifra no podía ser real de ningún modo.

A las 24 horas del bombardeo comenzó la ofensiva contrainformativa que pretendía negar la mayor. Así, podemos leer:

Son completamente falsas las noticias transmitidas por el ridículo presidente de la República de Euzkadi relativas al incendio provocado por las bombas de nuestros aviones en Guernica. Nuestros aviadores no han recibido ninguna orden de bombardear esa población. Los incendiarios son los que, el verano pasado, incendiaron Irún y ayer Éibar. En la imposibilidad de contener el avance de nuestras tropas, los rojos han destruido todo y acusan a los nacionalistas de hechos que no son más que la puesta en práctica de sus criminales designios.
¡Miente Aguirre! Miente vilmente. En primer término no hay aviación alemana ni extranjera en la España Nacional. Hay aviación española. Noble, heroica aviación española que lucha constantemente con aviones rojos que son rusos, franceses y conducen aviadores extranjeros. En segundo lugar, Guernica no ha sido incendiada por nosotros, la España de Franco no incendia. La tea incendiaria es monopolio de los incendiarios de Irún, de los que han incendiado Éibar, de los que trataron de quemar vivos a los defensores del Alcázar de Toledo

El General Queipo Llano, desde la emisora de Unión Radio Sevilla, negó la autoría nacional de la destrucción de la ciudad escudándose en el mal tiempo que hizo el día 27 de abril, lo que imposibilitaba los ataques aéreos. Hoy día nos parece de risa que se ponga como excusa el tiempo que hizo al día siguiente del bombardeo, pero esta tesis, junto con la autoría de los “rojos” fue mantenida firmemente durante toda la época franquista. Según el bando nacional dinamiteros “rojos” habían volado los edificios y prendido luego los restos con gasolina. Pretendían los nacionales hacer de Guernica otro Irún, donde efectivamente esa fue la actitud seguida por los anarquistas.

El parte del Ejercito del Norte (nacional) de 28 de abril de 1937 decía lo siguiente:

Se ha ocupado por asalto después de fuerte y brillante combate la ciudad de Durango, cuyas alturas habían sido rodeadas y tomadas previamente. Intentos enemigos de convertir esta ciudad en baluarte defensivo fueron anulados y centenares de muertos y prisioneros y grandes cantidades de material abandonado son resultado del esfuerzo defensivo. Fugitivos vascos cuentan espantados la tragedia de villas como Guernica, quemada y destruida casi totalmente por el fuego intencionado de los rojos, estando nuestras tropas a más de quince kilómetros de distancia. Indignación de los nuestros es grande ante calumniosas maniobras de los dirigentes vasco-soviéticos que tras incendiar sus mejores ciudades intentan culpar a la aviación nacional de tales actos de barbarie. Coincide esta falsedad con el hecho de que aviación nacional no haya podido volar estos últimos días por la niebla y llovizna. Número de prisioneros es elevadísimo, así como el de milicianos vasco-santanderinos (sic) que se acogen a nuestras columnas. Guernica no constituía objetivo militar para la aviación nacional, que sólo persigue objetivos militares en el combate o industrias militares en la retaguardia enemiga” (parte franquista de la que denominaban Frente del Norte, transcritos del libro del
Luis Bolín, España. Los años vitales(Madrid: Espasa-Calpe, 1967).

Pero el artículo de George L. Steer del 28 de abril en The Times, “The Tragedy of Guernica Town Destroyed inAir Attack Eye-Witness’s Account” (ver documentos), desmontó esta autoría y con los testimonios de varias personas que sufrieron el ataque en sus carnes concluyó que el ataque se había debido a los aviones rebeldes nacionales.

Aún así el día 29 de abril el cuartel general de Franco emitía un comunicado en los siguientes términos:

Guernica está destruida por el fuego y la gasolina. La han incendiado y convertido en ruinas las hordas rojas al servicio del perverso y criminal Aguirre [que] ha lanzado la mentira infame –porque es un delincuente común- de atribuir a la heroica y noble aviación de nuestro ejército nacional ese crimen... Aguirre ha preparado la destrucción de Guernica para endosarla al adversario... Su destrucción es labor de los que quemaron Irún y Eibar, de los que dejan siempre una España espectral a sus espaldas.

