Páginas

sábado, 13 de septiembre de 2014

No me queda bien ninguna gafa



Hoy día las gafas se han convertido, además de una prótesis ocular, en un artículo de moda. Las personas compran sus gafas guiándose por la estética, pues resultan ser un complemento más de la indumentaria que llevan.

Por tanto, más que razones ópticas, la elección de las gafas suele producirse por criterios estéticos. Y en esta situación la labor del profesional de la visión es esencial para saber aconsejar y asesorar a sus clientes. En España, los ópticos-optometristas tienen una gran formación técnica en cuanto a lentes y monturas. Pero en cuestión de criterios estéticos existe un gran desconocimiento e ignorancia.

Por ello creo que resulta muy necesario para el progreso de nuestra profesión indicar unas pautas básicas para compensar este vacío formativo. En el siguiente artículo encontrarás una guía sencilla sobre asesoramiento estético para las ópticas, lo que servirá tanto a profesionales como clientes para saber vender/encontrar su montura adecuada.



Según nos dice la Psicoestética, los principales canales de comunicación de las personas se encuentran en la cara. Y de todos ellos, los ojos son uno de los principales. Por ello las personas cuidan tanto la expresión de la mirada, especialmente las mujeres. La gran cantidad de maquillajes existentes o las alternativas de gafas o lentes de contacto atestiguan tal importancia.

Lo anterior ya nos habla sobre la importancia que van a tener los criterios estéticos en la elección de las monturas. Y la labor de asesoramiento estético por parte de los profesionales ocupados de la visión es fundamental, pues en el mundo de la óptica el cliente suele ser bastante frágil e inseguro en sus elecciones. Nadie les ha enseñado cuales son sus gafas ideales. Por tanto, unos argumentos estéticos sólidos y coherentes ayudarán a convencer mucho mejor al cliente y lograrán una venta más satisfactoria.

Ahora bien, las gafas son un artículo eminentemente sanitario, por lo que no debemos olvidar ese componente en la elección que tomemos. Nuestro criterio de prioridades a la hora de asesorar a los clientes sobre las monturas que deben adquirir debe ser el siguiente:

1.     La montura debe adaptarse perfectamente a las necesidades visuales del cliente.

2.     La montura debe integrarse en las facciones de nuestro cliente (ya sea potenciando su armonía o su contraste).

3.     La montura debe ser un complemento estético que potencie su personalidad.

Como podéis imaginar estos criterios tienen un orden totalmente inverso a los gustos generales de los clientes. Por ello es muy importante que nosotros, como profesionales, sepamos encauzar sus gustos con sus necesidades visuales. Y en este sentido es básico tener unos conceptos claros:

-         Debemos tener una mente lo suficientemente abierta como para saber adaptarnos a los gustos de nuestros clientes.

-         No debemos dejarnos llevar por nuestros gustos personales a la hora de realizar asesoramientos estéticos.

-         No debemos juzgar a los clientes por nuestra primera impresión. Os aseguro que en muchas ocasiones os sorprenderá encontrar lo que ocultan las personas con sólo hablar un rato con ellas.

A la hora de asesorar a un cliente sobre la montura que puede sentarle mejor, nuestro primer paso debe ser averiguar cuales son los gustos de nuestro cliente. En algunos casos los clientes tienen muy claro lo que desean, pero en muchos otros no tienen ni idea de lo que buscan, por lo que comienzan a probarse gafas de todos los estilos sin orden ni sentido alguno.

Nuestra siguiente misión será aconsejar con unas pautas básicas. Debemos preguntar sobre cual es el efecto que desea nuestro cliente. Las monturas pueden adaptarse a nuestra fisonomía mediante armonía o por contraste:

o   En casos donde existe una mirada o expresión fuerte resulta un buen consejo minimizar este efecto con gafas ligeras y que pasen desapercibidas. Las monturas metálicas, al aire y de colores suaves deberían ser nuestra elección.

o   Clientes con miradas más pobres agradecerán gafas marcadas, al igual que personas que desean resaltar sus monturas por encima de sus rasgos faciales. Este contraste lo conseguiremos con monturas que rompan la armonía de los rostros por su forma o por sus colores. Monturas de pasta, con gran espesor de material y colores fuertes deberían ser nuestras elecciones de búsqueda.

