domingo, 30 de junio de 2019

Dos buenos museos para niños en Madrid (II): El Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) y el Museo de Antropología


En el año 2018 os recomendé un par de museos para niños que estaban en los alrededores de Madrid. Y como a mi hijo le gustan mucho los museos y sigo visitando con él todos los que puedo os voy a dejar otro par de visitas interesantes si venís a Madrid de turismo con pequeños.


El Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN)

Este museo, dedicado a la difusión de las ciencias naturales en general, se sitúa en el antiguo Palacio de las Artes y la Industria del paseo de la Castellana de Madrid. Un edificio muy bello construido en ladrillo, hierro y cristal que destaca por su gran cúpula central. Además del museo aquí también se encuentra la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la Universidad Politécnica de Madrid, cuya entrada está en el centro de la fachada principal que mira hacia el Paseo de la Castellana.

Edificio del MNCN de Madrid

El MNCN se divide en dos partes. La entrada principal donde sacar las entradas se encuentra en el lado norte. La primera gran sala a la que accedemos desde el vestíbulo se trata de una amplia nave llena de vitrinas y paneles en las que se exponen reproducciones de todo tipo de animales. Destaca un enorme ejemplar de elefante africano, capturado y disecado por Luis Benedito en 1929 y que, en la actualidad, se ha convertido en uno de los emblemas de este museo.

Los niños se sorprenderán también con el gigantesco esqueleto de ballena que pende del techo abovedado, con las reproducciones que muestran el esqueleto de algunos animales o con informaciones varias sobre la evolución de las especies.

Animales del MNCN de Madrid

En la segunda sala, dedicada al mediterráneo, encontraremos nada más entrar a un gigantesco calamar que se encontró varado en Fuengirola (Málaga) en el año 2001. Se trata de una hembra inmadura de 65 Kg, cuyo manto mide 125 cm y su longitud total alcanza los 750 cm con los tentáculos extendidos. Viendo la reproducción realizada en el museo podemos imaginar mejor lo que supuso para los antiguos este animal y relacionarlo fácilmente con las leyendas del temible Kraken.

Además de diversos animales marinos, en esta parte de la exposición accederemos a la fauna de la sierra de Guadarrama, en la que podremos ver disecados lobos, un temible oso y multitud de aves, como buitres y búhos. Por supuesto, los insectos tampoco faltarán, destacando bellas mariposas de variados colores.

Calamar gigante de Fuengirola y otros animales del MNCN de Madrid

Al salir de esta sala debemos girar hacia nuestra derecha y bajar unas escaleras hacia el conocido como Real Gabinete de Historia Natural. Este gabinete se creó en el año 1771 y mostraba el interés de Carlos III por el estudio de la Naturaleza. Su colección fue aportada principalmente por Pedro Franco Dávila, sobre quién tenemos información para conocer la vida de este importante personaje. El germen del museo actual está en esta sala, de la que destacaría el ejemplar de elefante asiático Elephas maximus. Se trata de uno de los ejemplares naturalizados más antiguos que se conocen en el arte de la taxidermia. La piel, preparada en salazón por el disecador y dibujante del museo Juan Bautista Brú, cubre una escultura de madera que se encargó al escultor Roberto Michel. Otra pieza clave es la obra La Osa Hormiguera de Su Majestad (1776) cuya autoría se ha atribuido al pintor Francisco de Goya.

Real Gabinete de Historia Natural del MNCN de Madrid

La visita al museo continúa en la parte sur del edificio y si os gustó esta primera zona la segunda os maravillará. Aquí se exponen los famosos huesos de dinosaurios que son la mayor atracción infantil del MNCN. Un tremendo Allosaurio os espera en la entrada.

Primero la visita nos llevará por una alargada sala en la que mediante paneles, dibujos y restos prehistóricos podremos hacernos una idea de la inicial vida en la Tierra. Veremos los primeros ejemplares que poblaron nuestros océanos, el momento en el que colonizaron la superficie terrestre y la época en la que los dinosaurios dominaron la Tierra. Sin duda, un buen aperitivo para lo que se nos viene encima.


Al final de estas vitrinas aparecen, de golpe, los fósiles de dinosaurio. Tenemos un enorme diplodocus, un estegosaurio y algún que otro más, así como reproducciones de mamíferos prehistóricos como un diente de sable o un enorme oso de las cavernas. Por encima de ellos se reproduce la maqueta de un enorme pterodáctilo que nos sirve para hacernos una idea de lo impresionantes que eran estos animales.

Fósiles de dinosaurios del MNCN de Madrid

Y no olvidaros de dejarles que prueben la realidad aumentada en unas grandes pantallas al inicio de la muestra. Mostrando unos carteles a la pantalla aparecerán unos dinosaurios junto a ellos con los que interactuar y divertirse. Eso será lo que más les guste de todo.


Aunque para todos aquellos que visitaran los museos de ciencias naturales de Londres o Bruselas esta exposición de dinosaurios se puede quedar un poco pequeña, resulta una de las más importantes de España y su visita es obligada si vamos con peques.