Y el día 2 de mayo podíamos leer, en el periódico ABC Sevilla lo siguiente:

Las tropas de España han ocupado la histórica villa de Guernica Reducida, a escombros, en una gran parte, por el salvajismo prehistórico de los caníbales rojos, aliados del separatismo vasco, queda incorporada, sin embargo, con todo el caudal histórico y espiritual que contiene su nombre al acervo común de la Patria reconquistada. ¡Guernica para España!”.

La razón última de acusar al enemigo del incendio de la ciudad, acusándole de realizar una táctica de “tierra quemada”, se cae por su propio peso y sorprende que se mantuviera por tanto tiempo como la oficial. Entre los muchos sinsentidos que se derivan de estas acusaciones está el hecho de que las tropas en retirada no habían llegado aún a Guernica. Y, por supuesto, no hubieran seguido el plan de Richthofen de quemar la ciudad para dificultar su retirada. Es más, no hubieran dejado en pie ni el puente ni las fábricas de armamento para que luego hicieran de ellas uso el enemigo.

La versión franquista continuó como la oficial durante toda la etapa de la dictadura y, de hecho, el artículo de Steer no se llegó a publicar en nuestro país. Más tarde, al iniciarse la democracia, el conocimiento sobre Guernica estuvo mediatizado por los investigadores extranjeros, principalmente anglosajones.

Las tergiversaciones sobre Guernica han aumentado tras el final de la dictadura y diferentes investigadores polemizan sobre diversos aspectos relativos a las causas del bombardeo, la autoría o las víctimas.

En este sentido resultan interesantes las opiniones tanto del general Jesús Salas Larrazábal como de Ángel Viñas, cada uno de los cuales defienden tesis contrapuestas.

A continuación vamos a resumir los puntos más conflictivos:

Responsabilidad del bombardeo

Toda vez que fue evidente la autoría nacional del bombardeo, fracasada la teoría negacionista, era evidente que se seguiría la táctica de echar balones fuera. Por tanto, se responsabilizó a la Legión Cóndor alemana como única causante final del ataque. Según la versión franquista la aviación alemana actuó por su libre albedrío en esta acción, sin consultar con el mando militar nacional.

Uno de los puntos en los que se apoya la teoría de la responsabilidad alemana está en el dato que ofrece Steer, según el cual la aviación alemana habría bombardeado con más saña de lo habitual Guernica con el motivo de vengar el linchamiento de dos pilotos alemanes capturados por tropas republicanas.

Lo único que podemos asegurar a ciencia cierta es que Von Sperrle, general de la Legión Cóndor, y su inmediato superior, Von Richthofen, fueron los que ejecutaron la orden. Y si hacemos caso al diario personal de Von Richthofen, los nacionales también estaban al tanto de la operación, pues fue planeada junto al coronel Juan Vigón.

Sabemos que durante toda la campaña, Richthofen y Vigón se mantenían en contacto constante coordinando las acciones de tierra y aire. Hacia el 20 de abril existía bastante malestar entre los nacionales por la lentitud del avance de sus tropas. Se planteó reducir Bilbao a escombros, pero finalmente se cambió el objetivo por Guernica. Las tropas vascas se retiraban en desorden a la altura de Guernica y Markina.

La acción podía embotellar a las tropas en retirada. Pero la importancia del ataque era asestar un golpe definitivo a la moral de las tropas enemigas. Richthofen escribió en su diario: “Hay que concluir las cosas allí. Es necesario garantizar por fin un triunfo personal y material sobre el enemigo”.

Richthofen y Vigón se reunieron el día 26 de abril a las siete de la mañana para concretar el ataque aéreo que se realizaría aquél día. No hay duda que decidieron cumplir las amenazas vertidas por la radio nacional de Salamanca: “Franco está a punto de asestar un poderoso golpe contra el cual toda resistencia será inútil. ¡Vascos, rendíos ahora y salvaréis la vida!

Lamentablemente, por razones que se nos escapan (pero podemos imaginar), el parte de la aviación alemana de ese día ha desaparecido, al igual que la parte del diario de guerra de Von Richtoften correspondiente a Guernica.

No obstante, conocemos la interrelación existente entre la aviación alemana y las tropas nacionales de guerra en el Frente Norte. Y, de hecho, la aviación alemana se supeditó a las órdenes de Mola y Kindelán.

No existen documentos que puedan demostrar que Franco estaba al corriente de este bombardeo, si bien es probable que así fuera. Tampoco existen documentos que nieguen tal cosa. Unos investigadores nos dicen que se sorprendió bastante cuando conoció los resultados del bombardeo, mientras otros afirman que Franco estaba al tanto de la estrategia de atemorización que se llevaba a cabo en el norte.

