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domingo, 16 de noviembre de 2014

Valencia es el típico destino de sólo playa



Cuando unes las palabras Valencia y vacaciones, a la mayoría de personas le vienen a la mente las escenas de sol y playa: disfrutar de la amplitud de la playa de la Malvarrosa, de las bebidas del chiringuito, de las paellas tan ricas que ofrecen los restaurantes… En Internet, al introducir estas dos palabras os aparecerán multitud de páginas que ofertan apartamentos en alquiler cercanos a la playa.

Valencia, por supuesto, es un destino turístico veraniego realmente atractivo. Pero, a la vez, es un lugar ideal para visitar en otras épocas del año donde no aprieta tanto el calor. Una visita turística cultural, tal como podemos hacer en otras ciudades del interior peninsular, no es un pensamiento tan frecuente. Y ello es un gran error, pues Valencia tiene numerosos atractivos turísticos que la convierten en una de las ciudades más atractivas de España.

¿Queréis conocer una Valencia distinta a la del chiringuito de playa?  


El pasado mes de octubre pasé una semana visitando Valencia. Mi intención no era descansar en sus playas sino descubrir la oferta turística que podía ofrecerme una ciudad tan maravillosa. Y debo decir que volví muy contento de mi experiencia, razón por la cual quiero compartirla con todos vosotros.

A continuación os ofreceré diez motivos básicos por los que animo a realizar una visita a Valencia en cualquier fecha del año.

1.     Bioparc (Zoológico-inmersión)

Seguro que a más de uno os sorprenderá que el primer lugar turístico que os indique sea el de un zoológico. Es cierto, resulta un poco extraño, pero fue una de las visitas que más me gustaron de todas las que realicé.

Podéis haber visitado muchos zoológicos, pero ninguno es como Bioparc. Se trata de un zoológico donde las barreras están bastante disimuladas y los animales parecen campar a sus anchas por entornos que simulan sus zonas de origen. Cuando leía este tipo de cosas no podía imaginarme lo realmente cerca que podría llegar a ver animales que sólo con un safari podría admirar. Me refiero a jirafas, elefantes, rinocerontes, cebras…

Las barreras que separan a los animales de sus depredadores o de los visitantes son, básicamente, fosos, riachuelos y cristales. Los primeros están totalmente disimulados, los segundos crean ambientes realmente impresionantes y, los terceros, son los que más impresionan, pues las panteras o los leones están a sólo unos milímetros de espesor.

Este zoológico tiene cuatro zonas diferenciadas. Nada más entrar, caminando hacia nuestra derecha podremos visitar la zona dedicada a la isla de Madagascar. Ésta es una visita realmente interesante, pues las especies endémicas de aquella aislada isla no suelen verse en muchos lugares. Las distintas especies de Lémures son lo más interesante, aunque también os sorprenderán los Flamencos y la Fosa, el depredador natural de los Lémures. Estos últimos suelen vivir en los árboles, aunque si esperáis el tiempo suficiente los podréis ver en el suelo buscando algo de comida. Personalmente me encantaron los llamados de collar blanco y de cola anillada.

Lémur de collar blanco en el Bioparc de Valencia

La siguiente zona a visitar es el bosque de África ecuatorial. En esta zona las visitas obligadas son la zona donde campean la pareja de leopardos y la zona donde viven chimpancés y gorilas. Es una pasada poder verlos tan cerca, como si pudieses tocarlos.
Leopardos y chimpances del Bioparc de Valencia
A continuación visitaremos una recreación de la famosa Cueva Kitum, en la cual podremos ver los animales pertenecientes a los humedales africanos. Se trata de otro de los puntos que más me gustó, pues podemos contemplar, muy de cerca, cocodrilos e hipopótamos (¡camuflados bajo el agua!).
Cueva Kitum del Bioparc de Valencia