o   Respecto a las cejas, las monturas deben escogerse siguiendo la curvatura de la persona, por lo que el borde superior de la gafa debe formar una línea paralela a la ceja.



o   En cuanto a las ojeras, la montura siempre debería cubrirlas para disimularlas.
 


o   También existe la opción de resaltar ciertas partes de nuestro rostro potenciándolo con las monturas adecuadas. Por norma se suelen elegir colores distintos al de los ojos para realzarlos por contraste. Para ojos azules elegir grises o verdes. Para ojos marrones elegir azules, violetas y granates. Para ojos verdes dorados, violetas o rojos.

o   En ciertas ocasiones es fundamental compensar diversos rasgos físicos poco atractivos. Así, una nariz larga la podemos compensar con monturas de puentes bajos o una corta con los puentes “tipo llave”. Los grandes pómulos se compensarán con monturas pequeñas y estrechas.

Para lograr los efectos de armonía y contraste tenemos que tener en cuenta tres variables que afectan a la selección de las monturas. A continuación vamos a detenernos en ellas un poco y analizar cada grupo pormenorizadamente:

1.     Cromatismo.

El color es una percepción visual de nuestro cerebro que nos sirve para diferenciar las distintas longitudes de onda del espectro electromagnético. Todos los cuerpos sobre los que incide la luz absorben unas determinadas longitudes de onda y reflejan otras. Son éstas últimas las captadas por nuestro cerebro. Por tanto, una montura la veremos de color rojo si refleja las longitudes de onda correspondientes a este color.

La breve introducción física sobre el color nos ayuda a entender que cada persona tiene una percepción única de los colores, pues ello depende de nuestro cerebro (en concreto de nuestros tres tipos de conos: S, M, y L).

Además de lo anterior, los colores transmiten emociones e influyen en los estados de ánimo de las personas, en una proporción mucho mayor de lo que creemos. La mayoría de los hospitales, por ejemplo, tienen colores neutros porque otorgan tranquilidad a los pacientes. Una excepción es el Hospital Universitario Fundación Alcorcón, cuyas salas de espera están diferenciadas por colores. Tengo la experiencia personal de sufrir la espera en una de estas salas con colores fuertes y debo decir que nadie podía aguantar allí dentro sentado mucho tiempo.

Todo lo anterior nos debe poner en aviso sobre la importancia de la elección del color en la montura de gafas que escojamos. En este sentido, como norma general, debemos fijarnos en las tres partes más definitorias del color de nuestra cara: Pelo, ojos y rostro. Según sea la combinación que se de tendremos dos tipos de caras:

-         Cálidas: Serán todas aquellas que tengan dos o tres características cálidas. Por ejemplo, pelos castaños con tez morena y ojos marrones.

-         Frías: Serán todas aquellas que tengan dos o tres características frías. Por ejemplo, pelo negro con ojos azules y rostro claro.

Respecto a los colores de las monturas tenemos dos opciones diferenciadas:

A.   Tonos cálidos

Son todos aquellos que nos recuerdan el color del sol, por lo que una de sus cualidades principales es la de otorgar calidez y cercanía. Son los rojos, naranjas o amarillos.

Los tonos cálidos en las monturas los debemos aconsejar en los siguientes casos:

-         Miopías de forma general: Puesto que el efecto de una lente negativa es el de empequeñecer los ojos, los tonos cálidos lograrán compensar este efecto.

-         Personas con tez oscura o morena: Los tonos cálidos otorgan calidez al rostro y se complementan perfectamente con este tipo de rostros. De forma general podemos decir que el tono base del rostro (cálido o frío) se complementa mejor con un tono de montura equivalente.

-         Personas con color de pelo rubio, castaño y negro: En unos casos combinan por similitud y en otros por contraste.

-         Personas con colores de ojos cálidos (marrones): En estos casos las monturas de colores suaves combinan a la perfección con su mirada, tales como marrones o dorados. No obstante, si se quiere potenciar el color de ojos base en marrón la elección de la montura debería ser en tonos azules, violetas, grises e incluso negros.