Lo cierto es que Guernica no fue el primer bombardeo sobre una población civil y si Franco no hubiera estado conforme con tal proceder tuvo tiempo de anular tales prácticas tras los bombardeos de Durango u Ochandiano. Coincidiendo con Preston, creo que Franco no sólo aprobaba tales acciones, sino que creía firmemente en que eran vitales para vencer moralmente al enemigo.

Sea como fuere, la responsabilidad del ataque no puede achacarse de forma unitaria a la aviación alemana, pues fue una operación decidida junto con los altos mandos nacionales. La envergadura de tal operación no deja lugar a dudas sobre este respecto. Y en ella participaron, bajo el mando supremo de Richthofen, tanto aviación alemana como italiana.

Es meritorio recordar, por tanto, que Alemania reconoció su participación en el bombardeo de Guernica en el año 1997, cuando el presidente de la República Federal de Alemania envió una carta de disculpa a los supervivientes.

Interés militar

Otra excusa esgrimida para justificar el ataque, fue el interés militar de la localidad en el transcurso de la guerra. El bando republicano siempre acusó a los nacionales sobre este bombardeo debido a que Guernica estaba alejada del frente de guerra y que no tenía ningún interés militar.

No obstante, hoy día sabemos que la ciudad tenía una fábrica de armas y diversos cuarteles. En ellos estaban acantonados tres batallones de gudaris (Loiola, Saseta y Gernikako Arbola). Además, era un nudo de comunicaciones y se pretendía aislar al ejército enemigo cortándoles la retirada. Su toma inmediata hubiera permitido copar a grandes unidades republicanas y hubiera sido un duro golpe para el enemigo nacional.

Ahora bien, tras el bombardeo de Guernica la acción lógica hubiera sido la toma inmediata de la ciudad. Esta técnica de guerra la vimos luego utilizada frecuentemente en la Segunda Guerra Mundial. El problema que no sostiene esta explicación es la realidad de los hechos. Guernica no fue tomada inmediatamente por la infantería, por lo que el bombardeo fue inútil para ese objetivo.

El ejército nacional no llegó hasta Guernica hasta tres días después. Y, parece ser, que entre sus prioridades estaban borrar las huellas del bombardeo, el cual ya era público en todos los países. A tal fin se amañaron y eliminaron hojas de registros y se hicieron desaparecer todo tipo de pruebas, como los restos de bombas que podían relacionarse con los alemanes. No obstante, ya Steer había informado que había recogido información sobre restos de “bombas de aluminio alemanas sin detonar con la inscripción «Fábrica de Rheindorf, 1936.

Por tanto, el interés militar de la localidad se difumina entre las motivaciones reales que pudieron llevar a bombardearla, las cuales veremos más adelante.

Duración del bombardeo

El historiador británico Herberth Southworth comentó que el bombardeo duró tres horas continuadas, siendo la causa de la gran destrucción de la ciudad. No obstante, los bombarderos de la época no tenían tal autonomía. Era imposible que descargaran sus bombas, volvieran a Burgos a recargar y, nuevamente, siguieran bombardeando.

Hoy día hemos conseguidos saber, con bastante aproximación, en qué consistió el bombardeo de Guernica.

Según nos cuenta Preston en su libro sobre el bombardeo de Guernica: “La ofensiva fue llevada a cabo por veintitrés Junkers Ju 52, cuatro Heinkel He 111 nuevos, diez Heinkel He 51, tres Savoia–Marchetti S81 Pipistrello y un Dornier Do 17, escoltados por doce Fiat CR32 y posiblemente seis de los primeros Messerschmitt Bf 109 que se fabricaron

El bombardeo comenzó hacia las 16:30 h, cuando tras sonar las campanas del pueblo apareció un bimotor alemán Do 17 (apodado bacalao) sobre los cielos de Guernica. Realizó dos pasadas en dirección oeste-este, bombardeando tanto la zona del puente como parte del centro de la ciudad. Quedaron afectados por las bombas tanto la Iglesia de San Juan como la zona del Paseo de los Tilos.

Tras este ataque inicial llegaron a Guernica tres Savoia italianos que realizaron una única pasada norte-sur, en la cual arrojaron 36 bombas de 50 Kg. Según partes posteriores fallaron su objetivo, destruir el puente, por el fuerte viento de cola.