La última parte del parque, de momento, es la de la sabana. Aquí veremos, entre muchos más que me salto, los elefantes, situados a la derecha del anfiteatro central donde se realizan las exhibiciones de aves, las jirafas, los antílopes, los leones, las cebras, los rinocerontes y unos pequeños pero graciosillos animales, los suricata, que harán las delicias de los más pequeños con su tremenda curiosidad.
Zona de la Sabana en el Bioparc de Valencia

En general se trata de una visita que disfrutarán por igual pequeños y mayores y con la cual todos terminarán muy contentos. Aunque la duración de la visita es algo muy particular, para realizarla sin demasiadas prisas es necesario invertir entre 3-4 horas, por lo que planear si queréis comer allí dentro (en restaurantes habilitados para ello, pues no permiten pasar Con comida) o en el centro comercial que se encuentra justo enfrente.

Para informarse sobre precios y horarios os dejo el enlace de su página Web aquí. 

2.     Ciudad de las Artes y las Ciencias

El viaje a Valencia está totalmente justificado sólo por ver este lugar. Situado en el antiguo cauce del río Turia, un conjunto de impresionantes y modernos edificios se levantan en una de las zonas más actuales de Valencia. El primer edificio es el Palau de les Arts Reina Sofía, un magnífico teatro de ópera; le siguen el Hemisféric (cine digital IMAX 3D), el Umbracle (zona expositiva de esculturas modernas y mirador ajardinado), el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, el Ágora (un espacio multidisciplinar) y el Oceanográfic (el mayor acuario europeo.
Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia

Si deseáis ver todo el conjunto de edificios podéis pasar una jornada entera tranquilamente. Un centro comercial situado en las proximidades puede serviros para hacer una parada donde comer y coger fuerzas, pues tiene una amplia zona de restauración.

Existen entradas combinadas para los diferentes edificios, aunque si no tenéis demasiado tiempo vuestro principal objetivo debe ser el Oceanográfic. Se trata de una auténtica ciudad submarina donde podremos recorrer los principales mares y océanos del planeta, admirando las especies marinas que los habitan. El mayor acuario de Europa contiene 45.000 animales de hasta 500 especies distintas, por lo que debemos seleccionar que es lo que deseamos ver en detalle.

La visita os puede llevar, fácilmente, entre 3-4 horas, aunque todo dependerá de la afluencia de público que exista, pues merece la pena admirar durante varios minutos las maravillas que encierran las peceras.

El edificio de la entrada es tan característico que os servirá de referencia en vuestra visita. Ésta se realiza tanto en superficie como subterráneamente, por lo que al principio puede resultar algo lioso. Por ello os recomiendo el siguiente recorrido.

Lo primero que debéis hacer es consultar el horario de la exhibición de delfines en el delfinario. Cada día hay dos sesiones (de duración aprox. 30 minutos) y es recomendable llegar con tiempo para ocupar un buen lugar. Por tanto, si deseáis ir a la sesión de la mañana (11:30 h) no podréis entreteneros mucho. 
Espectáculo con delfines en el Oceanográfic de Valencia

Nosotros decidimos visitar la zona de “Templados”, a la cual se accede cómodamente por un ascensor desde el edificio de la entrada principal. Aquí podréis haceros una idea de lo que os espera: peceras gigantescas, un túnel por el cual los animales marinos nos pasan por encima de nuestras cabezas, animales sorprendentes… A través del túnel llegaréis a la zona de “Tropicales”, donde lo más destacado son los corales y los pequeños peces de colores que los recorren, así como los delicados caballitos de mar.

Corales del Oceanografic de Valencia

Luego podéis subir a la superficie y entreteneros con la isla donde habitan los juguetones leones marinos. El delfinario se encuentra algo más a la izquierda y seguro que ya se os hizo la hora de coger asiento. Tras ver el bonito espectáculo que os tienen preparado, lo mejor que podéis visitar es la zona del “Antártico” y del “Ártico”, que se encuentran próximos al delfinario. Ambas visitas son subterráneas y tienen un encanto especial. En el primer ambiente la estrella son los pingüinos, mientras que en el segundo la visita imprescindible son las ballenas beluga, los canarios del océano. Estos preciosos animales no los podrás ver en ningún acuario europeo, por lo que no desaproveches la ocasión y disfruta de ellos.