Respecto a los colores en sí podemos indicar algunas características universales:

-         Amarillos: Es un color difícil de combinar y bastante llamativo, por lo que se elegirá en monturas con las cuales se desea obtener un efecto de contraste. Suele recomendarse para personas con cabellos rubios o castaño claro.

-         Marrones y dorados: Son colores clásicos y conservadores, los cuales se suelen adaptar sin problema a todo tipo de caras.

-         Jaspeados (Carey): Tonos clásicos que se encuentran todos los años en todas las colecciones. Según sea su jaspeado, más o menos suave, podemos utilizarlo como armónico o como contraste.

-         Rojos: Son los colores más juveniles de este grupo. Otorgan vitalidad y representan algo excitante. Ideales para las personas de cabellos rubios e indicados para todos aquellos que no desean pasar desapercibidos.

B.   Tonos fríos

Son todos aquellos relacionados con el agua, el cielo o el hielo, lo que otorga frialdad a la mirada y cierto distanciamiento. Son los azules, verdes o morados.

Los tonos fríos en las monturas los debemos aconsejar en los siguientes casos:

-         Hipermetropías de forma general: Puesto que el efecto de una lente positiva es el de agrandar los ojos, los tonos fríos lograrán compensar este efecto.

-         Personas con tez clara: La frialdad de estos colores encuentra un complemento adecuado en este tipo de rostros.

-         Personas con cabellos de color platino, canoso, negro: Estos colores fríos se complementan perfectamente con estas tonalidades de cabello.

-         Personas con ojos claros: Los tonos de monturas azules pueden ser usados por personas con ojos del mismo color o por personas con ojos verde-miel que quieren mostrar un atractivo contraste.

Respecto a los colores en sí podemos indicar algunas características universales:

-         Azules: Según sea su tonalidad podremos recomendarlo a distintos clientes. Un tono claro otorga serenidad al rostro y suele indicarse para personas canosas o de pelo muy claro. En cambio, los tonos oscuros otorgan dureza y agresividad, la cual combinará con los cabellos morenos como complemento o con los rubios por contraste.

-         Verdes: Son tonalidades difíciles de combinar y bastante llamativos. Se suelen recomendar a personas de cabellos rubios o pelirrojos.

-         Morados-Lilas: En tonalidades claras son la opción ideal para personas con tez clara o señoras con el cabello gris-plateado.

-         Grises: Un color que transmite elegancia y discreción. Su gran capacidad de combinación le otorga un puesto principal para todos aquellos clientes canosos.

-         Negros: Es la tonalidad más dura y agresiva de todas. Endurece las facciones y otorga un efecto máscara en la cara sólo asumible cuando la persona desea lograr un poderoso efecto de contraste.

2.     Material de la montura.

Podemos dividir los materiales de las monturas en tres tipos:

A.   Pasta.

Estas monturas tienen la característica principal de romper la armonía del rostro, por lo que serán las elegidas si deseamos obtener un efecto máscara o potenciar la montura respecto a nuestras facciones.

Son la elección ideal para personas que desean potenciar su personalidad, atraer la atención de quienes les rodean y endurecer algún rasgo concreto de su fisonomía.

En cambio, deben desaconsejarse a las personas que no deseen transmitir agresividad o que no deseen cambiar de montura de forma habitual, pues el “efecto cansancio” en estas monturas es muy evidente.

Entre sus ventajas más evidentes está el hecho de poder soportar todo tipo de graduaciones, ser una gafa todoterreno y poder jugar con multitud de colores (incluso varios en la misma montura).

Dependiendo el grosor del material y la tonalidad elegida, los efectos de contraste podrán ser más o menos evidentes, lo que nos abre todo un mundo de posibilidades a la hora de aconsejar a nuestros clientes.

B.   Metal.

Si deseamos tener una gafa neutra que apenas interfiera en nuestro rostro esta debe ser nuestra elección. Las monturas metálicas suelen ser muy finas y es el color o la tonalidad la que diferencia el efecto que pueden crear en los distintos rostros. Así, un tono gris producirá más frialdad que un tono dorado o marrón. En cambio, los colores rojos o azules en gafas metálicas aportan frescura y juventud al rostro.