En este pabellón también tendremos ocasión de informarnos sobre la evolución humana, con vitrinas donde se exponen  diferentes objetos de cada una de las especies de Homo que nos precedieron, así como muestras de minerales que tendrán escaso interés para los pequeños.


Al final se encuentra una pequeña sala en la que se proyectan películas de media hora de duración sobre diferentes aspectos de la evolución o de los planetas.

En definitiva, un museo muy interesante, que se recorre en un par de horas como mucho y que supondrá un entretenido momento de distensión para los más pequeños.

INFORMACIÓN PRÁCTICA:

El MNCN se encuentra en la calle José Gutiérrez Abascal  2, Madrid. La parada más cercana de tren y metro es la de Nuevos Ministerios, aunque también podéis bajaros en Recoletos y andar un poco más.

Su horario es de martes a viernes, domingos y festivos de 10 a 17h  y sábados, y domingos previos a festivos de 10 a 20h (sábados de julio y agosto de 10 a 15h). El Museo cierra todos los lunes no festivos del año, el 1 y 6 de enero, el 1 de mayo y el 25 de diciembre.

La entrada general cuesta 7 €,  y la reducida para estudiantes, desempleados y niños de 4 a 16 años 3 €. Jubilados con 65 años y niños menores de 4 años entran gratis. Los talleres y actividades de cuentacuentos están destinadas a niños de 3 a 8 años, y cuestan 5 €.
Más información en www.mncn.csic.es


Museo Nacional de Antropología de Madrid

El museo de Antropología es uno de los museos más desconocidos de Madrid. Situado en un bello edificio neoclásico que posee una entrada típica de los templos griegos, su imagen junto a la estación ferroviaria de Atocha resulta inconfundible.

Edificio del Museo de Antropología de Madrid

Este recoleto museo está concebido para ofrecer una visión general de las diferentes culturas existentes en los cinco continentes (Europa y Oceanía no se exponen), por lo que será una buena toma de contacto para los más pequeños a la hora de abrir su mente a otros pueblos y culturas totalmente diferentes a la nuestra.

Se trata del primer museo antropológico creado en España, inaugurado en el año 1875 por Alfonso XII con el nombre de Museo Anatómico (tal como aparece en la placa conmemorativa de la entrada). Luego tuvo otros, como el de Etnología o el de Ciencias Naturales.

La mayor parte de la colección, así como el edificio, pertenecieron al doctor segoviano Pedro González Velasco (1815-1882), quién montó en su particular vivienda este museo intentando imitar al homólogo de Londres. La historia de este particular galeno forma parte de los episodios más rocambolescos de la capital. Su hija, muerta de tifus con 15 años, fue embalsamada y trasladada a su domicilio, lo que generó múltiples leyendas a su alrededor, como la que decía que la sentaba a la mesa para comer con él.

Posteriormente la colección se ha enriquecido con diversas donaciones y compras, llegando a atesorar unas 20.000 piezas. No obstante, sólo se exponen en torno a un millar de ellas, por lo que la visita ni es pesada ni extensa; ideal para niños.

El edificio se configura en torno a un gran patio central, girando las salas alrededor de él. Como es lógico, el mayor espacio expositivo se encuentra en la planta baja, mientras que en las dos superiores tienen las vitrinas diseminadas en los pasillos que rodean el hueco central.

La planta inferior está dedicada a al continente asiático, exponiendo piezas de la colonia española de Filipinas, así como de otros territorios orientales: China, Japón, India y Nepal. Como será la norma en todo el museo, veremos vitrinas dedicadas a la caza y la pesca, las armas de guerra, los instrumentos musicales, la vestimenta y los objetos de ocio y religiosos.



En una sala destacada se encuentran las piezas de culto de las tres grandes religiones de la región: el hinduismo, el budismo y el islam. Resulta interesante contrastar la diferencia entre los objetos religiosos musulmanes, regidas por el aniconismo (falta de figuras) y los objetos budistas o hinduistas, tan llenos de figuras en una especie de horror vacui tan característico.



De Filipinas proceden múltiples piezas, destacando vestidos tradicionales (con el famoso mantón de Manila, procedente de China pero que llegaba a España desde el archipiélago filipino), u objetos de culto animistas.


En las salas laterales de nuestra derecha, según entramos al edificio, suele existir un espacio dedicado a exposiciones temporales mientras que en las salas de la izquierda tenemos unas inquietantes vitrinas con casos curiosos de la antropología humana.