Tras salir del “Ártico”, vuestra siguiente parada será el “Océano”, donde disfrutaréis como enanos en el túnel de los tiburones y las rayas. Os aseguro que será una de las zonas que más os gustarán. 
Tiburones y manta rayas en el túnel del Oceanográfic de Valencia. 

Para terminar tenéis el aviario de los “Humedales” en superficie y la zona del “Mediterráneo” en subterráneo, donde podréis admirar gran cantidad de especies que no os imaginabais previamente que existían en nuestro mare nostrum.
Preciosas estrellas de mar

En conjunto, una visita que recordaréis durante mucho tiempo. Y si necesitáis más información podéis encontrarla aquí.

3.     Arquitectura Religiosa

La plaza de la Virgen es uno de los lugares más bonitos y característicos de Valencia. Además de su encanto natural, dispone de dos de los edificios religiosos más importantes de la ciudad. La Catedral de Valencia es el edificio más sobresaliente. 

Catedral de Valencia
Todas las catedrales, dado el largo periodo de edificación, fueron elementos vivos que se adaptaron a los distintos estilos arquitectónicos que imperaron en cada época. Y esta catedral es un claro testimonio de ello, pues cada una de sus puertas responde a un estilo diferente. La de la plaza de la Virgen es gótica, la principal barroca y la tercera románica. De la catedral hay que destacar el campanario gótico, llamado el Miguelete, al que se puede subir por una empinada escalera de caracol, y la Capilla del Santo Grial, la cual contiene, presumiblemente, el Santo Cáliz que empleó Jesucristo en la Última Cena. Una audioguía os servirá para conocer cada rincón de esta Catedral. Especial interés posee la zona del altar y su parte posterior, donde se guardan los restos de San Vicente Mártir y una excelente talla de la Virgen del Coro.
Interior de la Catedral de Valencia

El otro edificio religioso de la Plaza de la Virgen es La Real Basílica de la Virgen de los Desamparados, templo que acoge a la patrona de la ciudad. Sin duda, lo más impresionante de este templo es su cúpula, decorada con frescos barrocos.
La Real Basílica de la Virgen de los Desamparados de Valencia

La Iglesia de Santa Catalina está al final de la plaza de la Reina, según tomamos la primera calle a nuestra derecha, y es otra visita obligada, dada la belleza interior que posee este templo gótico de una única nave y excelentes vidrieras y bóvedas de crucería. 
Iglesia de Santa Catalina de Valencia

Por último, la Iglesia de los Santos Juanes, próxima al Mercado Central, es un claro ejemplo de obra con recargada decoración rococó.

4.     Arquitectura Civil

Uno de los puntos fuertes de la ciudad de Valencia es su enorme y variado patrimonio arquitectónico civil. La visita obligada es la Lonja de la Seda, uno de los edificios más representativos del gótico civil en Europa. Entraremos por el Patio de los Naranjos, el cual posee una bella fuente central. En la parte inferior tenemos tres salas que visitar: el Salón de Contratación es el más espectacular, con su amplitud, sus 24 estilizadas columnas helicoidales y su bóveda de crucería; anexo está el Consulado del Mar y el Tribunal de Comercio, con un importante artesonado como techumbre. La Cámara del Consulado, en la planta superior, se visita subiendo unas escaleras desde el patio.

Interior de la Lonja de la Seda de Valencia

Las antiguas puertas a la ciudad son otro importante atractivo y nos servirán para recorrer las principales arterias urbanas que nos llevan al centro de Valencia. Las dos visitas imprescindibles son las Torres de Serranos y Torres de Quart, ambas levantadas en estilo gótico. Construidas con un claro objetivo defensivo en la Edad Media, en la última de ellas podemos ver las marcas dejadas por la artillería francesa en 1808.