Hacia las 17:00 h aparece un solitario Heinkel He 111que arroja varias bombas de 250 Kg. Y una hora más tarde, hacia las 18:00 h aparece otro Heinkel He 111, esta vez escoltado por 5 cazas Fiat CR32 italianos. El bombardero alemán lanza varias bombas pesadas por la zona del puente, que sigue intacto.

Tan sólo habían pasado unos minutos cuando las alarmas vuelven a sonar en Guernica. Tres escuadrillas de bombarderos Junkers Ju 52 alemanes, escoltados por cazas, atacan la ciudad en dirección norte-sur. Son unos 19 aviones que lanzan un total de 20 toneladas de bombas. Una cuarta parte de las mismas son incendiarias, lo que provocará numerosos incendios en un casco urbano cuyo centro está compuesto principalmente por casas de madera. La gran humareda provocada por las bombas incendiarias hace que los últimos bombarderos lancen sus cargas a ciegas, lo que contribuye aún más a la destrucción de la ciudad. No obstante, ese parecía ser su objetivo, pues volaban en formación de cuña, lo que les permitía un bombardeo tipo “alfombra”.

A las 19:30 h el ataque ha terminado definitivamente. El centro y las calles paralelas a las vías del tren son las partes más afectadas de la ciudad. En total el bombardeo tuvo una duración de tres horas, aunque en ningún momento podemos decir que fuera un continuo caer de bombas.

Inicialmente se produjeron pocas pasadas y por el tipo de bombas utilizadas se puede deducir que el objetivo era destruir el puente de Rentería. No obstante, a partir de las 18:00 h se produjo el bombardeo más intenso, donde por el tipo de bombas utilizadas su único objetivo era arrasar la ciudad.

Consecuencias del bombardeo

Dejando a un lado las víctimas humanas, de las que hablaremos más adelante, las cifras sobre la destrucción total de la ciudad también han suscitado cierta polémica entre los investigadores. Salas Larrazábal defiende que se destruyeron un 14% de los edificios de Guernica (unos 54). Otros estudios, en cambio, elevan la cifra de destrucción a un 70%, debido, entre otras cosas, a que el incendio no se pudo apagar hasta el día siguiente. En este sentido es conocido el estudio de Cástor Uriarte, arquitecto de la ciudad en 1970, quién cifró las viviendas destruidas en un 74% (721), a lo que habría que sumar otras muchas que fueron dañadas de forma irreparable.

Tanto el puente de Rentería, principal objetivo teórico de la misión, como las fábricas de armamento no sufrieron ningún daño.

Ametrallamiento civiles

Varios periodistas extranjeros, tales como Hemingway, Orwell o Saint-Exupéry informaron que los cazas alemanes habían ametrallado a la población civil. Jesús Salas Larrazábal nos comenta que este dato es totalmente falso, pues la localidad no tenía calles lo suficientemente largas y anchas para realizar tal táctica de guerra.

Ahora bien, el ametrallamiento de la población civil pudo no ser en el casco urbano, sino en los campos aledaños en donde se refugiaron la mayoría de las personas al iniciarse el bombardeo.

Dudo mucho que los cazas no utilizaran sus ametralladoras en algún momento sobre los civiles si su misión era infundir terror entre las tropas enemigas, al igual que parece que fue la motivación seguida por los bombardeos.

Y, por último, tenemos el testimonio de Steer: “En un gran cráter de Arbacegui–Gerrikaiz, yo mismo fui tiroteado por las ametralladoras de seis cazas a su regreso de Gernika

Número de víctimas

Ya hemos indicado que las cifras de muertos dadas por el gobierno vasco fueron demasiado abultadas desde el primer momento. Como en todos los capítulos conflictivos de la historia, contabilizar los muertos de una determinada acción se ha convertido en una lucha historiográfica.

Personalmente creo que es imposible enumerar la cifra exacta de víctimas, sobretodo teniendo en cuenta lo difícil que resulta investigar en los archivos las muertes colaterales o causadas por los efectos del bombardeo en días posteriores. Además de ello, el uso político que se dio a Guernica nos oculta aún más la realidad, pues ante la magnificencia de víctimas defendida por el Gobierno Vasco para otorgar mayor relevancia internacional, los nacionales procedieron a la eliminación de cualquier registro para evitar posibles recuentos de víctimas posteriores.