Debemos aconsejar este tipo de monturas a todas aquellas personas que desean pasar desapercibidas o a todas aquellas que no desean que la montura interfiera con sus facciones.

C.   Al aire.

Aunque en este momento, con la dictadura de las gafas de pasta, parece que este tipo de monturas están relegadas a un segundo plano, lo cierto es que siguen manteniendo un público fiel.

Su principal característica es la de influir mínimamente en el rostro de los usuarios, pues tan sólo disponen de unos finos puentes y varillas. La sensación de “no llevar gafas” es algo muy apreciado por clientes que no desean verse influidos por su anomalía visual y son la opción ideal para todas aquellas personas acostumbradas a usar lentes de contacto de forma habitual.

Entre las numerosas ventajas que poseen estas monturas está el hecho de poder fabricar los lentes “a medida”, un aspecto fundamental para todas aquellas personas que se salen (bien por exceso o por defecto) de los estándares habituales de anchura de las monturas.

Los colores marrones y dorados son ideales para las personas más clásicas, mientras que los tonos azules o rojos se aconsejan a públicos más juveniles.

La esclavitud de la moda ha hecho que en la actualidad existan modelos de este tipo con varillas de pasta, cuyo efecto es el de potenciar la gafa en la cara y crear un efecto de contraste nuevo para este tipo de modelos.

3.     Fisonomía facial.

Todas las personas las podemos encuadrar en un número limitado de tipos de rostros. Nuestra labor como asesores estéticos debe ser definir el tipo de rostro de nuestro cliente y aconsejarle sobre la mejor elección de montura que puede hacer.

A continuación vamos a nombrar todos los tipos e indicar cuales son las mejores opciones que podemos aconsejar:

-         Forma cuadrada: Son rostros formados por marcadas líneas rectas, por lo que debemos evitar monturas muy angulosas o fuertes que potencien aún más esta característica. Son ideales las monturas ovaladas o las gafas al aire de líneas suaves, pues en ambos casos vamos a lograr un efecto dulcificador que compensará la dureza inherente que expresa este tipo de rostro. También podemos escoger las monturas invertidas (tipo piloto Ray-ban).
 
Angelina Jolie tiene la típica cara cuadrada, por lo que esta montura ovalada dulcifica su expresión.
-         Forma redonda: Ante un rostro redondo nuestra opción principal debe ser compensar tal característica aconsejando el uso de monturas rectangulares e incluso angulares. Con ello transformamos el rostro en más ovalado, mejorando la percepción general y acentuando las facciones. La única precaución que debemos tener es la de no elegir monturas que sobresalgan del rostro por los laterales.
 
-         Forma triangular: Son personas en cuyo rostro es evidente una mayor anchura en la parte de las sienes que en la zona inferior. Nuestro objetivo para compensar tal efecto es aconsejar monturas muy marcadas, tanto en colores como en formas. En este caso no es desaconsejable elegir monturas que sobresalgan algo de los pómulos, aunque con la precaución de no escoger modelos con lentes muy exageradas. Las lentes ovaladas  y las invertidas tipo piloto pueden ser una opción muy buena para este tipo de rostros, pues equilibran la barbilla puntiaguda.

-         Forma rectangular: En este caso es obligado aconsejar monturas que sobresalgan del rostro por el lateral, pues sólo de esa manera lograremos compensar el efecto vertical que poseen estas personas. Tanto formas ovaladas como rectangulares pueden ser aconsejadas, aunque debemos evitar las invertidas, muy cuadradas o angulosas. Por supuesto, una gafa muy pequeña que no sobresalga del rostro por el lateral sólo potenciará el efecto rectangular del rostro.

-         Forma ovalada: Es la más agradecida de todos los tipos de cara posible, pues se adapta a todo tipo de monturas.


Y, por último, como bonus final, un poco de vocabulario con el que podréis asesorar correctamente a vuestros clientes.

Las gafas……..
Refuerzan la expresividad
Estilizan los rasgos
Compensan las facciones
Suavizan la expresión
Potencian la mirada
Otorgan amplitud a la fisonomía
Aumentan el poder de seducción
Contrastan con el color de ojos
Dulcifican la mirada


No hay comentarios:

Publicar un comentario