Los Mercados de Valencia, actualmente reformados, son un ejemplo de arte modernista. Tanto el Central como el de Colón merecen una visita. En el primero podremos comprar multitud de productos alimenticios típicos de la zona, mientras que el segundo está más enfocado a la restauración, con bares y restaurantes. Las vidrieras y el esqueleto de hierro del edificio producen un atractivo contraste digno de admirar.
Mercado de Valencia
La inmensa plaza del Ayuntamiento es otro de los lugares principales de Valencia. Destacan tanto el edificio del Ayuntamiento, visitable en su interior, como su opuesto, el Edificio de Correos, en el cual merece la pena admirar su maravillosa cúpula interior. 

Por último es obligado referirnos a los numerosos palacios que alberga Valencia. La zona posterior al edificio de Correos está repleta de ellos, y una calle impresionante es Carrer de la Pau, que conecta con la Plaza de la Reina. Entre los que más me gustaron se encuentran el Palacio del Marqués de Dos Aguas, el Palau de la Generalitat, el Palacio de Baylía y el de las Cortes Valencianas, aunque hay muchos más.

5.     Museos

Muchos os quedaréis totalmente sorprendidos cuando os descubra que Valencia tiene más de una treintena de museos. Visitarlos todos os resultará imposible en una estancia corta, por lo que deberéis realizar una selección dependiendo de vuestros gustos y preferencias. Yo es lo que hice y os describiré brevemente los que visité.

Uno de los que más me gustó fue el Museo de Bellas Artes de Valencia (San Pío V). Se trata de una excelente pinacoteca cuya corta visita, entre 1-2 horas, la hace ideal para los más profanos. El museo posee obras de artistas principales, tales como Sorolla, Goya, Velázquez, Ribera, Murillo, Valdés Leal, Ribalta…  Aunque escasean las obras cumbres de estos pintores (las más conocidas por el público general) sus distintos estilos y estéticas son perfectamente reconocibles en las obras que veremos. Y sólo por el famoso autorretrato de Velázquez (muy conocido) merece la pena acercarse a este museo cuya entrada es gratuita.
Obras del Museo de Bellas Artes de Valencia

Muy próximo, en el parque que se abre tras el edificio de la pinacoteca, se encuentra un recoleto Museo de Ciencias Naturales que es una maravilla. Su visita es obligada para todos aquellos a los que les gusten los huesos de dinosaurios. Tienen toda una sala donde nos muestran distintos especímenes de mamíferos americanos del Pleistoceno (colección Rodrigo Botet única en Europa). Aunque el megaterio es la pieza emblemática del museo, personalmente me impactó mucho más un ejemplar de Allosaurus fragilis, tal vez por el contraste que hacía su esqueleto con el fondo amarillo de la pared. Otros atractivos del museo son la zona de conquiológíca de Eduardo Roselló (colección de conchas moluscos), la recreación de un gabinete científico del siglo XIX y la dedicada a los ecosistemas valencianos, donde se realiza una visita virtual a los espacios naturales de El Saler y La Devesa.

Un precioso ejemplar de Allosaurus fragilis

El Museo de Prehistoria y Etnología, situado en el edificio de La Beneficencia, es otra de esas pequeñas joyas museísticas que guarda Valencia. El edificio tiene tres plantas y se divide en tres partes, una dedicada a la prehistoria, la central dedicada a exposición de monedas y de la parte histórica (legado romano), y otra dedicada a etnología, donde poder descubrir objetos pertenecientes al pasado más próximo de la región. A muchas personas la palabra prehistoria les puede hacer recular, pero os debo animar a visitar este museo por un par de secciones importantes que posee. En primer lugar podréis ver la mayor colección de plaquetas, grabadas y pintadas, de la Cova del Parpalló, algo realmente excepcional. Igualmente tenéis en las vitrinas numerosas colecciones de piezas líticas, algo ideal para haceros una idea del amplio material que llegaron a usar nuestros antepasados paleolíticos. Y de época Neolítica destacan las piezas cerámicas de la Cova de l’Or. La otra parte imprescindible del museo es la dedicada a la cultura de los íberos, entre cuyas piezas sobresalen los ejemplares de vasos cerámicos y una pequeña pieza de bronce que, aunque parezca mentira, es lo más importante de todo el museo: un exvoto de bronce que representa un guerrero a caballo, encontrado en La Bastida de les Alcusses (Moixent, Valencia).
Piezas del Museo de Prehistoria de Valencia