Entre los investigadores más pesimistas encontramos a Hugh Thomas, quien eleva el número de víctimas al millar de muertos. Entre los más positivos están los historiadores de la asociación "Gernikazarra", Vicente del Palacio y José Ángel Etxaniz, quienes cifran el número de fallecidos en 126. Esta cifra también es la utilizada por Jesús Salas Larrazábal. Por último, en un punto intermedio se sitúan Solé i Sabaté y Villaroya, quienes cifran el número de muertos entre 250 y 300. Esta cifra suele ser la más seguida por el conjunto de historiadores que han estudiado el tema y, hoy día, se considera como la más aproximada a una realidad que nunca podremos conocer de manera exacta.

Respecto a la forma en que murieron muchas personas podemos decir que dos refugios antiaéreos fueron alcanzados. En el situado en la calle Santa María murieron unas 45 personas, mientras que en los sótanos del Asilo La Calzada, unas 33 personas perecieron igualmente. A ellos hay que sumar los que murieron por la metralla de las bombas, los enterrados entre las casas derrumbadas y los ametrallados en los campos aledaños por los cazas. Parece ser que al iniciarse el bombardeo la mayoría de las personas huyeron de la ciudad atemorizadas hacia los campos de los alrededores. Esta circunstancia, más que los refugios, fue lo que propició que no hubiese un número mayor de víctimas.

El mercado semanal

Uno de los puntos más conflictivos del bombardeo fue la celebración o no del mercado semanal. Mientras que autores como Paul Preston afirman que el número de víctimas fue más elevado por el bombardeo de los puestos del mercado, otros, como Salas Larrazábal, niegan tal bombardeo, pues éste se produjo horas después de cerrase los puestos, los cuales, además, no fueron afectados.

Lo que conocemos hoy día es que el gobierno había suspendido el mercado semanal de los lunes debido a la proximidad del frente de guerra. Aún así, por costumbre, los campesinos de los alrededores acudieron a la localidad con intención de seguir vendiendo sus productos y sus animales.

No obstante, aunque la población podía ser mayor aquél día, los bombardeos comenzaron a las 16:30 H, momento en el cual es presumible que el mercado estuviera cerrado. Además, el número de víctimas no fue mayor del esperado, sino al contrario, mucho menor, debido a los refugios antiaéreos existentes creados tras el bombardeo de Durango y por la huída hacia el campo de la mayoría de la población.

Motivaciones del bombardeo

Sobre las motivaciones que provocaron el ataque varias son las opiniones que se expusieron al respecto. Los nacionales informaron que el objetivo era destruir el puente de la ciudad para impedir la huída del ejército vasco que se replegaba hacia Bilbao. La destrucción accidental de la ciudad habría sido debida a un error por deficiente visibilidad de los bombarderos y a la conjunción de un viento insidioso que desvió las bombas de su objetivo.

Tiempo después de la guerra, algunos veteranos de la Legión Cóndor declararon algo parecido. Que el objetivo era el puente de Rentería en las afueras de Guernica y que los fuertes vientos habían desviado las bombas hacia la ciudad.

Por supuesto, estas tesis no se sustentan teniendo en cuenta varios aspectos que nos dejó el bombardeo. En primer lugar, las bombas incendiarias, de metralla y antipersonas no se utilizaban para destruir puentes, sino para destruir ciudades, tal como realmente pasó. En segundo lugar, ni el puente en cuestión, ni las fábricas de armamento, fueron afectados en el ataque. En tercer lugar, los bombarderos no volaban en línea, sino en formación de combate. Y, en cuarto lugar, para destruir un puente no es necesario lanzar 33 toneladas de bombas.

Según lo que podemos deducir de las ideas de Richthofen, el uso de bombas incendiarias pretendía destruir la ciudad y dejarla en escombros, pues así era más fácil que las tropas enemigas vieran obstaculizada su retirada. En estas opiniones podemos ver una de las motivaciones del ataque, la cual se mezclaba con el tremendo impacto psicológico que podía crear un bombardeo tan devastador.

El corresponsal Steer interpretó el bombardeo como un método utilizado por el ejército nacional para inspirar terror y fomentar la desmoralización, tanto entre los civiles como entre los militares enemigos.

Y, hoy día, la mayoría de los investigadores sobre Guernica coinciden en afirmar que el objetivo del bombardeo era, dejando a un lado posibles objetivos bélicos de mayor o menor cuantía, destruir la ciudad. Es decir, verificar los efectos que podía producir un bombardeo de estas características en la moral del enemigo.