En el centro de la sala se expone el esqueleto de Agustín Luengo (1849-1875), apodado el Gigante Extremeño por sus 2,35 metros de altura. Proveniente de una familia humilde tuvo que ponerse a trabajar con 12 años en el circo (sí, antes este tipo de personas atraían a un nutrido público de curiosos por lo macabro). El rey Alfonso XII, al enterarse de su existencia, le regaló un par de botas realizadas a medida (número 52). Una copia de una de ellas se encuentra aquí, junto al molde en escayola del gigante, para compararlo con nuestro pie. La vida le cambió a nuestro gigante cuando aceptó la oferta de recibir 2,50 pesetas de la época al día mientras viviera a cambio de donar su cuerpo al museo antropológico una vez que muriera. La bonanza económica no le duró mucho, pues moriría de tuberculosis ósea con 26 años.

Esqueleto del Gigante Agustín Luengo y molde de escayola

Además del esqueleto del gigante en esta sala se expone una colección de vaciados de escayola con los bustos de todos los grupos étnicos del mundo, una momia andina y varios ejemplos de esqueletos, tanto de hombres como de primates. Un cuarto verdaderamente antropológico que fue el origen de este museo.

Sala Orígenes antropología

La primera planta se centra en el continente africano. Este continente es uno de los más diversos del planeta en cuanto a culturas diferentes se refiere pues prima la diversidad más absoluta entre los más de mil grupos humanos distintos.

De estas salas destacaría las coloridas y exóticas vestimentas, las cuales tienen significados concretos para cada grupo humano o los instrumentos musicales, siempre presentes en las celebraciones religiosas.



Mención especial tienen las máscaras, siempre tan llamativas, utilizadas en todo tipo de celebraciones religiosas. Una de las que más me gustaron fue la máscara Gelede, de Nigeria, utilizaba para honrar los poderes espirituales de las mujeres mayores. También una máscara proveniente de la República Democrática del Congo (Cultura Yaka), inconfundible por tener un pez en la parte superior, utilizada en ceremonias de iniciación a la edad adulta.

Máscaras africanas del Museo de Antropología de Madrid

La segunda y última planta expone piezas del continente americano. Personalmente es la parte que más me gustó del museo y creo que a los más pequeños será la más apasionante.

En la primera parte vamos a poder observar diversos instrumentos utilizados para cazar, como flechas cerbatanas y garrotes, así como cerámicas y objetos cotidianos. También destacaría la presencia de un cuadro denominado pintura de castas de José Joaquín Magón (si quieres saber más sobre estas pinturas tengo un post sobre ello aquí).


A los más pequeños les gustarán las maquetas que recrean la vida y las viviendas de los diferentes pueblos. Diseminadas por toda la planta, son uno de los mayores reclamos para los niños, que se asomarán a ellas curiosos.


Dentro de las vestimentas vamos a poder admirar desde los prácticos atuendos esquimales hasta las coloridas plumas que decoran los vestidos de los indios del Amazonas o de América del Norte. Como curiosidad indicar que los plumajes rotan cada seis meses por motivos de conservación, por lo que siempre vais a encontraros con piezas diferentes.



Tal vez por deformación profesional debo hacer hincapié en que os paréis en la vitrina de los esquimales pues exponen lo que se considera la primera gafa de sol que existió en el mundo. Aunque el objeto de la vitrina data del siglo XVIII, lo cierto es que algo muy similar debieron utilizar nuestros antepasados prehistóricos.

Las primeras gafas de sol

Otra parada ineludible son las máscaras de América del Sur. Coloridas y con formas terroríficas estaban diseñadas para ser utilizadas en diferentes festividades. Aunque no tienen un sentido tan transcendente como las africanas, su carácter eminentemente lúdico no está falto de ciertas connotaciones relativas al mundo de ultratumba (demonios). Destacar la Máscara de Diablo de los Siete Pecados y la Máscara de Diablo Caporal (ambas procedentes de Oruro, Bolivia). Esta última, con un dragón en la parte superior, dos cuernos retorcidos de varios colores, y dientes con espejos era utilizada para la denominada Danza de la Diablada.

Máscaras americanas del Museo Antropológico de Madrid

La visita a esta planta termina con las vitrinas dedicadas a los objetos religiosos, en donde descubriremos tanto los cultos de los pueblos precolombinos como la fusión con la religión católica traída por los conquistadores españoles.


En resumen, una visita muy instructiva que maravillará a grandes y pequeños aproximándonos a culturas muy distintas a la nuestra. Además, la escasa afluencia a estas instalaciones hará que la visita sea muy agradable.

INFORMACIÓN PRÁCTICA

DIRECCIÓN

C/ Alfonso XII, 68

HORARIO

De martes a sábado de 9:30 a 20:00 horas
Domingos y festivos: de 10 a 15 horas
Cerrado todos los lunes del año, 1 y 6 de enero, 1 de mayo, 24, 25 y 31 de diciembre y un festivo local.

TARIFAS

Entrada general: 3 €
Entrada gratuita
Sábados a partir de las 14:00 horas.
Todos los domingos.

Días 18 de abril (Día Internacional de los Monumentos y Sitios), 18 de mayo (Día Internacional de los Museos), 12 de octubre (Fiesta Nacional de España) y 6 de diciembre (Día de la Constitución Española).


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