Otra visita gratuita que podéis hacer es al MUVIM (Museo Valenciano de la Ilustración y la modernidad) donde encontraréis una interesante exposición temporal sobre la historia de la motocicleta hasta el 23 de noviembre.

6.     Parques y jardines

El río Turia solía inundar periódicamente la ciudad, razón por la cual fue su cauce desviado. Todo aquél espacio que antes ocupaba el río y que rodea a la ciudad como un cinturón fue rehabilitado y convertido en un enorme cinturón verde. Recorrer este enorme parque es muy agradable, pues se encuentra salpicado de fuentes, estanques y zonas de juegos para niños. Mención especial merece la zona de toboganes llamada Parque de Gulliver, la cual se sitúa muy próxima a la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Es una visita obligada si viajáis con niños, aunque también disfrutarán los adultos por sus empinadas rampas (os aconsejo llevar vaqueros para no “quemaros” el culo, literalmente hablando). El Parque Cabecera, junto al Bioparc, recrea la el paisaje original del Turia, destacando su embarcadero y su montaña-mirador. Y los Reales Viveros son otra visita obligada, por su monumentalidad y extensión. Un buen lugar de esparcimiento junto al Museo de Ciencias Naturales y el de Bellas Artes.

Parque de Gulliver

7.     Legado arqueológico

En los alrededores de la Catedral de Valencia se encuentran tres visitas imprescindibles para todos aquellos amantes de los restos arqueológicos.

Justo en la plaza posterior a La Real Basílica de la Virgen de los Desamparados se encuentra el Centre arqueológic de L´Almoina. Se trata de una enorme excavación subterránea que nos adentra en el pasado histórico de la ciudad. Por medio de escaleras y rampas accederemos a las diversas ciudades romanas, visigodas y árabes que se sucedieron en el tiempo en este lugar. De época romana se conservan partes de unas termas, un horreum, un santuario dedicado a Asclepio, las calles principales (cardus y decumanus), el Pórtico del Foro y partes de dos importantes edificios, la Curia y la Basílica. Del resto de épocas existen menos restos. Así, de época visigoda tan sólo veremos parte del ábside de una iglesia, parte del Baptisterio y algunas tumbas. De época islámica destaca la zona del antiguo Alcazar. Diversos audiovisuales y maquetas ayudan al visitante a formarse una idea del antiguo esplendor de la Valentia romana.
Centre arqueológic de L´Almoina

En la próxima plaza del Arzobispado se encuentra la Cripta Arqueológica de la Cárcel de San Vicente. En este recoleto lugar en el que apenas perderéis 15 minutos de vuestro tiempo podréis admirar una antigua capilla visigoda que forma parte de la catedral, hoy desaparecida. También posee varias tumbas monumentales de la época, piezas cerámicas y una pintura mural romana con la representación del dios Mercurio.