El Guernica de Picasso

Pablo Picasso leyó el artículo de Steer sobre Guernica en el diario comunista francés L’Humanité. En aquél momento preparaba un mural encargado por el gobierno republicano para la Exposición Universal de París de 1937. Era una obra que en nada se parecía a lo que crearía posteriormente. Pero parece ser que la noticia sobre Guernica le decidió a pintar una obra sobre los bombardeos a la población civil. Era una idea que ya barruntaba desde su conocimiento de los bombardeos de Madrid, Durango y Málaga.

Picasso terminó su Guernica en un mes, pero inicialmente no gustó a nadie. Los círculos artísticos parisinos la ignoraron y el gobierno de la República la rechazó, acordándose con el artista el traslado en exposición por varias ciudades para recaudar fondos.

No obstante, la obra de Picasso se convertiría en un icono contra la barbarie de la guerra. Es un cuadro donde ésta se plasma crudamente, y al no representar bandos puede servir para ilustrar cualquier conflicto bélico. Como lo definió Picasso, la obra era un “rechazo a cualquier tipo de violencia de la guerra’”.



Como conclusiones finales podemos decir lo siguiente.

El bombardeo de Guernica debemos encuadrarlo dentro de las operaciones militares llevadas a cabo por el ejército nacional en el Frente Norte, cuyo objetivo último era ocupar el País Vasco, Cantabria y Asturias. El frente de guerra estaba a 15 Km. de Guernica, por lo que no era algo descabellado que la población sufriera un bombardeo que preparara la llegada de la infantería.

Ahora bien, la relevancia que hizo de Guernica un mito y que ensombreció otros bombardeos similares, como el de Durango, se debe a varios factores:

·        En primer lugar por la virulencia del ataque, insólita anteriormente.

·        En segundo lugar por el eco que le otorgó la prensa extranjera, la cual se posicionó a favor de las víctimas desde un primer momento y, en igual medida, por la manifiesta tergiversación con la que la dictadura trató de ocultar tal bombardeo.

·        Y, en tercer lugar, por el uso propagandístico del bombardeo por parte del gobierno de la República, la cual hizo de este suceso un hito antifascista. En este sentido, el conocimiento del bombardeo fue exponencialmente potenciado por la obra artística de Picasso.



FUENTES:

Obras consultadas:

·        Beevor, Antony: La Guerra Civil Española. Crítica. (2005).

·        Preston, Paul: La Muerte de Guernica. Random House Mondadori. (2012).

·        Salas Larrazábal, Jesús: Guernica: el bombardeo: la historia frente al mito. Galland Books. 2012.

·        Solé i Sabaté, Josep Maria; Villarroya, Joan: España en llamas. La Guerra Civil desde el aire. Temas de Hoy. (2003).


Artículos en Internet:


·        Bombardeo de Gernika. http://www.museodelapaz.org/es/docu_bombardeo.php#bombardeo

·        Infografía sobre el bombardeo de Guernica. http://www.eitb.com/multimedia/infografias/gernika2/index_es.html

·        Bombardeo de Guernica, 75 aniversario de una tragedia polémica. http://www.laaventuradelahistoria.es/2012/04/27/bombardeo-de-guernica-aniversario-de-una-tragedia-polemica.html

·        Bombardeo de Guernica. http://es.wikipedia.org/wiki/Bombardeo_de_Guernica



·        Documentos sobre Guernica. http://archive.is/WQcRp (ver crónica Steer: George L. Steer publicó el 28de abril el artículo en The Times “The Tragedy of Guernica Town Destroyed inAir Attack Eye-Witness’s Account”)


·        Artículo opinión El País: ¡Guernica!, ¡Guernica! Ángel Viñas. 9 FEB 2013. http://elpais.com/elpais/2013/01/21/opinion/1358770500_511370.html












2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Hola, gracias por comentar.
      Yo conocí Guernica gracias a Picasso por lo que, desde siempre, utilicé el nombre castellanizado en vez del propiamente vasco.
      Dado que este blog tiene intención de llegar a la mayor parte de personas y que el nombre Guernica en castellano es más conocido que el vasco pues decidí mantenerlo así.
      Este tipo de cuestiones siempre resultan complicadas, tal como ocurre actualmente con Kiev, capital de Ucrania, y Kyiv, como les gusta denominar al resto de países OTAN.
      Agur!!!

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