Cripta Arqueológica de la Cárcel de San Vicente

Desde el lugar anterior, seguir la Carrer del Palau hasta un palacio histórico ocupado por una delegación de hacienda. A nuestra derecha según bajamos por la calle se abre una estrecha callejuela que, tras serpentear un poco, nos llevará directos a los Baños del Almirante. Reconoceréis el lugar inmediatamente, pues su arco polilobulado de la entrada tiene un aire típicamente orientalizante. Es lo que deseaban recrear sus propietarios del siglo XIX cuando realizaron esta entrada anacrónica. No obstante, en su interior, descubriremos unos baños árabes cuya fundación data del año 1313. En la visita recorreremos 5 salas. La primera, llamada vestíbulo, era la utilizada para desvestirse. Hoy día se utiliza como sala expositiva y cuando yo fui existía una colección de fotografías históricas de la época de la Guerra Civil. Una pequeña puerta nos lleva a la Sala Fría, donde existía una amplia pila para coger agua y dos salas anexas, un almacén y unas letrinas. En la Sala Fría es el único lugar donde aún se conservan restos del pavimento original. La siguiente estancia, la Sala Templada, es la más amplia pues era donde los bañistas pasaban la mayor parte del tiempo acicalándose. La siguiente estancia, la Sala Caliente estaba cargada de vapor de agua y el aire caliente circulaba por una galería bajo el suelo. El vapor se conseguía vertiendo cubos de agua. La última estancia visitable es la cubierta, a la que se accede mediante una escalera. En conjunto se trata de una recomendable visita para descubrir como eran los baños árabes medievales.
Baños del Almirante de Valencia

8.     Playas

El Puerto de Valencia es otra de las visitas obligadas. Podéis llegar cómodamente en metro hasta La Marina, lugar donde contemplaréis importantes edificios históricos, como los Tinglados y el Edificio del Reloj. El edificio Veles e Vents es el emblema del nuevo puerto, el cual se rodea de amplias zonas comerciales.

Desde aquí las playas de Valencia están muy próximas, razón por la cual no podemos dejar de visitarlas. La más próxima al puerto es Las Arenas y más allá se encuentra la famosa Malvarrosa. Si algo me sorprendió de ellas fue la enorme amplitud de su zona de arena, algo que me recordó a las playas del norte peninsular.

Una de las grandes playas de Valencia

Y para aquellos a los que les gusten los parques naturales tenéis la zona de La Albufera, el mayor Parque Natural de Europa en cuanto a extensión y donde podréis admirar distintas especies de aves.

9.     El tiempo

Valencia tiene un clima excelente durante varios meses del año. Yo visité la ciudad el pasado mes de octubre y la temperatura media fue de 30ºC. ¡Podría haber pasado todos los días bañándome en la playa!

Por tanto, tenemos un lugar cuya proximidad al mar hace que los inviernos tengan temperaturas muy moderadas, de unos 10ºC como mínimo, mientras que las épocas primaverales y otoñales son ideales para un turismo que combine playa y cultura. Salvo la época de inicio primavera y el mes de septiembre, donde las lluvias pueden llegar a ser copiosas algunos días, el resto del año es una opción excelente para visitar.

10.                       Los transportes

Valencia es una ciudad perfectamente conectada con el resto de las principales ciudades españolas. Los trenes AVE conectan diariamente a Valencia con Madrid y Barcelona en cómodos trayectos de dos horas y pico.

Luego, en la ciudad, la posibilidad de disponer de un metro con varias líneas hace que cualquier punto esté perfectamente accesible. Tan solo advertir que en los andenes del metro valenciano circulan trenes con distintos destinos, por lo que es aconsejable fijarse en los finales de línea para subirse al tren correcto.

Además del metro, Valencia dispone de numerosas líneas de autobuses, los cuales pueden ser una opción más flexible si vamos a movernos mucho por la ciudad.

En el siguiente enlace podéis informaros de todos autobuses de Valencia y planear vuestras rutas por la ciudad, mientras que si preferís el metro ésta es vuestra Web.

Como toda planificación necesita un buen mapa os recomiendo el de la guía PDF que emite la página de turismo oficial de Valencia, el cual podéis encontrar aquí.

Espero que las anteriores fuesen razones suficientes para animaros a visitar tan agradable ciudad.

Seguro que fue así, por lo que, ¿cómo fue vuestra experiencia?

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